ZUTIK! 51. ETA-Berri. RELACIÓN ENTRE LOS FRENTES

(Marzo 69)

 

CONTENIDO

 

AÑOS 67-68

ALCANCE DEL AVANCE EN LA LUCHA DEL PTV

AGUDIZACION DE LA REPRESION

ANTECEDENTES QUE HAN HECHO POSIBLE ESTE SALTO EN EL NACIONALISMO VASCO

Desde la V Asamblea

Los objetivos de la burguesía nacional de la preguerra

Los errores de principio de la “izquierda” españolista

Un izquierdismo estrecho y antivasco

V ASAMBLEA

1. Puntos necesarios para elaborar una teoría revolucionaria vasca

2. Separación de la falsa dualidad liberación nacional-liberación social

II. LINEAS GENERALES DE UNA ESTRATEGIA A LARGO PLAZO

¿Por qué una nueva estrategia?

El por qué de los frentes de lucha

Una organización capaz de ejecutar las decisiones adoptadas

Medios económicos y materiales para subsistir

Fortalecimiento del aparato interno: crecer en amplitud y eficacia

Labor de propaganda política: el activismo especializado

HOY DE CARA AL FUTURO

UNIDAD OBRERA

El hecho evidente y las preguntas necesarias

Las bases reales de la unidad y las posturas de la izquierda españolista

La práctica revolucionaria factor fundamental de la unión obrera

UN PASO HACIA LA UNIDAD DEL P. T. V.

La creación de instrumentos de lucha más amplios entre la clase obrera a nivel nacional

ABERRI EGUNA

 

 

SUPERACION DE LAS LIMITACIONES TRADICIONALES IMPUESTAS

Publicado en vísperas del Aberri Eguna 69, constituye un intento de sintetizar los avances y enseñanzas logradas desde la V Asamblea. Recoge elementos de los números anteriores y profundiza en el aspecto de opción obrera y a la vez abertzale. Por ello tiene un claro tono polémico con otras opciones. El esquema del número era un trabajo realizado por los responsables del F.O., creado poco antes en Vizcaya.

Lo esencial del trabajo es el intento de concretar de manera más coherente la relación entre los cuatro frentes.

P.U.

 

AÑOS 67-68

 

 

A lo largo de los años 67-68 todos hemos sido testigos de la intensificación del movimiento revolucionario vasco: la actividad práctica desplazada a todos los niveles en este período de tiempo ha hecho que se den simultáneamente:

1. unos claros avances en el grado de combatividad y de concienciación del PTV.

2. Un agudizamiento de la represión hasta formas que algunos creían imposibles de darse en una fase de "apertura y progresiva liberalización" de las instituciones políticas fascistas.

 

ALCANCE DEL AVANCE EN LA LUCHA DEL PTV

Se ha podido observar unos claros avances en la actividad popular con respecto a las actividades realizadas en estos últimos años de dictadura fascista en el Estado español. Por primera vez en este período se ha saltado los límites impuestos a las formas de acción del movimiento nacional vasco, por una dirección política pequeño burguesa por su ideología y legalista-reformista por sus formas de lucha.

Al mismo tiempo, simultáneamente a esta actividad práctica, otro hecho ha venido a completar los avances realizados por el movimiento nacional vasco en estos periodos: la dimensión de clase ha entrado de lleno en amplias capas del P. T. V. La práctica desarrollada contra el aparato político del capitalismo, contra el Estado de los ricos, ha obligado a todos los que han luchado contra él, no sólo a declararse "socialistas" y desear un mayor bienestar económico, sino a descubrir los intereses y las necesidades de los trabajadores y posteriormente a pensar como trabajadores: es decir, a poseer conciencia y estrategia de clase.

ASI SE HA HECHO UNA REALIDAD EL NACIONALISMO REVOLUCIONARIO VASCO

AGUDIZACION DE LA REPRESION

ENTRADA DE LA CONCIENCIA DE CLASE EN NUESTRA LUCHA NACIONAL

Paralelamente al desarrollo de la teoría y de la práctica descrito del movimiento nacionalista, se ha dado el agudizamiento de la represión del sistema que todos hemos visto. La práctica abertzale ha hecho que todos los resortes del Estado español sean manipulados por la oligarquía monopolista en el poder para seguir manteniendo sus privilegios de clase a costa de los hombres, clases y pueblos sometidos al Estado español.

La ley de Bandidaje y Terrorismo, las tres declaraciones consecutivas del estado de excepción Guipúzcoa, su extensión posterior a todo Euzkadi-Sur, así como al resto del Estado español: las medidas especiales tomadas en este período por la Guardia Civil y la Policía Política (BPS); las declaraciones nerviosas y amenazadoras de "Guerra Caliente" y la gran campaña de prensa desatada por todos los medios de información; el endurecimiento de las condenas y el número de presos y deportados en la actualidad, tienen en conjunto la envergadura suficiente como para decir sin el menor asomo de demagogia y con el mayor espíritu de objetividad que a lo largo de estos dos años por obra de la práctica revolucionaria popular vasca y de la represión del Estado fascista español se ha creado una situación nueva, una relación de fuerzas nuevas que no consiste en ser simplemente distintas a las demás si lo que nos garantiza con toda la claridad de los hechos que es un paso adelante, una fase más alta en la lucha que realizamos.

 

ANTECEDENTES QUE HAN HECHO POSIBLE ESTE SALTO EN EL NACIONALISMO VASCO

Pero difícilmente podría comprenderse este cambio operado en la actividad política del nacionalismo vasco -y como consecuencia del Estado español- sin una mirada retrospectiva. El comienzo de este período tan importante no es de ninguna manera producto de la casualidad, sino que para nosotros coincide como un doble acontecimiento:

—por una parte el movimiento E.T.A. ha cumplido 10 años de vida. Este aniversario nos recuerda que ha habido 10 años de lucha. Durante este período de práctica (acertada unas veces, errónea otras) que sin ninguna duda ha servido entre otras cosas para sensibilizar a un pueblo que había perdido ya la esperanza en sus dirigentes, durante estos 10 años de sacrificios (en los que hemos tenido que oír con dolor los de ETA caen fácilmente) que la lucha de todos los días exigía se ha hecho posible el nacimiento de un embrión de resistencia organizada. Sobre la base de 10 años de resistencia organizada, lo ocurrido en estos dos últimos años tiene ya una explicación más lógica.;

—el otro acontecimiento fundamental es la realización de la V asamblea nacional, cuyas directrices teóricas han permitido también este salto adelante del pueblo vasco al hacer su aparición la práctica del nacionalismo revolucionario vasco.

Desde la V Asamblea

A partir de la V Asamblea Nacional ETA dos hechos hacen su aparición en el movimiento nacional vasco y hacen que se produzca un salto cualitativo en él.

Desaparece progresivamente y de una manera real la dirección política que las derechas habían ejercido sobre el movimiento nacional vasco. Esto daba lugar a que las reivindicaciones del PTV fuesen encauzadas hacia unos objetivos que no respondían a las necesidades e intereses reales del PTV hoy, sino a los intereses de la burguesía nacional de la preguerra.

Los objetivos de la burguesía nacional de la preguerra

Únicamente comprendiendo este punto podremos comprender que el estatutismo y las reivindicaciones legalistas-reformistas (concesiones del Estado español en el Parlamento) fueran sus metas políticas. El estatutismo y las reivindicaciones descritos no eran sino la expresión política de las necesidades económicas de la burguesía nacional vasca en la preguerra. La burguesía nacional vasca, clase que en ese momento controla el movimiento nacional vasco, al mismo tiempo que siente la presión popular por la independencia nacional tiene también unos intereses económicos que defender: estos intereses económicos son defendidos mediante un sistema económico arancelario, cuya expresión política es el Estatuto de Autonomía, es decir: una situación privilegiada de "a caballo de la legalidad vasca y la española".

Esta ideología que, como vemos, corresponde a las necesidades de la burguesía nacional en la preguerra, ha afectado después en la postguerra no solo a los objetivos políticos del PNV, sino sobre todo -y esto para nosotros tiene más importancia- al contenido de la ideología popular y a las formas que adopta su lucha de liberación nacional. De aquí que la ideología, burguesa en un principio y pequeño-burguesa después, de los portavoces tradicionales del nacionalismo desvíe y ponga topes y limites a la acción del pueblo vasco por su liberación.

Limites ideológicos —los vascos somos buenos, no somos violentos, no somos socialistas, etc.— cuyos efectos en la práctica era limitar al pueblo a que se dedicase a actividades folkloristas y deportivas e inofensivas, que desde luego tenían cualquier efecto menos el de dar conciencia al PTV de sus objetivos fundamentales hoy, cuando el control del movimiento nacionalista ha pasado ya de manos de la burguesía nacional a las del PTV, que tiene como necesidades básicas: reunificación nacional (Euzkadi-Norte y Euzkadi-Sur), Estado Nacional Vasco, y fortalecimiento de la personalidad popular vasca, mediante el desarrollo de la cultura nacional y la democracia socialista.

Desaparece progresivamente y de una manera real la ineficacia que la "izquierda" españolista ejercía sobre la clase obrera de Euzkadi.

Los errores de principio de la “izquierda” españolista

El novinismo de la "izquierda" españolista combatió el movimiento nacionalista vasco cometiendo un error de análisis al identificar la lucha del pueblo vasco por su liberación nacional con la lucha por las reivindicaciones reformistas y pequeño-burguesas a las que le arrastraba su burguesía. No quisieron enterarse del contenido popular y revolucionario que tenia la lucha de liberación con su dirección burguesa en un momento histórico dado, en lugar de intentar dar un contenido de clase al movimiento nacionalista. En vez de combatir la dirección burguesa y el lastre burgués del movimiento haciéndole cambiar prefirió combatir globalmente la reivindicación nacional vasca. Su acción era imperialista española sobre Euzkadi y por tanto anti-socialista.

La ignorancia y el oportunismo de toda la "izquierda" españolista ante la realidad nacional vasca les hizo identificar "lo burgués" con "lo vasco" y el socialismo y el progreso con la negación de la cultura nacional vasca. Partiendo de estos supuestos y apoyándonos según la coyuntura del momento en el hecho real de la inmigración —en la que según tal postura se revelan las esencias más puras de "lo obrero" se ha llegado a una concepción irreal de la clase trabajadora de Euskadi, pasando por alto su situación de dependencia nacional, ha conducido a afirmaciones como la que "el planteamiento nacional divide a los trabajadores".

Un izquierdismo estrecho y antivasco

Para comprender estas posturas hemos de tener antes cuenta que es

un hecho que las oligarquías en todos los lugares y en todas las épocas han controlado con éxito amplias capas del pueblo trabajador, porque como ya dijo alguien: "la ideología de las capas populares suele ser la ideología de la clase dominante"; pero si esto es en cierto modo lógico que ocurre entre las masas desconcienciadas, lo que ya no parece tan lógico es que fuerzas políticas que dicen representar a los trabajadores adopten ante el hecho de la inmigración y por tanto ante la clase obrera vasca y de la realidad nacional vasca una postura que impide la integración de los inmigrados en la dinámica nacional de su pueblo, de nuestro pueblo, Euskadi.

Adoptar estas posiciones (tradicionales del chovinismo de la izquierda españolista) así como pretender convencernos en nombre del socialismo de que el hecho de la inmigración anula el derecho de autodeterminación del PTB, es decir, anula la lucha de liberación nacional vasca, o pretender que el derecho de autodeterminación bajo una perspectiva de clase consiste en "unirse hoy para construir un Estado español obrero, mañana veremos si el pueblo vasco quiere la libertad nacional o no" no es ninguna expresión de la conciencia de clase sino una vulgar españolada.

Para resumir estos dos apartados, si la consecuencia de la línea política impuesta por la burguesía vasca fue el frenar el movimiento nacional vasco encorsetándolo en una ideología y unas formas de lucha inofensivas, e] efecto de la línea política impuesta por la izquierda españolista fue el impedir la unidad de proletariado vasco encerrándole en unos estrechos esquemas izquierdistas (de los que ahora, cuando la dimensión de clase ha entrado en el movimiento de liberación vasco, no sabe salir).

 

V ASAMBLEA

Con estos antecedentes —la derecha "nacionalista" y la "izquierda" españolista en el escenario de la lucha contra el franquismo— en Euskadi en la posguerra todos los que se sentían difusamente como patriotas socialistas —y ETA como una fuerza organizada de ellos— se debatían en un confusionismo ideológico que sólo ha podido ser superado por la incesante actividad práctica llevada a cabo en estos 10 años de lucha, y con la consiguiente represión sufrida (son cientos los años cumplidos por los militantes de ETA en las cárceles del Estado español). Partiendo de estos datos se realizó la V Asamblea Nacional, que tan trascendental iba a ser para nosotros. Tres aportaciones fundamentales se hicieron al nacionalismo revolucionario en ella:

1. esbozar los puntos necesarios para la elaboración de una teoría revolucionaria vasca;

2. desarrollar las líneas generales de una estrategia a largo plazo;

3. creación de una organización política capaz de ejecutar la línea adoptada.

1. Puntos necesarios para elaborar una teoría revolucionaria vasca

Pese a declararse en el año 1964 como socialista, en ETA faltaba la aplicación del pensamiento socialista a la situación concreta de Euskadi; este vacío impedía la creación de una teoría revolucionaria vasca, piedra fundamental sin la cual la lucha del pueblo de Euskadi no podía tener éxito. Con su colaboración se iban a destrozar los muros ideológicos con que chocó el poder tanto en nombre del "nacionalismo" como del "socialismo".

Para ello era necesario insistir en tres puntos: a) poner al PTV en el centro de nuestra lucha, b) clarificar el sentido de nuestra conciencia nacional de clase y c) romper la falsa dualidad la liberación nacional-liberación social.

a) El pueblo trabajador vasco, punto de partida de nuestra lucha

Un análisis objetivo del por qué de nuestra lucha nos llevó a examinar con rigor el carácter de la opresión que sufrimos y de la realidad social en que existimos: de aquí pasamos a identificarnos con el pueblo trabajador vasco y a definirnos como un grupo concienciado y estructurado de él.

El pueblo trabajador vasco compuesto por todos los hombres que venden su fuerza de trabajo en situación de dependencia nacional, por todas las clases populares vascas que sufren simultáneamente la explotación como clase y el aniquilamiento como nacionalidad; por ser el íntegramente oprimido, va a ser necesariamente el que mayor fuerza revolucionaria va a desplegar en la lucha.

Poner en el centro de nuestra lucha al P. T. V. nos lleva a tener en cuenta en todos los momentos la división de clases de nuestra sociedad y la destrucción de la realidad socio-cultural en que existimos; en una palabra, a clarificar el carácter de nuestra opresión nacional. Por todo ello, este hecho era el primer paso para edificar una teoría revolucionaria vasca, es decir, una visión de la situación real de los oprimidos que nos posibilite trazara largo plazo una línea de lucha en función de sus necesidades.

Romper los mitos que sobre el movimiento nacional vasco existían (y siguen existiendo) exige dejar bien claro quién es el centro de nuestra lucha y señalar que nuestra personalidad de hombres oprimidos se manifiesta en nuestra afirmación corno trabajadores vascos frente al sistema establecido; un sistema que nos niega radicalmente como clase trabajadora y como nacionalidad vasca.

Nuestra respuesta no podrá ser otra que la negación de esa negación: esto es, la afirmación de nuestra personalidad de trabajadores vascos; la práctica de la Revolución Socialista Vasca.

b) La conciencia nacional de clase

"No basta una ciencia nacional; no basta una conciencia de clase: es preciso una conciencia de clase nacional" (Acuerdos ideológicos de la V Asamblea). Para realizar la revolución socialista vasca no basta con que el P. T. V. exista y que un sistema que está hecho para responder a sus necesidades le oprima, es preciso además que los oprimidos tomen conciencia, se den cuenta de su situación. Este lo hace a través de los núcleos concienciados que el mismo pueblo crea. Entre nosotros ésa es la función de ETA: un núcleo concienciado y estructurado, creado por el PTV y que a la vez define la situación concreta en que se encuentra el PTV.

La función de este núcleo concienciado creado por el pueblo consiste desde este momento en recoger los deseos y aspiraciones que de una manera difusa e inconcreto sitúen las masas populares: sintetizarlas, elaborarlas, darles forma y devolvérselas otra vez al pueblo en forma de teoría revolucionaria popular que le ayuda a liberarse.

En nuestro caso el PTV va a reaccionar contra la opresión integral de que es objeto. Al ser explotado como clase va a reaccionar TOMANDO CONCIENCIA de su explotación: es decir, adoptando conciencia de clase.

Pero no somos oprimidos como trabajadores abstractos; el proceso de producción y la explotación económica no se realizan en la nada; se realizan en el seno de una realidad social definida por unas coordenadas culturales e históricas: esto es la nacionalidad. Por ello el carácter nacional de nuestra opresión y de nuestra lucha nos viene dado por el hecho de existir como trabajadores concretos; de ahí que la conciencia de clase de los trabajadores vascos ha de ser la que corresponde a una clase trabajadora en situación de dependencia nacional.

Asimismo, podemos llegar a la misma conclusión desde otro ángulo, en efecto, el PTV al reaccionar ante la opresión nacional con que es objeto va a hacerlo adoptando una conciencia nacional. Pero la conciencia nacional de los trabajadores vascos no puede pasar por alto su situación de clase. La conciencia nacional que corresponde a los trabajadores oprimidos nacionalmente, cuando el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales ha llegado a un punto tal como para que estalle la lucha de clases, es la conciencia nacional de clases.

2. Separación de la falsa dualidad liberación nacional-liberación social

El hecho de que los pueblos hayan seguido un desarrollo histórico desigual, hace que los caminos para pasar a una sociedad en la que se haya abolido en todas sus formas la opresión de unos hombres sobre otros, sea distinto. La de la liberación del hombre y del pueblo trabajador no es la misma para los kurdos, como para los egipcios; ni es la misma para los argelinos o los bretones; ni es la misma para los vascos o para los españoles. Todos estos pueblos (y todos los del mundo), tienen intereses comunes, y tienen trayectorias convergentes: la eliminación de la opresión y del imperialismo en el mundo. Pero todos se encuentran en una fase histórica distinta; mientras el pueblo trabajador francés dispone de un Estado nacional (instrumento político para desarrollarse) de carácter burgués y el pueblo trabajador polaco de un Estado nacionalsocialista y el pueblo trabajador de Arabia de un Estado nacional semi-feudal, los kurdos, los ingleses, los palestinos y los vascos no disponemos de ningún instrumento político para nuestro desarrollo como pueblo concreto.

Negar esta realidad, sólo un burgués, o un ignorante o un oportunista puede hacerlo. Conocerla y actuar de acuerdo con ella es el primer paso para desarrollar la lucha de liberación por el hombre y por el pueblo aquí, ahora; para practicar sobre bases reales la colaboración y la fraternidad entre todos los pueblos trabajadores del mundo; es decir, para hacer una realidad el internacionalismo proletario. Los pueblos oprimidos nacionalmente afirmamos que no hay internacionalismo proletario sobre la base del mapa consolidado por los aparatos políticos del capitalismo; afirmamos que el internacionalismo de los trabajadores no se apoya en las fronteras impuestas, sino en las realidades nacionales existentes, teniendo en cuenta además la fase histórica en que se encuentra cada pueblo.

Por todo lo dicho, para nosotros no existe esa falsa dualidad que contrapone o que desligue la liberación nacional de la liberación social; la liberación como pueblo de la liberación como clase: ambas no son más que un aspecto de un mismo problema que consiste en la liberación integral del hombre vasco hoy.

 

 

II. LINEAS GENERALES DE UNA ESTRATEGIA A LARGO PLAZO

¿Por qué una nueva estrategia?

Otro hueco que el nacionalismo burgués no podía rellenar era la elaboración de una línea política global y a largo plazo que respondiese a las necesidades e intereses del P. T. V. Antes hemos señalado como la dirección del movimiento nacionalista ha pasado de manos de la burguesía nacional a las manos del P. T. V. y el pueblo trabajador vasco tiene unas necesidades distintas a las de aquellos que llamándose "nacionalistas vascos" tienen unos intereses que no les permiten independizarse y salirse de los límites ce la legalidad establecida —a todo lo más caminar a caballo entre la legalidad vasca y la española— a no ser que dejen de lado esos intereses de la burguesía. Era necesario romper el casco estrecho en el que se movían los tradicionalistas del movimiento vasco.

El P. T. V. necesita una democracia socialista en una Euskadi libre; pero para ello hemos de luchar contra el Estado español, ¿cómo hemos de planificar nuestra lucha para destruirle? A esta pregunta no podía responder de la misma manera un reformista que un revolucionario; no podía responder la misma manera la burguesía nacional que el pueblo trabajador vasco sencillamente porque sus necesidades e intereses son distintos.

El por qué de los frentes de lucha

EL POR QUÉ DE LOS FRENTES DE LUCHA

A la pregunta planteada de ETA ha respondido con unos frentes de lucha, ya por todos conocidos. Estos frentes propuestos no son en ningún momento el producto de las elucubraciones de un grupo de terroristas. Vamos a mostrar que responden a un análisis real —hecho sobre la base de la práctica revolucionaria— de la situación del P. T. V. y del Estado español.

Veamos cómo:

Frente obrero

El pueblo trabajador vasco nos encontramos explotados económicamente: una oligarquía que defiende sus intereses de clase privilegiada se apodera del producto de nuestro trabajo. Varias clases populares sufren este hecho; pero en nuestra sociedad concreta, altamente industrializada, el proletariado industrial aparece como la más numerosa, la que ocupa un lugar más en el proceso de producción, la más consciente de su explotación económica y la que potencialmente tiene mayor capacidad de organización unitaria (si esto último no es una realidad, ello es debido a la postura de los grupos políticos de la izquierda españolista que, como luego veremos más detalladamente hacen imposible la unidad de la clase obrera vasca).

A esta situación concreta y real responde un frente de lucha que asegure la unidad, la organización desde la base y la fuerza del proletariado industrial de Euskadi para así golpear al enemigo —el Estado español—, asegurar la dirección de clase en el movimiento nacional vasco y garantizar la construcción de una democracia socialista para nuestro pueblo.

Frente cultural

El pueblo trabajador vasco nos encontramos lingüísticamente y culturalmente imposibilitados para desarrollarnos como hombres y como pueblo. El Estado español que nos oprime, destruye la base cultural que constituye el factor fundamental de la nacionalidad. La lengua y las manifestaciones artísticas

Las manifestaciones culturales y de todo tipo de la etnia vasca son asfixiadas por el aparato burocrático español; el mismo que niega la existencia o afirma la inferioridad de nuestra cultura nacional: el euskera no sirve para hoy: es una lengua de incultos y aldeanos; los vascos no tienen instituciones propias; no tienen historia; nuestra historia es la de España: la de los Reyes Católicos, Felipe Il y la conquista de América. Del sentido del Reino de Navarra, de las Juntas de Guetaria y de las guerras carlistas ni una palabra.

Toda esta alienación cultural se nos mete a través de los medios especializados del mismo aparato que materializa la explotación económica: el Estado español, nuestro enemigo a muerte. Dar conciencia de nuestra dimensión cultural vasca en los pueblos, barrios, agrupaciones artísticas, culturales, religiosa, etc. y en la Universidad no es, como algunos super "izquierdistas" pretenden —que aquí se juntan con los super-derechistas—, perder el frente nacional vasco, que siendo la resultante de toda la lucha en todos los frentes sea al mismo tiempo su director.

Frente militar

El instrumento que la oligarquía utiliza para defender sus privilegios a costa de la opresión de un pueblo, o varios pueblos -e] Estado- está respaldado por la garantía de las pistolas, las metralletas, los aviones y los tanques. Romper el aparato político supone romper el cuerpo armado que le sirve de soporte; y esto supone a su vez la lucha armada Ahora bien, ¿cómo preparar nuestra victoria een este terreno?, y sobre todo, ¿cómo iniciar la lucha en este frente? Los oportunistas que se han visto desbordados por el activismo popular de esta última época no tienen ningún reparo ahora en empezar a planificar sabia y eruditamente las fases de la insurrección armada (sin realizar ninguna acción en este terreno, por supuesto).

ETA ha iniciado la actividad de este frente no mediante teoricismos, ni esquematismos calcados de grandes revolucionarios, sino mediante la puesta en práctica del activismo especializado y demostrando con hechos y acciones concretas que podemos ser superiores frente a un enemigo que aún siendo en un principio mucho más fuerte que nosotros, es fácilmente vulnerable si sabemos elegir el momento y las condiciones de cada enfrentamiento parcial.

La continuidad sólo la lograremos si conseguimos consolidar una organización en la que el dirigente político es el jefe armado y las masas políticas los comandos de acción, lo cual no contradice la necesaria existencia de grupos altamente especializados.

Una organización capaz de ejecutar las decisiones adoptadas

La puesta en práctica de la línea política adoptada, exigía una organización adecuada, capaz de estructurar al pueblo trabajador vasco desde la base y capaz de iniciar el proceso de destrucción de los órganos reales de poder de la clase dominante: es decir, capaz de ir estableciendo progresivamente unas condiciones de lucha más altas, mediante el desarrollo de la acción-represión, esto es, mediante la puesta en práctica de los frentes de lucha del PTV. Ahora bien, esa minoría organizada necesitaba para ello. sucesivamente:

a) unos medios económicos y materiales de todo tipo para subsistir;

b) un aparto interno fuertemente estructurado para garantizar su subsistencia;

c) una labor de propaganda política para desarrollarse.

Medios económicos y materiales para subsistir

Las primeras acciones que hacen su aparición son las requisas de dinero de los Bancos de Vergara, Villabona (2 veces), Arechavaleta y en las empresas de Jata, Metacal... La explicación del por qué de estas acciones no necesitaba muchos argumentos; somos conscientes de que con ello no hemos dado ningún golpe mortal al capitalismo español. Otros eran nuestros objetivos al realizar las requisas: el primero, no dañar los intereses del pueblo trabajador vasco; segundo, fortalecer la organización que no es más que un instrumento defensivo del P. T. V. De esta manera el dinero conseguido por los capitalistas por la explotación del P. T. V. volvía a él con un contenido diferente.

Simultáneamente, vamos cubriendo las más mínimas necesidades materiales para subsistir: vehículos, casas, locales de reunión y asambleas, imprentas, laboratorios, listas de personas interesantes, información...

Abrir esta primera fase era el primer paso para poder fortalecer y desarrollar el aparato interno de la minoría organizada para que "el revolucionario" pueda moverse como el pez en el agua". El pueblo nos ha dado los medios que estaban a su alcance: alojamiento, ayuda material, información... pero siendo utópico pretender cubrir por éste medio todas nuestras necesidades —multicopistas, vehículos, dinero en grandes cantidades— hemos decidido que sean los grandes capitalistas quienes nos los proporcionen.

Fortalecimiento del aparato interno: crecer en amplitud y eficacia

El proceso revolucionario no debe confundirse con una acumulación de situaciones anarquizantes; en éstas las masas populares desprovistas de unos objetivos a conseguir, y abandonadas a la espontaneidad, chillan, gritan y patalean sin afectar lo más mínimo a los fundamentos del aparato político de los opresores; el Estado español. En el proceso revolucionario, por el contrario, el pueblo va estructurándose en la base con unos objetivos inmediatos a conquistar, con unas conquistas a defender, y con una organización política que le señala el camino a seguir, al mismo tiempo que golpea físicamente a los órganos de poder de la oligarquía: el aparato político. Cuando más fuerte sea el aparato político de la minoría organizada, más aceleramos el proceso revolucionario. Desmantelar la vanguardia estructurada de los oprimidos supone desviarla de sus objetivos, y por tanto, debilitar su fuerza y retardar en varios años el cambio del sistema de la represión de la oligarquía capitalista por las estructuras de liberación del pueblo trabajador vasco. Por ello desde el primer momento una de las preocupaciones más grandes para nosotros fue ampliar y estructurar la base, cubrir todas las zonas en Euskadi, al mismo tiempo que poníamos todo nuestro aparato interno *en condiciones de integrar y estructurar a toda la gran cantidad de nuevos militantes que el mecanismo acción-represión había radicalizado y les había hecho pasar a la acción de una forma organizada. El resultado ha sido una crisis de crecimiento permanente en la que nos hemos visto y nos vemos desbordados por la base. A pesar de todo, podemos garantizar que el grado de fortaleza que ofrece hoy en 1969 el aparato interno de ETA no admite comparación con ninguna época anterior.

Labor de propaganda política: el activismo especializado

La minoría organizada no puede desligarse de las masas populares;  es preciso el contacto recíproco constante; para ello existe la propaganda política, es decir, de actividad mediante la cual la minoría organizativa clarifica ante el pueblo su condición de oprimido, cuáles son su mecanismos de liberación y represión y muestra la naturaleza violenta de los instrumentos de represión que utilizan los opresores, a través de su aparato represor: el Estado español.

Los medios utilizados para realizar la propaganda política han sido varios Zutik-Berriak, revista técnica "Iraultza", publicaciones especializadas por zonas, —Argia, Ekintza, Boga-boga, Gora...; publicaciones especializadas por frentes: frente obrero, frente cultural—. Como vemos, la labor —con todos sus defectos que no negamos— ha sido de todo tipo: de formación, de información, de agitación... Todo ello ha ido multiplicándose a lo largo de los dos últimos años.

No obstante, vamos a insistir en una forma de propaganda nueva entre nosotros, que consiste en el activismo especializado. Somos conscientes de que con estas acciones no vamos a romper en dos días la maquinaria estatal española; pero sí vamos a conquistar unas bases de lucha más altas para el pueblo. Sabíamos que el activismo especializado iba a servirnos de propaganda a diferentes niveles; mediante él el pueblo se radicaliza más que con 10.000 publicaciones y pasa a estructurarse en las fuerzas políticas organizadas; mediante él se demuestra la naturaleza violenta del Estado español y, al mismo tiempo, que no es todopoderoso: que se puede luchar contra él y herirle si nosotros elegimos el lugar y el momento adecuado; que se puede liquidar a Manzanas, poner un plástico en los lugares de diversión de la oligarquía (como el Marítimo de Neguri) o en los cuarteles y comisarías de la Policía o Guardia Civil, romper las antenas de la TVE, requisar el dinero que le es robado al P. T. V.

Es decir, que un frente militar oportunamente puesto en práctica no sólo tiene repercusiones propagandísticas puramente "periodísticas" sino totalmente políticas, tanto a nivel nacional, como a nivel de Estado español.

Veamos cómo:

—descolocando a los grupos oportunistas reformistas, teniendo que renegar de su línea primitiva desbordados por los acontecimientos, enganchándose al carro de la dinámica popular como buenamente pueden; o tienen que hundirse más en el reformismo y la inactividad, desacreditándose ante el pueblo. Este hecho se puede comprobar en Euskadi con grupos que se llaman socialistas y abertzales;

—al mismo tiempo la izquierda españolista ha quedado desbordada ante la dinámica del Movimiento Nacional, intentando engancharse también al carro del nacionalismo como malamente pueden y prometiendo "reconsiderar el problema vasco" (?);

—el Estado español queda desenmascarado ante el pueblo y ante las masas políticas que aún no han comprendido que su naturaleza es fascista y que nos encontramos en la fase monopolista del capitalismo;

- el pueblo trabajador vasco se integra en la lucha de una forma organizada. El Estado español no ha sido aún derrotado en el terreno de las armas; sin embargo no hemos de olvidar que las batallas definitivas se ganan o se pierden en el terreno político. Es aquí donde el pueblo de Euskadi ha salido triunfante por ahora y el Estado español ha sufrido una derrota seria: la "apertura" y la "institucionalización" de la dictadura ha sufrido un golpe duro.

 

 

HOY DE CARA AL FUTURO

A lo largo de todos los puntos anteriores hemos tratado de encuadrar nuestra posición hoy; de explicar a todos cuál es nuestra situación y las causas que han hecho que en este momento concreto aparezcamos de esta manera concreta.

Hoy de cara al futuro se nos plantean muchas cosas por hacer. La traición de algunos de los dirigentes tradicionales del Movimiento Nacional Vasco ha hecho inevitables todo tipo de desviaciones, fraccionamientos, estancamientos y saltos bruscos en nuestra lucha de liberación. Por ello muchos puntos hay que tratar hoy de cara al futuro, si queremos que ETA, el joven movimiento que surgió como una minoría capaz de convertirse en la resistencia organizada, sea capaz hoy de organizar la revolución de las masas populares vascas.

En posteriores Zutik iremos tocando diversos puntos fundamentales para evitar desviaciones y estancamientos. Hoy vamos a tocar el de la unidad obrera: consideramos que su realización es necesaria para realizar la revolución vasca.

UNIDAD OBRERA

El hecho evidente y las preguntas necesarias

La división entre los que luchan es siempre un freno. Hoy el pueblo trabajador vasco dividido en la lucha. Este hecho es el punto de partida tan sencillo y tan claro que nos lleva a plantearnos con un poco de amplitud el problema de la unidad obrera.

Necesitamos la unidad en la lucha para conseguir nuestra liberación total: es decir, para conseguir una democracia socialista en una Euskadi libre. Ahora bien, ¿quién es el causante de la división de los trabajadores? ¿quién es el que hace imposible la unión? Tiene algo que ver en esto la situación de dependencia nacional en que se encuentra el P. T. V? (¿Con qué caracteres y por qué surge la división en Euzkadi? ¿Cuáles son las bases mínimas para realizar la unidad, aquí, ahora? ¿Por qué vía va a venir la unidad? ¿Qué grupos organizados aportan más a la unidad proletaria?: los que pasan la vida teorizando sobre una abstracción de la clase obrera y sacando manifiestos sobre ella; los que para conseguir esa supuesta unidad descienden su nivel de lucha y entran en la vida reformista; o los que radicalizan la lucha de los oprimidos mediante la práctica revolucionaria a todos los niveles y ponen en juego el mecanismo acción-represión-acción?)

Todas ellas son preguntas necesarias al hablar de unidad. Tenerlas en cuenta y tratar de responderlas, sinceramente contrastando todo ello con la práctica, es una condición necesaria para que la unidad obrera se convierta en algo más que la cortina con que los tecnicistas de la revolución de papel pretenden cubrir su falta total y absoluta de práctica revolucionaria, en algo más que el chantaje con que la izquierda española olvida la lucha de liberación nacional del P. T. V.

Las bases reales de la unidad y las posturas de la izquierda españolista

Hay personas y grupos políticos que hablan de unidad entre los hombres y de la fraternidad entre ellos, pasando por alto (muy elegantemente, eso sí) sus condiciones concretas de existencia; es decir, pasando por alto si unos son oprimidos y otros opresores. Está claro que una unión sobre la base de que es posible la solidaridad y la fraternidad entre opresores y oprimidos, no tiene sentido.

El fascismo en toda sus variantes no cesa de hablar de unidad entre las clases unidad imposible y absurda por la sencilla razón de que se apoya sobre la base de opresión entre los hombres. El imperialista también en todas sus variantes no cesa de hablar de unidad entre los pueblos, sobre la base de la opresión nacional, sobre la base de la negación de una nación por una maquinaria estatal estimable. Esta claro que hacer abstracción, pasar por alto las situaciones concretas en que se encuentran los oprimidos, al mismo tiempo que hacer llamadas a la unidad, es el chantaje más hiriente que se puede hacer a los que necesitan esa unidad.

Todo esto esta caro, pero es necesario insistir en ello porque los trabajadores vascos, tenemos que reconocerlo, no tenemos tradición de lucha obrera con conciencia de clase, hemos visto estupefactos como las aberraciones más grandes del imperialismo en todas latitudes y el fascismo en el Estado español son introducidas en Euskadi bajo la etiqueta izquierdista por grupos que se llaman socialistas, comunistas, socialistas-revolucionarios, marxistas-leninistas, católicos progresistas, etc., que, estando en desacuerdo entre ellos en todo, manifiestan una coincidencia misteriosa al tratar sobre el hecho nacional vasco.

Esta coincidencia no es tan misteriosa, de todas formas, como a primera vista puede parecer, pues detrás de toda ella se encuentra una postura muy concreta: la de izquierda españolista; es decir, la versión izquierdista del imperialismo y del chovinismo españolista.

La izquierda españolista habla de unidad obrera pasando por alto las condiciones en que está el pueblo trabajador vasco, esto es, pasando por alto su dependencia nacional. Ignorando este punto de partida, fundamental para plantear sobre bases reales y objetivas la liberación del trabajador vasco, todo lo que se haga a partir de aquí, conduce a cualquier cosa menos a la unidad real de P. T. V. en su lucha por una democracia socialista en una Euskadi libre.

La izquierda españolista habla de unidad obrera desde unos presupuestos españolistas o identifica (no sabemos en virtud de qué místicas razones) la colaboración práctica de todos los pueblos trabajadores sometidos en el Estado español —que nosotros defendemos con todas nuestras fuerzas— con el sagrado respeto a las fronteras estatales establecidas que dividen a nuestro pueblo —que nosotros combatimos con todas nuestras fuerzas— fronteras que desde luego no han sido una construcción popular, sino la imposición por la fuerza de los reyes y generales españoles (y franceses), opresores de nuestro pueblo, desde los Reyes Católicos y Felipe II hasta Espartero y Franco.

La izquierda españolista habla de unidad obrera desde presupuestos abstractos y considera al pueblo trabajador vasco como una suma de seres abstractos sin ninguna dimensión histórica y sin ninguna coordenada socio-cultural que los defina_

La izquierda españolista dice: puesto que el "problema" (?) nacional nos desune, unámonos hoy los “obreros" para construir un estado obrero (sobre la base del actual estado español, claro); mañana veremos si el P. T. V. quiere una Euskadi libre o no. En esta decisión del P. T. V. expresada probablemente mediante referéndum (este punto todavía no nos lo han especificado muy bien) consiste el derecho de autoderminación de Euskalerria porque el pueblo vasco según tan ilustres izquierdistas no se está autodeterminando hoy y ahora con su  lucha contra el Estado español, ni se ha autodeterminado nunca a lo largo de su historia, sino que tendría que esperar para "autodeterminarse” a los decretos de algún “hombre de izquierdas" en el futuro Estado socialista español.

La izquierda española confunde sistemáticamente internacionalismo con españolismo y no ve ni quiere ver en el nacionalismo revolucionario vasco la expresión concreta del internacionalismo proletario en un país en situación de dependencia nacional, como lo vemos claramente las clases populares de Euskalerria, sin una mezcla de racismo, clreicalismo, política de campanario y concepciones pequeño-burguesas.

La izquierda españolista afirma que el Estado es un factor de unión de todos los trabajadores y que el Frente Nacional Vasco les desune; nuestro mayor enemigo no seria el instrumento político del capital monopolista (en nuestro caso el Estado español) sino la colaboración práctica de todos los vascos dispuestos a golpear al sistema. El Frente Nacional Vasco sería, según ellos, una maniobra de los "burgueses" y no una necesidad de las clases populares de un pueblo en situación de dependencia nacional.

La izquierda españolista dice que la realidad nacional divide a los trabajadores: ignoran que lo que divide a los trabajadores es la opresión nacional y a los que luchamos por la liberación de Euskadi nos llaman separatistas. A esto hemos de contestar que el Imperialismo es la forma suprema y más inhumana de separatismo si bien el centro del imperialismo mundial son los E. E. U.U. a algunos despistados izquierdistas hay que recordarles que el imperialismo no es solo cosa de americanos, sino que nos explique qué nombre tienen en término político la imposición de un aparato político extranjero en otra nación.

Esta izquierda españolista no tiene nada de socialista y lo tiene todo de españolista: sus posturas ideológicas y su falta total de práctica revolucionaria en todas sus variantes, hacen imposible la unidad del P. T. V. en su LUCHA POR UNA DEMOCRACIA SOCIALISTA EN una Euskadi libre al pasar por alto la situación de dependencia nacional en que se desenvuelve el pueblo trabajador vasco, es decir, al pasar por alto las bases reales de existencia de los trabajadores vascos.

Los años 62 y 63 señalan claramente un aumento del grado de conciencia y radicalización del Movimiento Nacional Vasco; señala simultáneamente una pérdida de la clientela que en el Movimiento Obrero conservaba la izquierda españolista, hoy ya rara es la persona o grupo político que se atreve a llamarse españolista como ocurría hasta hace muy poco tiempo y ponen en sus escritos la palabra Euskadi, no obstante las posturas que defienden (cada vez con menos fuerza) como las que hemos descrito en este apartado, nos demuestran que el chovinismo españolista "por la izquierda" sigue existiendo.

La práctica revolucionaria factor fundamental de la unión obrera

La unidad obrera no va a venir por un acuerdo en las alturas entre los representantes de todos los grupos políticos; tampoco va a ser la resultante de un conjunto de buenas voluntades; menos va a venir la unidad obrera mediante una acumulación de reivindicaciones espontáneas. Todo esto es necesario, los contactos entre los grupos políticos, la buena voluntad y la plataforma reivindicativa hay que tenerla en cuenta si queremos conseguir lo que pretendemos; pero para conseguir la unidad obrera no basta con proclamarlo en manifiestos; es necesario poner las bases reales en la práctica sobre las que se va a asentar esta unidad; y la base fundamental es la radicalización de la lucha mediante la práctica revolucionaria.

Ahora bien, como se consigue esa radicalización en la lucha y en qué consiste esa práctica revolucionaria de que hablamos?

El proceso sería:

1. Reivindicaciones económicas (de tipo análogo) a nivel de empresa.

2. Negativa empresarial.

3. El conflicto se lleva al sindicato ya que este es (teóricamente al menos) es representante de los trabajadores.

4. El sindicato se ve incapaz de resolver nada y se pone de parte del capital y contra los obreros; los tribunales además fallan contra los obreros.

5. Los trabajadores reaccionan entonces con hojas, paros, huelgas, a nivel de empresa.

6. La dirección se verá obligada a las amenazas y a los despidos.

7. Los trabajadores de algunas empresas se solidarizan con los de la empresa en conflicto (naturalmente esto no será una obra de espontaneidad de los trabajadores, sino del grado de representatividad, estructuración y politización que demuestren los Comités de empresa, sobre todo los de los más fuertes). Surgirá así la unión en la práctica para acciones concretas como manifestaciones, paros, y acciones análogas que superen ya el nivel de la empresa.

8. Las fuerzas del orden reprimirán por la fuerza en la calle a los manifestantes, golpearán a la gente en la calle, detendrán, torturarán al amigo, al hermano, al novio.

9. Este es un momento importante que debemos tener en cuenta todos los trabajadores y en especial los grupos organizados que se dicen representantes de la clase obrera. En este momento es cuando se ve claro la ligazón que existe entre las jerarquías sindicales, Gobierno Civil, dirección empresarial y fuerzas policíacas: en este momento la oligarquía y su instrumento político, el Estado fascista español, demuestran cuál es su verdadera cara, tienen que dejar de hablar de bienestar, orden y paz y tienen que encarcelar, torturar y deportar a los conocidos del barrio, de la fábrica o de la familia. La lucha entra en una fase más alta: hasta ese momento los comités, comisiones o grupos estructurados a nivel de empresa son además de fundamentales, suficientes en todo proceso: a partir de este momento siguen siendo funda mentales pero no suficientes, los grupos organizados entran en acción.

9. Grupos especializados, dan un susto al jefe de la empresa que no se haya distinguido precisamente por su amor a la clase obrera; queman diez coches de la policía armada, o raptan a un ilustre varón de la categoría de Gondra, por ejemplo.

10. La represión de la chacurrería se agudiza más aún, se pondrá más al descubierto y ya a nadie se le ocurrirá hablar de paz y de orden, sino de juicios militares, condenas de muchos años y estados de excepción.

11. La propaganda por parte de !os trabajadores será más intensa y adquirirá nuevas formas; propaganda por medio de breadas en las calles, fábricas, etc. La propaganda será ya, además, netamente política, exigida así por la base.

12. Numerosos trabajadores habrán comprendido claramente cual es la naturaleza del Estado español y estarán dispuestos a pasar a la acción.

La clase obrera, a la cual a lo largo de este proceso se le habrán sumado otras capas populares, comprenderá que la satisfacción de 400 ptas. —reivindicación que es una necesidad humana— no se podrá hacer nunca en un sistema económico-político capitalista; comprenderá que para conseguir siquiera una reivindicación económica que responda a las necesidades humanas, es todo el instrumento político del capitalismo el que hay que romper; ello nos llevará a profundizar en la naturaleza del Estado que tenemos encima, y veremos que es el mismo Estado que nos niega las reivindicaciones económicas en la empresa, el que nos prohíbe, por ejemplo, la enseñanza de la lengua nacional, el euskera, allí donde es el medio de expresión normal entre la gente; y el mismo Estado el que hace imposible que los hijos de los trabajadores tengan acceso a la misma cultura y a las mismas universidades que los hijos de los burgueses; el que hace imposible la existencia de la Universidad Popular Vasca.

Una simple reivindicación cultural o de cualquier tipo es capaz de desencadenar un proceso como el descrito (siempre que exista un grupo revolucionario que lo canalice, claro está) que conduzca a las masas trabajadoras al convencimiento de la imposibilidad del sistema para satisfacer sus necesidades integrales como hombre, y que le lleve a comprender la naturaleza del sistema, porque le habrá obligado a enfrentarse con él.

A lo largo de todo el proceso la unidad será un hecho; cuanto más se radicalice la lucha, cuanto más se agudice, la unidad será más estrecha y más sincera; además la unión será —sin perder de vista la plataforma reivindicativa— una unión para unos objetivos concretos y más elevados que las simples reivindicaciones. Será el propio aparato estatal español el que se ha revelado como enemigo y como enemigo abierto que emplea todas las armas contra todo el P. T. V.: su destrucción aparecerá como un objetivo común para toda la gente, incluso hasta para los que antes no lo eran. Esto nos hará crear instrumentos de lucha más amplios en el seno del pueblo trabajador vasco que nos ayuden mejor a luchar organizadamente por nuestra liberación; será necesario en una palabra, la unidad de todos los oprimidos para conseguir unos hombres libres en un pueblo libre.

En el desarrollo de una lucha de este tipo son necesarias muchas cosas: la información y la propaganda, las escuelas sociales y las represalias físicas, huelgas pacíficas y manifestaciones violentas, sabotajes y voladuras, ejecuciones y estados de excepción. En la colaboración vendrá la unidad real del P. T. V. y la organización, partido o movimiento que sea capaz simultáneamente de golpear al sistema y concienciar y estructurar en su base al pueblo, será su vanguardia revolucionaria, es decir, un instrumento real y eficaz en la lucha del P. T. V. para construir una democracia socialista en una Euskadi libre.

 

 

UN PASO HACIA LA UNIDAD DEL P. T. V.

La creación de instrumentos de lucha más amplios entre la clase obrera a nivel nacional

Estructurar, unir y movilizar a todo el proletariado industrial no va a ser obra en exclusiva de un grupo; un grupo todo lo más se puede convertir en vanguardia organizada de la lucha; la práctica dirá quién es ese grupo. Pero la movilización total sólo se podrá hacer mediante un frente de lucha (en este caso un frente obrero) en el que entraríamos todos aquellos que partiendo de la existencia del pueblo trabajador vasco, caracterizado por tener que vender su fuerza de trabajo en situación de dependencia nacional, tengamos una meta común, la construcción de una democracia socialista en una Euskadi libre.

Todos los que somos conscientes de ese punto de partida y estamos de acuerdo en esa meta final, podemos hacer juntos más de lo que en un principio podemos creer. Nosotros creemos honradamente que son necesarios todos los pasos, todas las acciones descritas; pero si alguien cree que parte de ellas son innecesarias, colaboremos en las comunes con toda sinceridad y sin ninguna reserva. Los comités de empresa nos parecen buenos y en ellos colaboraremos; las publicaciones nos parecen buenas y necesarias y procuraremos intensificarlas, abriéndolas a todos los que están interesados en que en Euskadi exista a nivel nacional un frente obrero revolucionario, con carácter nacional vasco; los contactos con los grupos políticos de oposición son igualmente necesarios para realizar cualquier acción amplia; el activismo especializado nos parece tan importante como todo lo anterior. Si alguien hay decidido a colaborar con nosotros en todas o en algunas de estas actividades, colaboraremos. Pero que quede claro: una democracia socialista en una Euzkadi libre; dentro de esa línea todo lo que se quiera; fuera de ella nada. La unidad del P. T. V. exige la lucha con los enemigos de esa unidad; es decir, con los que mantienen posturas social-reformistas o social-españolistas (que por regla general suelen ir unidas).

El frente obrero no es un grupo político nuevo; es un frente de lucha global del pueblo trabajador vasco en el que se asegura la hegemonía del proletariado industrial. Todos los que nos identifiquemos con el P. T. V., es decir, los que vendemos nuestra fuerza de trabajo en situación de dependencia nacional y somos conscientes de ello, tenemos la necesidad de ir creando instrumentos de lucha más amplios que los existentes. Frente obrero pretende realizar esa función a nivel de clase obrera industrial.

Los trabajadores vascos por nuestra situación de dependencia nacional necesitamos un Frente Nacional Vasco. Este Frente Nacional lo dirige el proletariado industrial o no hay Frente Nacional; se va a hacer sobre la base de las fuerzas políticas existentes, aunque no va a ser la simple suma de ellas; va a ser la creación por la base de frentes de lucha impulsados por esas fuerzas políticas; he aquí la responsabilidad de los grupos organizados. Un frente obrero sobre la base de todos estos razonamientos no pretende otra cosa que asegurar la dirección de la clase obrera industrial en el Frente Nacional Vasco.

 

ABERRI EGUNA

El día del Aberri Eguna es, sobre todo, el día del pueblo trabajador vasco. No sólo porque el trabajador es el sector más numeroso de Euskadi, sino porque, hoy, el trabajador es el explotado y por lo mismo el más sensible a la injusticia, a la opresión que sobre él ejerce el capitalismo y el Estado español que lo respalda. El pueblo trabajador vasco es el que sufre y el que más ha luchado y lucha contra el opresor. El P. T. V. es el que mayores cualidades y posibilidades reúne para la lucha. La revolución socialista vasca sólo la puede hacer, hoy, el pueblo trabajador vasco.

El Aberri Eguna es hoy, para el pueblo trabajador vasco un día de lucha. Es el día en el que el P. T. V. debe patentizar todas las reivindicaciones que tiene planteadas. El día de Aberri Eguna debe ser el día en el que más fuertemente sintamos la opresión a la que el pueblo trabajador vasco está sometido. Es el día en el que el P. T. V. debe vivir su derecho a ser un pueblo libre en una Euskadi libre.

La sola abstención es insuficiente para que el Aberri Eguna tenga todo el sentido que debe tener para el pueblo trabajador vasco. El P. T. V. debe expresar también de forma positiva en ese día su oposición al imperialismo que sobre Euskadi ejerce el Estado español. El pueblo trabajador vasco debe exigir de forma positiva el ejercicio de los derechos que actualmente le son negados.

Aberri Eguna debe continuar, a pesar de las circunstancias actuales, la experiencia de manifestarse. La abstención sola no basta. El pueblo trabajador vasco debe estar en la calle el día de Aberri Eguna.

 

ABERRI EGUNA ES EL DIA NACIONAL

ABERRI EGUNA ES EL DIA DEL P. T. V.

ABERRI EGUNA ES UN DIA DE LUCHA

ABERRI EGUNA: LA ABSTENCION NO BASTA

ABERRI EGUNA: MANIFIESTATE

 

PUEBLO TRABAJADOR VASCO: MANIFIESTATE

PUEBLO TRABAJADOR VASCO: ABERRI EGUNA ES TU DIA

Lugares de la manifestación

BILBAO: Desde San Antón al Arenal Hora: 12 del mediodía.

DONOSTIA: Boulevard. Hora: 12 del mediodía

GAZTEIZ: Calle Dato. Hora: 12 mediodía y 7 tarde.

IRUÑA: Plaza del Castillo. Hora: 12 al mediodía.

EIBIAR: Plaza de Unzaga. Hora: al mediodía

BAYONA: Rue Gordelier. Hora: 12 del mediodía.

 

Si no re es posible acudir a alguno de estos puntos, manifiéstate siguiendo las consignas de tu zona.

 

GORA EUZKADI

ETA

 

Marzo 1969