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EL DESARROLLO DEL CAPITALISMO EN RUSIA

 

PROCESO DE LA FORMACIÓN DEL MERCADO INTERIOR PARA LA GRAN INDUSTRIA[1]

(1896-1899)

 

PREFACIOS

 

Prólogo a la primera edición

  

En el trabajo que ofrecemos, el autor se ha propuesto examinar la cuestión: ¿cómo se forma el mercado interior para el capitalismo ruso? Sabido es que esta interrogante fue planteada hace ya tiempo por las principales figuras de las concepciones populistas[2] (con los señores V. V. y N.-on* a la cabeza); nuestra tarea estribará en la crítica de esas concepciones. No hemos considerado posible limitarnos en esta crítica al análisis de los errores e inexactitudes en los puntos de vista de los adversarios; para dar respuesta a la cuestión planteada nos ha parecido insuficiente aducir hechos que demuestran la formación y el crecimiento del mercado interior: hubiera podido objetarse que esos hechos habían sido elegidos de manera arbitraria y que se habían omitido los hechos que dicen lo contrario. Nos ha parecido necesario examinar e intentar exponer todo el proceso en su conjunto del desarrollo del capitalismo en Rusia. Ni que decir tiene que un objetivo tan extenso habría sido superior a las fuerzas de una sola persona de no introducir en él algunas limita­ciones. En primer lugar, como se ve ya por el título, tomamos el problema del desarrollo del capitalismo en Rusia exclusivamente desde el punto de vista del mercado interior, dejando aparte la cuestión del mercado exterior y los datos relativos al comercio exterior. En segundo lugar, nos limita­mos a la época posterior a la Reforma.[3] En tercer lugar, tomamos principalmente y de modo casi exclusivo los datos que se refieren a las provincias interiores puramente rusas. En cuarto lugar, nos limitamos exclusivamente al aspecto económico del proceso. Mas, con todas las limitaciones indicadas, el tema sigue siendo extraordinariamente vasto. No se le ocultan en modo alguno al autor la dificultad e incluso el peligro de abordar un tema tan amplio, pero le ha pare­cido que, a fin de poner en claro la cuestión del mercado interior para el capitalismo ruso, es absolutamente preciso mostrar la relación y dependencia de los distintos aspectos del proceso que tiene lugar en todas las esferas de la econo­mía social. Por eso nos limitamos a examinar los rasgos fundamentales del proceso, dejando para investigaciones poste­riores su estudio más especial.

* V. V., seudónimo de V. P. Vorontsov; N.-on, seudónimo de N. Danielson. Véase V. I. Lenin, Obras completas, 2ª ed., Bs. Aires, Ed. Cartago. 1969, "Biografías", tomo complementario 1. (Ed.)

El plan de nuestro trabajo es el siguiente. En el capítu­lo I examinaremos, de la manera más breve posible, las tesis teóricas fundamentales de la economía política abstracta relativas al problema del mercado interior para el capitalismo. Eso servirá a modo de introducción al resto de la obra, basada en hechos, evitándonos la necesidad de hacer numero­sas referencias a la teoría en la exposición ulterior. En los tres capítulos siguientes trataremos de dar los rasgos distin­tivos de la evolución capitalista de la agricultura en la Rusia posterior a la Reforma: en el capítulo II se examinarán los datos estadísticos de los zemstvos, relativos a la dife­renciación del campesinado; en el III, los datos referentes al estado de transición de la economía terrateniente, al cambio del sistema de prestación personal de esta economía por el capitalista, y en el IV, los datos correspondientes a los modos en que se produce la formación de la agricultura comercial y capitalista. Los tres capítulos que siguen después serán consagrados a las formas y fases de desarrollo del capitalismo en nuestra industria: en el capítulo V examinaremos las primeras fases del capitalismo en la industria, precisamente en la pequeña industria campesina (la llamada de los kusta­res); en el VI, los datos relativos a la manufactura capitalista y al trabajo capitalista a domicilio, y en el VII, los refe­rentes al desarrollo de la gran industria maquinizada. En el último capítulo (el VIII) intentaremos mostrar la relación existente entre los distintos aspectos del proceso expuestos más arriba y ofrecer un cuadro general de ese proceso.

S. Lamentándolo en grado sumo, no hemos podido utilizar para la presente obra el magnífico análisis del "desa­rrollo de la agricultura en la sociedad capitalista" dado por K. Kautsky en su libro Die Agrarfrage (Stuttgart, Dietz, 1899; I. Abschn. Die Entwicklung der Landwirtschaft in der kapitalistischen Gesellschaft*) *.

* La cuestión agraria (Stuttgart, Dietz, 1899; Apartado I: Desarrollo de la agricultura en la sociedad capitalista).-Ed.

Este libro (llegado a nuestras manos cuando gran parte de la presente obra estaba ya compuesta) es la más notable de las publicaciones de economía contemporáneas después del tercer tomo de El Capital[4]. Kautsky investiga las "ten­dencias fundamentales" de la evolución capitalista de la agri­cultura; su misión estriba en examinar los diversos fenómenos que se operan en la agricultura moderna como "manifestaciones parciales de un proceso general" (Vorrede*, VI). Es interesante señalar hasta qué grado son idénticos los rasgos fundamentales de este proceso general en Europa Occidental y en Rusia pese a las enormes peculiaridades de la última tanto en el aspecto económico como en el extraeconómico, Para la agricultura capitalista moderna (moderne), por ejemplo, son, en general, típicos la división creciente del trabajo y el empleo de máquinas (Kautsky, IV, b, c), que también llama la atención en la Rusia posterior a la Reforma (ver más abajo, capítulo III, § VII y VIII; capítulo IV, en particular § IX). El proceso de "proletariza­ción de los campesinos" (título del capítulo VIII del libro de Kautsky) se expresa por doquier en la difusión de toda clase de tipos de trabajo asalariado entre los pequeños cam­pesinos (Kautsky, VIII, b); paralelamente a ello observamos en Rusia la formación de una enorme clase de obreros asalariados con nadiel (véase más abajo, capítulo II). La existencia de pequeños campesinos en toda sociedad capitalista no se explica por la superioridad técnica de la pequeña producción en la agricultura, sino por el hecho de que éstos reducen sus necesidades a un nivel inferior al de los obreros asalariados y se esfuerzan en el trabajo incomparablemente más que estos últimos (Kautsky, VI, b; "el obrero asalariado agrícola se encuentra en mejor situación que el pequeño campesino", dice Kautsky en repetidas ocasiones: S.** 110, 317, 320); análogo fenómeno se observa en Rusia (véase más abajo, capítulo II, § XI, C)[5].

 * Prólogo. —Ed.

** Seite: página. —Ed.

Es, pues, natural que los marxistas de Europa Occidental y los rusos coincidan en la valoración de fenómenos como los "trabajos agrícolas fuera de su localidad", para emplear la expresión rusa, o el "trabajo agrícola asalariado de los campesinos errantes" como dicen los alemanes (Kautsky, S. 192; conf. más abajo, capí­tulo III, § X) ; o de otro fenómeno como el éxodo de los obreros y campesinos del campo a la ciudad y a las fábri­cas (Kautsky, IX, e; S. 343 especialmente y otras muchas. Conf. más abajo, capítulo VIII, § II); el traslado de la gran industria capitalista al campo (Kautsky, S. 187. Conf. más abajo, capítulo VII, § VIII). No nos referimos ya a la idéntica valoración de la significación histórica del capita­lismo agrícola (Kautsky, passim*, en especial S. 289, 292 y 298. Conf. más abajo, capítulo IV, § IX), al idéntico reconocimiento del carácter progresista de las relaciones capitalistas en la agricultura con respecto a las precapitalistas [Kautsky, S. 382: "La sustitución des Gesindes (braceros personalmente dependientes, criados) y der Instleute ('intermedio entre el bracero y el arrendatario': campesino que arrienda la tierra a cambio del pago en trabajo) por jornaleros que fuera del trabajo son hombres libres, constituiría un gran progreso social". Conf. más abajo, capítulo IV, § IX, 4]. Kautsky admite rotundamente que "ni cabe pensar" (S. 338) en el paso de la comunidad rural a la agricultura moderna en gran escala sobre bases comunales, que los agrónomos que en Europa Occidental piden el reforzamiento y desarrollo de la comunidad no son en modo alguno socialistas, sino representantes de los intereses de los grandes terratenientes, deseosos de sujetar a los obreros con la entrega en usufructo de pequeñas parcelas (S. 334), que en todos los países europeos los representantes de los intereses de los terrate­nientes desean mantener sujetos a los obreros agrícolas do­tándoles de tierras e intentan introducir en la legislación las medidas correspondientes (S. 162), que "hay que luchar de la manera más resuelta" (S. 181) contra todos los intentos de ayudar a los pequeños campesinos implantando las industrias domésticas (Hausindustrie), la peor especie de explotación capitalista. Consideramos necesario subrayar la completa so­lidaridad en las concepciones de los marxistas de Europa Occidental y rusos en vista de los últimos intentos de los representantes de populismo de trazar una marcada diferencia entre unos y otros (ver la declaración del Sr. V. Voron­tsov hecha el 17 de febrero de 1899 en la Sociedad de Fomento de la Industria y el Comercio de Rusia, Nóvoe Vremia, núm. 8255, 19 de febrero de 1899)[6].

* En diferentes lugares.-Ed.

 

Prólogo a la segunda edición [7]

 

Este trabajo fue escrito en vísperas de la revolución rusa, durante cierta calma que reinó después de la explo­sión de las grandes huelgas de 1895-1896. Entonces el movi­miento obrero parecía haberse ensimismado, difundiéndose en amplitud y profundidad y preparando el comienzo de la ola de manifestaciones de 1901.

El análisis del régimen económico-social y, por consi­guiente, de la estructura de clases de Rusia, que hacemos en la presente obra, análisis basado en una investigación económica y en un examen crítico de los datos estadísti­cos, se ve confirmado hoy por la actuación política abierta de todas las clases en el curso de la revolución.[8] Se ha puesto plenamente de relieve el papel dirigente del pro­letariado, así como que su fuerza en el movimiento histó­rico es inconmensurablemente mayor que su proporción numérica en la masa total de la población. La base eco­nómica de uno y otro fenómeno queda demostrada en este trabajo.

Además, la revolución está revelando cada vez con mayor claridad el carácter doble de la situación y del papel del campesinado. Por una parte, enormes vestigios de la econo­mía basada en la prestación personal y toda clase de supervivencias

 

 

 

 

Notas 

[1] El libro de V. I. Lenin El desarrollo del capitalismo en Rusia es fruto de una ingente labor de investigación, que duró más de tres años. Lenin lo empezó en la cárcel, poco después de ser detenido a causa de la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera, de Petersburgo, y lo terminó en el destierro, en la aldea de Shúshenskoe (Siberia). Pero co­menzó a reunir datos y documentos para el libro mucho antes de escribirlo.

En la primera carta, enviada, desde la cárcel el 2 de enero de 1896, Lenin dice: Tengo un plan que me atrae extraordinariamente desde que me detuvieron, y cada día más. Hace ya mucho que venía ocupán­dome de un problema económico (la venta de mercancías de la industria transformativa dentro del país); había reunido algunas publicaciones, tra­zado el plan de su elaboración e incluso escrito algo, con el propósito de editar mi trabajo en forma de libro si rebasaba el volumen de un artícu­lo. No quisiera en modo alguno abandonar este trabajo, pero ahora, por lo visto, habrá que optar: escribirlo aquí o renunciar por completo.

Al abordar el trabajo sobre El desarrollo del capitalismo en Rusia, Lenin tenía en cuenta que el libro requeriría una labor de investigación grande y minuciosa, el estudio y elaboración de inmenso material fáctico. Bos­quejando un plan o esquema del futuro libro, Lenin decía en la misma carta:

La lista de libros está dividida en las dos partes en que se divide tam­bién mi obra. A. —Parte teórica general. Requiere menos libros, por lo que, en todo caso, confío en escribirla, pero exige un mayor trabajo pre­paratorio. B. —Aplicación de las tesis teóricas a la realidad de Rusia. Esta parte requiere muchísimos libros. Ofrecen la dificultad principal: 1) las publicaciones de los zemstvos. Cierto que tengo parte de ellas; otra parte podrá encargarse (las monografías pequeñas), y otra podrá conseguirse a través de estadísticos conocidos; 2) publicaciones del Gobierno: tra­bajos de comisiones, informes y actas de congresos, etc. Esto es impor­tante; será más difícil conseguirlas. Hay algunas en la biblioteca de la SEL (Sociedad Económica Libre.-Ed.), creo que incluso la mayoría.

I. UliánovaElizárova, hermana de Lenin, relata en sus memorias cómo trabajaba él en la cárcel preparando el libro: Decidió utilizar las bibliotecas de Petersburgo a fin de conseguir materiales para el trabajo que se había propuesto y que, como él sabía, sería imposible lograr en el des­tierro. Y se puso a trabajar intensamente, estudiando en la cárcel una in­finidad de documentos y haciendo una infinidad de extractos. Le llevé montones de libros de las bibliotecas de la Sociedad Económica Libre, de la Academia de Ciencias y de otras instituciones científicas.

Lenin no interrumpió el trabajo relacionado con el libro ni siquiera cuando se dirigía al lugar del destierro. En una carta fechada el 15 de marzo de 1897 comunicaba que por el camino había repasado y se proponía expedir desde Krasnoyarsk libros tomados por un corto plazo. Durante su parada en Krasnoyarsk, estudió libros y revistas que encontró en la biblioteca particular del negociante Yudin y en la biblioteca de la ciudad.

En el destierro, Lenin continuó trabajando intensamente en El desarrollo del capitalismo en Rusia. En cuanto llegó al lugar del destierro se preocupó por conseguir y que se le enviaran los libros que necesitaba. Habla reitera­damente de ello en las cartas a los familiares y conocidos. Desde el otoño de 1897, Lenin recibió regularmente los materiales necesarios y empezó a estudiar nuevos documentos, sobre todo numerosas recopila­ciones estadísticas. Cuando N. K. Krúpskaya fue trasladada de Ufá para cumplir el destierro en Shúshenskoe en la primavera de 1898, le llevó muchos libros.

En tres años de trabajo en El desarrollo del capitalismo en Rusia, Lenin estu­dió y aprovechó con espíritu crítico todas las publicaciones dedicadas a la economía de Rusia. En el libro se mencionan y citan más de 500 trabajos diversos: libros, recopilaciones, investigaciones, ensayos y artículos. En realidad, la literatura estudiada y utilizada por Lenin, pero no incluida en la enumeración, fue muchas veces mayor. Sin embargo, incluso esta enu­meración da una idea del colosal trabajo que realizó durante el estudio del desarrollo del capitalismo ruso.

El borrador de El desarrollo del capitalismo en Rusia quedó terminado en agosto de 1898. Pero Lenin continuó trabajando intensamente en el libro. La redacción definitiva del manuscrito exigió bastante tiempo. El manus­crito quedó terminado a fines de enero de 1899. Lenin prestó gran atención a las observaciones de los camaradas y fami­liares que leyeron en manuscrito El desarrollo del capitalismo en Rusia. Cada capítulo del libro fue recopilado por separado en un pequeño cuaderno, que leyeron y discutieron, además de N. K. Krúpskaya, otros socialde­mócratas desterrados en la comarca de Minusinsk. Fuimos, por decirlo así, `los primeros lectores de El desarrollo del capitalismo en Rusia —recuerda G. M. Krzhizhanovski, desterrado entonces no lejos de Shúshenskoe—; leíamos detenidamente lo que se nos enviaba y lo devolvíamos con nues­tras observaciones a Vladimir Ilich. El tenía muy en cuenta las observa­ciones de este tipo.

El desarrollo del capitalismo en Rusia vio la luz a fines de marzo de 1899, figurando su autor con el seudónimo de Vladimir Ilín. La tirada —2.400 ejemplares— se agotó con gran rapidez. El libro se difundió princi­palmente en los medios intelectuales socialdemócratas, entre la juven­tud estudiantil y, a través de los propagandistas, en los círculos obreros.

La prensa burguesa intentó silenciar la obra científica de Lenin. Únicamente en el otoño de 1899 aparecieron las primeras reseñas. Lenin dio una respuesta demoledora a una de ellas en el artículo Una crítica no crí­tica, publicado en la revista Naúchnoe Obozrenie (Revista Científica), en el número de mayo junio de 1900 (véase el presente volumen, págs. 665-692.).

[2] Populismo: corriente política e ideológica surgida en Rusia en los años 70 del siglo XIX, que existió varios decenios.

Los populistas se consideraban socialistas, pero la idea que tenían del socialismo era utópica, estaba en contradicción con todo el desarrollo social. Los populistas afirmaban que el capitalismo no se desarrollaría en Rusia y que, si bien surgían grandes empresas capitalistas, se trataba de una casualidad y de una desviación de cierto camino correcto del progreso en Rusia. A su juicio, ese camino correcto consistía en desa­rrollar la pequeña producción. Según ellos, no era la clase obrera, sino el campesinado quien establecería en Rusia el socialismo, cuya célula básica debía ser la comunidad campesina, que se conservaba en la Rusia del siglo XIX y comienzos del XX como un vestigio del régimen de la servi­dumbre, como trabas medievales que encadenaban a los campesinos y frenaban el progreso social.

Las concepciones filosóficas del populismo eran una mezcla ecléctica de positivismo, neokantismo y otras corrientes de moda en aquellos tiempos. Los ideólogos del populismo —P. L. Lavrov y N. K. Mijailovs­ki— defendían una concepción idealista de la historia, negaban el papel de las masas populares en el proceso histórico y afirmaban que la historia la hacen las grandes personalidades, los héroes, que ellos oponían a la muchedumbre considerándola inerte.

En distintos períodos surgieron en Rusia partidos políticos que sustenta­ban concepciones populistas.

Los populistas revolucionarios de los años 70 del siglo pasado iban a las aldeas, al pueblo, y hacían agitación entre los campesinos, tratando de levantarlos contra el zar y los terratenientes. En 1876 se organizó la sociedad populista Tierra y Libertad, que en 1879 se escindió en dos par­tidos: uno, el Reparto Negro, siguió haciendo propaganda revolu­cionaria; el otro, denominado Voluntad del Pueblo, luchó contra el zarismo por medio del terror individual, del asesinato de los repre­sentantes del poder zarista. Ambos partidos se disolvieron en los años 80.

A fines de los años 80 y comienzos de la década del 90 del siglo pasado, en las páginas de la prensa legal rusa apareció una corriente populista, conocida con la denominación de populismo liberal. Los populistas liberalesrenunciaron a la lucha revolucionaria contra la autocracia e intentaron conseguir del Gobierno zarista algunas reformas en provecho, principalmente, de la parte acomodada del campesinado: los kulaks. Al mismo tiempo, sostuvieron en sus artículos y libros una encarnizada lucha con­tra el marxismo. Entre los representantes principales del populismo liberal figuraron N. K. Mijailovski, V. P. Vorontsov y N. F. Daniel­són.

[3] La Reforma: se trata de la Reforma de 1861 que abolió la servidumbre en Rusia. El Gobierno zarista implantó esta Reforma para asegurar en má­ximo grado los intereses de 1 terratenientes feudales; se conservó la pose­sión agraria de los terratenientes, y las tierras de los campesinos fueron declaradas propiedad de los terratenientes; aquéllos podían recibir un nadiel (parcela) cuyas dimensiones fijaba la ley (y, además, debían con­tar con el consentimiento del terrateniente) por medio de un rescate. Los campesinos quedaban en dependencia temporal durante varios años, es decir, seguían sujetos a diversas cargas (tributos o prestación personal) en favor del terrateniente. Más de de la tierra que usufructuaban los campesinos bajo el régimen de la servidumbre les fue arrebatada en favor de los terratenientes al efectuar la Reforma. Estas tierras arrebatadas o recortes, como las llamaban, eran la parte mejor de las parcelas campesinas —prados, abrevaderos, pastos, etc.— sin los cuales los campesinos no podían dedicarse a una actividad agrícola independiente. Según cálculos aproximados, después de la Reforma los nobles tenían 71.500.000 desiatinas de tierras, y los campesinos, 33.700.000.

En total, según la Reforma de 1861, se libró a 22.500.000 campesinos, siervos de terratenientes.

El rescate que los campesinos debían pagar al Gobierno zarista (el Gobierno abonó a los terratenientes el dinero que les correspondía por la operación del rescate) era una verdadera expoliación de los campesinos en favor de la clase terrateniente; para amortizar la deuda de los campesinos se les concedió una prórroga de 49 años, al 6% de interés anual. Los atrasos en el pago del rescate, pesada carga sobre la hacienda campesina, aumentaban año tras año. La Reforma provocó la depaupera­ción masiva, de los campesinos y la ruina de sus haciendas. Los campesinos que habían dependido de los terratenientes pagaron al Gobierno, en concepto de rescate, 1.900 millones de rublos, mientras que el valor de esas tierras en el mercado no pasaba de 544 millones. En la práctica, los campesinos fueron obligados a pagar no sólo por la tierra, sino también por su libertad personal.

La Reforma de 1861 fue un paso en el camino de la transformación de Rusia en una monarquía burguesa. Pero el viejo sistema de pago en tra­bajo sólo fue socavado y no destruido. Lenin calificó la Reforma de 1861 como el primer acto de violencia masiva contra el campesinado, en bene­ficio de capitalismo naciente en la agricultura, que desbrozaba el campo por los terratenientes para el capitalismo.

[4] En febrero o primeros de marzo de 1899, encontrándose desterrado, Lenin recibió el libro Die Agrarfrage (La Cuestión Agraria), de K. Kautsky, que a la sazón era todavía marxista. Por aquel tiempo la mayor parte del libro El desarrollo del capitalismo en Rusia estaba ya en prensa y Lenin decidió remitirse a la obra de Kautsky en el prefacio. Lenin cita el libro de Kautsky para subrayar lo que había de común en las regularidades fundamentales del desarrollo del capitalismo en la agri­cultura de Europa Occidental y de Rusia, no obstante toda la peculiari­dad de este proceso en los diversos países.

[5] En la segunda edición de El desarrollo del capitalismo en Rusia (1908) se cambió la numeración de los apartados porque Lenin introdujo varias adiciones en el libro. El lugar a que alude aquí Lenin se encuentra en el cap. II, § XII (C), págs. 171-173.

[6] El 17 de febrero de 1899 se discutió en la Sociedad de Fomento de la Industria y el Comercio de Rusia un informe sobre el tema ¿No será posible reconciliar el populismo con el marxismo? El populista Voron­tsov afirmó en su discurso que los representantes de la novísima corriente del marxismo en Occidente estaban más cerca de los populistas rusos que de los marxistas rusos. El 19 de febrero (3 de marzo) de 1899 se pu­blicó una breve reseña de esta reunión en el periódico reaccionario Nóooe Vremia (Tiempo Nuevo) de San Petersburgo

[7] La segunda edición de El desarrollo del capitalismo en Rusia apareció en 1908. Su publicación fue anunciada en marzo de dicho año, en el núm. 10 de Knízjlnaya Létopis (Anales Bibliográficos). Lenin volvió a revisar el texto del libro para la segunda edición, corrigió las erratas, introdujo numerosas adiciones y escribió un prefacio nuevo, fechado en julio de 1907. En esta edición sustituyó las expresiones destinadas a sortear la censura —discípulos, partidarios de los trabajadores— con las deno­minaciones propias: marxistas, socialistas; y las alusiones a la nueva teoría, con referencias a Marx y al marxismo.

Lenin introdujo en su libro adiciones considerables, basándose en nuevos datos estadísticos. Dedicó un nuevo apartado (el XI) en el capítulo segundo a analizar los balances de los censos militares de caballos de 1896-1900. Adujo hechos complementarios que confirmaban sus conclu­siones anteriores respecto al desarrollo del capitalismo en Rusia, en parti­cular, datos nuevos de la estadística fabril. Hizo también un análisis del censo general de la población de 1897, que mostraba con mayor plenitud la estructura de clases en Rusia (véase el capítulo VII, § V, págs. 544-550. Complemento a la segunda edición).

Lenin no dejó de trabajar en el libro El desarrollo del capitalismo en Rusia ni siquiera después de aparecer la segunda edición. Así lo prueban las adi­ciones que hizo en 1910 a la página 405 de dicha edición sobre la clasificación de las fábricas según el número de obreros en 1908 (véase la ilustración en la pág. 559 del presente volumen).

En el prefacio a la segunda edición, Lenin apunta la posibilidad de rehacer en el futuro su obra y señala que, en ese caso, habría que divi­dirla en dos tomos: consagrar el primero a analizar la economía de Rusia antes de la revolución de 1905-1907, y el segundo, a estudiar el balance y los resultados de la revolución.

Lenin dedicó varias obras a estudiar la influencia de la revolución de 1905-1907, figurando entre ellas El programa agrario de la socialdemocracia en la primera revolución rusa di 1905-1907, escrito a fines de 1907.

[8] Trátase de la primera revolución rusa: la Revolución Democrática Bur­guesa de 1905-1907.

La revolución comenzó el 9 de enero de 1905. Aquel día, los obreros de San Petersburgo se dirigieron con sus mujeres y sus hijos al Palacio de In­vierno para entregar al zar una petición, en la que exponían sus insopor­tables condiciones de vida y su falta absoluta de derechos. En respuesta, el zar ordenó ametrallar la manifestación pacífica. En las calles de Petersburgo cayeron muertos miles de obreros inermes, mujeres, niños y ancianos.

La clase obrera de toda Rusia respondió al crimen del Gobierno zarista con manifestaciones, huelgas y acciones armadas. Los obreros, al frente de la revolución, lucharon por derrocar la autocracia y proclamar la república democrática, abolir la gran propiedad agraria e implantar la jornada de ocho horas. En el verano de 1905, los obreros de IvánovoVoznesensk formaron el primer Soviet (Consejo) de diputados obreros, ejemplo que fue seguido por los obreros de otros centros industriales.

Los campesinos se sumaron a la lucha contra el régimen zaristaterra­teniente, exigiendo que se entregara al pueblo la tierra de los lati­fundistas. En junio de 1905 se sublevó la tripulación del acorazado Potiomkin, que formaba parte de la escuadra del Mar Negro.

En octubre de 1905 se declaró la huelga general política en toda Rusia. En el inmenso país cesó el trabajo en fábricas y empresas y quedaron paralizados todos los ferrocarriles. La huelga patentizó la gran fuerza de la clase obrera. El 17 de octubre, el zar se vio obligado a publicar un manifiesto, en el que prometía promulgar una constitución en Rusia y otorgar la libertad de expresión, de reunión, de imprenta, etc. Pero las promesas del zar fueron un engaño y quedaron sin cumplir. En diciembre del mismo año, comenzó en Moscú la insurrección armada. Los obreros de las fábricas moscovitas, encabezados por los socialdemó­cratas bolcheviques de la ciudad, se batieron heroicamente en las barri­cadas durante nueve días contra las tropas zaristas, dotadas de artillería. Sólo la llegada de unidades militares de San Petersburgo permitió al Gobierno vencer a los obreros.

En 1906 participaron en las huelgas más de un millón de obreros. En el primer semestre de dicho año, el movimiento campesino abarcó a más de la mitad de los distritos.

El Gobierno zarista reprimió salvajemente el movimiento revoluciona­rio. En todos los grandes centros industriales y en las zonas de levanta­mientos campesinos, las expediciones punitivas cometieron ferocidades inauditas, asesinando a muchos miles de obreros y campesinos.

La primera revolución rusa fue derrotada, pero tuvo magna impor­tancia histórica. Para las masas populares de la Rusia zarista fue, como dijera Lenin, un ensayo general, sin el cual habría sido imposible la victoria de la clase obrera en octubre de 1917. La revolución rusa de 1905-1907 ejerció gran influencia en el desarrollo del movimiento revolucionario en Asia: en Persia, Turquía, China, India y otros países...............................

 

 

 

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