(Continuación nº IV)

¿Qué el movimiento nacionalista vasco “no es un movimiento proletario”? Evidentemente que no. Pero, escuchemos a Stalin: “El carácter revolucionario de un movimiento nacional “no presume necesariamente, en general”, la existencia de elementos proletarios en el movimiento, de un programa revolucionario o de una base democrática en el mismo”

Nosotros, los comunistas, no ignoramos, como dijo en mi primer artículo, que la gran masa popular nacionalista de Euskadi sigue a su burguesía y hasta a los curas; y que sus actuales dirigentes no laboran por servir los intereses de la población oprimida de Euskadi, sino que, por el contrario, tratan de dar consistencia a la contrarrevolución española e internacional. Pero es innegable que en todo movimiento de independencia de los países oprimidos “existen posibilidades revolucionarias” que los comunistas no podemos ni debemos desdeñar, sino, al contrario, utilizarlas a fin de transformar al país avasallado de baluarte de la burguesía y el clericalismo (caso de Euskadi) en aliado del proletariado revolucionario, a fin de derrocar al enemigo común, al capitalismo imperialista internacional.

Los movimientos nacionales pueden aparecer, es cierto, con carácter reaccionario (como en Euskadi) si se examinan desde el punto de vista de la “democracia formal” del “revolucionarismo abstracto” (como lo examinan socialistas, anarquistas y republicanos españolistas). Pero no, si se examinan, como lo hacemos los comunistas, desde el punto de vista de los resultados prácticos en el balance de la lucha por la revolución proletaria.

Es claro y natural que los burgueses y la clerigalia consideren el movimiento obrero vasquista (Solidaridad Obrera Vasca, U. S. O. V., etcétera) y el movimiento nacionalista euskadiano (Partido Nacionalista Vasco, Acción Nacionalista Vasca) con arreglo a la importancia que pueden tener para la victoria de ellos, de la clase burguesa. Pero es también lógico y natural que el proletariado debe considerar el movimiento obrero vasquista y el movimiento nacionalista euskadiano “desde el punto de vista de su porvenir revolucionario”.

*  *  *

¿La defensa que los comunistas hacen del derecho de los pueblos oprimidos no implica “oportunismo”? No. Defender el derecho soberano de los pueblos a su independencia nacional no es para los comunistas ni un fin, ni una gimnasia. Es la vida de la lucha por el derrocamiento del imperialismo capitalista y un medio (caso de Euskadi) de desenmascarar las traiciones de la burguesía nacionalista y de los dirigentes clérigo-fascistas; y un medio también de revelar las tendencias imperialistas y las maniobras patrioteras y burguesas de republicanos y socialistas al servicio del Estado “federalmente unitario” de España. Pero esa defensa que hacemos los comunistas del derecho soberano de los pueblos a dispone de sí mismos es, al mismo tiempo, un medio de defender las aspiraciones democráticas y de autodeterminación de los pueblos avasallados y un instrumento de educación política de las masas en el espíritu del internacionalismo, o sea, de asegurar al completo solidaridad de los obreros de los distintos países y contribuir al acercamiento de ellos.

Para los comunistas no puede ser un obstáculo, sino todo lo contrario, el defender los derechos nacionales de los países oprimidos —como no lo es el de defender las más simples reivindicaciones de las masas— en las condiciones de la actual crisis general del capitalismo, en el momento en que se aproximan luchas decisivas. No es esa defensa “oportunismo”. Los que eso piensan, olvidan que la aplicación de una línea justa leninista, o el deslizamiento  hacia una desviación oportunista depende del modo que tengamos de defender esos derechos nacionales.

Obrando de otra manera (como obran, por ejemplo, los jefes socialistas y anarquistas en Catalunya, Euskadi, Andalucía, Marruecos y en el resto del Estado imperialista español) es imposible mantener la solidaridad de clase del proletariado de las naciones y colonias oprimidas con el proletariado de los Estados dominantes en su lucha contra el enemigo común, el imperialismo capitalista; de otro modo, no es posible realizar el internacionalismo.

“El derecho de separación de la metrópoli (dice Lenin) es una reivindicación indispensable. Podemos y debemos tratar de “imperialista y sinvergüenza” a todo socialista de un Estado opresos que no haga esta propaganda”

JEIKI

(Continuará)

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (SE de IC)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año I, San Sebastián, 27 Mayo 1933  nº10

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