La nueva fase de la contrarrevolución
El avance impetuoso de la revolución española, las luchas de los obreros y campesinos, que diariamente se baten, compactas y en poderoso frente único, la decisión férrea de acabar con el régimen imperante, de paro y hambre, el despertar de las masa populares de las pequeñas nacionalidades oprimidas, el desplazamiento de capas atrasadas del campesinado y la pequeña burguesía que han roto con las ilusiones democráticas incorporándose a la lucha revolucionaria, han obligado al capital financiero y los terratenientes a lanzar fuera del poder a los “socialistas”, incapaces de contener con promesas demagógicas la ola revolucionaria, a la vez que impotentes ya, para sujetar a las masas que ellos mismos controlan.
La burguesía y grandes propietarios de la tierra, en la anterior crisis de junio, se vio obligada a reagrupar en el poder a todas las “izquierdas españolas”, incluyendo a los de la “Esquerra” para elaborar y aprobar las leyes que sirvan para el asesinato de las masas hambrientas, a la vez que de garantía para contener la protesta revolucionaria de las masas laboriosas y explotadas.
Aprobadas las leyes fascistas de Orden público., Ley de Vagos, supresión del Jurado popular, y otras que se caracterizan por su contenido de clase contrarrevolucionario: llegado el momento en que la revolución popular es incontenidia a pesar de la represión sangrienta, las clases dominantes han considerado que el momento actual era el apropiado para un gobierno de concentración republicana que ponga en práctica con mano dura las leyes que los ministros “socialistas” y diputados votaron contra las masas obreras y campesinas, en interés de los banqueros y clericales que diariamente empujan al hambre a las masas populares.
Lerroux asume el Poder cuando una ola formidable de huelgas invade todo el territorio por reivindicaciones económicas contra la reducción de los salarios, y despidos (mineros de Asturias), contra las fuerzas armadas monárquico-fascistas, dispuesto a aplastar al proletariado revolucionario, a los obreros agrícolas y campesinos pobres, preparando el abrazo cordial a los Maura y las huestes agrarias de Gil Robles.
El Partido Comunista, señaló hace tiempo, desde las columnas de “Mundo Obrero”, desde la tribuna ante las masas populares, cómo se preparaba el camino por el Gobierno Azaña-Prieto a Lerroux, Gobierno puente que permita al fascismo llegar al Poder dispuesto con el hacha en alto a destrozar a los obreros revolucionarios.
El significado del poder contrarrevolucionario de Lerroux, es la política de traición de los dirigentes socialdemócratas y anarquistas que en los momentos de independizar al proletariado de los partidos de la burguesía en franca lucha revolucionaria organizada de abajo arriba, a través de los Comités de fábricas y campesinos, los enrolan los primeros al cerro del Estado burgués y los segundos a los compromisos esperando se les conceda “más libertad” para “fortalecer la C. N. T., hasta dos millones de afiliados”.
¿En qué momento, pues, Lerroux asume el Poder? Lo asume dispuesto a impedir que la revolución avance, aplicando inflexible la ley de Orden público y demás leyes fascistas: lo asume dispuesto a dar la salida contrarrevolucionaria a la crisis económica del régimen burgués agrario español, a la vez que impedirá que las masas populares de Euskadi, Catalunya, Galicia y Marruecos, luchen con independencia política por su liberación nacional y social.
El gobierno contrarrevolucionario de Lerroux se encuentra asistido por la “Esquerra” de Cataluña de una manera criminal, asesorando y aprobando toda una política imperialista que tiende a los brazos a las mesnadas fascistas imbuidas de un imperialismo absorbente y odioso.
Por eso, nuestro Partido comunista pone en guardia a las masas populares de Euskadi, señalando el actual Poder como una de las etapas que la contrarrevolución marca en su rumbo político dispuesta a ganar a su campo a toda la reacción monárquica, a toda la burguesía y dirigentes nacionalistas, con el objeto de llevar a la derrota el movimiento revolucionario de las masas oprimidas de las pequeñas nacionalidades.
Lerroux es el “insigne” imperialista que la contrarrevolución ha erigido en cabeza visible con el beneplácito del representante genuino del Estado español, tan bien recibido y saludado “en el solar vasco” por el diario de Acción Nacionalista Vasca, en su órgano en la Prensa “Tierra Vasca”.
Las masas laboriosas vascas han de organizar la lucha contra el gobierno Lerroux, la burguesía vasca y sus dirigentes nacionalistas que coquetean vergonzosamente con el máximo representante del Imperialismo español, implorando la carta “autonómica” dispuestos a destrozar con la misma, las aspiraciones nacionales del pueblo, sometiendo a los obreros y campesinos del país con el mismo látigo que en Catalunya empuña el “venerable” terrateniente Maciá, hombre de confianza del imperialismo español.
En el próximo artículo fijaremos el papel que corresponde a la burguesía vasca en el Gobierno Lerroux y cómo las masas populares deberán luchar contra las maniobras de sus dirigentes hasta conseguir por las vías revolucionarias la verdadera autodeterminación de Euskadi.
Aurelio ARANAGA
24-9-1933
euskadi roja
ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.) PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS
Año I, San Sebastián, 30 Septiembre 1933 nº 28
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