II

ESTRATEGIA Y TÁCTICA

 

La Milicia Antifascista Obrera y Campesina, tiene su estrategia: la guerra sin cuartel contra el fascismo, hasta su total destrucción . Fuerza de choque: las juventudes obreras y campesinas. Composición general: obreros, campesinos, trabajadores manuales e intelectuales, estudiantes, hombres y mujeres sin distinción de tendencias ideológicas. La masa antifascista unida en un interés común: la lucha a muerte contra el fascismo.

La táctica: La táctica estará supeditada en todo momento a los fines estratégicos de la M. A. O. C. y determinará que en cada ataque se vea un triunfo, por pequeño que sea la táctica determinará cuando una Escuadra debe emprender un ataque contra el fascismo y la reacción, comprendido y sentido por la masa antifascista, que sierva para elevar el espíritu de la reserva y enrole nuevos combatientes a las Milicias.

Por ejemplo: pegar o matar a un obrero fascista, por el hecho de serlo, estando en actitud pacífica, es contraproducente; asaltar a un obrero fascista cuando reparte propaganda o realiza otra acción análoga, es justo y necesario. La táctica se encargará de señalar el ataque, la abstención o la retirada, según convenga a los fines estratégicos de la Milicia.

La M. A. O. C. tiene también la misión de organizar excursiones de exploración y de fortalecimiento físico de los milicianos, y, a la vez, sobre hechos vivos del movimiento fascista y antifascista, educar ideológicamente a los obreros revolucionarios.

 

BASES DE ORGANIZACIÓN

ESCUADRA: Organizada por fábricas y lugares de trabajo para los obreros; por los cortijos, fincas, etc., para los obreros agrícolas; por barriadas, sobre la base del domicilio, para los parados, estudiantes, profesiones liberales, etc.,; por aldea, para los campesinos.

Notas.— Primera: Las Escuadras de obreros agrícolas en cada aldea, forman en conjunto la Milicia de Aldea

Segunda: Las Escuadras constituidas en diversas dependencias, secciones, talleres, etc., de una misma empresa y una misma localidad, forman en conjunto la Milicia de Empresa.

Observación.— En caso de que en algunos lugares de trabajo no sea posible formar la Milicia, por falta de número, éste o estos obreros deben incorporarse a la Escuadra de parados, etc., de su barriada.

 

FORMACIÓN

ESCUADRA: Debe tener 6 milicianos y dos delegados (no político y otro técnico). Total, 8 hombres.

El político es responsable de las acciones de la Escuadra y procurará que estas no se desvíen de la línea justa en la lucha contra el fascismo; llevará el control de los trabajos de información y estará en contacto con los organismos superiores. El técnico cargará con el control del trabajo de cultura y reclutamiento, etcétera., etc.

SECCIÓN: 3 Escuadras o sea 24 hombres y dos delegados (uno político y otro técnico). Total, 26 hombres.

CENTURIA: Se compondrá de 3 Secciones o sea de 78 milicianos y 6 delegados. total, 84 hombres.

Las Centurias deben organizar también sus servicios sanitarios, ciclistas, de automóviles, etc.

 

DIRECCIÓN DE LA CENTURIA

La dirección de la Centuria estará encomendada a un delegado político y otro técnico. Cada uno de éstos tendrán dos secretarios adjuntos. Adjuntos al delegado político, uno se dedicará a trabajos de información, y otro a trabajos de contacto. Adjuntos al delegado técnico desempeñarán la secretaría de cultura, de reclutamiento y de jóvenes.

 

ELECCIÓN DE LOS ELEMENTOS DE DIRECCIÓN

Los delegados de Escuadra y de Sección, tanto políticos como técnicos, serán elegidos por la asamblea de todos los milicianos que componen dichas unidades.

Los delegados de Centuria, como sus adjuntos, en asamblea de Centuria. Antes de convocarse ésta, debe ser elaborada una candidatura por los delegados de las Escuadras y Secciones. Ningún nombramiento será válido hasta no merece la aprobación correspondiente de los milicianos y organismos superiores, a los que se dota de delegados  o de éstos y adjuntos.

 

ESTRUCTURA TERRITORIAL

Las Milicias de Aldea, de Empresa, las Escuadras, Secciones o Centurias de un mismo Radio, forman la Milicia de Radio. Las Milicias de una misma localidad, la Milicia Local. Las de una Provincia o Región, la Milicia Provincial o Regional, y las de España, la Milicia Antifascista Obrera y Campesina de España.

 

DIRECCIÓN

Las Milicias de Radio, Local, Provincial, Regional o Nacional, tendrán una dirección análoga a la Centuria. Dos delegados; uno técnico y otro político, con los adjuntos ya señalados.

Los delegados y adjuntos de Radio, Local, serán designados por los delegados de Escuadra y Sección, y delegación, y delegados y adjuntos de Centurias que existan en el Radio o en la Localidad. El conjunto de ellos forman la junta del Radio o Local ampliada.

Los delegados y adjuntos de la Milicia Provincial, serán designados por los delegados y adjuntos de las Milicias de Radio y Milicia Local. Delegados y admunots de Centuria y delegados políticos de as Secciones Estos constituirán la Junta Provincial Ampliada. Los delegados y adjuntos de la Milicia Provincial residirán en el lugar más estratégico de la Provincia.

Los delegados y adjuntos de la Milicia Provincial, delegados de Centuria y delegados políticos de las milicias locales. Estos constituirán la Junta Regional ampliada. Los delegados y adjuntos de la Milicia Regional residirán en el lugar más estratégico de la Región.

Los delegados y adjuntos e las M. A. O. C. de España serán designados por los delegados y adjuntos de las Milicias Regionales y delegados políticos de las Milicias Provinciales y Centurias. Estos constituirán la JUNTA NACIONAL AMPLIADA y su Comité Ejecutivo Nacional residirá en la parte más estratégica de la Península.

 

LA IMPORTANCIA DE LA DISCIPLINA

La DISCIPLINA es el pilar fundamental de todo trabajo organizado. En las Milicias, por sus formas de organización militares y su trabajo de choque, la disciplina debe ser de hierro. De otro modo corremos el riesgo de estancarnos en las formas primitivas de trabajo, mientras que el enemigo ha alcanzado formas de organización correspondientes a los combates modernos.

En cada operación, si queremos asegurar el éxito debe dejarse a un lado toda discusión y operar bajo el mandato de los delegados de Escuadra o, según la envergadura de la operación, bajo la dirección de los delegados de las unidades superiores. Los delegados pueden ser discutidos dentro de cada reunión de Escuadra, de Sección, etc.; pero nunca lo mandado por quien fue designado democráticamente para ejercerlo.

Los milicianos deben acudir a las llamadas de la Escuadra o de otras unidades superiores de combate, al primer aviso, como soldados disciplinados de la revolución. Lo mismo respecto a las reuniones.  Hora fija, día fijo y lugar determinado. Todos nuestros movimientos deberán ser rápidos y estar preparados de antemano. Pero esto de las reuniones no puede entenderse mecánicamente. Si se sospecha que el servicio de espionaje del enemigo ha descubierto los movimientos de la Escuadra, pueden modificarse las formas, siempre con vistas a asegurar el éxito de nuestro trabajo. ¡Y que a ningún miliciano le sea costoso si después de haber sido citado a un lugar determinado, se le ordena trasladarse a otro! Estas son cosas de detalle que caracterizan a un revolucionario, y además no constituyen más que el abecé de la disciplina.

Ahora bien; los primeros en imponerse una disciplina consciente, que sirva de ejemplo, deben ser los jefes. Por eso conviene que los cargos recaigan sobre los milicianos más activos, más disciplinados y más valientes. Y que conozcan las normas de organización de las Milicias.

Cunado empieza a relajarse la disciplina en las Escuadras, lo mejor es tomar medidas serias de organización. Hay hombres que por sus condiciones físicas, por su escaso grado de espíritu de sacrificio, por su falta de valor personal, etcétera, no están en condiciones de pertenecer a los piquetes de choque. Pero todos son aprovechables. Si en ellos se ve algún interés antifascista, pueden ser empleados en trabajos de información, para guardar materiales, etc. Hay casos también de hombres que por naturaleza valen un capital, pero debido a una falsa comprensión cometen faltas. Aqué se impone el trabajo de esclarecimiento por parte de los delegados. La AUTOCRACIA es otra arma, poderosa contra estos y contra todos los defectos y desviaciones.

Pertenecer a las Milicias constituye el orgullo proletario. Pero, milicianos, no exijamos a cada camarada de Escuadra un general Vorochilov, porque corremos el riesgo de convertir nuestra organización, que debe ser de masas, en una secta, si queréis de buenos combatientes, pero incapaces de hacer frente a todas las tareas que nos plantea la lucha contra el fascismo. Todos los antifascistas son aprovechables o en calidad de combatientes de choque o en calidad de auxiliares.

 Juan BATALLA

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año II, San Sebastián, 17 Marzo 1934  nº 52

Ver el documento original    3 MB