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Tabla de contenidos

1)  Presentación

2)  Luchas de nuestros pueblos

3)  Mecánica de lo nacional

4)  Dialéctica de lo nacional

5)  Praxis de lo nacional

6)  Resumen

 

1. Presentación

 

Darío Aranda se pregunta por qué[1]la nación mapuche es atacada tanta virulentamente, respondiendo que la razón es la propiedad de la tierra; cita a Diana Lenton, docente en Universidad de Buenos Aires, que sostiene que la violencia contra este pueblo tiene dos causas: la común que padecen otras naciones originarias, como el Pueblo Qom, que defienden los mismos derechos sobre la tierra, y el racismo exacerbado contra los mapuches porque los blancos no toleran su dignidad que mira de igual a igual a los blancos: «La mirada racista no tolera que un indígena se posicione de igual a igual», sostiene la antropóloga. Un racismo al alza en la burguesía argentina.[2]

La dignidad forma parte de la cultura del pueblo. Para acabar con la resistencia que nace también de esta cultura, el invasor ha de destruirla encarcelando a quienes recrean la cultura espiritual.[3]La resistencia mapuche también nace de la cultura porque interactúan tierra y cultura: «los grupos de resistencia mapuche tienen por objeto organizar acciones de autodefensa, resistencia, recuperación y ocupación de sus tierras ancestrales que les fueron robadas».[4]Según Llanca Marín tierra, cultura y mujer son una unidad:

 

El rol de la mujer ha sido fundamental y protagónico en la lucha por los derechos del pueblo Mapuche. No se puede negar e invisibilizar esto al interior del movimiento. Lo primero que debe erradicarse es la inequidad interna a través de la modificación de aquellos usos y costumbres (quizás adquiridos) que perjudican a las mujeres, entenderse que la mujer mapuche ha estado a la par con los hombres, gestando el movimiento, luchando por la consecución de los derechos como integrantes de la sociedad y sobre todo como mujeres. No es difícil darse cuenta de la invisibilidad. Varias organizaciones y reconocidos dirigentes la promueven. Nombre de producciones musicales denominadas Newen peñi (newen: fuerza, peñi: hermano hombre). Consignas articuladas desde lo interno... A la lucha pu peñi, Marichiwew peñi. Nombres de organizaciones con identificación exclusivamente masculina o el trasplante de conceptos políticos-machistas: Mapuche traducido como hombre/varón de la tierra), Wall mapu traducida como patria. La reivindicación por los derechos, la justicia, la equidad y el respeto que se exige empieza por casa. Se habla de reconstruir la «patria» Mapuche y ¿quién dice que debe ser patria que significa lo que es del pater/padre? El seno de nuestra existencia es la Mapu Ñuke, la madre tierra, nuestra MATRIA y nuestro espacio físico es el wallmapu.[5]

En Nuestra América están contabilizados en la actualidad no menos de 259 proyectos extractivistas, de los cuales no menos de 246 encuentran resistencias populares de las que seis son transfronterizos; 141 están criminalizados por la burguesía.[6]El saqueo extractivista se remonta a la invasión de 1492 como indica Horacio Machado Aráoz.[7]Apreciamos la importancia de estas luchas al contextualizarlas en un continente ocupado[8]por las violencias de una «globalización etnófaga»,[9]que extermina pueblos mediante etnocidio, enfermedad y cristianismo.[10]

Peltier lleva 43 años encarcelado por su «resistencia nativa»[11]en Norteamérica. Los Sioux sostienen su lucha contra el oleoducto que atraviesa tierras sagradas de Dakota, invasión reactivada por Trump.[12]El sindicalismo de la AFL-CIO apoya el oleoducto y choca de frente con la reivindicación de los Sioux, reviviendo el debate de 1980 y con él la larga disputa sobre las relaciones entre indigenismo y marxismo.[13]La coherencia de L. Peltier es continuidad de la de los indios que resistieron a los invasores franceses desde comienzos del siglo XVI;[14]y también de los grupos de guerreros que en el siglo XIX sin superar el centenar de combatientes cada uno de ellos, mostraron «la épica de la resistencia de unas naciones que se negaban a desaparecer»[15]causando reiterados fracasos al ejército yanqui compuesto de 5.000 soldados con el mejor equipamiento de la época. El racismo blanco nunca olvidó estas derrotas. Reagan «se propuso ahondar la separación entre los trabajadores blancos y las minorías nacionales oprimidas, en particular los afroamericanos»,[16]intensificando la opresión de «raza y clase» que mostraría sus inhumanidad con el huracán Katrina en 2005 que golpeó fundamentalmente a la clase trabajadora no blanca.[17]

En África, el pueblo ¡kung conocido como bosquimano fue expulsado de sus tierras por los Estados y la multinacional holandesa De Brees que controla el mercado diamantífero mundial[18]y tuvo que sufrir agresiones, palizas y torturas para recuperarlas parcialmente. Los ¡kung siguen de algún modo la senda zulú que mediante la formación de un Reino independiente a partir de la unidad de trescientos clanes pacíficos que vivían en el neolítico, se fusionaron nacionalmente para resistir a los blancos creando un ejército de 40.000 guerreros que con lanzas y escudos de cuero vencieron varias veces el británico.[19]

En Australia, en enero de 2012 un grupo de 400 aborígenes quemaron la bandera de Australia frente al Parlamento en Sydney para denunciar los crímenes sufridos durante 224 años,[20]acción que es parte de la «guerra secreta»[21]contra el pueblo aborigen desde el inicio de la ocupación blanca porque los nativos nunca se han doblegado del todo. La movilización aborigen aumenta obligando al Gobierno a prometer cambios en la Constitución.[22]Los hawaianos se movilizan contra Facebook[23]recuperando la dignidad de los pueblos que apenas se opusieron en un principio a la invasión blanca pero que, al sufrir su brutalidad, los conminaban a marcharse inmediatamente.[24]Los tahitianos se sublevaron hartos de los atropellos occidentales.[25]Los maoríes luchaban ferozmente entre sí, pero se unieron para repeler la ocupación. Con el acuerdo de Waitangi de 1840 aceptaban la administración británica, pero la imparable ocupación de sus tierras originó sucesivas insurrecciones, como la de 1843-1846 y 1860, causándoles grandes bajas: «pero poco podían las hachas de piedra contra el fusil».[26]Las rebeliones de 1883 y 1886 fracasaron porque eran sociedades paleolíticas frente al capitalismo industrial.

Hemos citado muy pocas resistencias de los pueblos a las agresiones capitalistas. ¿Es correcto utilizar el término «naciones originarias», o son «grupos» pre-nacionales sin Estado, son acciones de «indígenas» convertidos en campesinos o trabajadores urbanos sin sentimiento nacional?[27]Nuestra respuesta tiene seis partes: en la primera hemos leído la presentación, en la segunda expondremos algunas experiencias latinoamericanas, en la tercera analizaremos el dogma que pretendió resolver para siempre el «problema nacional», en la cuarta expondremos la teoría del concepto, en la quinta veremos algunos casos de praxis nacional de liberación y en la sexta, un resumen.

 

2 Luchas de nuestros pueblos

 

En la América precolombina muchos pueblos tenían una fuerte identidad bajo la dominación azteca e inca: «los pueblos sometidos y explotados acechaban la ocasión de la rebelión [...] el sordo descontento de los pueblos sometidos».[28]La larga resistencia zapoteca –«los zapotecas formaban una tribu india muy orgullosa y arisca, los habían conquistado dos veces y dos veces se habían revelado, matando a los gobernantes aztecas»[29]– al expansionismo mixteca unía su cultura con la construcción de fuertes defensas, su victoria 1497 aseguró la independencia hasta la invasión hispana de 1521,[30]proeza significativa por la importancia de la guerra para obtener esclavos, tributos y tierras.[31]La nación Tlaxcala nunca fue ocupada por los aztecas siendo un decisivo aliado de los hispanos en su conquista de México.[32]

Desde la mitad del siglo XV el principal motor de esta expansión mexica «fue una serie de desastres naturales y años de malas cosechas, que causaron hambrunas –como la de 1450, que duró cuatro años– y obligaron a los mexicas a emprender campañas para someter a las vecinas regiones productoras. En este sentido, el principal objetivo fue la fértil región agrícola de Chalco, cuya conquista dará lugar a una larga campaña no acabada sino hasta 1456, lo que nos da una sólida idea de la tenacidad del pueblo de Chalco en defensa de su independencia. La pujante ciudad de Tlatelolco solo fue ocupada hacia 1473 «no sin una tenaz resistencia por parte de los tlatelolcas, mujeres incluidas». En síntesis: «La mayoría de las campañas fueron realizadas a instancias de los comerciantes, quienes deseaban acceder a nuevas regiones productivas para adquirir bienes y materiales que, una vez transportados hasta Tenochtitlan, les reportaban cuantiosos beneficios. Igualmente beneficiados con las conquistas resultaron sus parientes, quienes fueron instalados por el soberano como gobernantes de los territorios y ciudades sometidas».[33]Los chichimeca resistieron a los españoles en un una guerra de «conquista sin fin»:[34]mientras los aztecas fueron vencidos en tres años el pueblo chichimeco se mantuvo libre en gran parte de sus tierra durante siglos.

 

[1]Darío Aranda: ¿Por qué contra los mapuches?,27 de enero de 2018 ( https://www.lahaine.org/).

[2]Federico Pita: Macri y su orgullo blanco, 13 de febrero de 2018 ( http://contrahegemoniaweb.com.ar/macri-y-su- orgullo-blanco/).

[3]Sandra Trafilaf: La nueva ofensiva del Estado contra el pueblo mapuche, 20 de enero de 2018 ( http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236809).

[4]Juan Gerez: Nación Mapuche: ¿Por qué contra los mapuches?, 30 de agosto de 2017 ( http://www.resumenlatinoamericano.org/).

[5]Llanca Marín: La Matria Mapuche y el patriarcado occidental, 1 de noviembre de 2004 ( http://www.jornada.unam.mx/).

[6]Véase www.extractivismoencolombia.org

[7]Informe OCMAL-CENSAT 2016: Minería, violencia y criminalización en América Latina. Dinámicas y tendencias, 20 de marzo de 2017 (www.extractivismoencolombia.org).

[8]Marcelo Colussi: Latino América, territorio ocupado, 7 de diciembre de 2017 (http://www.rebelion.org/).

[9]Armando Bartra: «La conspiración de los diferentes (Reseña de Elogio de la diversidad... de Héctor Díaz-Polcanco)», Contexto Latinoamericano, Bogotá, no 2, enero-marzo de 2007, p. 206.

[10]Paloma Vargas: A 121 años de la extinción del pueblo selk ́nam,23 de agosto de 2016 ( https://www.laizquierdadiario.com/).

[11]El guerrero indio Leonard Peltier cumple 43 años en prisiones de EEUU!! Clamor mundial por su libertad, 6 de febrero de 2018 ( http://www.resumenlatinoamericano.org/).

[12]Julia Carrie Wong y Sam Levin: Los Sioux (también) se ponen en pie de guerra contra Donald Trump, 29 de enero de 2011 (http://www.eldiario.es/).

[13]Benjamin Balthaser: Marxismo y luchas indígenas, 11 de diciembre de 2016 (http://vientosur.info/spip.php?article12002).

[14]Hugo Néstor Peña Pupo: Vindicación del piel roja, Ciencias Sociales, La Habana 2014, pp. 24 y ss.

[15]Francisco García Alonso: «La tierra llora. La amarga historia de las Guerras Indias por la conquista del Oeste», Desperta Ferro, Madrid, Historia Moderna, no 31, diciembre de 2017-enero de 2018, pp.57- 58.

[16]Sharon Smith: Fuego subterráneo, Hiru, Hondarribia 2015, pp. 367 y ss.

[17]Sharon Smith: Fuego subterráneo, Hiru, Hondarribia 2015, pp. 476 y ss.

[18]Ana Machado: Bosquimanos: la lucha que no cesa, 10 de enero de 2006 (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=25216).

[19]Irene Godino Cueto: «El ejército zulú. La máquina de guerra que desafió a Imperio Británico», Desperta Ferro, Madrid, Historia Moderna, no 31, diciembre de 2017-enero de 2018, pp. 58-59.

[20]27 de enero de 2012 www.eltelegrafo.com.ec

[21]John Pilger: La guerra secreta de Australia contra los aborígenes, 10 de noviembre de 2013 ( http://www.sinpermiso.info).

[22]Montse Martínez: Los aborígenes australianos reivindican sus derechos al pie del mítico monte Uluru, 25 de mayo de 2017 ( https://www.elperiodico.com/).

[23]Jon Letman y Julia Carrie Wong: Los hawaianos acusan a Mark Zuckerberg de «neocolonialista», 26 de enero de 2017 ( http://www.eldiario.es/).

[24]Anthony Pagden: Pueblos e Imperios, Mondadori, Barcelona 2002, p. 18.

[25]Anthony Pagden: Pueblos e Imperios, op. cit., p. 148.

[26]Alfonso Lázaro Díaz: «La expansión colonial», «El Siglo XIX», en Historia de la Humanidad, Arlanza Ediciones, Madrid 2000, p. 174.

[27]Laura «Xiwe» Santillán: La lucha mapuche, la autodeterminación y el marxismo, 5 de septiembre de 2017 ( https://www.laizquierdadiario.com/).

[28]AA.VV.: Historia moderna, Akal, Madrid 1994, pp. 29-30.

[29]Víctor W. von Hagen: Aztecas, mayas e incas, Ciencias Sociales, La Habana 1971, p. 72.

[30]Andrés Ciudad Ruiz: «El México antiguo», Historia de la Humanidad, Arlanza Ediciones, Madrid 2000, tomo 19, pp. 40-41.

[31]Ma Josefa Iglesias: «La civilización maya», Historia de la Humanidad, Arlanza Ediciones, Madrid 2000, tomo 19, p. 79.

[32]José Luis de Rojas: «Los aztecas», Historia de la Humanidad, Arlanza Ediciones, Madrid 2000, tomo 19, pp. 102-152.

[33]Álvaro Cruz García: Los Aztecas, Edimat, Madrid 2006, pp. 41-44.

[34]Enrique Semo: Conquista sin fin. Españoles contra chichimecas, Memoria, Revista crítica militante, México, 2016-3, no 259.

 

 

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