INDICE GENERAL
Capítulo primero
LA CRISIS HA MADURADO
LLAMAMIENTO DE LENIN A LA INSURRECCION
RUMBO A LA INSURRECCION
LAS DIRECTIVAS DEL PARTIDO BOLCHEVIQUE
EL CONGRESO DE LOS SOVIETS DE LA REGION NORTE
Capítulo segundo
ORGANIZACION DEL ASALTO
1. CONQUISTA DE LA MAYORIA DEL PAIS
2. LOS BOLCHEVIQUES DEPETROCRADO EN LA PREPARACION DEL ASALTO
3. LOS BOLCHEVIQUES DE MOSCU EN LA PREPARACION DE LA INSURRECCION
4. EN LA REGION DEL VOLCA
5. EN EL DON
6. EN LOS URALES
7. EN SIBERIA
8. DIFICULTADES DE LA LUCHA POR EL PODER DE LOS SOVIETS EN LAS REGIONES NACIONALES Y EN LA PERIFERIA DEL PAIS
9. EN UCRANIA
10. EN EL CAUCASO SEPTENTRIONAL
11. EN BIELORRUSIA.
12. EN LOS PAISES DEL BALTICO
13. EN LA TRANSCAUCASIA
14. EN EL ASIA CENTRAL
Capítulo tercero
PREPARACION DE LA INSURRECCION ARMADA EN PETROGRADO
1. EL COMITE CENTRAL DE LOS BOLCHEVIQUES, ORGANIZADOR DE LA INSURRECCION
2. LA TRAICION
3. EN VISPERAS DEL CÓMBATE DECISIVO
Capítulo cuarto
LA INSURRECCION EN PETROGRADO
1. COMIENZO DE LA INSURRECCION
2. EN EL ESTADO MAYOR DE LA CONTRARREVOLUCION
3. EN EL ESTADO MAYOR DE LA REVOLUCION
4. LA HUIDA DE KERENSKI
5. 25 DE OCTUBRE, PRIMER DIA DE LA REVOLUCION SOCIALISTA TRIUNFANTE
6. EL ASEDIO DEL PALACIO DE INVIERNO
7. LA TOMA DEL PALACIO DE INVIERNO
8. LA INSURRECCION DE OCTUBRE ES UN EJEMPLO CLASICO DE INSURRECCION PROLETARIA VICTORIOSA
Capítulo quinto
EL SEGUNDO CONGRESO DE LOS SOVIETS DE TODA RUSIA
1. LA INAUGURACION DEL CONGRESO
2. LOS DECRETOS DE LA GRAN REVOLUCION PROLETARIA
Capítulo sexto
EL APLASTAMIENTO DE LA SUBLEVACION ANTISOVIETICA
1. LA ORGANIZACION DEL ALZAMIENTO CONTRARREVOLUCIONARIO FRENTE AL PODER SOVIETICO
2. LA MARCHA CONTRARREVOLUCIONARIA SOBRE PETROGRADO
3. EL PRONUNCIAMIENTO DE LOS JUNKERS CONTRA LOS SOVIETS EN PETROGRADO
4. EL PROLETARIADO DE PETROGRADO EN LA LUCHA CONTRA LOS GUARDIAS BLANCOS.
5. LIQUIDACION DEL MOTIN KERENSKI-KRASNOV
Capítulo séptimo
LA REVOLUCION PROLETARIA EN MOSCU
1. COMIENZO DE LA ACCION
2. LAS NEGOCIACIONES CON LOS BLANCOS
3. EL ULTIMATUM DE LOS BLANCOS
4. LA ENTREGA DEL KREMLIN
5. LA OFENSIVA DE LAS TROPAS REVOLUCIONARIAS
6. EL ARMISTICIO
7. LAS ACCIONES DE GUERRA DESPUES DEL ARMISTICIO
8. LA DERROTA DE LA CONTRARREVOLUCION
9. LA CAPITULACION DE LOS BLANCOS
Capítulo octavo
LA REVOLUCION PROLETARIA EN EL FRENTE
1. EN EL CUARTEL GENERAL
2. LAS JORNADAS DE OCTUBRE EN EL FRENTE NORTE
3. LAS JORNADAS DE OCTUBRE EN EL FRENTE OESTE
4. LA MARCHA DE LA REVOLUCION EN LOS FRENTES SUROESTE, RUMANO Y DEL CAUGASO
5. LIQUIDACION DEL CUARTEL GENERAL
Capítulo noveno
LA ORGANIZACION DEL PODER
1. APLASTAMIENTO DEL BLOQUE CAPITULADOR
2. LA LUCHA CON EL HAMBRE Y EL SABOTAJE
3. LA UNION DE LOS SOVIETS DE OBREROS, SOLDADOS Y CAMPESINOS
4. LA INTERVENCION DE LA CONTRARREVOLUCION HADETE
5. DESTRUCCION DEL APARATO BURGUES DEL PODER Y CREACION DEL APARATO ESTATAL SOVIETICO
6. EL COMITE MILITAR REVOLUCIONARIO
INDICES
BIBLIOGRAFICO
INDICE DE NOMBRES
CRONOLOGIA DE LOS ACONTECIMIENTOS MAS IMPORTANTES
Capítulo primero
LA CRISIS HA MADURADO
1
LLAMAMIENTO DE LENIN A LA INSURRECCION
AVANZABA el otoño del año 1917. Las trincheras estaban cubiertas de lodo y humedad. Millones de soldados en el frente, maldiciendo del Gobierno provisional, pensaban con angustia: ¿Pero será posible que tengamos que pasar el cuarto invierno en las trincheras? Por las noches, el cielo en las aldeas se alumbraba con el fuego de loe incendios. Alarmante sonaba el toque a rebato. Los campesinos laboriosos, perdida la esperanza do recibir la tierra de manos del Gobierno provisional burgués, incendiaban las casas señoriales, se apoderaban de las tierras de los terratenientes, se repartían los aperos de labranza y el ganado de labor. En las ciudades, las huelgas de obreros se sucedían sin interrupción, creciendo como las olas durante la marea. Se aproximaba la nueva revolución que Lenin había pronosticado, la nueva revolución que Lenin esperaba y venía preparando.
Después del ametrallamiento de la manifestación de julio de 1917, Lenin, a quien la contrarrevolución perseguía de cerca, pasó a la clandestinidad. Los primeros días se ocultó en Petrogrado, en casa del viejo bolchevique S. Allilúiev, en una modesta habitación de la casa número 17, letra A, de la calle Diesiátaia Rozhdiéstvcnskaia. El jefe del Partido bolchevique ocupaba un pequeño cuarto con una sola ventana, en un quinto piso. El Gobierno provisional decretó una recompensa por la captura de Lenin. Los espías vigilaban a todos los militantes destacados, que mantenían contacto con Lenin, y fácilmente podían encontrar la pista. El 11 de julio, Lenin se trasladó a las afueras de la ciudad, a un lugar de veraneo cerca de Siestrorietsk. Le acompañaron a la estación, en Petrogrado, los camaradas Stalin y Allilúiev.
«Antes del último toque de aviso —cuenta el camarada Allilúiev—, Vladímir Ilich salió a la plataforma posterior del último vagón. El tren arrancó. El camarada Stalin y yo estábamos en el andén y seguíamos conla vista la querida figura.»[1]
Lenin pasó a vivir cerca de la estación de Rasliv. Próxima a la estación había una pequeña casita con un cobertizo. La buhardilla del cobertizo servía de depósito de heno, y conducía a ella una empinada escalera. Se llevó a la buhardilla una mesa y sillas y allí se instaló Lenin. Sin embargo, tampoco en las afueras de la ciudad estaba libre de peligro. Alrededor vagaban veraneantes, funcionarios y oficiales, que comentaban maliciosamente la calumnia sobre la huida de Lenin a Alemania. Vladímir Ilich decidió refugiarse en sitio más seguro: en el bosque. Tras la estación, en la orilla de un pequeño lago, había un prado. El lugar era desierto, apartado. Los veraneantes rara vez asomaban por allí. En las proximidades vivían solamente los segadores. Haciéndose pasar por uno de éstos, con documentación a nombre de Konstantín Petróvich Ivanov, Lenin llegó allí. En el prado, en un almiar de heno le hicieron una especie de cabaña. Y allí instalaron a Lenin sus más íntimos colaboradores. Allí le llevaban periódicos y cartas. Tras un gran matorral, al lado de una flameante hoguera, en la cual se calentaba el agua para el té, Lenin escribía artículos que eran enviados regularmente a Petrogrado. A veces, al anochecer, resonaba el chapoteo de remos. Eran los representantes del Comité Central, que llegaban a entrevistarse con Lenin, atravesando el lago en una barca.
Una vez, por encargo del camarada Stalin, llegó Sergó Ordzhonikidse, con el fin de recibir instrucciones. Cruzó el lago y, después de atravesar el espeso matorral, salió al prado. Tras un almiar de heno apareció un hombre de pequeña estatura que le saludó. Ordzhonikidse se disponía a pasar de largo, pero de pronto el desconocido le dio tina palmada en el hombro:
— ¿Que, no me conoce, camarada Sergó?
Lenin, sin barba y bigotes, estaba desconocido.[2]
En la cabaña de Lenin, Sergó pasó varias horas, informando detalladamente sobre el trabajo del Comité Central.
Vladímir Ilich, por mediación del camarada Ordzhonikidse, transmitió una serie de indicaciones sobre el modo de llevar el trabajo ulterior.
Lenin, desde su refugio, dirigía infatigablemente los trabajos del VI Congreso del Partido bolchevique.
Pero tampoco aquí, en el bosque, dejaban tranquilo a Lenin. Los agentes del gobierno husmeaban cercana zona obrera. Una Lenin se despertó a causa tiroteo que se oía no lejos. El repetía sonoramente el eco por la noche, de un bosque de los disparos. «Me han descubierto», pensó Lenin, y, abandonando la cabaña, se escondió en la espesura del bosque. Pero la alarma resultó falsa.
Eran los junkers, que habían rodeado la fábrica de Siestrorietsk, exigiendo que los obreros entregaran las armas.
A fines de julio, el C.C. del Partido decidió trasladar a Lenin a Finlandia y encargó de organizar el traslado al camarada Ordzhonikidse, que buscó la ayuda de experimentados conspiradores.
Se comenzó a elaborar el plan del viaje. A causa de la incesante vigilancia no era fácil trasladar a Lenin. Inicialmente se acordó pasar la frontera a pie y se hizo una descubierta a lo largo de ella. Pero resultó que la revisión de pasaportes en la raya fronteriza era extremadamente rigurosa. Hubo que renunciar al plan inicial. Se decidió entonces pasar la frontera en la locomotora de un tren de veraneantes con ayuda del maquinista de la línea férrea de Finlandia, Hugo Ialava. Informado Lenin de este plan, dio su conformidad.
El proyecto era el siguiente: llegar a la estación de Rasliv, ir desde aquí en tren hasta Udiélnaia, cerca de Petrogrado, donde montaría Lenin en calidad de fogonero, y tomar allí otra vía, la de Finlandia. Sin embargo, en el último momento, para acortar el camino, decidieron marchar andando unos doce kilómetros hasta la estación de Levashovo. Era preciso atravesar el bosque. En fila india, emprendieron la marcha por un estrecho sendero, apenas perceptible.
Se espesaban las sombras. Llegó la noche. En las tinieblas perdieron el camino y entraron en una zona del bosque en que se había declarado, un incendio. Sentíase un olor-sofocante. Ardía la turba. Anduvieron errantes durante mucho tiempo, con riesgo de hundirse a cada paso en la candente turba.
Con gran dificultad salieron al río. Descalzos, con el agua fría hasta las rodillas, lo vadearon. De pronto, en la oscuridad, se oyó el silbido de una locomotora. Habían llegado a la estación. Era ya cerca de la una de la madrugada. Un solitario farol alumbraba tristemente el andén. Al lado de la estación se agrupaban estudiantes de liceo y junkers armados. Lenin se ocultó en la cuneta. Sus acompañantes salieron a hacer una descubierta y uno de ellos fue detenido. La patrulla le exigió los documentos y lo condujo al edificio de la estación. Tras el detenido marcharon en tropel los inexpertos guardianes. El andén quedó desierto. En este momento se acercó el tren. Lenin saltó rápidamente al último vagón. Tras él saltó su acompañante Eino Rajia, bolchevique finlandés. Los junkers, después de revisar los documentos del detenido, pusieron a éste en libertad.
Ya avanzada la noche, llegaron Lenin y su acompañante á la estación de Udiélnaia. Muy cerca se veía el resplandor de las luces del Petrogrado nocturno. Pasaron la noche en casa de un conocido finlandés. Al día siguiente, como estaba convenido, dirigiéronse a la estación. Se acercó el tren que marchaba a Finlandia. En la locomotora iba el maquinista Ialava. Condujo el convoy lejos de la estación y lo detuvo al lado de un cruce ferroviario. Lenin subió a la locomotora y, tomando inmediatamente la pala, comenzó a cumplir sus obligaciones de fogonero.
En Bieloóstrov —estación fronteriza—, esperaban el tren los milicianos del Gobierno provisional, que comenzaron a recorrer vagón tras vagón, revisando minuciosamente los documentos y examinando a los viajeros. Los sabuesos del Gobierno se encontraban ya muy cerca de la locomotora. Unos minutos más y los agentes se apoderarían de Lenin; pero el maquinista Ialava halló rápidamente la solución: desenganchó la locomotora, con el pretexto de tomar agua. Pasaron unos cuantos minutos angustiosos. Había sonado ya la segunda llamada. El jefe del tren corría por el andén, todo agotado, tocando el silbato, y la locomotora seguía sin aparecer. Solamente después del tercer toque apareció a toda marcha la máquina; Ialava la enganchó con rapidez y condujo velozmente el tren a través de la frontera finlandesa. Los sabuesos de Kerenski no consiguieron inspeccionar la locomotora.
Durante cierto tiempo Lenin vivió en la aldea finlandesa de lalkola, a doce kilómetros de la estación de Terioki. Viviendo en la aldea, le era difícil mantener contacto con los organismos centrales del Partido. Era preciso buscar un refugio en la ciudad. En Helsingfors se dio con una vivienda segura en casa del jefe de la milicia obrera, que por su cargo había sido designado primer ayudante del jefe de la policía y más tarde jefe de policía de la ciudad. Nadie podría sospechar que un funcionario gubernamental tan importante ocultara al jefe de 103 bolcheviques.
El dueño del domicilio se entrevistó con Lenin en la calle. Juntos se acercaron a la casa. Vladímir Ilich, previsor, examinó la calle. Sólo después de haberse convencido de que nadie le seguía, entró en el portal. Antes de nada Lenin preguntó de qué modo podría recibir la prensa. Dio el encargo de que cotidianamente le trajeran todos los periódicos de Petrogrado y que se organizara el envío regular de correspondencia a la capital. Lenin cogió con afán los periódicos recientes, los leyó rápidamente y comenzó a escribir. El dueño de la casa, fatigado, no tardó en quedar dormido, y en el silencio de la habitación se oyó todavía largo tiempo el rasgar de la pluma y el susurro de las hojas de los periódicos. Ante Lenin había un cuaderno con el título «El Estado y la revolución». Lenin escribía el libro que bahía de ser uno de los documentos más importantes del bolchevismo.
Hubo que vencer grandes dificultades para crear a Lenin condiciones que le permitieran trabajar. Se estableció un enlace postal seguro con el C.C. y se organizó el envío regular de la prensa.
Bajo la dura situación de ilegalidad en que se encontraba, perseguido por los espías, Lenin seguía con atención la marcha de los acontecimientos y cada paso dado por el enemigo. Lenin vio inmediatamente el viraje hecho en la táctica de la burguesía. La contrarrevolución había sufrido una derrota en agosto de 1917, pero no estaba vencida. La tentativa del general Kornílov de restaurar la monarquía en el país había fracasado, y el propio Kornílov y sus cómplices estaban detenidos; pero no habían renunciado a la idea de actuar de nuevo en contra del pueblo. Por el contrario, después de haber sufrido la derrota, los kornilovistas se apresuraban a corregir su error: en agosto, contra el Petrogrado revolucionario, había sido lanzado un cuerpo de caballería y ahora comenzaban a preparar fuerzas incomparablemente mayores.
Ni siquiera el «régimen penitenciario» a que estaban sometidos era un obstáculo para esto. Servía de «cárcel» a Kornílov el Liceo femenino, de Byjov, y la guardia que custodiaba al general rebelde era el mismo regimiento Tekinski de la «división salvaje», que no hacía mucho constituía la guardia de Kornílov en el Cuartel General. Con un régimen semejante ................................
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