ÍNDICE

PRÓLOGO

1. EL CRISTIANISMO ES COMUNISMO

I. Malentendidos intencionales, 10; II. El cristianismo original, 14; III. El Reino es en la tierra, 20; IV. Sociedad sin clases, 25.

2. EL PORQUÉ DEL COMUNISMO

I. Ilegitimidad de la riqueza, 30; II. Origen espurio de toda riqueza, 37; III. El problema del mal: problema social, 48; IV. Reprobación de la ganancia, 55.

3. POLÍTICA Y VIOLENCIA EN JESÚS DE NAZARET

I. ¿Siempre tendréis pobres con vosotros?, 66; II. Lo del César, 68; III. ¿El Reino no es de este mundo?, 72; IV. Jesucristo hizo política, 75; V. Jesucristo y la violencia, 81.

 

PROLOGO

 

Este escrito es un manifiesto. Pero un manifiesto bíblico que se impone todo el rigor de la exégesis científica y acepta el reto de ésta. Si el estudio minucioso no demuestra la tesis, téngasela por no emitida. Precisamente lo que este escrito recrimina en la teología oficial es el haber elucubrado toda una concepción del cristianismo independizándose de la Biblia y aun contradiciéndola. Por tanto, él mismo no cree tener más validez que la que alcancen sus demostraciones.

El presente estudio ahonda la investigación de mis dos libros exegéticos anteriores: Marx y la Biblia y El Ser y el Mesías*, pero no los presupone lógicamente porque he cuidado que se tenga en pie por sí solo. Más aún: a pesar de las dimensiones tipográficas reducidas, que obedecen al deseo de mayor difusión, pretendo aquí precisar con mucho mayor filo varios de los análisis que esos dos libros gruesos habían iniciado. En particular el de los profetas, el de los salmos, y el de las palabras genuinas y hechos históricos de Jesús de Nazaret. Aunque es una obra concisa, es fruto de muchos años de investigación.

* Marx and the Bible, Londres, SCM Press, 1977. Being and the Messiah, Nueva York, Orbis Books, 1977.

El alcance político no necesita palabras de encarecimiento; el título mismo lo pone de relieve. Repito: es un manifiesto. Y quisiera hacerse oír de todos los pobres de la tierra.

 

 

EL CRISTIANISMO ES COMUNISMO

 

Que un cristiano se diga antimarxista, puede comprenderse. Hay numerosas variedades de marxismo, y es posible que ese cristiano se refiera a alguna de las muchas filosofías materialistas que se autodenominan marxistas, aunque tienen muy poco que ver con Marx.

Que un cristiano se diga no sólo antimarxista, sino también anti-Marx, probablemente se debe a que no ha leído a Marx completo y su odio adolece de simple ignorancia. Pero, bien miradas las cosas, qué me importa. Yo no tengo ninguna obligación de defender a Marx.

Pero que un cristiano se diga anticomunista, eso ya es otra cosa y constituye sin duda alguna el mayor escándalo de nuestro siglo. No es buena idea empezar un libro con exclamaciones, pero alguien tiene finalmente que vocear las verdades más obvias e importantes que todo el mundo calla por sabidas.

La idea de comunismo está con todas sus letras en el Nuevo Testamento, al grado de que en estos veinte siglos nadie ha sido capaz de dar una mejor definición de lo que es comunismo que la que san Lucas formula en Act 2,44-45 y 4,32-35. La misma definición que Marx toma de Louis Blanc, «de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades», está inspirada si no directamente copiada de la formulación que Lucas redactó dieciocho siglos antes. No hay demostración más clara del lavado cerebral a que nos tiene sometidos el establishment, que el hecho de que la concepción oficial y divulgada del cristianismo sea anticomunista.

 En un momento en que dos tercios de Latinoamérica están subyugados por atroces dictaduras anticomunistas y el resto casi entero sufre represión anticomunista apenas disimulada, en un momento en que la política internacional de casi todos los países del mundo y el consiguiente armamentismo criminal se norman por la consigna contradictoria «Defender del comunismo a la civilización cristiana», en un momento así no hay palabras para enfatizar suficientemente esta exclamación: ¡Pero si la iniciativa comunista en la historia de Occidente es iniciativa cristiana! ¡Pero si desde el siglo I hasta el siglo XIX nunca dejó de haber grupos cristianos que, aunque reprimidos por los poderes establecidos y por la iglesia, propugnaban comunismo con su Biblia en la mano! ¿Qué especie de locura se ha abatido sobre el mundo occidental para que combata como a máximo enemigo lo que es el proyecto cristiano por excelencia?

 

 

I. MALENTENDIDOS INTENCIONALES

 

Los marxistas últimamente nos han estado haciendo el favor de promover la idea en ausencia nuestra, en culpable ausencia nuestra, pero identificar comunismo con marxismo implica ignorancia crasa de la historia. No es cierto que el establishment esté luchando contra el materialismo ateo, como se dicen a sí mismos los poderosos para tranquilizar sus conciencias; esa su lucha represiva viene de mucho antes, existió durante muchos siglos en los que ningún comunista era materialista y ningún comunista era ateo, y ni siquiera existían el materialismo ni el ateísmo. El marxismo es un mero episodio en la historia del proyecto comunista. El Papa y los otros poderosos de la tierra no están combatiendo contra el ateísmo, sino contra nosotros que somos cristianos, que creemos en Dios y en Jesucristo, y que lo único que queremos es realizar el Evangelio.

 Es cierto, hay diferencias en la interpretación del Evangelio, y a ventilarlas se dirige el presente escrito. Pero entonces lo que impugnan los pudientes es una interpretación evangélica diferente de la suya, pues esa su impugnación es mera continuación de la que ya llevaban a cabo los pudientes durante la Edad Media y los tres primeros siglos de la época moderna. El denunciar el materialismo es un mero pretexto para la persecución anticomunista; si ese pretexto no existiera, los señores inventarían otro, como de hecho inventaron otro durante la Edad Media, y otros diferentes en el siglo XVI, y otros más en los siglos XVII y XVIII. Si el materialismo fuese la razón de la persecución anticomunista, ¿cómo se explica que persiguieran al comunismo desde mucho antes de que existiera el materialismo? No, lo que persiguen y reprimen es el comunismo en cuanto tal, ¡pero el proyecto comunista está defendido explícitamente en la Biblia como propio y característico del cristianismo, no lo inventaron ni los marxistas ni los grupos cristianos medievales o modernos!

Cuando la propaganda doctrinal oficial afirma que la idea comunista no es separable de las ideologías materialistas, está negando hechos tan evidentes e inocultables como la luz del sol: en el primer cristianismo y durante dieciocho siglos existió la idea comunista sin materialismo de ninguna especie. Y hoy mismo ¿qué relación lógica puede señalarse entre «tener todo en común» (Act 2,45) y negar la existencia y eficacia del espíritu? La verdad es precisamente al revés: que el comunismo no puede realizarse si no reconocemos la infinita respetabilidad de Dios en cada uno de los prójimos, también en los económicamente improductivos por invalidez o por edad o por subdotación natural. El fracaso del comunismo soviético tiene que ver con eso (en la U.R.S.S. lo que hay es capitalismo de estado). Entonces ¿por qué el cristianismo oficial...............................

 

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