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PREFACIO.

 

 En el presente volumen se incluyen trabajos escritos por Lenin entre octubre de 1918 y mayo de 1919.

Da comienzo al tomo el libro La revolución proletaria y el renegado Kautsky, en el que Lenin sometió a dura crítica la apostasía de Kautsky, el cual hizo traición al marxismo revolucionario, desvirtuando la doctrina de Marx de la revolución socialista y de la dictadura del proletariado. En este trabajo, basándose en la experiencia de la Revolución de Octubre en Rusia y del movimiento revolucionario en otros países, Lenin desarrolló la teoría marxista de la revolución socialista y mostró que la democracia socialista soviética es la democracia más amplia, una democracia de tipo superior a cualquier democracia burguesa.

La segunda mitad de 1918 fue uno de los períodos más difíciles y duros de la historia del Estado soviético. La República Soviética se vio envuelta en un cerco de fuego, rodeada de frentes y cortada de sus bases fundamentales de víveres, materias primas y combustibles. En la lucha contra la República de los Soviets se agruparon las fuerzas de los intervencionistas extranjeros y de la contrarrevolución interior.

La situación de la República Soviética se complicó sobre todo en el otoño de 1918. La victoria que por entonces alcanzó la Entente en la guerra imperialista mundial dejó a esta las manos libres para intensificar y ampliar la intervención militar contra el País de los Soviets. La burguesía de Alemania pretendía también aliarse a su reciente enemigo, la Entente, para luchar contra Rusia.

Lenin desenmascaraba constantemente la esencia rapaz del imperialismo y concedía gran importancia a que los trabajadores de los países capitalistas estuviesen bien informados de lo que pasaba en Rusia. La Carta a los obreros de Europa y América desempeñó un gran papel en el desarrollo del movimiento obrero y comunista de los países capitalistas y contribuyó a que se ampliara en estos países el movimiento de protesta contra la intervención armada de los imperialistas en la Rusia soviética.

En este tomo se incluyen asimismo artículos y discursos de Lenin sobre las tareas de los sindicatos en la sociedad constructora del socialismo, los discursos que él pronunció en el I Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en Moscú en 1919, en el Congreso de los Trabajadores de la Agricultura, donde Lenin explicó los problemas del paso de las pequeñas haciendas individuales al cultivo colectivo de la tierra, en el Congreso de Instrucción Extraescolar y en otras ocasiones.

En marzo de 1919 se celebró en Moscú el VIII Congreso del partido, en el que Lenin rindió cuenta de la labor del Comité Central y presentó un informe sobro el nuevo programa del partido y sobre el trabajo en el campo. En estos discursos Lenin hizo el balance del desarrollo del país en el año y medio de existencia del Poder soviético, desmenuzó los problemas de la política exterior del Gobierno soviético, basada en la lucha por la coexistencia pacífica, y explicó las tareas de la política interior. Tuvo singular trascendencia el planteamiento de la necesidad de una sólida alianza con los campesinos medios a fin de incorporarlos paulatina y metódicamente, como se indicaba en el proyecto de nuevo programa del partido, a la construcción del socialismo.

Ofrece sumo interés el artículo Un saludo a los obreros húngaros, dedicado a la conquista del poder por el proletariado de Hungría. Lenin muestra la peculiaridad del paso a la dictadura del proletariado en Hungría, recalca la necesidad de enfocar con espíritu creador el marxismo y aprovechar la experiencia soviética, teniendo en cuenta las condiciones concretas de este país, y previene a los comunistas húngaros contra la mera copia de la práctica del Poder soviético en Rusia. A la vez aconseja aplicar de manera consecuente las transformaciones más importantes que constituyen el fondo de la transición revolucionaria del capitalismo al socialismo.

Ese es, en lo fundamental, el contenido del presente volumen.

Todas las obras incluidas van en orden cronológico. Han sido traducidos de la 5ª edición en ruso de las Obras Completas de V. I. Lenin, preparada por el Instituto de Marxismo-Leninismo adjunto al CC del PCUS, indicándose al pie de cada trabajo el tomo y las páginas correspondientes.

 

LA EDITORIAL

 

LA REVOLUCIÓN PROLETARIA Y EL RENEGADO KAUTSKY.

 

 Prefacio.

El folleto de Kautsky La dictadura delproletariado, aparecido hace poco en Viena (Wien, 1918, Ignaz Brand, 63 págs.), constituye un ejemplo evidentísimo de la más completa y vergonzosa bancarrota de la II Internacional[1], de esa bancarrota que hace tiempo está en los labios de todos los socialistas honrados de todas las naciones. El problema de la revolución proletaria pasa ahora prácticamente a la orden del día en bastantes países. De ahí que sea imprescindible analizar los sofismas de Kautsky, propios de un renegado, y ver cómo éste abjura por completo del marxismo.

Pero, ante todo, hay que subrayar que quien escribe estas líneas ha tenido que indicar muchas veces, desde el mismo principio de la guerra, que Kautsky había roto con el marxismo. A ello estuvo consagrada una serie de artículos, publicados de 1914 a 1916 en Sotsial-Demokrat y Kommunist[2], que aparecían en el extranjero. Estos artículos han sido reunidos y publicados por el Soviet de Petrogrado así: G. Zinóviev y N. Lenin. Contra la corriente, Petrogrado, 1918 (550 págs.). En un folleto publicado en Ginebra en 1915, y traducido también entonces al alemán y al francés[3], decía yo del "kautskismo":

"Kautsky, la más destacada autoridad de la II Internacional, es el ejemplo más típico y vivo de cómo el reconocimiento verbal del marxismo ha llevado en la práctica a su transformación en "struvismo" o "brentanismo" (es decir, en una doctrina burguesa liberal que reconoce la lucha "de clase" no revolucionaria del proletariado, expresada claramente por el autor ruso Struve y el economista alemán Brentano). Plejánov nos da otro ejemplo de ello. Se despoja al marxismo, mediante sofismas evidentes, de su espíritu vivo y revolucionario, se admite del marxismo todo menos los medios revolucionarios de lucha y la prédica y preparación de los mismos, la educación de las masas en este sentido. Kautsky "concilia", faltando a todo principio, la idea fundamental del socialchovinismo, el reconocimiento de la defensa de la patria en la guerra actual, con una concesión diplomática y verbalmente su oposición, etc. Kautsky, que en 1909 escribió todo un libro acerca de la proximidad de una época de revoluciones y sobre la ligazón entre la guerra y la revolución; Kautsky, que en 1912 firmó el Manifiesto de Basilea[4], pidiendo que se aprovechase la futura guerra en interés de la revolución, ahora no cesa de justificar y ensalzar en todas formas el socialchovinismo y, del mismo modo que Plejánov, se une a la burguesía para burlarse de todo pensamiento acerca de la revolución, de todo paso hacia una lucha revolucionaria directa.

"La clase obrera no puede desempeñar su papel revolucionario en el mundo si no lleva una guerra implacable contra esa apostasía, contra esa falta de principios, contra esa actitud servil ante el oportunismo, contra ese envilecimiento teórico sin igual del marxismo. El kautskismo no es fortuito, sino un producto social de las contradicciones de la II Internacional, de la combinación de la fidelidad verbal al marxismo con la subordinación, de hecho, al oportunismo" (G. Zinóviev y N. Lenin. El socialismo y la guerra, Ginebra, 1915, págs. 13-14).

Prosigamos. En el libro El imperialismo, etapa contemporánea del capitalismo[5], escrito en 1916 (apareció en Petrogrado en 1917)*, yo analicé detenidamente la falsedad teórica de todos los razonamientos de Kautsky sobre el imperialismo. Aduje allí la definición que da Kautsky del imperialismo: "El imperialismo es un producto del capitalismo industrial altamente desarrollado. Consiste en la tendencia de toda nación capitalista industrial a someter o anexionarse regiones agrarias (la cursiva es de Kautsky) más extensas cada vez, cualquiera que sea el origen étnico de sus habitantes"**. Hice ver que esta definición es falsa por completo, que está "adaptada" para encubrir las más hondas contradicciones del imperialismo y, luego, para conseguir la conciliación con el oportunismo. Presenté mi definición del imperialismo: "El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido señalada importancia la exportación de capitales, ha empezado el reparto del aparente a los izquierdistas, absteniéndose en la votación de los créditos de guerra, mostrando mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de toda la Tierra entre los países capitalistas más importantes"***. Demostré también que la crítica que Kautsky hace del imperialismo es incluso inferior a la crítica burguesa y pequeñoburguesa.

* Véase la presente edición, tomo 5. (N. de la Edit.)

** Véase la presente edición, tomo 5. (N. de la Edit.)

*** Véase la presente edición, tomo 5. (N. de la Edit.)

Finalmente, en agosto y septiembre de 1917, es decir, antes de la revolución proletaria de Rusia (25 de octubre, o sea, 7 de noviembre de 1917), escribí El Estado y la revolución. La doctrina marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución*, folleto a parecido en Petrogrado a principios de 1918. En el capítulo VI de esa obra, que lleva por título El envilecimiento del marxismo por los oportunistas, presto una atención especial a Kautsky, demostrando que ha deformado por completo la doctrina de Marx, tratando de adaptada al oportunismo, que eso "es ya renunciar de hecho a la revolución, reconociéndola de palabra".

* Véase la presente edición, tomo 7. (N. de la Edit.)

En el fondo, el error teórico fundamental de Kautsky en su folleto sobre la dictadura del proletariado consiste precisamente en esas deformaciones oportunistas de la doctrina de Marx sobre el Estado que he expuesto con detenimiento en mi folletoEl Estado y la revolución.

Estas observaciones preliminares son necesarias porque prueban que acusé en público a Kautsky de ser un renegado mucho antes de que los bolcheviques tomaran el poder y de que eso les valiera el ser censurados por Kautsky.

 

Como ha hecho Kautsky de Marx un liberal adocenado.

El problema fundamental que Kautsky trata en su folleto es el del contenido esencial de la revolución proletaria, es decir, el de la dictadura del proletariado. Se trata de un problema de la mayor importancia para todos los países, sobre todo para los avanzados, sobre todo para los beligerantes, sobre todo en el momento actual. Puede afirmarse sin temor a exagerar que es el problema principal de toda la lucha de clase del proletariado. Por ello es imprescindible estudiarlo con atención. Kautsky plantea el problema del modo siguiente: "La oposición de las dos corrientes socialistas" (es decir, los bolcheviques y los no bolcheviques) es "la oposición de dos métodos radicalmente distintos: el democrático y el dictatorial" (pág. 3).

Observemos de paso que, al llamar socialistas a los no bolcheviques de Rusia, es decir, a los mencheviques[6]y eseristas[7], Kautsky se guía por su denominación, es decir, por la palabra, y no por el lugarque efectivamente ocupan en la lucha del proletariado contra la burguesía. ¡Magnífico modo de concebir y aplicar el marxismo! Pero ya nos explayaremos en esto más adelante.

Fijémonos ahora en lo principal: en el gran descubrimiento que Kautsky ha hecho de la "radical oposición" de los "métodos democrático y dictatorial". Ese es el quid del problema. Esa es la esencia del folleto de Kautsky. Se trata de una confusión teórica tan monstruosa, de una apostasía tan completa del marxismo, que es preciso reconocer que Kautsky ha dejado muy atrás a Bernstein.

El problema de la dictadura del proletariado es el de la actitud del Estado proletario frente al Estado burgués, de la democracia proletaria frente a la democracia burguesa. Parece que está claro como la luz del día. ¡Pero Kautsky, como un profesor de liceo, momificado por la repetición de textos de historia, se vuelve tozudamente de espaldas al siglo XX, de cara al XVIII, y por centésima vez, en una larga sucesión de párrafos aburridos hasta lo infinito, sigue rumiando los viejos conceptos sobre la actitud de la democracia burguesa ante el absolutismo y el medievo!

¡En verdad, parece como si masticara sin muelas! Porque eso significa no comprender en absoluto la relación que guardan las cosas. Porque sólo una sonrisa provoca ese afán de Kautsky de presentar las cosas como si hubiera gentes que predicasen "el desprecio a la democracia" (pág. 11), etc. Kautsky se ve obligado a oscurecer y embrollar el problema con tonterías como éstas, porque lo plantea al modo de los liberales, hablando de la democracia en general y no de la democracia burguesa; incluso evita este concepto exacto de clase y procura hablar de la democracia "presocialista". Nuestro charlatán ha llenado casi una tercera parte del folleto, 20 páginas de 63, de una palabrería que le resulta muy agradable a la burguesía, porque equivale a acicalar la democracia burguesa y dejar a oscuras el problema de la revolución proletaria.

Ahora bien, el folleto de Kautsky se titula La dictadura del proletariado. Todo el mundo sabe que ésta es precisamente la esencia de la doctrina de Marx. Y Kautsky, después de charlar sin entrar en el tema, tiene que citar las palabras de Marx sobre la dictadura del proletariado.

¡Lo que es una verdadera comedia es cómo lo ha hecho el "marxista" Kautsky! Escuchen:

"Ese punto de vista se apoya en una sola palabra de Marx" (Kautsky lo califica de desprecio a la democracia): así lo dice textualmente en la pág. 20. Y en la pág. 60 lo repite, llegando a decir que los bolcheviques "han recordado a tiempo una palabreja" (¡¡así como suena!! des Wörtchens) "sobre la dictadura del proletariado, que Marx empleó una vez en una carta de 1875".

Veamos la "palabreja" de Marx:

"Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado[8]".

En primer lugar, decir que es "una sola palabra", y hasta una "palabreja", este famoso razonamiento de Marx, que resume toda su doctrina revolucionaria, es burlarse del marxismo, es renegar plenamente de él.

No se debe olvidar que Kautsky se sabe a Marx casi de memoria y que, a juzgar por todos sus escritos, tiene en su mesa de trabajo o en su cabeza una serie de cajones de fichero donde todo lo que Marx escribió está distribuido con el máximo orden y comodidad para citado cuando le viene a mano. Kautsky no puede ignorar que, tanto Marx como Engels, tanto en sus cartas como en las obras destinadas a la imprenta, hablaron muchas veces de la dictadura del proletariado, antes de la Comuna[9]y, sobre todo, después de ella. Kautsky no puede ignorar que la fórmula "dictadura del proletariado" no es sino un enunciado, más concreto en el plano histórico y más exacto en el terreno científico, de la misión del proletariado consistente en "destruir" la máquina estatal burguesa, misión de la que tanto Marx como Engels, teniendo en cuenta la experiencia de las revoluciones de 1848, y más aún la de 1871, hablan durante cuarenta años, desde 1852 hasta 1891.

¿Cómo explicar esta monstruosa deformación que del marxismo hace Kautsky, exegeta del marxismo? Si se busca la base filosófica de semejante fenómeno, todo se reduce a una sustitución de la dialéctica por el eclecticismo y la sofistería. Kautsky es gran maestro en esta clase de sustituciones. Si se pasa al terreno político práctico, todo se reduce a servilismo ante los oportunistas, es decir, al fin y al cabo, ante la burguesía. Haciendo progresos cada vez más rápidos desde que comenzó la guerra[10], Kautsky ha llegado al virtuosismo en este arte de ser marxista de palabra y lacayo de la burguesía de hecho.

Se convence uno más aún de ello, al ver la admirable "interpretación" que Kautsky da a la "palabreja" de Marx sobre la dictadura del proletariado. Escuchen:

"Desgraciadamente, Marx no dejó explayado cómo concebía esta dictadura..." (Mentira completa de renegado, porque Marx y Engels se explayaron muchísimo en bastantes ocasiones, y Kautsky, exegeta del marxismo, da de lado esos pasajes.)"... Literalmente, la palabra dictadura significa supresión de la democracia. Pero, como es natural, tomada al pie de la letra, esta palabra significa también el poder personal de un solo individuo, no coartado por ley alguna. Poder personal que se diferencia del despotismo en que no se entiende como institución estatal permanente, sino como medida extrema de carácter transitorio.

"La expresión "dictadura del proletariado", es decir, no la dictadura de una persona, sino de una clase, excluye ya que Marx, al utilizarla, entendiera literalmente la palabra dictadura.

"No se refería en este caso a una forma de gobierno, sino a un estado de cosas que necesariamente habrá de darse en todas partes donde el proletariado conquiste el poder político.

El hecho de que Marx mantuviera el punto de vista de que en Inglaterra y en Norteamérica la transición pueda transcurrir por vía pacífica, es decir, democrática, demuestra ya que entonces no se refería a las formas de gobierno" (pág. 20).

Hemos citado intencionadamente todo este razonamiento para que el lector pueda ver claros los procedimientos con que opera el "teórico" Kautsky.

Kautsky ha tenido a bien abordar el problema de manera que le permitiese empezar por la definición de la "palabra" dictadura.

 

 

 

 

[1]II Internacional: agrupación internacional de los partidos socialistas fundada en 1889. Cuando empezó la guerra imperialista mundial de 1914-1918, los jefes de la II Internacional hicieron traición a la causa del socialismo, se pasaron al lado de sus gobiernos imperialistas, y la II Internacional se desmoronó

[2]"Sotsial-Demokrat" ("El Socialdemócrata"): periódico clandestino, órgano central del POSDR que se publicó desde febrero de 1908 hasta enero de 1917. El número 1 apareció en Rusia; luego el periódico se editó en el extranjero. Desde diciembre de 1911 lo dirigió Lenin.

"Kommunist" ("El Comunista"): revista organizada por Lenin y editada por la redacción del periódico Sotsial-Demokrat. Apareció sólo un número (doble, en septiembre de 1915).

[3]Se alude al folleto El socialismo y la guerra (La actitud de los socialistas ante la guerra), publicado en ruso y alemán en vísperas de la Conferencia de Zimmerwald, que se celebró en septiembre de 1915, y repartido entre los participantes en la misma. Después de la conferencia, este folleto se publicó en Francia traducido al idioma de este país.

[4]El Manifiesto de Basilea, sobre la guerra, fue aprobado por el Congreso Extraordinario Socialista Internacional de Basilea, que se celebró el 24 y el 25 de noviembre de 1912. Este manifiesto prevenía a los pueblos contra la guerra imperialista mundial que se avecinaba, denunciaba los fines rapaces de esta guerra y exhortaba a los obreros de todos los países a la lucha enérgica por la paz. En el Manifiesto de Basilea se incluyó el punto de la resolución del Congreso de Stuttgart (1907), formulado por Lenin, acerca de que, en caso de declararse la guerra imperialista, los socialistas debían aprovechar la crisis económica y política provocada por la guerra para luchar por la revolución socialista

[5]Con este título apareció la primera edición del libro de V. I. Lenin El imperialismo, fase superior del capitalismo

[6]Mencheviques: partidarios de la corriente oportunista de la socialdemocracia rusa. En las elecciones a los organismos centrales del partido, en el II Congreso del POSDR, celebrado en 1903, los socialdemócratas revolucionarios, encabezados por Lenin, obtuvieron la mayoría ("bolshinstvó", y de ahí su denominación de bolcheviques), y los oportunistas, la minoría ("menshinstvó" y de ahí su denominación de "mencheviques"). Durante la revolución de 1905-1907, los mencheviques se pronunciaron contra la hegemonía del proletariado en la revolución y contra la alianza de la clase obrera y los campesinos; exigían el acuerdo con la burguesía liberal, a la que se debía entregar, a juicio de ellos, la dirección de la revolución. Durante la reacción que siguió a la derrota de la revolución de 1905-1907, la mayoría de los mencheviques se hizo liquidadora y reclamó la liquidación del partido revolucionario ilegal de la clase obrera. Después del triunfo de la revolución democrática burguesa de febrero de 1917, los mencheviques entraron en el Gobierno Provisional burgués, apoyaron su política imperialista e impugnaron la revolución socialista que se estaba preparando. Al triunfar la Revolución Socialista de Octubre, los mencheviques se convirtieron en un partido abiertamente contrarrevolucionario, organizador y participante de complots y levantamientos encaminados a derrocar el Poder soviético.

[7]Eseristas(socialistas-revolucionarios): partido pequeñoburgués formado en Rusia a fines de 1901 y comienzos de 1902 como consecuencia de la unificación de diversos grupos y círculos populistas. Los eseristas se llamaban socialistas, pero su socialismo era utópico y pequeñoburgués. Su método principal de lucha contra el zarismo era el terrorismo individual. Al ser derrotada la primera revolución rusa de 1905-1907, el partido de los eseristas sufrió una crisis: sus dirigentes abjuraron prácticamente de la lucha revolucionaria contra el zarismo. Durante la primera guerra mundial, la mayoría de los eseristas ocupó las posiciones del socialchovinismo. Una vez derrocado el zarismo en febrero de 1917, los líderes de los eseristas formaron parte del Gobierno Provisional burgués, lucharon contra la clase obrera, que preparaba la revolución socialista, y participaron en la represión del movimiento campesino en el verano de 1917. Después de la Revolución Socialista de Octubre lucharon activamente contra el Poder soviético

[8]Esta cita es del trabajo de Carlos Marx Crítica del Programa de Gotha (véase C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas en tres tomos, ed. en español, t. In, pág. 23)

[9]Se refiere a la Comuna de París, primera experiencia, conocida en la historia, de dictadura del proletariado, de gobierno revolucionario de la clase obrera. Fue creada por la revolución proletaria en París y existió setenta y dos días, desde el 18 de marzo hasta el 28 de mayo de 1871

[10]Se trata de la primera guerra mundial de 1914-1918.

 

 

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