Decía bien Stalin cuando afirmaba que los problemas nacionalistas no deben apreciarse aisladamente, sino sobre la escala mundial.

Para los comunistas, todo problema nacionalista se convierte en un problema internacional de carácter revolucionario, de lucha de clases. Así, pues, la cuestión de los derechos de Euskadi no es ni puede ser jamás para nosotros una cuestión aislada, independiente, sino una parte de la cuestión general de la revolución proletaria, debiendo, por lo tanto, sujetarse, subordinarse a esta última.

Llevar la cuestión por otros derroteros es envilecer el problema, imposibilitar su solución; pues cualquiera que sea el carácter de un problema de independencia nacional, es solo la clase proletaria, al apoderarse del Poder, la que puede resolverlo completamente.

Para los comunistas, el derecho de Euskadi a disponer de sí misma, no es ni puede ser una fórmula en el vacío. Ahora bien: la oportunidad y eficacia de esa justa consigna antiimperialista dependerá del trabajo que efectuemos para su interpretación.

Los comunistas entendemos, pues, que es necesario incorporar de una manera efectiva la cuestión nacional de Euskadi (como la de Cataluña, Galicia, Marruecos, etc.,) al frente general de la lucha por el triunfo de la revolución española. (Es evidente, por otra parte, que la cuestión agraria y los problemas de independencia nacional planteados actualmente dentro del Estado imperialista español son dos cuestiones fundamentales a las que debe prestar atención el proletariado revolucionario.)

Esa incorporación —que los marxistas defendemos— de que la cuestión nacional de Euskadi al frente general de la lucha por el triunfo de la revolución española, hay que interpretarla —lo dije en otro artículo— como necesaria para la defensa del internacionalismo de la clase obrera, pues constituye una excelente educación en el espíritu del internacionalismo revolucionario.

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Los jefes socialistas ibéricos son españolistas y enemigos del reconocimiento del derecho de separación y de la libertad de unión a las distintas nacionalidades ibéricas y territorios coloniales africanos; los jefes socialistas españoles, antimarxistas vergonzantes, son imperialistas, defensores del “patrioterismo opresor castellano”. Y, lo mismo que los jefes y jefecillos socialistas, son también españolistas, enemigos de reconocer a Euskadi del derecho a la separación y la libertad de unión, los anarquistas y los republicanos y los tradicionalistas de España.

¿Por qué los jefes socialistas y los anarquistas y los republicanos y los tradicionalistas defienden la España imperialista, el “patrioterismo opresor castellano”, y son enemigos de reconocer a Euskadi, al País Vasco, el derecho a la separación del Estado español, y, al propio tiempo, la libertad de unión para federarse con él si su voluntad es esa? ¿Por qué?

La cosa es clara: Si defienden la España imperialista y no reconocen a Euskadi sus derechos de autodeterminación, es, sencillamente, porque no son revolucionarios.

Claramente lo expresó Lenin: “Pensar que la revolución social (ya dije en otro artículo que es preciso no olvidar que la revolución “democrático-burguesa” y la “revolución proletaria” son, como decía el propio Lenin, “dos eslabones de una misma cadena”); pensar que la revolución social es posible sin la sublevación y el apoyo de las pequeñas naciones, en las colonias y en Europa; sin el movimiento de las masas proletarias y semiproletarias inconscientes contra el yugo de los aristócratas, del clero y de la monarquía y contra el yugo nacional; pensar esto, significa “renunciar” a la revolución social “pura”, espera en vano. Es un revolucionario de palabra que no comprende la revolución verdadera.”

Los Partidos comunistas, por el contrario, fieles a la lógica marxista-leninista, proclaman y luchan por el derecho de Euskadi y de todas las demás nacionalidades ibéricas a su autodeterminación, en tanto que combatimos todo imperialismo y toda tendencia hacia el “patriotismo opresor castellano”.

JEIKI.

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (SE de IC)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año I, San Sebastián, 1 Julio 1933  nº 5

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