La liberación Nacional del Pueblo Vasco es la liberación del Pueblo y del hombre vasco; es la negación total de una realidad actual, opresora. Esa negación total sólo la puede efectuar el Pueblo Trabajador Vasco a través de su situación de clase explotada. Por eso, la lucha nacional del Pueblo Vasco es una afirmación socialista (Nacionalismo revolucionario).

    

Ver en la nación un solo concepto geográfico, externo y pasivo es caer en la deformación materialista que denunciaba Marx en sus "tesis sobre Feuerbach", con estas palabras: "el defecto principal... consiste en que lo real, lo sensible sólo se concibe bajo la forma de objeto de contemplación y no como praxis en forma subjetiva".

    

A este escrito del C. E. de ETA se le puede aplicar la conocida norma latina de "excusatio non petita, accusatio manifesta", puesto que la presentación empieza con una excusa con respecto a lo que unos miembros de ETA han querido interpretar como una nueva línea. Es muy revelador que un escrito programático de un C. E. empiece con una mala formulación.

    

Entre la primera y la segunda parte de la V. Asamblea, la nueva oficina política —y en particular Txabi Etxebarrieta prepara un pequeño esquema basado nuevamente en el informe verde pero redactado en la forma de preguntas y respuestas. Este esquema, más simple que el ofrecido en texto original, es el que será votado punto por punto en la Asamblea (segunda parte) y aparecerá internamente bajo el título "Ideología oficial de Y".

En noviembre de 1966, Joxe Etxebarrieta conducido por el “Que hacer” de Lenin, prepara el informe txatarra, en el que destaca su critica al « sindicalismo » que percibe en las posiciones liquidacionistas de la Oficina Política de ETA, así como sus ideas sobre la organización como « vanguardia del proceso revolucionario ».

    

En favor de las cuestiones más fundamentales, con el fin de concederles la mayor atención, hemos excluido del análisis cuestiones tan importantes como: "la unidad obrera de Euzkadi", "los principios del internacionalismo obrero aplicados a las relaciones entre las clases trabajadoras vasca, francesa y española", "la utilización fetichista de una forma revolucionaria (la guerra rev.)", etc. En cualquier caso, pensamos que de las páginas siguientes se pueden deducir consideraciones más concretas sobre estos y otros muchos problemas.

    

Si consideramos la posición que Federico Engels tomaba en la cuestión de las nacionalidades y de la lucha de liberación nacional, y la comparamos con la posición leninista, claramente nos saltará a los ojos una diferencia esencial. Engels sometía la lucha nacional de un pueblo oprimido a las conyunturas de la lucha obrera aunque esta lucha tuviese lugar en un Estado multinacional. En este sentido se mostró injustamente enemigo del nacionalismo checo y de otros pueblos eslavos en el imperio austro-húngaro