ÍNDICE
 

     PRÓLOGO 

     PRÓLOGO A LA EDICIÓN ORIGINAL 

     INTRODUCCIÓN 

I. GENERALIDADES 

II. LAS CLASES SOCIALES ANTE LA CUESTIÓN NACIONAL HOY

     INTRODUCCIÓN 

     I. ALTA BURGUESÍA 

     II. LA MEDIANA BURGUESÍA 

     III. LA PEQUEÑA BURGUESÍA 

     IV. LA CLASE TRABAJADORA 

     III. NACIONALISMO: IDEOLOGÍAS Y MOVIMIENTOS

          INTRODUCCIÓN 

PAÍS VASCO SUR 

     1. ZUMALACÁRREGUI O EL FUERISMO NACIONAL 

          1. LOS ANTECEDENTES SOCIALES DE LA GUERRA DE 1833-1835 

          2. EL ENFRENTAMIENTO ENTRE DOS FACCIONES DE LA BURGUESÍA Y SUS ALIADOS INTERNACIONALES.         

          3. LA DEFENSA DE LA NACIÓN VASCA EN CHAHO 

          CONCLUSIÓN 

     2. SABINO ARANA O LA CONCIENCIA NACIONAL. EL PARTIDO NACIONALISTA VASCO.         

          1. LA INSTALACIÓN DE LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA 

          2. LA CONSTRUCCIÓN NAVAL Y EL COMERCIO MARÍTIMO 

          3. LA BANCA 

          4. EL NACIMIENTO DEL PROLETARIADO Y DE LA INMIGRACIÓN 

          5. EL PENSAMIENTO DE SABINO ARANA PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN VASCA:

              EL PARTIDO NACIONALISTA VASCO.  

          6. LA LUCHA POR EL ESTATUTO DE AUTONOMIA VASCO. LA CONSTITUCIÓN DEL GOBIERNO VASCO.    

     3. EL MOVIMIENTO E.T.A. O EL NACIONALISMO REVOLUCIONARIO 

          1. EL CONTEXTO DEL NACIMIENTO DE E.T.A 

          2. ORIGINALIDAD DEL MOVIMIENTO E.T.A. CON RELACIÓN AL NACIONALISMO VASCO EXISTENTE HASTA ENTONCES.  

          3. DE 1960 A 1966 O EL PERÍODO DE LOS CUATRO PRIMEROS CONGRESOS DE E.T.A.   

          4. LA ESCISIÓN DE 1966-1967 

          5. DE 1968 A LA ESCISIÓN DE 1970 

          6. EL PROCESO DE BURGOS 

          7. DE 1971 A 1974 O LA CONSOLIDACIÓN DE LOS FRENTES DE E.T.A 

          8. E.T.A. DESPUÉS DE LA EJECUCIÓN DE CARRERO BLANCO 

          9. E.T.A. A COMIENZOS DEL REINADO DE JUAN CARLOS 

          10. DEL INMOVILISMO A LA MOVILIDAD POLÍTICA: 1976-78 

PAÍS VASCO NORTE

     I. AINTZINA O EL REGIONALISMO NACIONAL 

          1. DIOS Y LAS LEYES VIEJAS 

          2. LA LENGUA VASCA 

          3. ORGANIZACIÓN POLÍTICA 

          4. PROGRAMA POLÍTICO 

     II. EL MOVIMIENTO ENBATA O EL FEDERALISMO NACIONAL.  

           LAS CAUSAS ECONÓMICAS, POLÍTICAS, SOCIALES DE SU NACIMIENTO 

          1. INTRODUCCIÓN 

          2. LAS CAUSAS POLÍTICO-ECONÓMICAS 

          3. LAS CAUSAS POLÍTICO-SOCIALES 

          4. A MODO DE CONCLUSIÓN 

     III. CAMBIOS EN EL MOVIMIENTO VASCO DEL NORTE 

          1. LA DISPERSIÓN DE ENBATA 

          2. LAS HUELGAS DE HAMBRE DE LOS REFUGIADOS POLÍTICOS VASCOS 

          3. EL MOVIMIENTO VASCO DEL NORTE HACIA EL SOCIALISMO 

     IV. CONSOLIDACIÓN DEL MOVIMIENTO ABERTZALE: 1976-1978 

          1. UNA MOVILIZACIÓN POPULAR VICTORIOSA 

          2. DEBATE PÚBLICO EN TORNO A LA ESTRATEGIA DEL SOCIALISMO ABERTZALE.     

          3. LA DIALÉCTICA DE LA LUCHA ARMADA Y DE LAS MOVILIZACIONES POPULARES. 

CONCLUSIÓN 

EPÍLOGO 

ABREVIATURAS

BIBLIOGRAFÍA

PROLOGO
 

POR EUGENIO ETXEBESTE ARIZKUREN, «ANTTON»

La inspiración del futuro nos tiene que venir dada por la experiencia del pasado, y aquél pasa necesariamente por el crisol de un presente continuo, donde cada cual vamos a tener que comprometernos e implicarnos en su construcción.

Es la primera reflexión a vuelapluma que me ha surgido tras volver a leer el libro de Jokin Apalategi, reeditado ahora 29 años después de su alumbramiento en 1977. Publicarlo de nuevo me ha parecido un pleno acierto dirigido a cultivar una «huerta social», que tan necesitada se halla de abonos y aspersores para lograr cosechas productivas de debate político y coherencia ideológica.

Es una obra recomendada para la juventud, por los puentes colgantes que tiende hacia el conocimiento sociológico y político de unos períodos trascendentales de la lucha del pueblo vasco.

Y sigue siendo una obra útil para «la vieja guardia», porque reaviva la memoria inmediata de esa última etapa del franquismo agónico, plena de expectativas libertadoras y, valga la paradoja, repleta también de contradicciones, que han sido antesala y son consecuencia evidente de la situación política que vive en la actualidad Euskal Herria.

En definitiva, es una contribución que posee la virtud de «la mirada mágica», donde, desde el ensayo analítico en este caso, se descubre un relato de investigación abierto al ojo crítico y a la búsqueda insaciable de esa verdad que anhela el pueblo vasco, y que, por definición, nos hará libres.

Pero el interés del libro no reside únicamente en su aportación de testimoniar el pasado sino, sobre todo, en su actualidad, en su verdor de presente que sirve para refrescar la memoria histórica en proyección de futuro. El propio título sugiere ya su vocación de trascender el panorama sociológico e histórico-político de esos casi 150 años observados: somos una nación y tenemos derecho a ser un estado.

Por lo general, soy de la opinión de que la historia viviente no se debe trasladar al papel dándole el finiquito como si se tratara de un epitafio sepulcral. Precisamente por eso, porque está viva, como a todo ser viviente, hay que permitirle desarrollar el ciclo natural de dinámica activa sujeta a cambios y evoluciones interactivos.

En demasiadas ocasiones nos vienen acostumbrando a tomar la historia como una anécdota o un accidente en el tiempo que, simplemente ocurrió, y queda archivada en el museo del pensamiento. Un subterfugio muy recurrente precisamente por quienes desde el búnker del pensamiento único proclaman el fin de las ideologías, el fin de la lucha dialéctica y el fin de la historia, para entronizar su modelo imperialista y la panacea de la globalización neoliberal

Frente a esta ocultación o proliferación de páginas de punto final, pienso que la historia cercana, esa que abarca las dos o tres últimas generaciones, más que escribirla hay que atestiguarla. Más que contarla, hay que ejercitarla. Y, sobre todo, más que presenciarla, hay que participarla. Cada cual en su quehacer cotidiano, en cada espacio de trabajo, militancia y ocio, en cada segmento cultural, sindical, social y político, desde pautas contestatarias y reivind¡cativas, rompiendo moldes establecidos y generando alternativas de transformación y progreso. En definitiva, escribiendo día a día el libro de la vida que nos irá aproximando más a nuestra condición de seres humanos y, en consecuencia, nos hará más libres.

No obstante, habré de reconocer que me he reencontrado con uno de esos libros ante los que tengo que doblegar mi particular opinión a la excepción de la regla. Sencillamente, porque, en su doble vertiente histórica y analítica, podemos encontrar claves de comprensión sobre nuestra identidad, idiosincrasia social amores y desamores políticos, y aciertos y desaciertos. Claves, fundamentalmente, sobre un «drama» popular que perdura en la actualidad y al que de una y otra parte estamos condenados irremediablemente a ofrecer soluciones; unos para sobrevivir como pueblo y entrambos para salvaguardar las esencias de la democracia.

Así cuenta con la energía empírica de no haberse quedado colgado en el tiempo, de no haberse anclado en la mera descripción de un paisaje, o en una sucesión de hechos, o en el comportamiento de unos personajes, sino que aplica el bisturí del cirujano para desentrañar los cómo y porqué de cada situación. Es un ensayo, ante el que se podrá estar o no de acuerdo, pero que impepinablemente avitualla alforjas de conocimiento en la ruta del compromiso hacia la liberación y construcción de Euskal Herria.

Sobre todo, en sus últimos capítulos, es un libro de «parada y fonda» para proseguir la marcha. O dicho de otro modo, una herramienta de trabajo para entender quiénes fuimos, qué quisimos y, sobre esas experiencias enriquecedoras, discernir ahora qué somos, qué queremos y adonde podemos y debemos llegar. Una pócima reparadora del dicho: «Quien no conozca su historia está condenado a vivirla de nuevo».

La obra ofrece además el plus añadido del prólogo de José Miguel Beñaran Ordeñaría; el admirado, inolvidable y extrañado compañero «Argala». Si antes hablaba del vigor actualizado en el contenido del libro, la breve pero singular narrativa biográfica y política de Argala incrementa esa perspectiva. Cual visión de arrano beltza, nos transporta en un vuelo retrospectivo a una realidad presente en plena ebullición de iniciativas y esperanzas.

«... exigimos que a los trabajadores vascos se nos respete el derecho a decidir ya desde hoy cómo queremos construir el futuro, nuestro futuro».

«... Si los partidos obreros españoles hubiesen sido como ellos (refiriéndose a los sectores consecuentes y progresistas en el Estado español), quizá hoy quienes defendemos la independencia de Euskadi hubiésemos optado por otra solución más unitaria».

Frases de hace casi seis lustros que hoy guardan una especial intensidad en el marco de un contexto político cuya apuesta, al menos en lo que se refiere al conjunto de la Izquierda Abertzale, pasa por apurar la resolución del conflicto por vías democráticas y políticas.

¿Dónde estaríamos hoy si esa sensibilidad de hace casi 30 años hubiera sido correspondida por análoga sensibilidad desde los estados español y francés? ¿Cuánto sufrimiento se hubiera evitado de una y otra parte? ¿Cuántos brindis al sol se le hubieran ahorrado a este pueblo deseoso ya de celebrar su auténtica fiesta nacional?

Porque nadie, en su sentido común, puede deducir de esas expresiones vertidas por un militante político, armado in extremis, apologéticos timbales guerreros o desaforadas proclamas bélicas. Cualquiera, con dos dedos de frente y ajeno a intereses mercantilistas y partidistas, puede observar en esas frases un racional discurso de alcanzar la paz y la reconciliación equitativa desde el respeto de derechos y el reconocimiento mutuo en aras a construir sociedades plurales, más justas, más progresistas y más democráticas.

A la sociedad vasca, sin embargo, se le sigue negando hoy el pan y la sal de decidir su futuro, de demostrar su madurez presente para opinar, participar y aportar en el concierto internacional sin que nadie le lleve de la mano ni le informe del desenlace de la película.

A las vascas y vascos del conjunto de Euskal Herria se nos niega el deber y el derecho a compartir inquietudes y objetivos universales desde el hecho diferencial de constituir un pueblo, una nación, a la que cabe la opción independentista en el marco del legítimo y escrupuloso respeto al derecho de autodeterminación. Y se nos niega y combate desde la ilegitimidad de unas leyes y de unos aparatos de Estado coactivos y coercitivos, basados en la violencia, en la herencia de una historia escrita a sangre y fuego. De esa «historia» espuria que suelen escribirla los triunfadores que vencen pero no convencen.

Ante la realidad actual, el libro de J. Apalategi, junto al prólogo de J.M. Beñaran, es un paradigma elocuente de que nos encontramos en un punto y seguido. De que la historia a veces se vuelve presente. Que, por desgracia, causas y efectos perviven en un baile de acontecimientos donde se confunden el pasado y el presente; donde el protagonismo escrito y el protagonismo lector se autorretratan en el mismo escenario y en el mismo espejo de un contencioso sin resolver.

Y por ello es imprescindible que de una vez por todas aprendamos del pasado para corregir el presente y afrontar con acierto el futuro. Estamos a tiempo de enderezar el rumbo de la historia y de no repetirla. Estamos a tiempo de acabar una «historia interminable», de poner el punto y final en la que no haya ni ganadores ni perdedores.

La fórmula es conocida: diálogo, negociación y acuerdo, sobre la base del reconocimiento de la existencia de un pueblo y su inalienable derecho a decidir.

La responsabilidad de dirimir esta fórmula es colectiva y aplicándola habremos encontrado la piedra filosofal para sellar la contraportada de este libro y de todo el drama que encierra.

Entonces, junto a F.W. Nietzsche, podremos estar de acuerdo en el dicho de que «solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado».

Euskal Herria, 31 de julio de 2006

 

PROLOGO A LA EDICION ORIGINAL
 

POR JOSÉ MIGUEL BEÑARAN ORDEÑANA, «ARGALA»

 

Cuando se me ha invitado a presentar este libro, consistente en un análisis teórico acerca del nacionalismo vasco, su concepción a través de la historia por las diferentes clases sociales existentes en Euskadi, su relación con el internacionalismo en la conciencia de la clase obrera, me ha parecido lo más indicado no hacer una presentación crítica —cada lector hará sin duda la suya—, sino un breve relato de mi experiencia política personal; de mi toma de contacto con la problemática nacional vasca y con la más específica de la clase obrera de nuestro país, el desarrollo de esa conciencia inicial a través de mi actividad política como militante de E.T.A. en Euskadi peninsular y posteriormente como refugiado vasco en Euskadi continental.

Tratando de evitar que el objetivo de este relato pueda ser mal interpretado, debo aclarar que, desde luego, no consiste en dar a conocer mi biografía, sino tratar de aportar al lector un elemento de juicio vivencial —ni más válido ni menos que el de cualquier otro vasco— en un intento de enriquecer con datos de la experiencia el trabajo teórico realizado por Jokin Apalategi.

Tampoco pretendo en modo alguno que mi experiencia personal sea susceptible de extensión a otras personas, por mucho que su evolución se haya podido producir en los mismos cauces organizativos. Por otra parte, considero que la experiencia sólo es racionalizable ...........................................

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