Categoría: Barneko-gora-beherez
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BARNEKO GORA-BEHEREZ 1

(1968-1969)

colección“BARNEKO GORA-BEHEREZ” zabalkundea  

 

NOTA A LOS BARNEKO GORA-BEHEREZ

Sustituyen en ETA-BERRI al "Kemen" como órgano debate interno. Se editaron siete números, los últimos tras el abandono de las siglas ETA. Nótese en el número 5 el cambio respecto al léxico empleado hasta este momento. A partir del razonamiento y conclusión central: "España es una nación (preámbulo) desaparecen los términos como "Pueblos Peninsulares "Pueblos Ibéricos", "Estado Español"... y aparecen “España” "Nación española", "Pueblos de España", "resto de España” "Pueblos y nacionalidades de España"...

J.N.

 

etorkizunari begira

SARRERA HITZ BATZU

 

Organizazionaren barnean planteatzen diren prolemak elkarrizketaren bidez aztertu nahi ba ditugu, idatzi egin beharko dugu. Bestela, seguridade apur bat euki nahi izan ezkero, ez dago militante guziei parte har-arazteko beste biderik.

Sail hontan ba da, militantek idatzitako lan polemiko guziak argitaratuko dira, Nazio-Idazkaritzaren juizioan denontzako interes ta garrantzia baldin badute.

Lan oro hoiek, militante guziek irakurri behar dituzte, eta taldeetan diskutitu. Ondoren, zelula bakoitzak, komentario batean, azaldu beharko ditu bere opinioak: irakurritako tesisekin ados dagoen ala ez, zer erantsi edo kenduko luken, eta diskusioa argitzeko beste dato guziak.

Sail hontako lehenengo lan honetan, hiru gai aztertzen dire: organizazioaren bizitz askatasuaren (aizkeneko urte ta erdia) ideialoji-balantzea; ETA’ren jokabidea eta Euzkadi’ko Langille-Partiduarena; eta aizkenik, organizazioaren estruktura berrien idartzea, militanteen aprobazioa izan ondoren.

Hemen argitaratzen diren aburuetatik, batzuk basearen pentsaera bera dire, eta lehenagotik ezagunak; baiñan ba dire ideia, tesis eta planteamendu berriak, behin ere esan ez direnak, lan honen egillareanak besterik ez direnak. Ideia ta juizio berri hoiek dire elkarrisketaren agi izan behar dutenak.

Diskusioa planteatu ondoren, azaldutako gaieri buruz jarraituko du, militantek puntu bate edo lan guziei dituen erantzunekin. Erantzun hoien berri, ahal dan bezain aguro izango duzute.

Nazio-Idazkaritzak

 

ante el futuro

 NOTA DE PRESENTACIÓN

Si queremos extender la discusión sobre los problemas que internamente se plantean a la organización, habremos de usar las comunica cienes escritas. Es la única forma de hacer partícipes a todos los militantes sin que la seguridad se resienta.

Partiendo de esta consideración, se publicarán todos aquellos escritos de tipo polémico que a juicio de la dirección encierren un indudable interés para todos.

Los estudios de este género han de ser leídos por todos los militantes y discutidos en grupo, enviándose a continuación por parte de cada célula un comentario en el que se indique la conformidad o disensión con lasa tesis presentadas, en el que se sugieran las correcciones que se crean oportunas, en el que so prolongue la discusión aportan de nuevos elementos, etc.

Este trabajo, que inaugura la colección "BARNEKO GORA-BEHEREZ" toca tres temas de importancia: balance ideológico de año y medio de existencia orgánica independiente, papel de ETA y del Partido Proletario Vasco y alcance de las reformas que se están operando en el seno de la organización tras su reciente aprobación por los militantes.

Algunos de los puntos de vista sustentados son representativos del modo de pensar de la base y han sido expuestos en otras ocasiones. Pero, junto a ellos, se enuncian postulados, se pronuncian juicios, se emiten tesis que no han sido aún discutidas y que, por lo tanto, no pueden reflejar sino las concepciones de los autores del texto. Es precisamente sobre lo nuevo -y discutible- sobre lo que in-vitamos a reflexionar más ampliamente.

Una vez abierto el debate sobre los puntos aquí esbozados, ha de sor continuado merced a las respuestas globales o parciales que se reciban, de las que se dará cuenta cuando transcurra un plazo de tiempo adecuado.

El S. N.

 

 

I. AÑO Y MEDIO DE ENRIQUECIMIENTO Y DEPURACION

La escisión operada en el seno de ETA en diciembre de 1966 y Enero de 1967 fue el punto de partida de un original proceso de configuración de una organización revolucionaria del proletariado vasco. La tradición comunista en Euskadi es tan pobre —y tan remota— que no ha conseguido ofrecer a la clase obrera de nuestros días una base organizacional sobre la que edificar el partido obrero; las tareas más elementales han debido ser acometidas por militantes excesivamente jóvenes e inexpertos que han hecho su aprendizaje de la ciencia marxista y de la política comunista una vez inmersos en la acción.

No es de extrañar que, al principio, no tuviéramos muchas más armas que nuestra voluntad revolucionaria y una dosis de honestidad ciertamente apreciable. Junto a estas armas, poseíamos una serie de taras a la cabeza de las cuales figuraba el idealismo socialista obrerista que, aunque en pocos meses habría de ser liquidado, antes habría de engendrar (o mantener con vida) unas cuantas desviaciones que en distinto grado han sido perceptibles hasta, seguramente, hace seis u ocho meses.

Las más notables de estas desviaciones fueron las siguientes: Primera, el izquierdismo moralista que tiñó nuestra política primera de un color "IV Internacional" (¡más acentuado, desde luego, en los Zutik! que procedieron a la escisión —sobre todo en el Nº 42— poro también en los posteriores). Sobre la base de las conclusiones y posiciones que caracterizaban esta desviación (exclusión casi "por principio" y por adelantado de la burguesía nacional del futuro frente revolucionario, desinterés por la proclamación del frente, inexistencia de una política de ruptura del aislamiento del proletariado, rechazo absoluto de todo tipo de compromisos, etc.) y vinculada a ella por el subjetivismo idealista —denominador común de todo oportunismo— aparecía una segunda desviación, verbalmente súper-socialista y objetivamente reformista. Esta había sido inspirada por la "Nueva Izquierda" europea (más concretamente por hombres de distinta significación pero no demasiado alejados unos de otros —como son André Gorz, Lelio Basso o Ernest Mandel...) y sus temas centrales eran los de las "reformas no-reformistas, inasimilables o inabsorvibles" , la "transformación progresiva", la "inviabilidad de la lucha armada" a partir de un cierto nivel de consumo, la "crítica del modelo de civilización" de los países socialistas (elaborada desde un supuesto modelo de civilización socialista/comunista presente en la mente del autor), etc. No se puede decir que se llegara a producir jamás una plena identificación con la nueva izquierda socialista, pero es evidente que hubo unas considerables afinidades. (/)

(/) Esto es válido máximamente para los meses anteriores a la escisión.

Dentro de este marco, los problemas políticos no encontraban fácil solución. La tercera desviación grave, hermana de las anteriores, se presentó al tratar uno de los más complejos problemas políticos de cuantos se plantean en nuestro país. Estamos hablando de la cuestión de la independencia de Euzkadi. Aquí, el naufragio fue completo (/). A falta de una perspectiva correcta —formulada en una línea política, en una estrategia y una táctica justas— intentamos, en un primer momento, resolver el problema tratando de darle una solución del tipo "reformas revolucionarias" y "conquista progresiva". Los resultados no convencieron demasiado, pero —al tener la virtud de conciliar sentimiento nacional y conciencia socialista— fueron bastante celebrados por ciertos sectores místico-obreristas y oportunistas de izquierda, así como por los anarco-sindicalistas que encontraban en nosotros argumentos tales como "la lucha en la empresa es una parte fundamental de la lucha de liberación nacional". Cuando estaba tomando cuerpo la autocrítica en este y otros terrenos, apareció el Nº 1 del órgano de ESBA, "Batasuna", En él se cometían nuestros errores elevados a la enésima potencia. Sin pretenderlo, los autores del texto habían hecho una excelente caricatura nuestra. Rechazaban el frente de clases "por principio". Proponían una solución completamente socialista desde el primer día. En materia "nacional", las ideas clave eran como el socialismo se hace en las naciones podemos llamarlo nacionalismo, pero "nacionalismo popular", claro está Y ¿qué era el "nacionalismo popular"? No ora otra cosa que una colección de jaculatorias moralizantes y de proposiciones filosóficas que, trasplantadas al campo de la política, no conseguían hacer olvidar la ausencia de un tratamiento político del problema y su inserción en un programa y en una línea, por otra parte, inexistentes.

(/) O casi comploto si lo comparamos con el de ESBA.

Cuando se planteaba la cuestión de la independencia (que ha resultado ser un espléndido "revelador" de oportunistas) respondían haciendo gala del más perfecto positivismo: "Ya se verá entonces, el pueblo decidirá; ahora no es aceptable dar una respuesta, eso divide, etc." Verdaderamente, nosotros nunca hubiéramos llegado hasta ahí (a pesar de que la oposición racista no dejó de tildarnos —algunos siguen haciéndolo— de anti-vascos, españolistas, españoles...). La actitud de ESBA fue una ayuda para nosotros al poner ante nuestros ojos nuestros defectos —sin pretenderlo— suficientemente distanciados —por vía de exageración— como para que los reconociéramos como tales defectos.

¡Parcialmente antes y casi completamente después de la publicación del Nº 54 de Zutik! el subjetivismo idealista ha ido siendo superado y con él han caído las desviaciones que a su sombra habían surgido. En el futuro habremos de incidir más ampliamente en el estudio de ese proceso por las múltiples enseñanzas que en él se encierran. Ahora nos hemos limitado a señalar sus rasgos generales.

En estos momentos, la nuestra, por su ideología; por su trabajo teórico o por su acción, por su estructura, por sus esbozos de línea, programa, estrategia y táctica, es una organización comunista. No es aún, como hemos dicho repetidas veces "el partido" de la clase obrera vasca, pero si es el único “anticipo" organizado y actuante de ese partido. En el capítulo III veremos algunas de las labores a realizar para llegar a constituirnos en ese partido. Pero, antes, detengámonos a analizar la función y el nivel político de ETA y la relación de nuestra existencia con la suya.

 

II. EL PAPEL DE E.T.A.

La contradicción fundamental en nuestra sociedad es la que enfrenta a todas las clases populares de Euzkadi con la oligarquía pro-imperialista y su Estado fascista. Por ello decimos que la revolución en el País Vasco Peninsular, en la fase actual, tiene un carácter democrático-popular, nacional-liberador, anti-oligárquico, anti-imperialista y anti-fascista. Por ello afirmamos también que todas las clases de la sociedad vasca —excluida la oligarquía y los sectores de la media y pequeña-burguesía comprometidos con ella o con el imperialismo— han de ser incorporados a la revolución a medida que ésta vaya imponiendo su presencia en nuestra sociedad.

Ahora bien, esta incorporación no os otra cosa que la constitución de un Frente de Liberación Nacional que reúna a todas las clases populares en la lucha revolucionaria.

Hemos dicho a menudo que esto Frente no podrá cristalizar "en frío". Hemos defendido frecuentemente que la adhesión de las clases intermedias —e incluso, de ciertos sectores del proletariado— se producirá cuando la lucha haya alcanzado un determinado nivel. Es decir, cuando la acción ponga en evidencia a los ojos de las clases intermedias y de los sectores despolitizados o mal politizados del proletariado, la justeza y la conveniencia de la lucha por la democracia popular.

Esto, dicho en otras palabras, significa que al igual que la victoria de la revolución dependo de la consolidación del FLN, la constitución de éste será en función de la existencia y operatividad de una organización pro-Frente de Liberación Nacional que —aun sin incorporar de hecho más que a sectores reducidos de las clases populares— haga suyos los objetivos de la revolución nacional y promueva con su actitud combatiente la creación del FLN.

Este es el papel que nosotros asignamos a ETA.

ETA tiene que ser la organización que asuma, hasta la creación del Frente, la vanguardia en la lucha del pueblo vasco por su liberación. El programa de ETA ha de sor el de la revolución democrático-popular y nacional-liberadoras la liquidación del aparato del Estado oligárquico en Euskadi; la constitución de un Estado Vasco democrático-popular; la expropiación de los bienes de producción y cambio de la oligarquía, del imperialismo y de los contra-revolucionarios; la reforma agraria; la reforma urbana; la democratización de la cultura y la plena incorporación del euskera a nuestra sociedad instaurándolo un efectivo régimen de bilingüismo; la política de apoyo a la autodeterminación del País Vasco Continental; la cooperación con los pueblos peninsulares en orden a la derrota de los enemigos comunes y al progreso económico y social; el sostenimiento de las luchas de liberación nacional; estos son los objetivos de un Frente Vasco de Liberación Nacional y, por lo tanto, los de ETA. (/)

(/) Así lo hemos definido en varios de los últimos Zutik.

A estos objetivos ha de añadirse el de la constitución del FLN sobre la base de unas condiciones bien específicas. Por ejemplo: el Frente ha de estar abierto a todas aquellas personas u organizaciones dispuestas a luchar efectivamente por los objetivos señalados. No pueden aceptarse las exclusiones de quienes están de acuerdo con los finos y medios del Frente. Lo mismo que no ha de determinarse a priori quienes deberán estar presentes para la constitución del Frente. Es a lo largo de la lucha como se irá configurando su composición.

Otra cuestión que debo ser resuelta de antemano: la de las relaciones de las organizaciones integradas en el FLN entre sí y con el Frente. Otro punto a estatuir: el del grado de integración de las fuerzas en el Frente, o, lo que es lo mismo, el del margen de independencia que conservarían.

Pero circunscribámonos de momento al problema de ETA. ¿Cuál es éste problema? Sin duda alguna el de su formación y desarrollo.

¿Cómo so plasma esto problema en la realidad, política inmediata? Como la existencia de dos grupos políticos ninguno de los cuales cumple correctamente el campo que acabamos de atribuirlo, a pesar de hacer ambos usos de ese nombre.

Nosotros (vamos a llamarnos ETA-Berri, para distinguir), antes que nada, somos una reducida organización incapaz de influir en las masas seriamente más que en unas zonas muy limitadas (en el siguiente capítulo nos extenderemos en esta cuestión). Difícilmente podemos ser ETA (aunque sí podemos aspirar a irnos convirtiendo en su motor). Y, sin embargo, nos hemos visto obligados a serlo en algunos momentos (/). En realidad, ni somos ETA ni somos el partido obrero. Para ser lo segundo, entre otras cosas, necesitaríamos librarnos de lo primero.

(/) Nos hemos visto obligados ya fuera por deficiencias de la otra ETA (vamos a llamarle ETA-Zaharra), ya fuera para presionar sobre su línea u su mismo nivel, ya fuera para mostrar nuestra voluntad de seguir siendo ETA, aunque no lo fuéramos del todo ni lo fuéramos solos.

Y esto os justamente lo que debemos hacer: ir distinguiendo la organización de los comunistas de la organización patriótico-revolucionaria (en la que han de estar aquellos y muchos más que no lo son). de todas formas, sobre esta ambigua posición nos veremos obligados a trabajar durante algún tiempo.

ETA-Zaharra tampoco es ETA. ¿Qué le falta para serlo? Asumir los puntos de la revolución nacional (sin ir más allá, como han hecho frecuentemente, tal vez por cubrirse por la izquierda, cayendo de hecho en un chocante Izquierdismo); criticar el racismo y combatir el irracionalismo (lo que facilitaría la depuración de algunos elementos que no pueden estar presentasen una organización progresista); superar la teoría subjetivista de la acción-represión que le lleva a una conducta aventurerista caracterizada por 1º.- emplear todas sus fuerzas en todo momento como si nos encontráramos en la batalla final, 2º.- confundir vanguardia y retaguardia (careciendo prácticamente de ésta y sacrificando, en consecuencia., cuadros y dirigentes a mayor velocidad de la que puede emplear para reemplazarlos), 3º.- no distinguir organización regular y organización de la acción directa (convirtiéndose así_ en una organización estrictamente activista); poseer un núcleo de dirigentes y cuadros intermedios con una alta preparación política...

Si ETA-Zaharra no tuviera estas deficiencias, el proceso de integración (repitámoslo: a nivel de organización patriótico-revolucionaria, no a nivel de organización comunista) podría comenzar de inmediato. Porque para nosotros la creación de una organización comunista (embrión del futuro partido del proletariado vasco) no es incompatible con la integración en el seno de una organización pre-FLN (embrión del futuro Frente de Liberación de Euzkadi). No existe contradicción alguna entre mantenernos como organización comunista independiente, con una estructura propia, con una línea propia, con un programa comunista, con una red de militantes sometidos a formación, ligados orgánicamente, que tengan reuniones propias, que distribuyan la propaganda de la organización comunista, que coticen, etc. No hay contradicción, decimos, entre existencia de esta organización y el hecho de su integración en una organización más amplia por su base y su contenido. Integración que habría de realizarse a título de organización y de militantes y a todos los niveles (lo cual no impediría, obviamente, que la organización comunista se reservase una parte de sus efectivos, en exclusiva, en vistas a la atención de una serie de servicios propios de la organización y no de la organización patriótico-revolucionaria, como es el caso de las publicaciones de tipo comunista).

La integración de nuestros efectivos en una organización de carácter más amplio y la consiguiente disminución del aparato organizativo propio no sería contraproducente para la organización comunista, sino todo lo contrario. Sería sumamente favorable. No sólo mediatamente, al desarrollarse más vigorosamente la lucha popular, que indudablemente acerca al comunismo a la sociedad entera. Lo sería también inmediatamente pues es a través del fortalecimiento de las organizaciones de masas y de la extensión de la lucha popular cómo la organización comunista se permite mostrar su presencia al proletariado y al pueblo, consolidarse, crecer y madurar.

Por ahora, ETA-Zaharra adolece de los defectos arriba apuntados. Habrá que esperar. En su interior han de explotar las contradicciones entre irracionalismo y racionalismo, racismo y progresismo, simple culturalismo euskerófilo y patriotismo. Del choque entre el ala derecha y el ala izquierda (choque que se da continuo mientras no se produzca una depuración completa) ha de resultar una ampliación del campo militante favorable a las tesis aquí expuestas, pues son ellas y no las derechistas las que expresan las necesidades históricas.

Hasta que llega el momento de la integración —quo ha de llegar tarde o temprano, impuesta por las necesidades de la lucha— nosotros no tenemos otra opción que la de consolidarnos como organización comunista y, al mismo tiempo, sobre la base del movimiento de simpatizantes y del funcionamiento de las secciones especiales, actuar como ETA, aproximándonos así a la solución del problema de la organización patriótico-revolucionaria de las masas de Euzkadi.

 

III. DESPUES DE LA RE–ESTRUCTURACION

La reestructuración, junto con la aparición de las nuevas secciones especia les, constituye un salto cualitativo para la Organización. No hace falta subrayar que las modificaciones operadas no servirán solamente para hacer mejor lo que ya se venía haciendo, aunque también servirán para oso; funcionarán como mecanismo capaz de garantizar la conservación de lo ya adquirido y de abrir paso a un nuevo tipo de trabajo. La renovación a la que asistimos supone el cierre de la primera fase del desarrollo de la Organización y el comienzo de la segunda etapa.

¿Cuáles son los rasgos distintivos de estas dos fases?

La primera ha sido la fase de despegue, implantación y consolidación del núcleo inicial. Lo fundamental hasta ahora ha sido la puesta en pió de una organización de revolucionarios altamente conscientes, reunidos alrededor de unas ideas, un esquema programático y un avance de línea política. Si recordamos que esto era algo nuevo en Euskadi comprenderemos que no se podía actuar sino como lo hemos hecho. Estaba fuera de nuestro alcance el despliegue de una amplia labor de cara a las masas cuando no existía ni la organización, ni las bases teóricas, ni los supuestos ideológicos... El carácter fundacional de nuestra misión reclamaba el cumplimiento de las siguientes tareas: a) intensa investigación teórica y maduración ideológica; b) rigurosa formación de una base militante sumamente selecta; o) consolidación de una organización regular, que, aunque limitada, incidiera realmente en las clases populares allí donde estuviera ubicada; a) depuración de cuanto nos impidiera llegar a ser una organización comunista.

Para acometer con éxito estas tareas nos vimos obligados a actuar de un modo un tanto peculiar en el que la experimentación ha estado casi siempre presente. Nuestro proceder quedaba reflejado en consignas como "primero cualificar, luego multiplicar", "la extensión ha de ser precedida por la consolidación", etc. (O, más precisamente, por el acento puesto en los primeros términos de su formulación: cualificar, consolidar...).

Hasta ahora, la mayor parte de nuestro esfuerzo se ha dedicado hacia dentro y hacia la minoría politizada en contacto con la base (a través de Zutik, ES, CO, etc.). Nuestro contacto con las masas ha sido relativamente escaso (Llamamientos, octavillas de diferente índole, participación en manifestaciones, etc.,). Se ha concedido una gran importancia a la preparación teórica e ideológica (publicaciones, ES, Círculos de Estudio, cursillos monográficos, etc.). Las relaciones orgánicas han sido intensas y, a menudo, de persona a persona. Todos los efectivos se han concentrado en lo que de hecho ha sido una organización regular (capacitada para atender ciertos niveles de lucha; concretamente, las organizaciones y acciones de masas, pero no preparada para la acción directa y la propaganda de masas). Todos los cuadros han intervenido en lo que podemos llamar la "acumulación fundacional", sin que existiera en realidad una dirección en retaguardia (sin que hubiera siquiera retaguardia...).

¿Se puede decir que los objetivos propuestos para esta primera fase hayan sido alcanzados? A nuestro nodo de ver, sí. Contamos con una base teórica o ideológica mínimamente coherente, con unos militantes selectos encuadrados en una organización regular suficientemente implantada en zonas limitadas del país. Estamos en disposición de pasar a la siguiente etapa.

La fase que ahora iniciamos es la de conexión de la organización con las capas populares vascas. Las correcciones estructurales y la incorporación de nuevos elementos organizacionales vienen a crear las condiciones para lograr este fin. En esta etapa la organización ha de conquistar la madurez.

Conseguir ligarse a las masas mediante la acción que tan sólo una organización madura (o sea, preparada para atender eficientemente a todos los frentes) puede dirigir, supone en primer lugar la constitución de una dirección estratégica centralizada y unificada en retaguardia (encargada de dirigir y coordinar los aspectos de la lucha y las secciones y zonas); en segundo lugar, la creación de unas secciones especiales (y especializadas) puestas a punto fundamentalmente para atender la propaganda de masas (/); y, en tercer lugar, la consecución de una estanqueidad consistente entre las secciones especiales entre sí y con la organización regular y entre las diferentes organizaciones provinciales de la organización regular nacional.

(/) La propaganda de masas se ha de fundar en el trabajo de propaganda de masas impresa y en el de propaganda de masas activa. Esto es la propaganda por medio de la AD.

A partir de la realización de estos objetivos, el crecimiento, operatividad y pervivencia de la organización es su trabajo entre las masas se presenta como algo perfectamente accesible.

La relación entre concentración y extensión de la organización ha de basarse en las siguientes normas: allí donde los efectivos son insuficientes, la consigna de consolidación sigue siendo la única justa. Allá donde van existiendo núcleos consolidados (que ya empiezan a registrarse) ha de iniciarse una tarea de extensión en dos direcciones. Una, orientada hacia la captación de elementos simpatizantes dirigidos por militantes de la célula-local-motor de la zona. Otra, encaminada al desarrollo del movimiento patriótico-revolucionario de masas inspirado por nuestra organización en el pueblo en el que radica el núcleo consolidado tal como decíamos en el capítulo anterior). Huelga decir que las tareas de extensión han de orientarse con preferencia absoluta hacia aquellas zonas de más alta densidad proletaria, concentrando en ellas lo mejor de nuestros efectivos.

A su vez, en la nueva fase que se inicia, se ha de prestar especial atención a una serie de problemas de nuestro trabajo que poseen singular interés. Estos problemas corresponden a otros tantos peligros que deben ser correctamente conjurados: el de la pérdida de esfuerzos en tareas secundarias; el de la dispersión de los efectivos en trabajos inconexos; el del sectarismo; el del anquilosamiento; el de la confusión de niveles (niveles tales como el de militantes y simpatizantes, el de la organización regular y el de las secciones especiales, el de la organización comunista y el de ETA); el del relajamiento de algunos militantes; el de la falta de seguridad; etc.

Para conseguir vencer estos peligros es necesario: establecer la primacía del trabajo político sobre todos los demás; mantener una efectiva centralización jerárquica a todos los niveles y una intensa labor de información (/) y contactos; una constante y seria tarea de crítica y autocrítica; una profunda y continua exigencia de cada militante consigo mismo y con los compañeros (//); un riguroso complimiento de las normas de seguridad (///); etc.

Una vez cubierta esta etapa, se iniciará una nueva fase en la vida de nuestra organización; la que se habrá de caracterizar por la fundación del partido del proletariado vasco.

Agosto de 1968

 

(/) La información (y, particularmente, la información escrita) es imprescindible para el funcionamiento interno de la organización y para la puesta en marcha y sostenimiento de la propaganda de masas. Hasta ahora, los contactos personales han hecho que no se cuidara debidamente la confección de informes escritos. De ahora en adelante habrá de corregirse este defecto.

(//) En las circunstancias en las que se desenvuelve nuestra acción es fácil que surjan factores tendentes a rebajar la calidad de los militantes; sobre todo la de aquellos que desempeñan puestos de menor riesgo, responsabilidad, etc. Aunque en forma incipiente ya se han podido registrar algunas actitudes individualistas, aristocráticas, negligencias, relajamientos, ligeras indisciplinas... (¡y estamos empezando!). Probablemente un observador externo no sabría apreciarlas y un observador interno, en muchos casos, las toleraría por considerar que "no se puede pedir más" ("prueba de ello es que nuestros militantes, en general, son incomparables con los de otras organizaciones"). Pero la comparación con los militantes de otras organizaciones no aporta ninguna luz puesto que nosotros no intentamos ser mejores o peores militantes que los de los demás grupos; tenemos necesidad de ser militantes revolucionarios comunistas y, realmente, en ninguna formación política de las que operan en Euzkadi vamos a encontrar un ejemplo o un punto de referencia válido. Para elevar constantemente la calidad de los militantes es necesario (además de aplicar las normas reseñadas arriba) promover en la organización una puesta en situación militante que se ha de traducir en las siguientes medidas prácticas: acabar con las categorías de militantes privilegiados (ya sea por su "status" orgánico, por su particular posición económica, por la duración de sus vacaciones...); exigir una progresiva disponibilidad de los militantes (relevando puestos o lugares de trabajo, distribuyendo un mayor trabajo a los que conservan demasiado tiempo libre, etc.); comenzar a sancionar a quienes incurran en faltas contra la organización; etc. Mediante una revolución permanente en la condición militante habremos de garantizar la aplicación en el estudio, la disponibilidad, la disciplina, el sentido de responsabilidad, la iniciativa, la combatividad y la conciencia comunista de los miembros de la organización.

(///) Hasta ahora, las caídas han sido pocas, no porque se hayan seguido debidamente las normas de seguridad, sino porque nuestro trabajo no se ha desarrollado excesivamente hacia afuera. Cuando así lo hagamos el riesgo, aumentará y las caídas se producirán con mayor frecuencia. Es, pues, creciente la necesidad de ser fieles a las normas de seguridad cuyos fundamentos son: cobertura, (liquidación de pruebas, coartadas, etc.), discreción (secreto, no saber más de lo que hace falta, no hablar más de lo necesario, etc.), y estanqueidad.

LA ORIENTACION DE NUESTRO TRABAJO EN LAS COMISIONES OBRERAS

I.- El sindicato es la organización de masas del proletariado en la lucha de clases. Esto significa que rehúye las declaraciones y los pronunciamientos de objetivos que escapan al nivel de la conciencia de las masas obreras en un momento dado y que trata de reunir alrededor de unos objetivos que sintetizan las aspiraciones comunas, al mayor número posible de obreros. Las aspiraciones, que, en época de estabilidad del poder político oligárquico, son de carácter básicamente económico, aunque no estrictamente económico, —en una época de crisis en la que se evidencia el carácter de clase del Estado— alcanzan un nivel político, se orientan hacia la liquidación del aparato del Estado reaccionario.

La línea general de la actividad sindical de los trabajadores comunistas no puede ser otra que la de preparar la situación socio-económica y política y organizar a las masas para pasar de una lucha económica de masas a una lucha política de masas. En el plano organizativo, el movimiento sindical no puede regirse por el mismo criterio que la organización política de los comunistas o la organización política patriótico-revolucionaria. Estas son organizaciones de efectivos restringidos y cualificados y están comprometidas en una lucha política de alto nivel y responsabilidad en cuanto que aparecen ya desde ahora abiertamente enfrentadas al Estado reaccionario. Su estructura orgánica, las relaciones entre sus miembros, son extremadamente cerradas. De ello depende su efectividad y supervivencia. El movimiento sindical, por el contrario, no puede sor sino un movimiento de masas. Por otro lado, el nivel de su lucha le permite ser tolerado dentro de ciertos límites. Para cumplir su misión necesita ser abierto, rehuir en buena medida la clandestinidad, ligar al mayor número de obreros por medio de unos lazos amplios y flexibles.

II.- Las CO de Euzkadi tienen que llegar a ser la organización de masas del proletariado vasco a nivel sindical. Por consiguiente, tienen que:

1º) ocupar una posición de vanguardia en la lucha económica de los trabajadores (lucha que se desenvuelve en" el plano legal y en el ilegal);

2º) no pronunciar objetivos de tipo político que superen el nivel de conciencia de las masas trabajadoras, pero, al mismo tiempo, no negar el apoyo a las vanguardias revolucionarias cuando éstas, por la índole de sus acciones, llevan la conciencia política a las. masas. El principio ha de ser: no adelantarse nunca, pero tampoco quedarse atrás por aquello de ¡“no hacer política!" (por ejemplo: si en estos momentos existieran CO en Guipúzcoa, deberían haber brindado su apoyo a los patriotas represaliados con lo que evidentemente adoptarían una postura inequívocamente política pero comprensible para las masas trabajadoras). El derecho de huelga, la libertad de asociación, la lucha contra la ro presión, etc. son consignas políticas que han de tener cabida en las CO;

3º) si consideramos que el crecimiento de la represión forma parte de una tendencia que, aunque con altibajos, es irreversible, habremos de considerar como pura quimera la obtención de un estatuto legal estable para las CO. No obstante, esto no quita para que tendamos a situar la periferia del movimiento de CO fuera de la clandestinidad; de otro modo no podría cumplir su misión y quedaría reducido a un grupo político o a un frente de grupos políticos. Ahora bien, eludir la clandestinidad a ciertos niveles no quiero decir que haya que rechazarla de un modo general. Realmente, en las condiciones actuales y en las que se avecinan, el trabajo de las CO no será posible si no se funda en la existencia de un núcleo clandestino y estable de militantes obreros que garanticen la agilidad, seguridad, estabilidad y continuidad del movimiento,

4º) Dicho esto, pasa a primer plano el problema de la representatividad. Es obvio que este problema no puede resolverse mediante fórmulas corporativas "democraticistas” (establecimiento de una serie de comités de diferente escala "de abajo hacia arriba"). La representatividad ha de buscarse, en primer lugar, al elegir las personas, tratando de que todas las corrientes activas y progresistas del movimiento obrero queden incorporadas. Y, sobro todo, ha de conquistarse con una acción que consiga ganarse a las masas obreras, que los haga ver en las CO una fuerza efectivamente representativa de sus intereses.

III.- En Guipúzcoa los objetivos más urgentes son los siguientes:

1º) constitución de una CO provincial más o menos estable y representativa que agrupada alrededor de unos programas de acción concretos y de unos estatutos so haga cargo de la dirección de la organización del movimiento de las CO en toda la provincia.

2º) la constitución de la COG, dele hacerse sobre unos puntos de funcionamiento, como loe siguientes:

a,    la COG unce para coordinar la lucha sindical a nivel provincial y para representar a los trabajadores de la provincia ante otras CO.

b, uno de los objetivos de la COG os la constitución de la Federación de CO de Euzkadi, que se formará con dos representantes de cada una de las cuatro provincias.

c, la Federación representará a las CO de Euskadi en los contactos con otras CO, y luchará para que se establezcan relaciones estrechas a nivel de Confederación con las CO de los demás pueblos del Estado español.

d, la COG se formará por un representante de cada una de las zonas en las que se divide la provincia. Los representantes de las zonas deberán ser elegidos por un tiempo mínimo (seis meses, por ejemplo), al objeto de dar continuidad a la COG y asegurar el desarrollo de determinados trabajos, pudiendo ser reelegidos cuantas veces lo estimen conveniente sus zonas respectivas. Esto no quiero decir que, por circunstancias determinadas, no puedan ser revocados de su cargo antes del final del período para que han sido elegidos. No podrán formar parto de la COG aquellos trabajadores que tengan ficha de policía a consecuencia de caídas, detenciones, etc., relacionadas con CO.

3º) dentro del trabajo de CO hay que diferenciar claramente dos niveles de lucha: a) un nivel totalmente clandestino, asegurado principalmente por la COG, relacionado con el trabajo de organización y propaganda (contactos, reuniones, enlaces, red de corresponsales, buzones, redacción, impresión y distribución de propaganda); b) un nivel más abiertos reivindicaciones de fábrica, agitación apoyada o no en cargos legales, etc.

4º) crear una serie de experiencias a nivel de empresa (en los casos de las grandes empresas donde se tonga una incidencia real) a de pueblo (allí donde existan numerosas pequeñas empresas) que sirvan de motor y modelo para el movimiento de CO en la provincia y en toda Euskadi. Estas experiencias han de desarrollarse alrededor de camitas de empresa o pueblo.

Especial atención hemos de conceder a los boletines de empresa (de los que ya existe alguno) que redactados en una empresa o pueblo y difundidos con regularidad so han de convertir en el alma de la lucha de clases de la empresa o pueblo. Allí donde sea factible hemos de poner en marcha estos boletines de un modo urgente.

Otra experiencia que ha de dar excelentes frutos si sabemos encauzarla justamente es la de las Escuelas Sindicales de Empresa quo, entendidas más como un instrumento de unificación y discusión que de estricta formación, pueden llegar a ser amplios comités de empresa de enorme rendimiento en los momentos de lucha. El programa de las Escuelas Sindicales (no está preparando un programa tipo) puede basarse en tomas del tipo siguiente: Economía de la Empresa, Derecho Laboral y Seguridad Social, Mecánica Sindical, Lucha en la. Empresa, etc. Por ello hemos de combatir firmemente el sectarismo de los que quieren aprovecharse de estas plataformas para hacer propaganda partidista y la ceguera de aquellos quo, confundiendo Escuela Social y Escuela Sindical, tratan de convertir esta, prematuramente, en una tribuna política.