PREFACIO

        Capítulo 1
La teoría neoclásica de los precios. Razones de un rechazo
        Capítulo 2
La teoría del valor de marx
        Capítulo 3
La transformación de valores a precio
        Capítulo 4
Teoría del valor, algunas conclusiones
        Capítulo 5
Las tesis clásicas del imperialismo
        Capítulo 6
La cuestión del monopolio
       En la literatura posterior
       Apéndie
        Capítulo 7
"Regulación monopolista" y plusvalía extraordinaria
        Capítulo 8
Globalización: mundialización del capital
        Capítulo 9
Ciclos kondratiev, giro político y mundialización del capital
        Capítulo 10
Método dialéctico, lógica del capital y globalización
        Capítulo 11
Mercado mundial, tipo de cambio y ley del valor
        Capítulo 12
Globalización, estados nación y desarrollo desigual
        Capítulo 13
Imperialismo, unidad y enfrentamiento
        Capítulo 14
La noción de imperialismo hoy y conclusiones
        bibliografía

 

Sinopsis

Este libro es simultáneamente, un libro de texto y un libro académico de largo alcance. Como obra para los estudiosos, arranca en la crítica a la teoría neoclásica de los precios, luego pasa a la teoría del valor, de allí a la de la plusvalía extraordinaria bajo competencia oligopólica para analizar, tamizada por la relación entre el tipo de cambio y la ley del valor, la interconexión entre Globalización y el desarrollo desigual entre las Naciones, definiendo así una forma específica del imperialismo hoy.

 

PREFACIO

ESTE libro trata sobre la ley del valor trabajo y su aplicación al estudio del mercado mundial. En particular, procura ofrecer una explicación unificada de la globalización y su relación con el fenómeno imperialista y el desarrollo desigual.

La exposición se divide en cuatro grandes bloques. El primero de ellos está dedicado a la teoría del valor, con especial atención a las cuestiones referidas al nexo entre producción y realización del valor; problemática que cobra relieve en el estudio del mercado mundial y su articulación con los espacios nacionales de valor. En el segundo bloque —capítulos 5 al 7— se analizan las tesis clásicas sobre el imperialismo, se explica la dicotomía teórica que encierran y se presenta una crítica a la noción tradicional de monopolio que ha predominado en el pensamiento crítico y de izquierda. En el tercer bloque —capítulos 8 al 10— se discute la globalización, a la que se identifica con la mundialización de las relaciones capitalistas, y se explica por qué proporciona una base para la unificación del espacio económico mundial. El último bloque arranca —capítulo 11— con una explicación de la formación de precios y plusvalías extraordinarias en el mercado mundial y del tipo de cambio; en este contexto se discute el llamado intercambio desigual y se subraya la preeminencia de la contradicción capital-trabajo implicada en la globalización. En los siguientes tres capítulos se discuten las tesis globalistas sobre la convergencia entre "norte y sur" y la desaparición de los Estados, y se ofrece una aproximación a la noción actual de imperialismo En el último capítulo se sintetizan también algunas conclusiones. Esperamos analizar en un segundo libro que seguirá al presente cuestiones monetarias y financieras relacionadas con la globalización, que en este primer trabajo sólo están aludidas. En cuanto a su lectura, y dado que es fruto en buena medida del dictado de clases, el texto está concebido para que pueda ser leído por estudiantes de las carreras de Ciencias Políticas, Sociología o Economía Política; y por cualquier persona interesada en un enfoque crítico de la sociedad capitalista mundializada. Sólo la lectura del capítulo primero supone un conocimiento de los fundamentos de microeconomía neoclásica, pero los lectores no interesados en la crítica de la teoría "oficial" pueden abordar directamente el capítulo segundo. Para la comprensión del resto del libro sólo se requiere un conocimiento mediano de la teoría de El Capital sobre el valor, el capital y la generación de la plusvalía, y la formación de los precios de producción.

Por último, quiero expresar mi agradecimiento a todos los que han contribuido con sus comentarios y críticas a la elaboración de este libro. A mis alumnos y alumnas de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Quilmes por sus preguntas, observaciones y discusiones, que me impulsaron a profundizar y ampliar diversos temas, como el referido al método dialéctico y la problemática del tipo de cambio. A mis compañeros de militancia socialista, con los que mantuve estimulantes y enriquece— doras discusiones sobre la naturaleza del imperialismo y cuestiones vinculadas a la extensión planetaria de la explotación capitalista. A todos los que leyeron capítulos o partes del texto y me hicieron llegar sus sugerencias y correcciones. Y muy especialmente a Mauricio Turkieh, Sebastián Chiarini y Octavio Colombo, quienes estudiaron el borrador de conjunto y me ayudaron a corregir no pocos errores. Por supuesto, los errores y problemas que subsisten son de mi entera responsabilidad.

  

 

CAPÍTULO 1

LA TEORÍA NEOCLÁSICA DE LOS PRECIOS. RAZONES DE UN RECHAZO

  

A lo largo de este libro no utilizaremos la teoría neoclásica de los precios (y el valor) que hegemoniza el pensamiento académico. Con toda probabilidad, a quienes se han formado en la idea de que sólo existe "una" ciencia económica, la neoclásica, nuestra elección les parecerá sorprendente. Más aún cuando los criterios básicos de la economía neoclásica —individualismo metodológico, optimización racional, formalización matemática a cualquier costo— han sido adoptados por muchos que aspiran a construir una ciencia "seria" en muchas ramas del análisis social ajenas a la economía[1]. Por lo tanto dedicamos este primer capítulo a presentar los principales argumentos por los cuales pensamos que la teoría "oficial" no sólo es lógicamente incoherente, sino también incapaz de explicar la realidad del capitalismo. Enfatizamos este último aspecto porque estamos convencidos de que la teoría debe demostrar, además de coherencia lógica, capacidad para explicar lo que viven, y padecen, los millones de seres humanos que "hacen" la actividad económica cotidianamente. Nos apresuramos a aclarar, además, que no pretendemos decir algo esencialmente nuevo con respecto a lo que tantas veces se ha señalado en textos de ricardianos, marxistas, poskeynesianos o institucionalistas sobre la teoría neoclásica de los precios (y el valor). Nuestro propósito simplemente es articular críticas que muchas veces se presentan dispersas.

Comenzamos entonces con los supuestos que enmarcan la presentación de las curvas de oferta y demanda, el abe de la instrucción de todo economista.

 

¿Precios "dados"?

Como primer paso en su introducción a la microeconomía el teórico neoclásico nos dice, al abordar las curvas dé oferta y demanda, que los "agentes" consideran a los precios como "dados". Con esto quier e significar que nadie tiene la posibilidad de influenciar de manera jerarquizada los precios. En efecto, parece evidente que si queremos comprar un coche, por ejemplo, su precio nos aparece como un dato y poco podemos hacer para cambiarlo. Sin embargo, lo evidente resulta ser no tan evidente apenas nos preguntamos ¿dónde están dados los precios? Sí se nos responde que están dados en el mercado, lo lógico es que preguntemos dónde queda este mercado tan impersonal que no existe sujeto alguno que pueda influenciar, aunque sea de manera mínimamente diferenciada, los precios. Para ver la cuestión más en concreto, supongamos que queremos comprar el automóvil del que hablamos. ¿Dónde encontramos dado su precio? ¿En el aire? Lo mismo nos preguntaremos si queremos cambiar pesos por dólares. ¿Dónde están las cotizaciones de los tipos de cambio? ¿Flotando en las nubes? Apenas hac emos estas preguntas elementales nos damos cuenta de que los precios no pueden estar dados sin intervención de algunos sujetos económicos específicos. Esto es, hay fabricantes de automóviles que fijan precios antes de que el automóvil llegue al mercado; y agentes de bolsa y bancos que proponen cotizaciones antes de que preguntemos el precio del dólar. Las personas comunes que no dirigen fábricas de automóviles ni casas de cambio o bancos, seguramente tomarán como "dados" esos precios. Sin embargo, saben que están dados en listas de precios confeccionadas por fabricantes, corredores o bancos. Con lo cual saben también que éstos pueden influenciar los precios de forma cualitativamente distinta a lo que pueden hacerlo ellas. Y cuando se admite esto, la hipótesis de los precios dados cae. Sin embargo, la teoría ortodoxa no puede asimilar un hecho tan sencillo, ya que la hipótesis de precios dados juega un rol esencial en su construcción. Por eso, y contra toda evidencia empírica, el postulado se mantiene. En principio, afirmándolo sin demostración. Luego, en cursos más avanzados, introduciendo la figura del subastador walrasiano, un personaje enigmático —¿es un agente estatal? ¿la encarnación personal del impersonal mercado?— que vocea precios más o menos arbitrarios, a partir de los cuales consumidoras y productores irán formulando sus propuestas de oferta y demanda. Sólo al costo de este artificio conseguirá la teoría ortodoxa que los precios sean "dados" y la competencia pase por "perfecta". El único inconveniente es que el subastador ...... [.........]

 

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