NOTA

EL primer hombre del Estado Soviético, José Stalin, nos proporciona con este pequeño tratado una nueva contribución teórica, al aplicar los principios del materialismo dialéctico a la lingüística.

Este aporte, de reciente aparición en la URSS eInédito hasta la fecha en castellano, viene a complementar una de las obras fundamentales del marxismo, "La Cuestión Nacional", del mismo autor.

Como un símbolo elocuente de los dos mundos en que está dividida la humanidad, el mundo del comunismo en construcción y el mundo del capitalismo en descomposición, el gran guía de la Patria del Socialismo dedica parte de su tiempo al estudio de un problema teórico, que aparentemente no gualda relación con la actividad práctica de un estadista; mientras los jefes de Estado de los países imperialistas vociferan noche y día sus planes guerreros.

Vale destacar, además, que este trabajo es la contribución personal de Stalin a una agitada polémica que han tenido los lingüistas soviéticos, comprobando así, una vez más, la profunda vitalidad de la democracia socialista.

La profundidad, la claridad, la fuerza de exposición y la inconmovible verdad de las ideas que expresa Stalin en este folleto, sólo pueden elogiarse declarando que está escrito en un estilo estaliniano. Pone así al alcance de todos un documento teórico de inapreciable valor.

LOS EDITORES

 

ACERCA DEL MARXISMO EN LA LINGÜISTICA

 

Un grupo de camaradas jóvenes se ha dirigido a mí, proponiéndome que exprese mi opinión en la prensa sobre las cuestión es de la lingüística, especialmente en la parte que se refiere al marxismo en la lingüística. Yo no soy un lingüista y, por supuesto, no puedo satisfacer por completo a los camaradas.

Por lo que se refiere al marxismo en la lingüística, lo mismo que en las demás ciencias sociales, con este asunto tengo, una relación directa. Por eso he accedido a contestar a varias preguntas formuladas por los camaradas.

 

 

PREGUNTA.—¿Es cierto que el idioma, es una superestructura sobre la base?

Respuesta. No, no es cierto.

La base es el sistema económico de la sociedad, en una etapa dada de su desarrollo. La superestructura son las concepciones políticas jurídicas, religiosas, artísticas y filosóficas de la sociedad y sus correspondientes instituciones políticas, jurídicas y otras.

Toda base tiene su correspondiente superestructura. La base del régimen feudal tiene su superestructura, sus concepciones políticas, jurídicas y otras y sus correspondientes instituciones; la base capitalista tiene su superestructura, y la socialista, la suya. Si se modifica y se liquida la base, a continuación de ella se modifica y se liquida su superestructura; si nace una nueva base, a continuación de ella nace su correspondiente superestructura.

En este sentido, el idioma se diferencia radicalmente die la superestructura. Tomemos, por ejemplo, la sociedad rusa y su lengua rusa. En el curso de los 30 años últimos, en Rusia fue liquidada la vieja base capitalista y construida una base nueva, socialista. En consonancia con esto, fue liquidada la superestructura existente sobre la base capitalista y creada una nueva superestructura, que corresponde a la base socialista. Por consiguiente, fueron sustituidas las viejas instituciones políticas, jurídicas y otras por instituciones nuevas, socialistas. Pero, a pesar de ello, la lengua rusa ha continuado siendo, en lo fundamental, la misma que era hasta la Revolución de Octubre..

¿Qué ha cambiado durante ese período en la lengua rusa? Ha cambiado en cierta medida el vocabulario de la lengua rusa, en el sentido de que se ha completado con una considerable cantidad de nuevas palabras y expresiones, nacidas en virtud del surgimiento de la nueva producción socialista, de la aparición del nuevo Estado, de la nueva cultura socialista, de las nuevas relaciones sociales, de la nueva moral y, finalmente, en virtud del desarrollo de la técnica y de la ciencia; se ha modificado el sentido de una serie de palabras y expresiones, que han adquirido un nuevo significado; han desaparecido del diccionario cierto número de palabras anticuadas. Por lo que se refiere al léxico fundamental y al sistema gramatical de la lengua rusa, que constituyen la base del idioma, lejos de ser liquidados y sustituidos por un nuevo léxico fundamental y por un nuevo sistema gramatical después de la liquidación de la base capitalista; por el .contrario, se han conservado en su integridad y se han mantenido sin serias modificaciones; se han conservado, precisamente, como la base de la lengua rusa contemporánea.

Prosigamos.

La superestructura es engendrada por la base; pero esto no significa en modo alguno que la superestructura sólo refleje la base, que sea pasiva, neutral, y permanezca indiferente al destino de su base, al destino die las clases, al carácter del régimen. Por el contrario, al nacer, la superestructura se convierte en una grandiosa fuerza activa, coadyuva activamente a que su base se forme y afiance, adopta todas ls medidas para ayudar al nuevo régimen a rematar y a liquidar la vieja base y las viejas clases.

Y no puede ser de otra manera. La superestructura es creada por la base precisamente para que sirva a ésta, para que la ayude activamente a formarse y a consolidarse, para que luche activamente por la liquidación de la base vieja y caduca con su antigua superestructura. Basta que la superestructura renuncie a ese papel auxiliar suyo, basta que la superestructura pase de la posición de defensa activa de su base a la posición de indiferencia hacia ésta, a la posición de una actitud igual ante las clases, para que pierda su calidad y deje de ser superestructura.

En este sentido, el idioma se diferencia de modo radical de la superestructura. El idioma no es engendrado por una u otra base, por la vieja o la nueva base en el seno de la sociedad dada, sino por todo el curso de la historia de la sociedad y de la historia de las bases al correr de los siglos. El idioma no es creado por una sola clase, sino por toda la sociedad, por todas las clases de la sociedad, por los esfuerzos de centenares de generaciones. Es creado, no para satisfacer las necesidades de una sola clase, sino de toda la sociedad, de todas las clases de la sociedad. Precisamente por eso es creado como un idioma de todo un pueblo, único para la sociedad y común para todos los miembros de ésta. En virtud de ello, el papel auxiliar del idioma como medio de comunicación entre los hombres, no consiste en servir a una clase en perjuicio de las demás clases, sino en servir por igual a toda la sociedad, a todas las clases de la sociedad. Esto explica precisamente que el idioma pueda servir por igual, tanto al viejo régimen moribundo como al nuevo régimen ascensional, tanto a la vieja base como a la nueva, tanto a los explotadores como a los explotados.

Para nadie es un secreto que el idioma ruso ha servido tan bien al capitalismo ruso y a la cultura burguesa rusa hasta la Revolución de Octubre, como sirve actualmente al régimen socialista y a la cultura socialista de la sociedad rusa.

Lo mismo hay que decir de los idiomas ucraniano, bielorruso uzbeko, kazajo, georgiano, armenio, estoniano, letón, lituano, moldavo, tártaro, azerbaidzhano, bashkirio, turkmenio y de otros idiomas de las naciones soviéticas, que sirvieron al viejo régimen burgués de estas naciones tan bien como sirven al nuevo régimen socialista.

Y no puede ser de otra manera. El idioma existe y ha sido creado precisamente para servir a la sociedad en su conjunto, como instrumento de comunicación entre los hombres; a fin de ser común para los miembros de la sociedad y único para ésta, sirviendo por igual a Sus miembros, independientemente de su situación de clase. Basta que el idioma "se aparte de esta posición de servicio a todo el pueblo, es suficiente que adopto una posición de preferencia y de apoyo a un grupo cualquiera en menoscabo de los demás grupos de la sociedad, para que pierda su calidad, para que deje de ser un medio de comunicación entre los miembros de la sociedad, para que se convierta en una jerga de un grupo social cualquiera, degenere y se condene a la desaparición.

En este sentido, el idioma, diferenciándose por principio de la superestructura, no se diferencia, sin embargo, de los instrumentos de producción, por ejemplo, de las máquinas, que son tan indiferentes a las clases como el idioma y que pueden servir por igual, tanto al régimen capitalista como al socialista.

Continuemos.

La superestructura es producto de una época, en el curso de la cual vive y actúa una base económica dada. Por eso, la superestructura no tiene una vida larga, se liquida y desaparece con la liquidación y la desaparición de la base dada.

El idioma, por el contrario, es producto de toda una serie de épocas, en el curso de las cuales se forma, se enriquece, se desarrolla y se pule. Por eso, el idioma tiene una vida incomparablemente más larga que cualquier base y cualquier superestructura. Esto explica, precisamente, que el nacimiento y la liquidación, no sólo de una base y de su superestructura, sino de varias bases y de sus correspondientes superestructuras, no conduzcan en la historia a la liquidación de un idioma dado, a la liquidación de su estructura y al nacimiento de una nuevo idioma con un nuevo léxico fundamental y un nuevo sistema gramatical.

Desde lar muerte de Pushkin han pasado más de 100 años. En este tiempo fueron liquidados en Rusia el régimen feudal y el régimen capitalista y surgió un tercer régimen, el socialista. Por consiguiente, fueron liquidadas dos bases con sus superestructuras y surgió una base nueva, socialista, con su nueva superestructura. Sin embargo, si tomamos, por ejemplo, la lengua rusa, veremos que en este gran intervalo no ha experimentado ninguna transformación radical y que la lengua rusa contemporánea difiere poco, por su estructura, de la lengua de Pushkin.

¿Qué ha cambiado durante este tiempo en el idioma ruso? Durante este tiempo se ha enriquecido notablemente el vocabulario del idioma ruso; ha desaparecido de él gran número de palabras anticuadas; ha cambiado el significado de un número considerable de palabras; ha mejorado e! sistema gramatical del idioma. Por lo que se refiere a la estructura del idioma pushkiniano, con su sistema gramatical y su léxico fundamental, se ha conservado en todo lo esencial como base de la lengua rusa, contemporánea.

Y esto es plenamente comprensible. En efecto, ¿para qué es necesario que después de cada revolución se destruyan la estructura existente del idioma, su sistema gramatical y su léxico fundamental y se les sustituya por otros nuevos, como ocurre habitualmente con su superestructura? ¿A quién le hace falta que "agua", tierra", montaña", "bosque", "pez", "hombre" "andar", "hacer", "producir", "comerciar",, etc., no se denominen agua, tierra, montaña, etc., sino de otra manera? ¿A quién le hace falta que las modificaciones de las palabras -en el idioma y la combinación de las palabras en la oración se hagan, no con arreglo a la gramática existente, sino por otra completamente distinta? ¿Qué provecho obtiene la revolución con semejante trastorno radical en el idioma? La historia, por regla general, no hace nada esencial sin que sea especialmente necesario. Cabe preguntar: ¿qué necesidad hay de semejante transformación radical en el idioma si está demostrado que la lengua existente, con su estructura, es completamente apta, en lo fundamental, para satisfacer las necesidades del nuevo régimen? Es posible y necesario destruir en unos cuantos años la vieja superestructura y sustituirla por otra nueva para dar libre curso al desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad; pero, ¿cómo destruir el idioma existente y construir en su lugar otro nuevo en unos cuantos años sin llevar la anarquía a la vida social, sin crear una amenaza de disgregación de la sociedad? ¿Quiénes, aparte de los Quijotes, pueden plantearse semejante tarea?

 

 

Ver el documento completo