INDICE GENERAL
9 Introducción
CAPITULO I
23 LA CATEGORÍA DE MATERIA EN LA CIENCIA INDIVISA DELMUNDO ANTIGUO
23 1. Las ideas sobre la materia en la filosofía del Antiguo Oriente
35 2. Desarrollo de las ideas sobre la materia en la filosofía de la Antigua Grecia y Roma
CAPITULO II
55 LAS IDEAS SOBRE LA MATERIA EN LA FILOSOFÍA MEDIEVAL Y MODERNA
55 1. Las ideas filosóficas sobre la materia en la Edad Media
66 2. La lucha de la ciencia en los siglos XV y xvi contra la religión en torno al problema de la materialidad del mundo
71 3. El materialismo del siglo XVII y la materia como categoría del ser objetivo
92 4. La lucha entre el materialismo y el idealismo en los siglos XVII y XVIII en torno al problema de la materia como fuente del conocimiento
96 5. Desarrollo de las ideas sobre la materia en Rusia y Francia durante el siglo XVIII
105 6. La categoría de materia en la filosofía clásica alemana (finales del siglo XVIIi-primera mitad del siglo XIX)
119 7. Ideas de los clásicos de la filosofía materialista rusa del sigloXIX sobre la materia
CAPITULO III
129 LA CATEGORÍA DE MATERIA Y EL PROBLEMA FUNDAMENTAL DE LA FILOSOFÍA
129 1. Definición de la materia como categoría filosófica
133 2. Antítesis absoluta entre la materia y la conciencia dentro de los límites del problema fundamental de la filosofía
143 3. La categoría de materia y el espíritu de partido de la filosofía
149 4. Crítica de las definiciones de la materia dadas por el neotomisino, neopositivismo y revisionismo
157 5. El ser social, vida material de la sociedad
160 6. Algunas cuestiones en litigio con respecto a la definición de la materia
CAPITULO IV
171 MATERIALIDAD Y UNIDAD DEL MUNDO
171 1. La materialidad del mundo
176 2. Vinculación indisoluble de la materia y el movimiento. La unidad del mundo
187 3. Conservación cuantitativa y cualitativa del movimiento. Crítica de la hipótesis de la "muerte térmica" del universo . .
193 4. Unidad y diversidad del mundo
CAPITULO V
207 LA MATERIA COMO CATEGORÍA DEL CONOCIMIENTO
207 1. Crítica del positivismo y el revisionismo en el problema de la fuente del conocimiento
218 2. Crítica del idealismo objetivo y de su variante neotomista en el problema de la fuente Jei conocimiento
229 3. La categoría de materia y el problema de la verdad
CAPITULO VI
239 LA CATEGORÍA DE MATERIA Y LAS CIENCIAS NATURALES
239 1. Importancia de las ciencias naturales para la elaboración de la categoría de materia
244 2. Importancia de la categoría de materia para el progreso de las ciencias naturales
250 3. La categoría de materia y la lucha del materialismo contra el idealismo en la física actual
273 Bibliografía
281 Indice de nombres
287 Indice de conceptos
INTRODUCCION
Hay que escribir... sobre la materia y su estructura ...;
ello será un buen remedio contra ese "veneno"...
al que debemos llamar idealismo y agnosticismo.
(V. I. Lenin, Obras completas, 4ª ed. rusa,
t. 35, pág. 58.)
El problema de las categorías es fundamental en toda ciencia. El término "categoría” procede del verbo griego kategorés, y significa literalmente "acuso” o "denuncio”. Por categoría se entendió primero testimonio, indicación o enunciación; más tarde se empezó a designar con esta palabra grupos enteros de objetos y fenómenos de la realidad.
Actualmente, se entiende por categorías los conceptos científicos más generales y amplios y, como otros conceptos de la ciencia, expresan formas de ser y de relación entre los fenómenos y procesos.
Al definir los conceptos, las categorías y leyes de la ciencia, la filosofía marxista parte de la teoría dialéctica materialista del reflejo, del criterio de que los objetos y fenómenos de la realidad, sus propiedades y relaciones, existen fuera y al margen del proceso cognoscitivo, de los conceptos, categorías, etc., y parte, finalmente, de la tesis de que los conceptos humanos no son sino imágenes o copias de las cosas y los fenómenos del mundo objetivo, así como de sus propiedades o relaciones.
Ahora bien, el idealismo concibe las categorías como construcciones puramente mentales, que existen con independencia de la realidad objetiva. Así, por ejemplo, para Kant las categorías son "a priori”, es decir, previas a la experiencia, y existen independientemente de su contenido objetivo. Son formas puras, absolutamente exteriores al contenido; son asimismo inmutables y no se hallan vinculadas a la historia del objeto ni a la historia de su conocimiento.
Si la fuente de los conceptos y las categorías no fuese el mundo objetivo, el valor cognoscitivo y práctico de la ciencia sería nulo y ésta ni siquiera podría existir. La tesis de que las categorías y los conceptos científicos tienen una fuente objetiva es fundamental en la doctrina marxista de las categorías. No menos importante es también la tesis según la cual las categorías y los conceptos son imágenes o copias del mundo objetivo. La afirmación de que las categorías y los conceptos no son sino símbolos, hipótesis de trabajo o signos convencionales que jamás pueden reflejar fielmente la realidad es puro agnosticismo y, por conducto suyo, conduce en fin de cuentas al idealismo.
Puesto que las categorías científicas reflejan tal o cual aspecto o propiedad del mundo objetivo, o las relaciones mutuas de las cosas, definirlas es ante todo poner de relieve lo que constituye su contenido, es decir, los aspectos, las propiedades y relaciones de la realidad que se fijan en las citadas categorías. Y lo mismo cabe decir de la definición de las categorías filosóficas. Unas y otras categorías —las de la filosofía y las de las ciencias particulares— tienen de común el ser imágenes, copias o reflejos del mundo objetivo.
El materialismo dialéctico como ciencia filosófica entraña la unidad de la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento.
Al analizar las categorías hay que partir de esta unidad. Descubrir la esencia de cualquiera de ellas significa definirla, poner de manifiesto qué aspectos de los objetos reales se reflejan en ella, estudiarla desde el punto de vista gnoseológico, indicar el lugar que ocupa en el proceso cognoscitivo y, finalmente, señalar su importancia para la estructuración de la lógica dialéctica.
Las categorías del materialismo dialéctico reflejan los nexos y vínculos más generales tanto del mundo objetivo como del pensamiento humano. Por ello, desde el punto de vista de la concepción del mundo y de la metodología, tienen una importancia universal y fundamental para todas las ramas del conocimiento humano y de la práctica.
La categoría de materia contiene todos estos rasgos generales, propios de cualquier categoría del materialismo dialéctico. Refleja el aspecto esencial de la realidad, o sea su esencia material.
La categoría de materia es muy importante desde el punto de vista gnoseológico, ya que refleja la fuente del conocimiento, determinando y encauzando con ello el estudio de todos los problemas de la teoría del conocimiento. Y, como categoría filosófica, sirve también de punto de partida en la solución de los problemas de la lógica dialéctica.
Junto a estos rasgos generales, propios de todas las categorías del materialismo dialéctico, la categoría de materia posee rasgos específicos, que la distinguen de otras categorías y que determinan su contenido, su función y lugar entre las demás categorías de la filosofía marxista. La filosofía ha forjado la categoría de materia para designar la realidad objetiva y estas dos propiedades suyas: independencia respecto de la conciencia humana y de toda la humanidad, y capacidad de reflejarse en las sensaciones e ideas del hombre. Gracias a estas propiedades, que son las más esenciales de la realidad objetiva, y a su aceptación o rechazo, se puede determinar la posición filosófica que sustenta un pensador dado. La particularidad de la categoría de materia estriba precisamente en expresar la esencia de la concepción materialista del mundo, es decir, su oposición radical al idealismo. Dicha categoría ocupa un lugar especial entre las categorías de la filosofía marxista-leninista porque permite caracterizar como materialista tanto la concepción marxista del mundo y su dialéctica como la teoría del desarrollo social.
La esencia y el contenido fundamental del materialismo se expresa en el principio de la primacía del mundo exterior, de su existencia fuera y al margen de la conciencia humana y de la humanidad. independientemente de toda fuerza suprasensible o sobrenatural —llámese Dios, Espíritu Absoluto, etc.— y del reflejo de ese mundo en la conciencia del hombre.
Los idealistas niegan la primacía de la materia al no aceptar su existencia objetiva. Más todavía, es precisamente esta tesis la que divide a todos los filósofos en dos campos, en dos partidos en pugna irreconciliable en el dominio de la filosofía: el materialismo y el idealismo. En este aspecto, la tarea de descubrir el contenido de la categoría de materia presupone el estudio de ella en relación con el problema filosófico fundamental, con respecto a los problemas ‘le la división de la filosofía en dos campos, del espíritu de partido en la filosofía, etc.
La categoría de materia expresa la esencia material del mundo —tanto de la naturaleza como de la sociedad— y por ello se relaciona íntimamente con las ciencias naturales y sociales. Según escribía Lenin, las ciencias naturales estudian la realidad objetiva que existe fuera de nosotros y a la que se da el nombre de materia en gnoseología. A esto se debe que el problema de la materia, de la realidad objetiva, haya pasado a primer plano en algunas de las teorías científicas más importantes de nuestro siglo.
En la física actual, el problema de la realidad objetiva se plantea en relación con el de la existencia objetiva de micropartículas, que revelan simultáneamente propiedades corpusculares y ondulatorias, lo cual no encaja en los conceptos habituales. Este problema se ha complicado aún más en virtud de que el objeto de estudio de la física actual son átomos y "partículas elementales" no observables de modo directo e inmediato.
El idealismo ha aprovechado todo esto para afirmar que las partículas elementales, dotadas al mismo tiempo de propiedades corpusculares y ondulatorias, no son materiales, sino meras construcciones mentales, y que la física actual ha rechazado el materialismo y su concepto fundamental: el de materia. Estas afirmaciones no son nuevas; se limitan a repetir las tesis machistas tan severamente criticadas por V. I. Lenin en su obra clásica Materialismo y empiriocriticismo.
La pugna en torno al problema de la realidad objetiva se libra también en otras ciencias: biología, psicología, sociología, etc.
La época actual de transición del capitalismo al socialismo se caracteriza por una agudísima lucha ideológica, por la lucha entre las concepciones del mundo de la burguesía reaccionaria y del proletariado revolucionario. En los últimos años se ha desencadenado una nueva ofensiva contra el materialismo dialéctico. Esta no se debe en modo alguno a un fortalecimiento de las posiciones de la filosofía burguesa ni a un incremento de su influencia, sino que se debe, por el contrario, al debilitamiento de sus posiciones y a la propagación cada vez más amplia de las ideas marxistas-leninistas. El crecimiento de las fuerzas del socialismo, la democracia y la paz va acompañado de una elevación de la influencia de la filosofía marxista-leninista. Al percatarse de ello, los filósofos burgueses tratan de demostrar por todos los medios la inanidad científica de los principios del materialismo dialéctico e histórico. El redoblamiento de la actividad de las corrientes idealistas y sus ataques directos a la filosofía marxista-leninista plantean la necesidad de intensificar la difusión del marxismo-leninismo, así como de concretar y enriquecer sucesivamente algunas tesis del materialismo dialéctico basándose para esto en la generalización de los éxitos de la ciencia, de la nueva práctica de la edificación socialista y comunista y de la lucha de clase del proletariado contra la burguesía.
Los fundadores del marxismo-leninismo abordaron los problemas cardinales de la filosofía marxista en estrecha relación con las necesidades ya maduras de la ludia de clase del proletariado y partiendo de las tareas del movimiento revolucionario. Cada problema político lo resolvían guiándose por los principios del materialismo y de las leyes de la dialéctica, y cada problema filosófico lo abordaban desde un punto de vista político. "La disputa sobre qué es el materialismo filosófico — escribía Lenin — y por qué son erróneas, peligrosas y reaccionarias las desviaciones respecto de él, siempre se halla ligada por un "nexo vivo y real" a la corriente político-social marxista” ...[1]
La definición de las categorías científicas es uno de los problemas más importantes en el estudio de ellas. Las categorías del materialismo dialéctico vienen a ser condensaciones de una serie de importantísimas tesis de la ciencia filosófica y, por ello, para definirlas no basta recurrir a una breve definición, sino que se requiere todo un conjunto de definiciones que pongan de manifiesto las relaciones y los nexos multifacéticos del objeto reflejado por determinada categoría.
Los clásicos del marxismo-leninismo han señalado la insuficiencia de las definiciones breves, así como su condicionalidad y relatividad. Como subraya Lenin, nunca pueden abarcar los múltiples y variados nexos de los fenómenos en pleno desarrollo. Y, al decir de Engels, la única definición real es el desarrollo de la esencia misma del objeto.
Esta indicación de Lenin se refiere sobre todo a conceptos como el de materia, el cual se distingue de otros conceptos científicos como los de vida, imperialismo, etc., por ser el concepto filosófico más general. De ahí que no pueda ser definido mediante los procedimientos lógicos habituales como la definición por género próximo y diferencia específica. Teniendo presente semejante definición lógico-formal, escribía Lenin: "¿Qué es dar una "definición”? Es, ante todo, trasladar un concepto dado a otro más amplio.”[2]
Este método de definición no puede aplicarse al concepto de materia, ya que no existe un concepto más amplio que éste. El concepto de materia sólo puede ser definido en relación con su opuesto: el de conciencia. El contenido de cualquier categoría del materialismo dialéctico sólo puede ser descubierto en sus relaciones con otras categorías.
Definir los conceptos de materia y conciencia es . . . . . . . . . . . . . . [ . . . . . . . . . . .]
NOTAS:
[1] V. I. Lenin, Obras completas, ed. rusa, t. 17, pág. 53.
[2] V. I. Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, trad. esp., Moscú, 1948, pág. 158