ORIGINAL

 

PRESENTACION

VII

El cuaderno titulado por Marx, Erstes Buch. Der Produktionsprozess des Kapitals. Sechstes Kapitel. Resultate des unmittelbaren Produktionsprozesses [Libro primero. El proceso de producción del capital. Capítulo sexto. Resultados del proceso inmediato de producción], forma parte del conjunto de los materiales preparatorios de El capital. Fue redactado en el periodo transcurrido entre junio de 1863 y diciembre de 1866.

Una vez elaboradas sistemáticamente las teorías del valor y de la plusvalía en los manuscritos del periodo 1850-1859 (los célebres Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie). A Marx se enfrentaba a la tarea ciclópea de sintetizar el conjunto de sus descubrimientos en una obra que presentase el movimiento de conjunto de la economía capitalista, el proceso de producción y de circulación del capital, a la vez que una historia critica de las doctrinas económicas con las que los ideólogos de la burguesía pretendieron explicar su funcionamiento.

En junio de 1863, Marx concluye un inmenso original compuesto de 23 cuadernos de 1474 páginas en cuarto titulado Zur Kritik der politischen Ökonomie [Contribución a la crítica de la economía política] De este original, que a pesar de los años transcurridos sigue aún sin publicar en su totalidad, Engels extraerá post mortem del autor el texto del libro II y más tarde Kautsky el conjunto de las Theorien über den Mehrwert [Teorías sobre la plusvalía]. Mientras se dedica a reelaborar todo ese gigantesco material con vista a la publicación del libro I, Marx desarrolla paralelamente los temas del libro III. El conjunto de su obra, por lo menos a nivel de esbozo, aparece claramente delineada ante sus ojos, pero el autor se niega a publicarla por partes, pues necesitaba aclararse algunas de las dificultades con que tropezaba. La permanente insatisfacción de Marx por el estado de sus trabajos preocupaba mucho a sus compañeros de lucha, quienes temían no poder contar nunca con la obra que estaba destinada a sentar las bases científicas de la acción política socialista. Lo que para Marx eran vacíos teóricos que requerían imprescindiblemente ser llenados antes de pensar en publicar algo, para ellos no constituían sino pruritos esteticistas del autor. Respondiendo a los reproches que se le hacían, Marx señala en carta a Engels que sus obras "constituyen un todo artístico y no puedo llegar a esos resultados sino gracias a mi sistema de no darlas nunca a la imprenta mientras no las tenga completas delante de mí". Sin embargo, a comienzos de 1866, y en medio de grandes dificultades personales y de un exceso de trabajo político, decide entregar a la imprenta el primer tomo de esa obra que pesaba cada vez más sobre él como una pesadilla. "No solamente me impide hacer cualquier otra cosa —escribe a Engels— sino que, además, está resultando endiabladamente desagradable entretener al público indefinidamente. . . con laureles futuros. Aparte de que estoy convencido de que la tranquilidad de que estamos gozando no va a durar eternamente."

VIII    En enero de 1866 comienza la redacción definitiva del "primer volumen" de El capital. Aún no tiene demasiado en claro su extensión y contenido, pues inicialmente piensa incluir en él los dos primeros libros. Recién en enero de 1867 comprende que no podrá terminar el libro II y que debe limitarse a publicar el primero. ¿Cuáles son las razones de este error de cálculo? Resulta difícil precisarlas porque los del 60 eran años duros y difíciles para Marx. El surgimiento en setiembre de 1864 de la Asociación International de Trabajadores exigió de él un ingente trabajo teórico y práctico. Durante muchos años Marx participó en todas las reuniones y elaboró los documentos fundamentales de la International. Además, trabajaba en condiciones de miseria tal que se agravaron todos sus trastornos de salud, de los que nunca pudo recuperarse. Para Engels, fueron precisamente esos trastornos de salud los que impidieron que Marx "pudiese dar personalmente los últimos toques a los libros II y III de El capital" (el subrayado es mío J. A.). Sin embargo, el estado en que Marx dejo sus manuscritos y el hecho de que fueran precisamente aquellos pertenecientes al libro II los que menos terminados están (de algunas secciones hay hasta tres redacciones distintas elaboradas en fechas posteriores a las del manuscrito original), demuestra que las razones para que la obra quedara inconclusa más que a una salud deteriorada se deben a problemas teóricos que el autor no llegó a resolver. El capital no es una obra que Marx dejo completa, aunque sin pulir, sino una estructura teórica fragmentaria a la que le faltan aún partes importantes por elaborar.

IX    El sumario del libro I de El capital difiere según las épocas, pero ya en enero de 1863, en la página 1110 del manuscrito Zur Kritik. . ., encontramos el plan que más se aproxima al esquema definitivo de la obra. Escribe Marx:

 

"La primera sección —'proceso de producción del capital'— deberá estar dividido de la siguiente manera

  1. Introducción. Mercancía. Dinero.
  2. Transformación del dinero en capital.
  3. La plusvalía absoluta: a) proceso de trabajo y proceso de valorización; b) capital constante y capital variable; c) la plusvalía absoluta; d) la lucha por la Jornada normal de trabajo; e) jornadas de trabajo simultáneas (número de trabajadores empleados simultáneamente). Monto de la plusvalía y tasa de la plusvalía (magnitud y monto).
  4. La plusvalía relativa: a) cooperación simple; b) división del trabajo; c) maquinismo, etcétera.
  5. Plusvalía absoluta y plusvalía relativa combinadas. Relaciones (proporciones) entre trabajo asalariado y plusvalía. Subordinación formal y real del trabajo al capital. Productividad del capital. Trabajo productivo y trabajo improductivo.
  6. Reconversión de la plusvalía en capital. La acumulación primitiva La teoría de la colonización de Wakefield.
  7. Resultados del proceso de producción. (Sub 6 o sub 7 puede ser tratado el cambio (change) en el fenómeno de la ley de apropiación (law of appropriation).)
  8. Teorías sobre la plusvalía.
  9. Teorías sobre el trabajo productivo y el trabajo improductivo. "

Si examinamos las nueve subdivisiones de esta "primera sección" (debe recordarse que, a partir de la segunda edición de El capital, la sección pasa a denominarse "libro" y los capítulos, "secciones") se observa que, si bien los seis primeros puntos están incluidos en el libro I, (excepto los dos temas últimos del punto 5), los tres últimos no figuran. A los puntos 8 y 9, Marx decidió incorporarlos en un libro especial, el IV, dedicado a la historia de las doctrinas. Queda pendiente, sin embargo, el punto 7, "Resultados del proceso de producción", que estaba destinado a extraer las conclusiones económicas, políticas y sociales del proceso de producción del capital, antes de pasar al análisis del proceso de circulación, tema del libro II.

X    Marx redacto íntegramente el punto 7 en un cuaderno compuesto de páginas numeradas del 441 al 495 con el agregado de 469 a-m y algunas hojas sueltas (262-4). Dentro del manuscrito había una serie de páginas carentes de unidad conteniendo indicaciones válidas para otras partes del libro I. Sin duda, constituye la parte final o intermedia, dada su páginación, de un manuscrito que comprende los cinco capítulos precedentes, que no deben ser otros que los seis previstos en el plan de 1863. El hecho de que ese manuscrito no se haya conservado nos impide fijar la fecha exacta de la redacción de los Resultados. . . como así también las razones de su cambio de numeración (de capitulo VII a VI). Sin embargo, nos inclinamos a pensar que pudo ser escrito en el periodo 1863-64 dado que respecto de ciertos conceptos se mantiene la terminología del manuscrito Zur Kritik. . . y no la del texto definitivo de El capital. El manuscrito quedo perdido en el inmenso conjunto de borradores de Marx, hasta que el Instituto Marx-Engels-Lenin de Moscú lo editó en 1933. Apareció en una edición bilingüe, con el texto ruso enfrente, en el tomo II (VII) de Arjiv Marksa i Engelsa (pp. 4-266), precedido de una introducción meramente informativa de A. Leontiev y seguido de un cierto número de "Páginas sueltas", escritas por Marx en una fecha posterior.

Basta una simple lectura de los Resultados. . . para comprender que su ausencia en el libro I de El capital resta bastante coherencia a la obra, tal como fue publicada por el autor. Y eso debía comprenderlo el propio Marx al escribirla. ¿Por qué decidió no publicarla? Quizás tenga razón el traductor de la edición italiana, Bruno Maffi, al señalar que le hubiera sido imposible a Marx conseguir un editor burgués que aceptara sacar el libro con ese final políticamente tan comprometedor. Porque es claro que en este capítulo VI convergen el conjunto de problemas abordados a veces de manera abstrusa y de difícil lectura a todo lo largo del primer tomo. El texto muestra claramente el sentido que Marx quería dar a su obra y las razones que tenía para pensar que con ella asestaba a la burguesía un golpe del que jamás podría recuperarse. El capital y el Manifiesto Comunista aparecen ahora absolutamente soldados y toda idea de una "ruptura" del pensamiento de Marx entre una etapa de "juventud" y otra de "madurez", resulta seriamente quebrantada. La "condena", más que moral histórica, del modo de producción capitalista y de la sociedad burguesa aparece no ya de manera ocasional, muchas veces en notas a pie de página, como ocurre en El capital, sino en un único texto de valor teórico y político.

XI    La importancia de este manuscrito reside, pues, en que al mostrar que el modo de producción capitalista no es solo producción de mercancías sino fundamentalmente producción de plusvalía, y por tanto de capital, es imposible que dicho sistema se modifique, o se "reforme". Que está condenado a "producir y reproducir toda la relación a escala ampliada", es decir al conjunto de las relaciones históricas y sociales de una sociedad que condena a los hombres a la creación de bienes que les son cada vez más ajenos. Esta sociedad debe ser abatida por las fuerzas que engendran sus contradicciones internas. Marx, en los Resultados del proceso inmediato de producción demuestra como surgen dentro del propio capitalismo esas fuerzas sociales destinadas a sepultarlo.

JOSE ARICO

 

XIII

ADVERTENCIA DEL TRADUCTOR

 

Las dificultades que presenta toda versión del alemán a una lengua latina se ven acrecidas, en el caso presente, porque el original de este trabajo de Marx no había llegado a la etapa de su redacción definitiva, a excepción tal vez de algunas páginas. Engels, de quien tenemos sólidos motivos para afirmar que conocía a Marx y su forma de escribir harto mejor que nosotros, describió la redacción del segundo tomo de El capital con palabras que se ajustan perfectamente al original de los Resultados. . .: "El grueso del material no estaba definitivamente elaborado en lo tocante al lenguaje —aunque si por regla general en cuanto al fondo—; se hallaba redactado en el lenguaje en el que Marx solía preparar sus borradores: estilo desaliñado, expresiones y giros familiares, frecuentemente de humorística grosería, terminología francesa e inglesa, a menudo frases enteras y hasta páginas en inglés; es la puesta por escrito de las ideas tal como en cada caso se desenvolvían en la cabeza del autor".

El traductor de un original como el de los Resultados. . . se enfrenta a dilemas que, dentro de ciertos límites, se asemejan a los que se plantearon a Engels cuando este preparaba los tomos II y III de El capital para su publicación. ¿Respetar el "estilo desaliñado" (al que Marx, en una carta de noviembre de 1858 a Lassalle llamaba "el estilo de la afección hepática", "soso, desmañado") o retocarlo? ¿Sustituir o no las expresiones de "humorística grosería" por otras más victorianas? ¿Traducir o dejar en su idioma original las palabras sueltas y frases en inglés, latín o francés intercaladas en el original alemán?

Su condición de albacea político y literario de Marx le confería a Engels el derecho, por así decirlo, de modificar en el estilo del manuscrito "lo que el propio Marx habría modificado" y hasta de "intercalar proposiciones y nexos explicativos" sin indicación alguna de haberlo hecho, allí donde lo creía estrictamente indispensable. No es este, por cierto, nuestro caso. Como norma general hemos optado por acercarnos a una versión literal, procurando recrear —en la medida no muy amplia de lo posible— el carácter de borrador que en gran parte este manuscrito tiene.

XIV     Cuando introducimos verbos o algunas otras palabras para aclarar frases semitelegráficas (en lo cual seguimos por lo general la versión rusa de la edición príncipe), lo hacemos colocando entre corchetes las interpolaciones, de modo que el lector pueda distinguirlas claramente. Las expresiones familiares y non-sanctas las vertemos por sus correspondientes españolas. Mantenemos en inglés, francés, griego, latín, las palabras o frases —a veces páginas— que en el manuscrito figuran en alguna de esas lenguas. Si se trata simplemente de palabras o frases que Marx escribía en otros idiomas por comodidad o por no encontrar en el momento el equivalente alemán, las incorporamos luego de su traducción, entre paréntesis y en cursiva. Si, en cambio, Marx transcribe citas de obras en otros idiomas, la traducción figura después de la trascripción original, entre paréntesis y con comillas. Cuando una de esas intimidantes frases alemanas de 25 y hasta 30 líneas no se puede desmembrar en dos o tres oraciones menores sin afectar su sentido, la reproducimos sin cesuras (el lector, obligado entonces a un esfuerzo mayor, puede consolarse con la seguridad de que también a los alemanes de nuestros días les resultan incomodos esos periodos ciclópeos, poco frecuentes entre los modernos escritores germanos). En los casos en que Marx recurre al lenguaje filosófico hegueliano, en lugar de "desfilosofizar" el léxico del autor —como suele hacerse en traducciones de Marx a lenguas latinas— utilizamos la terminología española equivalente (para lo cual hemos tenido al alcance de la mano tanto la Ciencia de la lógica de Hegel como su excelente versión castellana por Augusta y Rodolfo Mondolfo). Las citas de autores no alemanes traducidas por Marx a su propio idioma las hemos ubicado en la lengua original para verterlas directamente al español.

Las notas que figuran en la presente edición se dividen en dos grupos principales: las de Marx, que se distinguen por el uso de asteriscos, y las del traductor, que van numeradas. Dentro de estas últimas aparecen también algunas notas de la edición original rusa, con indicación expreso de su procedencia (Nota de la edición de Moscú) en todos los casos.

*

Ciertos términos requieren una aclaración mínima, que hemos considerado conveniente ubicar aquí en esta "Advertencia" preliminar:

CANTIDAD Y CUANTO. Para mantener lo distinción de Hegel y Marx entre Quantität y Quantum los vertemos al español por cantidad y cuanto, respectivamente.

XV    CAPACIDAD DE TRABAJO (Arbeitsvermögen) y FUERZA DE TRABAJO (Arbeitskraft). Para Marx estos términos son sinónimos (ver por ejemplo Das Kapital, sección II, cap. IV, parágr. 3), pero mientras en sus primeros escritos no suele encontrarse el segundo, posteriormente dejará casi totalmente de lado el primero de ellos. Fundándose en esta circunstancia, algunos traductores vierten indistintamente ambos por fuerza de trabajo, lo que no nos parece acertado. En ciertos casos (por ejemplo, para eliminar el riesgo de anfibología ocasionado por el uso reiterado de la preposición de), sustituimos capacidad de trabajo por capacidad laboral.

ELEMENTO. Por lo general traducimos así la palabra Moment (das Moment).

ENAJENACION. Lo más habitual es traducir Entfremdung por alienación (influencia sin duda de la palabra francesa alienación. Más castellana y sobre todo más expresiva (relación transparente con ajeno) es enajenación: puede sostenerse que la preferencia por alienación constituye un claro caso de enajenación lingüística.

OBJETO (Gegenstand), OBJETIVO (gegenständlich) y OBJETIVAR (vergegenständlichen). Quizás fuera mejor traducir gegenständlich por concreto y vergegenständlichen por materializar (Marx usa también, aunque no muy frecuentcmente, materialisieren en idéntico sentido), pero se borraría así la clara vinculación entre el sustantivo, el adjetivo y el verbo, importante en este texto.

PONER (setzen). El autor, siguiendo a Hegel, emplea el verbo setzen de manera poco habitual: poner un incremento, poner una fluxión, etc. Coincidimos con la versión de setzen que aparece en la traducción de Ciencia de la lógica hecha por los Mondolfos.

SUBSUNCION, SUBSUMIR. La traducción de Subsumtion, subsumieren —sustantivo y verbo de origen latino que paradójicamente existen como términos técnicos en alemán e inglés, pero no en las lenguas romances— plantea dificultades por tener una acepción doble: Subsumtion es por una parte subordinación (Marx, en algunos casos, en lugar de Subsumtion habla de Unterordnung —subordinación— del trabajo en o bajo el capital), pero por otra parte tiene el mismo sentido que en lógica el término castellano inclusión (cfr., por un lado, el Philosophisches Wörterbuch de SCHMIDT-SCHISCHKOFF, Stuttgart, 1961, art. Subsumtion, y por otro el Diccionario de filosofía de JOSE FERRATER MORA. Buenos Aires, 5a. ed., 1965, art. Inclusión) Para mantener en castellana la polisemia del original no hemos encontrado otra solución que utilizar los neologismos subsunción, subsumir (naturalmente, traducimos subordinación en los casos, poco frecuentes, en que Marx emplea con el mismo sentido la palabra Untcrordnung

*

XVI    En nuestro trabajo hemos tenido a lo vista tres traducciones de los Resultate.. ..

— La versión rusa que figura en la edición príncipe, bilingüe, de Moscú. Si no de impecable (seguramente no hay traducción que lo sea) se la puede calificar de excelente

— La versión italiana de Bruno Maffi (ed. La Nuova Italia, Florencia, 1969). Aunque no coincidamos con algunos de sus criterios y aunque la afean algunos errores y omisiones, se trata de una traducción por momentos muy lograda

— La fragmentaria versión francesa que publicó Maximilien Rubel en Economies et Sociétés, París, N° 6, junio de 1967, y luego, algo ampliada, en KARL MARX, OEuvres, Bibliothéque de la Pléiade, t, II, París, 1968. Aparte lo ya indicado —es una versión incompleta— abundan en ella los errores de interpretación.

*

Nada queda por agregar salvo que, si es cierto lo que afirma ese crítico de traductores que fue don Quijote —el traducir de una lengua en otra "es como quien mira los tapices flamencos por el revés; que aunque se ven las figuras, son llenas de hilos que les escurecen, y no se ven con la lisura y tez de la haz"—, nuestra aspiración es que el lector al menos pueda deducir con alguna claridad, por el revés que le presentamos, como es el tapiz salido de las manos de Marx. De no ser así, sírvanos de consuelo el del hidalgo ingenioso: "en otras cosas peores se podría ocupar el hombre y que menos provecho le trujesen".

PEDRO SCARON

 

 

EL CAPITAL.

LIBRO I CAPITULO VI

 

RESULTADOS DEL PROCESO INMEDIATO DE PRODUCCION

 

En este capítulo, son tres los puntos a considerar:


1) Las mercancías como producto del capital, d[e la] producción capit[alista];


2) La producción capitalista es producción de plusvalía;3) Es, en fin de cuentas, producción y reproducción de toda la relación, y es a través de ello que este proceso inmediato de producción se caracteriza como específicamente capitalista.

De estos tres parágrafos, en la redacción definitiva para la imprenta habrá que poner el nº 1 al final, no al comienzo, ya que constituye el pasaje al segundo libro —el proceso de circulación del capital—. Por razones de comodidad comenzamos aquí por el primero.[1]

 

 

[1][2] LA PRODUCCION CAPITALISTA COMO PRODUCCION DE PLUSVALIA

 

Hasta tanto el capital solo se presenta bajo sus formas elementales —en cuanto mercancía o dinero— el capitalista aparece bajo las formas típicas, ya conocidas, de poseedor de mercancías o de poseedor de dinero. Por tal motivo estos últimos, empero, no son capitalistas en y para sí, de la misma manera que la mercancía y el dinero no son capital en y para sí. Así como la mercancía y el dinero solo bajo determinadas premisas se transforman en capital, el poseedor de mercancías y el de dinero únicamente bajo esas mismas premisas se convierten en capitalistas.

En un principio el capital entra en escena como dinero que ha de transformarse en capital, o que todavía solo potencialmente (δυνάμει) es capital.

Los economistas han incurrido en el error (blunder), por un lado, de identificar esas formas elementales del capital —el dinero y la mercancía— en cuanto tales con el capital, y por otra parte en el error (blunder) de considerar que el modo de existencia del capital como valor de uso —los medios de trabajo— es capital en cuanto tal.[3]

En su primera forma provisional (por así decirlo) como dinero (como punto de partida de la formación del capital) el capital existe aun únicamente como dinero, esto es, como suma de valores de cambio bajo la forma autónoma del valor de cambio, su expresión monetaria, Pero este dinero debe valorizarse. El valor de cambio debe servir para generar más valor de cambio. Las magnitudes del valor deben crecer, es decir, el valor existente no solo debe conservarse sino poner un incremento, un valor ∆, una plusvalía, de tal suerte que el valor dado —la suma de valor dada— se presenta como fluens y el incremento como fluxio.[4]

Tornaremos a esta expresión monetaria autónoma del capital cuando abordemos el proceso de circulación del mismo. Como aquí solo hemos de ocuparnos del dinero en cuanto punto de partida del proceso inmediato de producción, basta con formular una sola observación: el capital no existe aquí todavía más que como una suma dada de valor = D (dinero), en la cual se ha extinguido todo valor de uso; por consiguiente, bajo la forma de dinero. La magnitud de esta suma de valor está limitada por el monto o cantidad de la suma de dinero que debe transformarse en capital. Esta suma de valor, pues, se convierte en capital por cuanto su magnitud aumenta, por cuanto se torna en una magnitud variable, por cuanto desde un comienzo es un fluens que debe poner una fluxión. En sí, es decir según su determinación, esta suma de dinero tan solo es capital porque debe emplearse, gastarse, de tal forma que tenga como finalidad su engrandecimiento; porque se le gasta con vistas a su engrandecimiento. Si esto con respecto a la suma existente de valor o de dinero se presenta como su determinación, su impulso o tendencia interna, con respecto al capitalista —esto es, al poseedor de esa suma de dinero, a la persona en cuyas manos esa función se realiza— aparece como intención, finalidad. En esta expresión originariamente simple del capital en cuanto valor o dinero (del capital que debe llegar a ser tal), en la cual queda suprimida y se hace abstracción de toda relación con el valor de uso, desaparece también toda interferencia perturbadora y todos los indicios que más adelante enmarañan el proceso real de producción (producción de mercancías, etc.); la naturaleza especifica característica del proceso capitalista de producción se manifiesta entonces con la misma abstracta simplicidad. Si el capital inicial era una suma de valor = x, esta x debe transformarse y se transforma en capital, en x + x, es decir en una suma de dinero o suma de valor = a la suma de valor originaria + un excedente por encima de esta suma de valor inicial; en la magnitud monetaria dada + dinero adicional; en el valor dado + plusvalía.

La producción de plusvalía —que comprende la conservación del valor adelantado inicialmente se presenta así, como el fin determinante, el interés impulsor y el resultado final del proceso de producción capitalista, como aquello en virtud de lo cual el valor originario se transforma en capital. El modo en que esto se logra, el procedimiento real de esta transformación de x en x + x, no altera en nada el fin y el resultado del proceso. Por cierto, x puede transformarse en x + ∆x sin necesidad del proceso capitalista de producción, pero no bajo la condición y premisa dados de una sociedad cuyos miembros compiten y se enfrentan como personas que solo se contraponen en su calidad de poseedores de mercancías y solo en cuanto tales entran en contacto entre si (lo que excluye la esclavitud, etc.); y en segundo término, no bajo la otra condición de que el producto social se produzca como mercancía (lo cual excluye todas las formas en que el valor de uso es el fin principal de los productores inmediatos y en que, a lo sumo, el excedente del producto, etc., se transforma en mercancía).

Esta finalidad del proceso —que x se transforme en x + ∆x— muestra además el curso que debe seguir la investigación. El enunciado debe ser la función de una magnitud variable, o transformarse en ella durante el proceso. En su condición de suma de dinero dada, x es a priori una magnitud constante, cuyo incremento por lo tanto es = 0. En el curso del proceso ha de transformarse en otra magnitud que contiene un elemento variable. Es menester descubrir este componente y a la vez comprobar a través de qué fases intermedias la magnitud originariamente constante se convierte en una variable. Puesto que, tal como se muestra más adelante al analizar el proceso real de la producción, una parte de x se transforma nuevamente en una magnitud constante, o sea en los medios de trabajo; puesto que una parte del valor de x sólo se presenta bajo la forma de determinados valores de uso, en lugar de hacerlo bajo la forma monetaria de los mismos —un cambio (change) que nada modifica en la naturaleza constante de la magnitud de valor, que no modifica nada en esa parte, en la medida en que es valor de cambio—, x se presentara en el proceso como c (magnitud constante) + v (magnitud variable) = c + v. Ahora bien, la diferencia ∆ (c + v) = c + (v + ∆v) y como la diferencia de c = 0, = (v + ∆v). Lo que en un comienzo aparecía como ∆x, es pues realmente ∆v. Y la relación entre este incremento de la magnitud originaria x y la parte de x cuyo incremento en realidad es, necesariamente será

(∆v = ∆x (ya que ∆x = v)),

x

=

v

v

v

lo que de hecho es la fórmula de la tasa de la plusvalía.[5]

Como el capital total C = c + v, donde c es constante y v variable, C puede considerarse como función de v. Si v aumenta en ∆v, C será = C'. Tenemos entonces:

1) C = c + v.

2) C' = c + (v+ v).

Si restamos la ecuación 1) de la ecuación 2), obtenemos la diferencia, C'C, o sea que el incremento de C = ∆C.

3) C'C = c + v + v

4) ∆C = ∆v

Tenemos pues, 3), y en consecuencia 4) ∆C = ∆v. Pero C — C = a la magnitud por la cual varió C (= ∆C ), = al incremento de C o bien ∆C, por tanto, 4). En otras palabras, el incremento del capital total = al incremento de la parte variable del capital, de tal modo que ∆C, o sea el change de la parte constante del capital, = 0. El capital constante, pues, en esta investigación sobre ∆C o ∆v expuesto como = 0, es decir, no debe tenérsele en cuenta.

La proporción en la que v ha crecido es

=

v

(tasa de la plusvalía).

v

 

La proporción en que ha crecido C es

=

v

=

v

(tasa del beneficio)

C

c + v

 

 

[1] Conforme a esta indicación, hemos ubicado el segundo punto (páginas 459-491 del manuscrito) y el tercero (páginas 492-495 del manuscrito) en el primer y segundo lugar, respectivamente, y el primero (páginas 441-458 del manuscrito) al final. (Nota de la edición de Moscú.)

[2] Enelmanuscrito"2"enlugarde"1".(NotadelaedicidndeMoscu.)

[3] Véase Theorien über den Mehrwert, Dietz Verlag, Berlín, 1962, parte III, cap. 21, parágr. 3, c, pp. 270-271: "Los economistas, prisioneros de las representaciones en las cuales se mueven los agentes del modo capitalista de producción, incurren en un quid pro quo doble, pero recíprocamente condicionado. Por una parte transforman el capital, de relación en una cosa, en un conjunto de mercancías (a stock of commodities) (olvidando ya que las mismas commodities no son cosas) las cuales, en la medida en que sirven como condiciones de producción de nuevo trabajo, se denominan capital... Por otra parte, transforman las cosas en capital, esto es, consideran a la relación social que se representa en ellas y a través de ellas como una propiedad que corresponde a la cosa en cuanto tal, no bien la misma ingresa como elemento en el proceso de trabajo o proceso tecnológico."

[4] Cálculo de fluxiones denominó Newton a lo que hoy conocemos por cálculo infinitesimal: el cociente diferencial (velocidad de un movimiento) se llamaba fluxión (fluxio), y fluente (fluens) la variable constante. La terminología newtoniana fue de uso general en Inglaterra hasta fines del siglo XVIII, siendo desplazada luego, paulatinamente, por las denominaciones propuestas por Leibniz y aceptadas desde mucho antes en el continente europeo.

[5] En Das Kapital, Dietz Verlag, Berlín, 1959, cap. 7, p. 224, la tasa de la plusvalía se expresa por la fórmula P/V, donde P es la plusvalía.

 

 

 

 

Ver el documento completo        ORIGINAL