EL PAPEL DE LA VIOLENCIA EN LA HISTORIA

 

Apliquemos ahora nuestra teoría a la historia contemporánea de Alemania y a su práctica de la violencia a hierro y sangre. Veremos claramente la causa de que la política de hierro y sangre había de tener éxito temporal y de que deba hundirse por fin.

En 1815, el Congreso de Viena[2] vendió y repartió Europa de tal manera que el mundo entero pudo convencerse de la incapacidad total de los potentados y los hombres de Estado. La guerra general de los pueblos contra Napoleón fue la reacción del sentimiento nacional de todos los pueblos que éste pisoteara. En recompensa, los príncipes y los diplomáticos del Congreso de Viena pisotearon aún con más desprecio este sentimiento nacional. La dinastía más pequeña valía más que el pueblo más grande. Alemania e Italia volvieron a ser fraccionadas en pequeños Estados. Polonia fue desmembrada por cuarta vez, Hungría seguía subyugada. Y no se puede decir siquiera que los pueblos hayan sido víctimas de una injusticia: ¿por qué lo admitieron y por qué saludaron en el zar ruso[[3]] a su liberador?

Pero eso no podía durar mucho. Desde fines de la Edad Media, la historia trabaja en el sentido de constituir en Europa grandes Estados nacionales. Sólo Estados de ese tipo forman la organización política normal de la burguesía europea en el poder y ofrecen a la vez, la condición indispensable para el establecimiento de la colaboración internacional armoniosa entre los pueblos, sin la cual es imposible el poder del proletariado. Para asegurar la paz internacional, es preciso primero eliminar todos los roces nacionales evitables, es preciso que cada pueblo sea independiente y señor en su casa. Y, efectivamente, con el desarrollo del comercio, de la agricultura, de la industria y, a la vez, del poderío social de la burguesía, el sentimiento nacional se había elevado en todas partes, y las naciones dispersas y oprimidas exigían unidad e independencia.

Por ello, en todas partes, excepto Francia, la meta de la revolución de 1848 era satisfacer las reivindicaciones nacionales a la par que las exigencias de libertad. Pero, detrás de la burguesía, que merced al primer asalto, se vio victoriosa, se alzaba por doquier la figura amenazante del proletariado, con cuyas manos, en realidad, había sido lograda la victoria, y eso puso a la burguesía en los brazos del adversario recién vencido, en los brazos de la reacción monárquica, burocrática, semifeudal y militar, de cuyas manos sucumbió la revolución de 1849. En Hungría, donde las cosas ocurrieron de otro modo, entraron los rusos y aplastaron la revolución. Sin contentarse con eso, el zar se fue a Varsovia y se erigió en árbitro de Europa. Nombró a Cristiano de Glucksburg, su dócil criatura, para la sucesión del trono de Dinamarca. Humilló a Prusia como ésta jamás había sido humillada, prohibiéndole hasta los más tímidos deseos de explotar las tendencias alemanas a la unidad, constriñéndola a restaurar la Dieta federal[4] y a someterse a Austria. Todo el resultado de la revolución se redujo, por tanto, a primera vista, a la instauración en Austria y Prusia de un gobierno de la forma constitucional, pero en el espíritu viejo. El zar ruso se hizo amo y señor de Europa aún más que antes.

Pero, en realidad, la revolución sacó de un solo poderoso golpe a la burguesía, incluso en los países desmembrados y, en particular, en Alemania, de la vieja rutina tradicional. La burguesía logró una participación, aunque modesta, en el poder político, y cada éxito político suyo lo utiliza en beneficio del ascenso industrial. El «año loco»[5], que felizmente había pasado, mostró a la burguesía de una manera palpable que debía poner fin de una vez y para siempre al letargo y a la indolencia de otros tiempos. A raíz de la lluvia de oro de California y de Australia[6] y de otras circunstancias se produjo una inusitada ampliación de las relaciones comerciales mundiales y una animación en los negocios jamás vista; lo único que había que hacer era no perder la ocasión y asegurarse uno su participación. La gran industria, cuyas bases habían sido sentadas desde 1830 y, sobre todo, desde 1840 en el Rin, en Sajonia, en Silesia, en Berlín y en algunas ciudades del Sur, comenzó a extenderse y a perfeccionarse rápidamente; la industria a domicilio en los cantones se extendía más y más. La construcción de ferrocarriles se aceleró, y el enorme crecimiento de la emigración creó una línea transatlántica alemana que no necesitaba subvenciones. Los comerciantes alemanes comenzaron a afianzarse en proporciones mayores que nunca en todas las plazas comerciales ultramarinas; se erigieron en intermediarios de una parte cada vez más importante del comercio mundial, comenzando poco a poco a atender las ventas no sólo de los artículos ingleses, sino también alemanes.

 Pero, la división de Alemania en pequeños Estados con sus distintas y múltiples legislaciones del comercio y los oficios había de convertirse pronto en traba insoportable para esa industria cuyo nivel se había elevado inmensamente, y para el comercio que dependía de ella. ¡Cada dos millas un derecho comercial distinto, por doquier condiciones diferentes en el ejercicio de una misma profesión, en todas partes cada vez nuevas triquiñuelas, nuevas trampas burocráticas y fiscales y, con frecuencia, barreras gremiales, contra las que no ayudaban ni siquiera las patentes oficiales! ¡Además, las numerosas legislaciones locales, las limitaciones del derecho de estancia que impedían a los capitalistas trasladar en suficiente cantidad la mano de obra que se hallaba a su disposición allí donde el mineral, el carbón, la fuerza hidráulica y otros recursos naturales permitían establecer empresas industriales! La posibilidad de explotar libremente la mano de obra masiva del país fue la primera condición del progreso industrial; pero, en todas partes en las que el industrial patriota reunía a obreros procedentes de todos los confines, la policía y la asistencia pública se oponían al establecimiento de los inmigrados. Un derecho civil alemán, la completa libertad de domicilio para todos los......................... 

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