Categoría: Seminario de Justo de la Cueva
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  1. EL MARCO DE NUESTRA DESCRIPCION SINTETICA DE LA REALIDAD DE LA C.A.V. Y DE LA EXPLICACION DE SU DINAMICA (1): POR QUE NOS CONCENTRAMOS EN LOS ÚLTIMOS 150 AÑOS.

  

LA MUTACION VASCA DE 1839-1841 Y LAS CINCO METAMORFOSIS VASCAS: 1) 1876-; 2) Años 90 del siglo XIX; 3) 1937; 4) 959-1970; 5) 1975-1979

 

2.1. El pueblo vasco y su idioma son los mas antiguos de Europa. Y, sin embargo, constituyen hoy un fenómeno nuevo; el más crítico laboratorio social de masas de Europa.

Hay datos de la presencia del hombre en el País Vasco que se remontan a 150.000 (ciento cincuenta mil) años atrás. En la fase intermedia de la glaciación Riss, dentro del Paleolítico Inferior.

Una población muy escasa, perteneciente al tipo humano de Neanderthal, se asienta en cuevas, abrigos bajo roca o al aire libre durante el Paleolítico medio (Musteriense) entre los arios 90.000 a 32.000 aproximadamente,

Al final del Paleolítico Superior (que transcurre del 32.000 al 8.500 antes de Cristo aproximadamente) aparece el tipo humano que desembocará en el tipo vasco. De la primera fase del Paleolítico Superior (Auriñaciense) hay un santuario situado en la zona de la entrada de la cueva en Ven­ta Laperra (Carranza, Vizcaya) construido aproximadamente entre el 25.000 al 16.000 a. C.

De la fase final del Paleolítico Superior (el Magdaleniense) hay varios santuarios en el País Vasco, todos construidos en el interior de las cuevas, a donde no alcanza la luz del día. Arenaza (en Galdames, Vizcaya) se construyó probablemente hacia el 13.000 a. C. Santimamiñe (en Kortezubi, Vizcaya) fue decorado hacia el 13.500 a.C. aproximada­mente. Ekain (Deva, Guipúzcoa) es el mas bello conjunto de figuras rupes­tres del arte paleolítico vasco pertenece al Magdaleniense avanzado. La cueva de Altxerri (Aya, Guipúzcoa) se sitúa entre el Magdaleniense avanzado y el Final.

La serie de cráneos hallados en la cueva de Urtiaga (Iciar, Deva, Guipúzcoa) permite seguir bastante bien la formación del tipo humano vas­co. El más antiguo de los cráneos, perteneciente al final del Paleolíti­co Superior, muestra un gran parentesco con el hombre de Cromagnon, si bien se observa que había iniciado ya una evolución hacia el tipo vas­co actual. Los cráneos azilienses (el periodo aziliense discurre entre el 8.500 y 5.500 a. C.) del mismo yacimiento son intermedios entre el tipo Cromagnon y el tipo vasco. Los cráneos de la Edad de Bronce de la parte montañosa del País son ya en su mayoría del tipo vasco,

El pueblo vasco no se formó, por tanto, fuera del País viniendo luego a asentarse en él, sino que se originó en el Pirineo Occidental por evolución autóctona a partir del hombre de Cromagnon. El carácter morfológico fundamental de esta evolución consiste en la llamada "introversión del basión", es decir: el borde anterior del orificio occipital se introduce hacia arriba (hacia dentro) en el cráneo, lo cual produce una re­tracción del rostro y un abombamiento de las sienes, característico del tipo humano vasco. Estas peculiaridades craneológicas han sido respaldadas posteriormente por investigaciones serológicas, que muestran peculiaridades en la sangre del tipo humano vasco: elevado porcentaje de grupo O y muy elevado porcentaje da RH negativo.

En el Eneolítico estaba ya formado el pueblo vasco. Hablaba ya eus­kara. Los actuales nombres de instrumentos como hacha y cuchillo contienen la raiz aitz (piedra) indicando claramente que cuando esas herramientas recibieron nombre se hacían de piedra,

El puebla vasco y su idioma son, pues, los mas antiguos de Europa en­tre los actualmente vivos. No resulta tan exagerado calificarles, como se ha hecho, de "fósiles vivientes". Es indudable que su larguísima y continuada interacción con su tierra y su obstinada, tenaz e irreduc­tible afirmación de su individualidad, de su personalidad propia como pueblo, han ido sedimentándose en ellos, marcando su personalidad in­dividual y colectiva, constituyéndose en rasgos característicos que deben ser tenidos muy en cuenta al examinar la realidad vasca actual.

Y, sin embargo, el pueblo vasco y su idioma constituyen hoy un fe­nómeno nuevo. Son el mas crítico laboratorio social de masas de la Europa de hoy. Apuntaremos tan solo un botón de muestra : este misma año de 1987 mas de 600.000 ciudadanos vascos han participado activamente en la Korrika, una carrera popular de relevos de un kilometro que re­corre toda Euskal Herria para recaudar fondos para la enseñanza del euskara y para reivindicar la promoción y defensa del mismo. En ningún otro país europeo de hoy se produce una tan gigantesca movilización po­pular (la cuarta parte de la población total) en defensa del idioma propio.

La larguísima historia (y prehistoria) del pueblo vasco no puede ser ignorada. Pero su específico y peculiar peso no debe inducir a e­rror. La realidad vasca actual enlaza sin duda filogenéticamente con los usuarios y decoradores de las cuevas de Santimamiñe y Ekain. Pero esa realidad vasca actual es el fruto muy directo de un proceso histórico muy peculiar y muy reciente. Son las modificaciones espontaneas de los hechos sociales de masas producidas en los últimos 150 años las que explican mucho mas del 80 o el 90% de la realidad vasca actual»

Por eso el marco de nuestra descripción sintética de la realidad de la C.A*V. y de la explicación de su dinámica tiene un límite tempo­ral: nos concentramos en los ultimas ciento cincuenta años del proceso de cambio social vasco. Arrancamos de la mutación vasca de 1839-1841 y de las sucesivas metamorfosis vascas: la de 1876, la de los años 90 del siglo XIX, la de 1937, la del periodo 1959-1970 y la del periodo 1975-1979.

 

2.2. La mutación vasca de 1839-1841:

la definitiva crisis del Antiguo Régimen, el traslado de las aduanas a la costa y la integración en el mercado español, la importante modificación de los fueros y el comienzo del expolio minero y de la industrialización, que constituyen la inserción de Euskadi como eslabón de la cadena imperialista mundial (inglesa).

 

2.2.1. El núcleo de  la MUTACION VASCA de 1839-1841:

el traslado de  las aduanas a la costa y la integración en el mercado español, prerrequisitos para la industrialización vasca.

La primera guerra carlista (1833-1839), constituye. un autentico gozne para la Historia (con mayúscula) de España y de Euskadi. Si se llama gozne el herraje articulado con que se fija la hoja de una puerta al quicial para que gire es imposible negar a la primera guerra carlista el carácter de proceso histórico que permite girar la puerta de la His­toria a España y a Euskadi. España y Euskadi salen, por esa puerta, del Antiguo Régimen. La Corona española sale, por esa puerta, de su condi­ción de Imperio y de segunda potencia, relegada (con la consolidación de la pérdida del Imperio americano), a una posición consolidada de “semiperiferia” respecto de las potencias centrales (en la terminología de Immanuel Wallersteis). España va a intentar reconvertir el Estado de la Corona española en un Estado español ajustado a sus nuevas dimensiones, apenas ahora peninsulares con los añadidos insulares balear, canario, caribeño y filipino. Va a intentar, sin éxito durante todo el siglo XIX, realizar su revolución burguesa. Y va a tener que soportar su inclusión como eslabón dependiente de la cadena imperialista mundial: el Imperio (entonces Inglaterra) va a respetar formalmente la personali­dad independiente del Estada español pero sometiendo a extensas y estratégicas porciones del territorio español (las que contienen riquezas mi­neras) a una auténtica explotación colonial.

El País Vasco va a sufrir igualmente una profundísima mutación. También para él la primera guerra carlista va a significar la salida del An­tiguo Régimen. Pero con muy importantes peculiaridades. Es imprescindible entender que las semillas del actual presente vasco (con sus conflictos y con sus logros) se plantan, precisamente, en el crucial periodo 1839­-1841 en el que el País Vasco paga la factura de su derrota en la guerra carlista.

La gran mayoría de los españoles asume, aunque no sea de forma deli­berada, reflexiva y consciente, el saber "de sentido común" que expresa que la soberanía de un Estado sobre las gentes que ocupan su territorio tiene tres manifestaciones significativas: poder cobrarles impuestos, poder llamarles a quintas (imponerles servicio militar obligatorio), poder prohibirles comprar productos extranjeros que no hayan pagado arancel (poder colocar aduanas en las fronteras). Lo que la mayoría de los espa­ñoles no saben (porque no se les enseña) es que hasta precisamente la primera guerra carlista el Estado español no podía hacerles eso a los vascos. Ni eso ni otras cosas, prohibidas por los Fueros.

No es posible entender ni medianamente bien la actual realidad vas­ca si no se toma noticia, si no se llega al conocimiento de que por la  fuerza de las armas, como consecuencia de su derrota en la primera gue­rra carlista; el País Vasco va a ser forzado a incluirse en el ámbito del mercado español, dentro de los límites de acción del nuevo Estado español que intenta construirse en el siglo XIX. Como esa inclusión a la fuerza  va a ser resistida por una parte significativa de la población vasca (en varios momentos mediante la lucha armada) se plantea un problema: el de la legitimación del Estado español en Euskadi, que constituye todavía hoy día un problema crucial de la realidad vasca (un 44,9% de los adultos de la C.A.V. votarían a favor de la Independencia del País Vasco según la encuesta publicada por TIEMPO en su nº2 del 13.7.1987).

La Ley de 25 de Octubre de 1839 disponía:

"Art.1º Se confirman los Fueros de las provincias vascongadas y Navarra sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía. "

Por supuesto, la frase clave de ese artículo, que constituye una importante modificación de los Fueros y convierte en una cortina de humo la confirmación es la segunda : "sin perjuicio...".

"Art.2º. El Gobierno, tan pronto como la oportunidad lo permita, y oyendo antes a Navarra, propondrá a las Cortes la modificación indispensable que en los mencionados Fueros reclama el interés de las mismas, conciliado con el general de la nación y de la constitución de la Monarquía, resolviendo entre tanto y provisionalmente y en la forma y sentido expresados las dudas y dificultades que pueden ofrecerse, dando de ello cuenta a las Cortes".

Un decreto de 29 de Octubre de 1841 trasladó las aduanas a la costa. La ley de 16 de agosto de 1841 (la mal llamada "Paccionada") las había trasladado en Navarra del Ebro a los Pirineos. Se había unificado así el sistema aduanero español Y SE HABÍA CONSTITUIDO EL MERCADO NACIONAL ESPAÑOL. Los aranceles generales del Reino de 1841, 1849 y 1852 tendrán profundas consecuencias. A. la larga, y conjuntándose con otras circunstancias, tendrán como consecuencia la mutación vasca. Mutación de su estructura productiva, mutación de sus relaciones de producción, mutación de la estructura de su poblamiento. Y, por ende, colapso de la sociedad tradicional vasca: mutación, da su cultura y de la sociedad vasca toda.

En el presente se ha definido que la casi totalidad de la población de la C.A.V. vive en una conurbación gigante, en una macrociudad indus­trial, CINDU-EUSKADI la Ciudad Industrial Euskadi ocupa, en el Censo de 1981, el 6.9,38% de la extensión superficial de las tres provincias vascongadas (5.0377,70 Kilometras cuadrados) y acumula en ese mismo Censo el 97,89% de la población de hecho de las tres provincias: mas de dos millones de vascos (2.089,884 de los 2.134.967 totales). A ese resultado (aglomeración urbana industrial que abarca tentacularmente, como una ame­ba, más de los dos tercios del territorio y casi toda la población) se ha llegado a través de las sucesivas metamorfosis vascas que hemos citado en el título de este apartado. Pero esas metamorfosis arrancan de la mutación vasta de 1839-1841, salida de la crisis definitiva que del Antiguo Régimen significó la primera guerra carlista. Para valorar esa mutación es preciso recordar que frente a ese 98% de población urbano-industrial de 1981 la población de las provincias vascongadas antes de la primera guerra carlista era aplastantemente rural (en el primer Censo de Población, el de 1857, Bilbao no llega aún a los 18.000 habitantes —17.923 concretamente—).

Insistimos: el traslado de las aduanas a la costa en 1841 perfecciona (finaliza) la unificación aduanera del Estado español y constituye el requisito para el proceso de industrialización del País Vasco. Amparado por unos aranceles proteccionistas, ese proceso de industrialización avanza notablemente el el periodo 1841-70 apoyándose en el incremento de la demanda (ahora del mercado español total) . Un importante número de fábricas se establece en Vizcaya y Guipúzcoa entre 1842 y 186. Baste citar como emblemáticas las pioneras: la "Santa Ana" de Bolueta (Vizcaya) creada en 1841 (que levanta un alto horno en 1848), “La Esperanza” de Tolosa (Guipúzcoa) —1842— primera fábrica de papel continuo en el Estado español› la pionera industria del cemento en Zumaya (Guipúzcoa) —1842 también—. La industrialización vizcaína se apoya en el comercio, la industria siderometalúrgica, la construcción naval y la minería. Y en esta primera etapa se respalda con la creación de bancos y sociedades de crédito que daban agilidad a las operaciones, ase­gurando a las industrias créditos a corto y largo plazo. En 1857 se fun­da en Bilbao al Banco de Bilbao, en 1862 la Compañía General Bilbaína de Crédito y la Sociedad de Crédito Vasco. En 1862 también se funda el Banco de San Sebastián.

¿Quienes ponen en marcha industrias y bancos.? La burguesía mercantil e industrial vasca que había acumulado el capital mercantil vasco, haciendo grandes fortunas en el siglo XVIII y primeros años del XIX. Y que en muchos casos, había estado ligada a la producción y exportación de hierro, una actividad económica “clásica” y fundamental para el País Vasco desde el siglo XV al XIX.

 

 (B-1)    Manuel GONZALEZ PORTILLA: "Los orígenes de la sociedad capitalista en el País Vasco. Transformaciones económicas y Sociales en Vizcaya", en SAIOAK Revista de Estu­dios Vascos nº 1,1977, pp. 67-127.

GONZALEZ PORTILLA es un autor fundamental para conocer el proceso de la sociedad vasca en los últimos 150 años y será citado con frecuencia en nuestra bibliografía. Este artículo de 60 páginas es altamente recomendable para conseguir una visión de conjunto de las líneas fundamentales del proceso de industrialización y de la configuración de la sociedad capitalista vasca)

  

2.2.2. La causación fundamentalmente exógena de la industrialización vasca.

La históricamente decisiva importancia para la sociedad vasca de sus relaciones con el exterior.

 Los procesos de industrialización (tan decisivos para la configuración y el nivel da la vida de los pueblos) son escasos: todavía hoy en 1987 entre el centenar y medio largo de Estados del mundo son solo un puñado los Estados industrializados, El País Vasco es una de las pocas regiones europeas que se industrializan en la segunda mitad del siglo XIX. Los procesos de industrialización son ejemplo eminente de procesos complejos. Nunca puede decirse de ellos que son procesos con una sola causa. Y en todo los casos se combinan las causas endógenas (las que se producen y maduran en el seno de la propia sociedad que se industrializa) y las causas exógenas (las que se producen fuera de esa sociedad y actúan sobre ella desde fuera de la misma). Lo que diferencia precisamente unos procesos de industrialización de otros es la forma en que se combinan causas endógenas y causas exógenas y la medida en que unas u otras son predominantes. Como subrayaremos mas adelante, en el caso vasco las decisivas (las pre­dominantes, las que en última instancia explican el proceso, aquellas sin las que el proceso no se habría dado con el volumen y la intensidad que lo ha hecho) son las exógenas.

CONVIENE RESALTAR DOS HECHOS (y rogamos al lector que se fije bien en ellos porque son fundamentales para entender la realidad vasca):

1º EL QUE LA INDUSTRIALIZACION VASCA TENGA UNA CAUSACION FUNDAMENTALMENTE EXOGENA ES UN EJEMPLO MAS DE UNA CONSTANTE VASCA QUE FUNCIONA DESDE POR LO MENOS EL SIGLO X: LA DECISIVA IMPOR­TANCIA QUE PARA EL DESARROLLO Y VICISITUDES DE LA VIDA DE LA SOCIEDAD VASCA TIENEN SUS RELACIONES CON EL EXTERIOR DE LA MISMA. (Cuando en el capítulo 3 de este texto nos refiramos al marco geográfico señalaremos, por ejemplo, como la agricultura  pobre vasca, condicionada por el territorio y el clima, provocará una periódica superpoblación relativa que la convertirá en aren de emigrantes, en "reserva de proletarios" según la expresión de Braudel. Precisamente la industrialización de la segunda mitad del siglo XIX produce la que hemos llamado MUTACION VASCA: de tierra de emigración se convierte en tie­rra de inmigración, de rural en urbana, de tradicional en moderna)

2º LA LARGUISIMA (DECENAS DE MILES DE ANOS) Y PROLONGADA INTERACCION DEL PUEBLO VASCO CON SU TERRITORIO, RAIZ DE SU PERSONALIDAD PECU­LIAR Y DIFERENCIADA, COMBINADA CON LA CONSTANTE QUE ACABAMOS DE RESEÑAR (LA IMPORTANCIA DE SUS RELACIONES CON EL EXTERIOR DE SU SOCIEDAD) CONFIGURA UNA CONTRRDICCION QUE ES EL MOTOR OCULTO DE LA HISTORIA VASCA: LA AFIRMACION/REPRODUCCION DE LA CULTURA/PERSONALIDAD DIFERENCIADA VASCA VERSUS EL RECHA‑ZO-ADAPTACION-TRANSFORMACION DE LAS INFLUENCIAS EXTERIORES. 

 

2.2.3. El factor endógeno de la industrialización vasca:

la burguesía  mercantil vasca y su acumulación primitiva de capital.

El que, como luego veremos, el impulso decisivo para la industrialización vasca haya sido exógeno no quiere decir que no hubiera importantí­simos factores endógenos. De hecho, la existencia de una previa acumulación de capital mercantil y la consiguiente existencia de una burguesía capitalista mercantil (y parcialmente industrial) va a ser condición necesaria para que la explotación extranjera de los recursos mineros desemboque en (y facilite específicamente) una industrialización sostenida, a diferencia de Andalucía Occidental donde un proceso similar la explotación extranjera de recursos mineros no va acompañado en absoluto por proceso de industrialización.

El proceso de industrialización vasco supone, pues, la existencia de una burguesía vasca que había realizado durante el siglo XVIII y prime­ra mitad del XIX una acumulación de capital mediante actividades mercan­tiles y agrarias. Supone además, y muy significativamente una transformación/destrucción de una industria tradicional que ha tenido fundamen­tal importancia para la economía y la sociedad vascas desde el siglo XV: la siderurgia y la metalurgia tradicional vascas,

 

2.2.4. Los rasgos estructurales heredados de la economía vascongada,

 

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