Categoría: CHIAVENATO Julio Jose
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                     INDICE

Prefacio, 9

I. El Supremo, la dictadura a favor del pueblo
  1. Una nación sin caudillos, ..... 17
  2. El Supremo, ..... 18
  3. El pueblo y el ojo de Francia, ..... 19
  4. El aislamiento no fue elegido, ..... 20
  5. Está naciendo una nación libre, ..... 22
  6. El pueblo paraguayo, ..... 25
  7. Del absolutismo a Rousseau y Voltaire, ..... 26
  8. Dónde está la salida?, ..... 27
 
II. El país más progresista de América del Sur
  9. Carlos Antonio López asume el gobierno. ..... 31
10. La infiltración inglesa, ..... 32
11. Primero, resistido por el progreso, ..... 34
12. Dónde está la clase dirigente, ..... 39
13. Cuando era preciso interpretar el futuro, ..... 41
14. Diplomacia: un aprendizaje inofensivo, ..... 44
 
III. A los 36 años Francisco Solano López asume el gobierno
15. Se improvisa un general de dieciocho años, ..... 53
16. En Europa. Al volver, un aviso a Andrés Lamas, ..... 55
17. Una extraña visita: los “marines”, ..... 58
18. Pacificando para mantener el equilibrio, ..... 61
19. Piratería inglesa a la luz del día en el Piala, ..... 63
20. Cuando todo se aprende en la práctica, ..... 65
 
IV. Imperio del Brasil y Argentina: dos gigantes anémicos
21. La gran crisis de los gigantes anémicos, ..... 67
22. La crisis argentina produce el ‘‘vago”, ..... 71
23. La libertad que no permite la concurrencia, ..... 75
  
V. Intriga, calumnia: veneno» que tiñen el Plata
24. Mentiras y calumnias sobre el Paraguay, ..... 77
25. Diplomáticos codician la República Guaraní, ..... 79
26. Los secretos y fuertes poderes de la masonería, ..... 82
 
V. El imperialismo Inglés no quiere cambios en el mundo
27. El león británico quiere el mundo a sus pies, ..... 87
28. La opresión en su etapa superior: el imperialismo, ..... 90
29. Brasil: nada se hace sin los empréstitos ingleses, ..... 92
 
VII. El Uruguay, Maná y las contradicciones del Imperio
30. Uruguay: un feudo de los riograndenses, ..... 97
31. Maná el mayor capitalista “uruguayo", ..... 101
32. Los caudillos riograndenses contra el Barón de Mauá, ..... 103
 
VIII Misión Saraiva: la diplomada vigilada por Mr. Thornton
33. Misión Saraiva: la diplomacia sin salida, ..... 107
34. La diplomacia hecha por la escuadra, ..... 111
35. El caudillo y los ladrones de ganado, ..... 113
 
IX. El Tratado de la Triple Alianza, una vergonzosa farsa
36. Un tratado o un “cuerpo del delito". ..... 117
 
X. Los ejércitos en lucha: un pueblo en armas contra esclavos y mercenarios
37. Haciendo la guerra por motivos equívocos, ..... 123
38. El paraguayo, el americano más bien nutrido, ..... 125
39. En la tropa, hasta los ricos, descalzos por la tierra, ..... 126
40. Las terribles picaduras del humor: El Cabichuí ..... 129
41. El ejército del Imperio es una suma de contradicciones, ..... 132
42. Argentina: mercenarios y voluntarios esclavizados, ..... 134
43. Urquiza: vendiendo caballos y hasta su alma, ..... 138
44. Un ejército que queda en la retaguardia, ..... 141
45. “Difícil sin la escuadra, imposible con ella”, ..... 142
46. Las contradicciones de los aliados van a la guerra, ..... 143
 
XI. El Imperio se ahonda en sus contradicciones
47. Cuando los pobres van a la guerra no falta oro, ..... 145
48. “El pueblo paraguayo merece el completo exterminio que lo aguarda”, ..... 148
49. La naturaleza de la crueldad en la guerra, ..... 149
 
XII. Crímenes de guerra: el sadismo del Conde D’Eu
50. Los crímenes de guerra cometidos por los aliados, ..... 155
51. Obligando a paraguayos a matar paraguayos, ..... 156
52. Mitre y Caxias: contaminando agua con cadáveres coléricos, ..... 157
53. Prisioneros paraguayos vendidos como esclavos, ..... 158
54. Un sádico entra en escena: El Conde D’Eu, ..... 159
 
XIII. Las Intrigas y sobornos de Charles Washburn
55. Una víbora instilando venció en el Plata, ..... 163
56. Negociante astuto y conspirador traicionero, ..... 16
 
XIV. El genocidio está hecho: 75,75% del pueblo paraguayo están muertos
57. 99,50% de los hombres adultos fueron muertos en el Paraguay, ..... 169
 
XV. Acosta Ñú: símbolo de una guerra: niños de seis años luchando y muriendo
58. Matando “hasta el feto del vientre de la mujer”, ..... 173
59. Batallones de niños paraguayos: la última resistencia, ..... 175
60. El día de la más heroica batalla americana: 20 mil soldados contra 3.500 niños paraguayos, ..... 178
 
XVI. Muero con mi Patria! La muerte del Paraguay
61. Madame Lynch sepulta al héroe del Paraguay, ..... 181
 
XVII. La destrucción y el reparto del Paraguay
62. La destrucción final de un país libre, ..... 183
 
Apéndice 1, Tratado de la Triple Alianza, ..... 187
Apéndice 2, Caxias: el más duro crítico de la Guerra del Paraguay. ..... 203
Bibliografía básica, ..... 230

 

PREFACIO

(Contra la mentira y el silencio)

I

Durante más de cien años se soportó una oleada de mentiras sobre la Guerra del Paraguay. Junto a esa oleada de mentiras un silencio criminal, procurando ocultar de todas las formas posibles lo que fue aquella guerra, lo que representó para los pueblos implicados, y principalmente, como, por su causa, el Brasil y la Argentina (llevando a Uruguay de contrapeso) quedaron definitivamente colonizados por el capital inglés. A pesar de su transcendental importancia histórica —ella fue una de las causas fundamentales de ja calda del Imperio— a pesar de que la Guerra del Paraguay fue el marco más importante de nuestra historia y que más repercusiones 'tuvo para el pueblo brasileño, fue silenciado. O se miente. O, en un comportamiento críticamente ingenuo, pero que ha conseguido sus resultados, se ensució la historia y la verdad, alimentando la fantasía nacionalista con episodios heroicos y militaristas. En fin, además de forjarse una historia de la Guerra del Paraguay, con distorsiones y mentiras, o dando mayor importancia a hechos aislados, se usa el conflicto mayor en el que el Brasil se vio envuelto, como pretexto para sustentar un nacionalismo xenófobo, preconceptuoso y que tiene alimentados extraños comportamientos, todavía hoy.

¿Por qué, a pesar de la importancia fundamental para la historia brasileña de esa guerra, fue y es posible encubrir la verdad?

Esta es una pregunta para ser largamente contestada. Existen muchas causas y la principal barrera para impedir las respuestas que nos lleven a la verdad es justamente la manipulación de la onda de patriotismo que los historiadores oficiales crearon describiendo fenómenos dispersos de esa guerra, para denunciar toda posición crítica, como antipatriótica. Quien quiera abordar la Guerra del Paraguay con una visión crítica sin vicios seudonacionalistas, correrá el riesgo de ser “excomulgado” por los remanentes del xenofobismo que el Imperio nos legó y que, todavía hoy, detentan el poder de hecho, para reprimir o denunciar como antipatriótica toda la verdad que no les agrade o no les sirva, aunque esa carga de verdad sea irrespondible, indesmentible y fuertemente documentada, como es lo que se propone hacer este libro.

Como se sabe, la historia brasileña hasta el primer cuarto de este siglo, fue escrita por historiadores formados en el Imperio. Fueron ellos mismos que después de la proclamación de la República, abordaron nuestros principales hechos históricos. La propia historia de la República, nuestros orígenes, fue escrita por historiadores del Imperio. Y ellos sedimentaron conceptos y opiniones básicos de nuestra historiografía. No sería de esperar de esos hombres, monarquistas y la mayoría de ellos beneficiados con favores especiales del moribundo Imperio, una visión crítica de los hechos. Agréguese a eso un indicio fundamental para el conocimiento de la Guerra del Paraguay: la mayoría de sus documentos, todos los documentos más importantes, está prohibido para el investigador que pretende ir más allá de fenómenos circunstanciales. De eso resultó que los primeros libros escritos sobre la Guerra del Paraguay en el Brasil (y fueron ilimitados, muchos citados en este libro), pasaron a ser fuente documental de nuestra historia. O sea, son los propios libros que desfiguraron y contaron una historia acomodada y xenófoba, que orientaron y hasta ahora orientan —como documentos—-a los que investigan datos sobre la Guerra del Paraguay. Los documentos originales capturados o robados por las fuerzas del Imperio, son negados para el conocimiento del investigador imparcial.

Se substituye entonces, una historia crítica, profunda, por una crónica de detalles donde el patriotismo y la bravura de nuestros soldados encubren la villanía de los motivos que llevaron a Inglaterra a armar brasileños y argentinos para la destrucción de la más gloriosa República que se vio en América Latina. Una República, la del Paraguay, que si no fuese destruida, asesinada junto con su pueblo, modificaría por completo la propia historia de los americanos que tenían, mucho probablemente, todos los elementos para que se liberaran del yugo de tiranos mistificadores de civilizadores, como Mitre, de caudillos como Venancio Flores, o de meros juguetes en las manos del capital internacional, como Pedro II.

Porque el acceso a los documentos sobre los hechos que nos llevaron a la Guerra del Paraguay y a la propia documentación durante la guerra nos revelan el grado de esa villanía, ellos son escamoteados al pueblo. No se puede dar a conocimiento del pueblo, en la visión estrecha y xenófoba de los herederos de los destructores de la emergente República del Paraguay, los motivos de porqué se hizo la guerra. Eso sería revelar los métodos que usó Inglaterra, en último análisis, para imponer al Brasil la dominación del capital extranjero: que perdura hasta hoy, cambiando apenas la dirección de los bancos...

 

II

 

La Guerra del Paraguay, fue causada en su esencia por motivos económicos. Naturalmente estaban las cuestiones de 1mi tes entre los países, las reivindicaciones territoriales de la Confederación Argentina y del Imperio del Brasil, para mutilar a la joven República del Paraguay. Esas cuestiones, no obstante, por su falta de razón para causar una guerra, como meros pretextos para crear condiciones de una invasión del Paraguay, son secundarias. Más allá de la cuestión de límites más aceptable desde el punto de vista histórico, si bien se demuestra su falsedad fácilmente, había cuestiones políticas, estas oriundas aún de causas primordiales, a las económicas. Después estaban las que podrían llamarse vulgarmente de “razones ideológicas” que servirán para la propaganda de la guerra, acusando al gobierno de López, de ser una tiranía, una barbarie que se debe exterminar para “liberar” al pueble paraguayo.

Cómo reaccionan los tradicionales historiadores brasileños ante estos hechos?

Reaccionan exactamente como justificadores de la política del Imperio: fabrican hechos, suman mentiras para justificar la guerra. Se pierden intencionalmente enmarañado de detalles, para cubrir los indicios económicos fundamentales. En los libros brasileños, y hablamos de los “clásicos” de esa guerra, los generalmente aceptado como los más precisos, es raro encontrarse con una leve alusión a las causas económicas o una participación del capital inglés.

Toda relación es presentada en una forma no crítica. La mayoría absoluta de los libros son una descripción particularizada de eventos o batallas y —como el libro de Joaquim Nabuco— una interpretación formal de la diplomacia que actuó en el Plata. Había, además, que tener el cuidado de no condenar esa cosecha de historiadores de libros alienados que testimonian la guerra en sí, escritos por hombres que participaron militarmente de la campaña. Como Taunay, para citar uno de los clásicos más populares. O como el Coronel José Bernardino Bormann, recordando un autor serio y generalmente desconocido del público, hombres como el valiente General Cunha Mattos, que brillantemente comentó el libro de Max von Versen. Fuera de los autores que dan un testimonio personal porque participaron de los acontecimientos militares, cuyos libros son relativamente verdaderos e importantes para que se conocieran las condiciones en que se hizo la campaña del Paraguay, pocos son los que se salvan. Sobran los sabuesos del Imperio que desvergonzadamente usan del patriotismo de esos actores de la guerra para encubrir una realidad que es indigna para la política imperial. En fin, todo libro que se propone relatar la Guerra del Paraguay dentro de un parámetro más claramente económico, lo que significa poner al desnudo la Triple Alianza como testaferro del Capital inglés, es condenado por “crimen a la nacionalidad”. O que tienen menosprecio a los estudios que podrían dar una visión exacta sobre la Guerra del Paraguay, su importancia y sus consecuencias.

 

III

 

Se crearon los mitos.

En la imposibilidad de que los primeros historiadores de esa guerra trabajasen con hechos, manipularon hombres. Los héroes, falsos y verdaderos, abundan en la historiografía brasileña de esa guerra. Los hechos, especialmente los económicos, cómodamente, fueron olvidados.

Hoy, cuando iniciamos el análisis de los hechos, es obligatorio destruir o, por lo menos, poner en juicio, algunos de esos mitos nacionales. Ese planteamiento irrita a los “dueños de la verdad” que monopolizaron los conceptos sobre la guerra.

Por ejemplo, Caxias —que a pesar de ser el Pacificador y soldado símbolo del Brasil, es hombre, humano, por tanto, posible de error, no puede según esos historiadores, ser analizado críticamente.

Cómo escribir sobre la Guerra del Paraguay, sin un planteamiento crítico, no apologético de Caxias? A cualquier individuo de buen sentido le parecería imposible. Pero ese preconcepto ha sido alimentado y aceptado por mucha gente. Como Homero de Castro Jobim, traductor de The War in Paraguay de George Thompson, que afirma:

“Para juzgar a Caxias y Tamandaré no es idónea Ja narración de George Thompson, superficial e impreciso en este caso, además de parcial. Como soldados, ciudadanos y servidores del pueblo, Caxias y Tamandaré, ya fueron juzgados por sus compatriotas”.

Igualmente, aceptando errores de juzgamientos de Thompson —que participó de la guerra de lado paraguayo, además, en forma incompetente, como veremos—; la narración de Jobim es característica en el Brasil: no se puede tener una visión crítica de nuestros héroes. (Además es interesante notar que Jobim dice que Thompson no tiene derecho de juzgar a Caxias o Tamandaré, pero sí tiene todo el derecho de dar testimonio sobre Solano López: “Pero el testimonio de Thompson sobre López y el Ejército paraguayo, esto sí, es una narración válida porque es el fruto de la vivencia del autor en la intimidad del alto comando durante los años de la guerra”.

En conclusión, para la historiografía oficial, la historia de la Guerra del Paraguay ya está escrita. Está lista y acabada. Cualquier versión que contraríe sus preconceptos está tácitamente prohibida. Para comprobar esa posición reaccionaria y antihistórica, se prohíbe el acceso a los documentos que el Brasil posee sobre la guerra: prácticamente toda la documentación de Francisco Solano López y del gobierno paraguayo de ese periodo fue capturada por los brasileños en Cerro Corá o en el saqueo de Asunción.

En la imposibilidad de una relación crítica, los historiadores oficiales aceptan la táctica impuesta desde el Imperio —con algunas claras discordancias durante la República, como obras de Teixeira Mendes, injustamente olvidadas— y hacen de su alineación un ejercicio de caza de pulgas de los detalles históricos. La mayoría de los libros desmenuzan batallas (Cuántos soldados implicados? Cuántos cañones? Quiénes son los comandantes? Cuántos muertos? A qué hora empezó?) y se escriben crónicas románticas y se forjan héroes.

Y ni hablamos aquí de obras llamadas didácticas; citamos genéricamente los llamados “libros serios”. En la escuela, los brasileños son agredidos por una versión mistificadora que da la impresión que la historia está hecha para hacer cumplir un calendario (“Qué día fue la batalla de ...?) o por la cualidad militar de una nación.

Concluyendo: este libro no es un “libro de historia”. El autor no es un historiador. Esta es una relación crítica de la Guerra del Paraguay, teniendo en vista su causa fundamental —los intereses del capital inglés— pero sin descuidar su lado político y militar. Político, en aquello que representó para el Brasil y los beligerantes y, principalmente, para la América Latina en su totalidad. Y militar, por las características especiales que los ejércitos emplearon, especialmente el paraguayo, que tuvo que crear técnicas propias de lucha, además de fabricar totalmente sus armas. Se hace un rápido análisis de la historia del Paraguay, pero que pretende abarcar desde los tiempos de El Supremo, el dictador Francia, pasando por Carlos Antonio López (padre de Solano), que puede ser considerado el creador del Paraguay moderno, terminando con Francisco Solano López —el más injustificado de los grandes héroes latinoamericanos —y la tragedia de la guerra que asesinó a la heroica y floreciente República del Paraguay.

Si los hechos son narrados con imparcialidad, a través de un paciente análisis, el autor llegó a una síntesis precisa, personal: es un libro favorable al Paraguay de Francisco Solano López, con las reservas históricas necesarias.

No es un libro contra el Brasil —lo mismo admitiéndose que el Brasil aquí tratado es el Brasil imperial— porque el autor cree que salimos de esa guerra —como Argentina, el Uruguay y, especialmente, el Paraguay—, destruidos, como victimas de la opresión que las grandes potencias ejercen sobre los débiles,

En fin, es un libro para ser leído como si él fuese un reportaje, escrito con pasión, con un cierto “pathos” hegeliano.

  

 

CAPITULO I

El Supremo, la dictadura a favor del pueblo

 

“El ejército de la Patria será todo el pueblo en ropa y dignidad de ser el pueblo en armas. Sus efectivos, los campesinos libres...”

(en Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos)

 

1. UNA NACION SIN CAUDILLOS

 

A partir del 14 de Mayo de 1.811, cuando el Paraguay se liberó de España, la característica común de los pueblos de América fue: el caudillismo. A partir de la Independencia, el Paraguay es la única república de la América Latina que no sufre la presencia de los caudillos ni es perturbada por revoluciones y golpes. Es un país cohesionado, con una autoridad centralizada y que puede darse el verdadero lujo, en el primer cuarto del siglo XIX, de gozar de una auténtica paz política.

Francia, El Supremo, asume el poder y ejerce una dictadura peculiar: usa el absolutismo como método de gobierno en beneficio del pueblo. Ataca los derechos de los españoles y españolistas, persigue a los ricos, confisca propiedades y vuelve insoportable la vida de los oligarcas que eran privilegiados por España. Cuando muere en 1840, asume el poder Carlos Antonio López, un abogado que para escapar a posibles persecuciones de El Supremo vivía retirado en el interior del país. El crea, prácticamente, sobre la estructura socio-económica dejada por Francia, el Paraguay moderno. En su tiempo hubo un gran progreso, surgen fábricas, los astilleros fabrican muchos navíos, trae ingenieros y técnicos de Europa para  ..........[................]

 

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