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Nota: Guión para la charla-debate sobre lucha de clases y Euskal Herria, a celebrar el 30 de abril en Leioa. Como se ve más adelante, se recomienda la lectura del borrador titulado: Resumen y propuesta de historia marxista vasca, del 30 de octubre de 2010 a libre disposición en internet.

  1. Hablar de Euskal Herria y lucha de clases es, en primer lugar, hablar de qué método teórico empleamos, porque según el que usemos obtendremos un resultado u otro. Hay dos métodos teóricos enfrentados en todo: el capitalista y el comunista. En la actualidad y para esta charla-debate, podemos discernir cuatro grandes oposiciones absolutas entre ambos métodos en lo que concierne a la realidad vasca: la teoría de la propiedad privada o teoría de la explotación; la teoría del Estado y de la violencia o teoría de la opresión; la teoría del conocimiento o teoría de la dominación; y la teoría de la naturaleza o teoría de la perspectiva histórica.
  2. En las cuatro cuestiones -explotación, opresión, dominación y visión histórica- chocan abiertamente el método burgués o capitalista y el método marxista o comunista. No existe ni la más remota posibilidad objetiva de coincidencia siquiera táctica y fugaz, puntual y pasajera, entre ambas, aunque sí existe la creencia idealista y subjetivista, irracional, de que pueden existir «alianzas interclasistas estratégicas» entre explotadores y explotados, entre pueblo trabajador y burguesía. Sí pueden darse «alianzas tácticas» entre el pueblo y la pequeña burguesía, pero siempre caracterizadas por una contradicción interna que puede hacer que fracasen; a saber, ¿qué bloque social dirige esa alianza y hacia dónde, el obrero y popular, revolucionario, o el pequeño burgués, reformista? Hablamos de un debate clásico en la historia revolucionaria, al que volveremos en su momento.
  3. En realidad las cuatro cuestiones son una, son y forman la totalidad social con sus contradicciones antagónicas en unidad y lucha permanente, en automovimiento como totalidad. Desde esta perspectiva, y como iremos viendo, no puede existir separación total y absoluta entre estas cuestiones porque se interpenetran e interrelacionan mutuamente de modo que si bien podemos analizarlas en aislado en un momento preciso, siempre tenemos que comprenderlas en su unidad sintética, en su funcionamiento conjunto aunque con velocidades e intensidades relativas en cada una de ellas. Partiendo de aquí, no tiene sentido separar la denominada «cuestión nacional» de la denominada «cuestión social», como tampoco tiene sentido recitar el tópico de las dos caras de la misma moneda: la nacional y la social y plantear que una, la nacional, puede ser más importante que la social debiendo volcarnos más en ella que en la otra, o viceversa, que la social es más importante que la nacional, que la lucha de clases es más importante que la lucha nacional. Los dos errores acarrean consecuencias nefastas.
  4. Cuando al comienzo de la ponencia a debate recomendábamos la lectura del borrador Resumen y propuesta de historia marxista vasca, del 30 de octubre de 2010 a libre disposición en internet, es porque para poder seguir investigando la lucha de clases en la actual Euskal Herria necesitamos utilizar conceptos claves como el que define qué es la historia, qué son la explotación de clase, de sexo-género, de nación oprimida, y de nación vencida militarmente; también qué es el modo de producción y formación económico-social, explicados en ese borrador; necesitamos igualmente discernir qué era y cómo se expresaba la identidad colectiva, la escisión social y las clases enemigas en el comunismo primitivo, en el esclavismo, feudalismo y capitalismo; necesitamos estudiar cómo fueron creándose las clases dominantes vascas hasta llegar a la actual burguesía y qué relaciones establecieron con los Estados opresores para, entre otros objetivos, seguir explotando a sus clases explotadas; necesitamos marcar las diferencias entre la lucha de clases precapitalista y la capitalista, y entre la opresión nacional precapitalista y la capitalista, etcétera. En esta ponencia no podemos desarrollar estas y otras cuestiones que sin embargo son necesarias para conocer ahora el papel crucial del pueblo trabajador en un capitalismo militarizado, por lo que os remito a ese borrador.
  5. Dicho lo anterior, podemos pasar ahora a explicar las cuatro decisivas contradicciones que oponen al método burgués con el marxista. La primera es la teoría de la explotación y de la propiedad privada. Euskal Herria es una sociedad dividida entre una gran mayoría explotada y una minoría explotadora, una minoría que es propietaria de las fuerzas productivas, de las riquezas, de las tierras… Cuando hablamos de propiedad privada no nos referimos al viejo coche utilitario y al domicilio con sus bienes de primera necesidad y a algunos ahorritos, cuando los hay. Cuando hablamos de propiedad privada en su sentido fuerte y decisivo hablamos de ese 1,3% de la población que en 2012 acumulaba el 44,4% del PIB de la CAPV; o dicho al contrario, hablamos de ese pueblo trabajador asalariado que a pesar de haber aumentado del 84,1% en 2001 al 85,4% en 2012 en todo Hegoalde, sin embargo ha visto cómo su acceso al PIB ha descendido del 51,5% al 46,7% en el mismo período de tiempo. Otros estudios revelan que el pueblo trabajador ha perdido 3.714 millones de euros en lo que va de crisis, y que los salarios se han reducido en un 6% entre 2008 y 2011, o que en la CAPV las rentas del 34,7% no supera el umbral de pobreza. No hace falta decir que son las mujeres y las personas de tercera edad las más empobrecidas.
  6. La propiedad privada se concentra en una minoría cada vez más minoritaria, mientras que la mayoría popular es empobrecida cada vez más por la política burguesa. Pero aun siendo estremecedoras estas cifras y porcentajes, lo realmente decisivo es la estructura interna e invisible que mantiene en pie esta realidad externa. Para conocer esa estructura invisible hay que recurrir a la teoría de la propiedad privada y de la explotación social. La primera demuestra que la propiedad burguesa se sustenta sobre la violencia histórica brutal ejercida en el período de acumulación originaria del capitalismo, sobre la explotación del trabajo asalariado, doméstico y sumergido en el propio país y en el exterior, sobre la destrucción de la naturaleza, sobre la permanente acumulación por desposesión, etc. En nuestra historia, la acumulación originaria de capital vasco también se realizó mediante estos métodos y sigue realizándose en el presente, como lo indican los datos arriba presentados. La violencia reaccionaria también fue un decisivo instrumento de acumulación burguesa, y sigue siéndolo.

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