El Partido Nacionalista Vasco se preocupa “hondamente” del problema social en el País Vasco; diariamente utiliza su órgano en la Prensa, “Euzkadi”, para emponzoñar la conciencia de las masas proletarias del país, elevando cantos a la raza y a las épocas primitivas del patriarcado donde todo se deslizaba suave como una balsa de aceite por un lago apacible.

Las normas persuasivas y “cristianísimas” que como táctica presentan al proletariado vasco para que no entorpezcan la economía nacional de Euskadi, presentando a la vez la condición nativa del país “enemigo” de la lucha de clases, es la burda maniobra que enrola a las masas explotadas vascas a la nave de sus explotadores, en íntimo ligazón con la potencia imperialista española amenazada por la revolución en marcha, a la vual se pretende estrangular por medio de los enemigos de nuestra clase, incrustados en nuestro propio campo con ideologías extrañas más o menos “radicales”, pero con un fondo terriblemente contrarrevolucionario.

Para estos señores la lucha revolucionaria de las masas, cuando éstas se lanzan a la calle, oponiéndose a los despidos en masa, al cierre de las fábricas, minas y talleres, a la elevación del pan, el aceite y otros artículos de primera necesidad, no tiene nada que ver con la lucha revolucionaria de las masas, pero veamos cómo la burguesía patronal vasca suele enfrentarse con los obreros vascos organizados en “solidaridad” y recurren al representante del Gobierno central de Madrid para que les envíe fuerzas de Asalto o guardia civil para “convencer” con las porras o los fusiles la razón de clase que le asiste.

En los talleres de Euskalduna hace más de un año, en la huelga de los torneros, se procedió de esta manera “nada vasca”, al igual que en Castilla y Extremadura, que en París o Berlín. ¿Cómo se utilizó ese resorte represivo? Por una necesidad evidente de la lucha de clases en la cual la burguesía vasca, por razón de existencia, tiene que enfrentarse contra “sus patriotas”, cuando éstos son explotados y luchan por mejorar sus condiciones de vida.

Actualmente, la poderosa empresa del Euskalduna, los señores Sota y demás tiburones capitalistas, valiéndose de los dirigentes de “solidarios vascos”, maniobra en los “Aceros de Elorrieta” (departamento de fundición) reduciendo la jornada semanal de seis días a cinco, con el propósito de ir a menos hasta lograr un cierre parcial que permita a estos banqueros la eliminación de los obreros vascos organizados en “Solidaridad” y otras organizaciones sindicales como la U. G. T., comunistas y sin organizar, que ya no se conforman con permanecer al capricho de la empresa, para luego operar sobre nuevas bases favorables a sus intereses de rapiña y dominio, admitiendo un personal “afecto” al dictado de sus anhelos.

Esto que jamás señaló la página de “labor social” de “Euzkadi”, y que pretende seguir ocultando de manera más hábil y consciente es el producto lógico de los antagonismos de clase existentes entre la burguesía y el proletariado, cosa que Marx analizó en su justo valor, dotando la forma orgánica de la lucha de clases que, a través de la historia de nuestros días, adquiere proporciones gigantescas de combates de masas dispuestas al triunfo, a conseguir la victoria de los obreros y campesinos.

Como es natural, el Partido Comunista en Euskadi y el mundo entero donde la burguesía pretende sostenerse bajo el dominio de pequeñas nacionalidades y colonias y la explotación refinada de los obreros y campesinos, procura organizar la lucha de las masas hambrientas, oprimidas y explotadas sobre un amplio frene único de clase sobre los Comités de Fábrica elegidos por los mismos obreros para impedir la ofensiva de la burguesía vasca contra los explotados, tanto vascos como castellanos, hermanos ambos de una misma clase a la cual estrujan los Sota, Chalvaud, Chávarri etcétera, de la manera más salvaje.

Las añoranzas patriarcales se estrellan ante la realidad histórica, y si de momento hacen cierto efecto entre las masa campesinas que controla el P. N. V. y en un sector del proletariado políticamente atrasado, no quiere decir que la certeza de nuestra acción sea baldía, ya que la acción diaria a través de las luchas cotidianas, cada vez más duras, dirigidas por nuestro Partido Comunista, logrará romper el dique que hoy interponen los dirigentes nacionalistas, ganándose a esas grandes masas populares hacia la lucha efectiva de su liberación nacional y social, a la que temen los señores que niegan la lucha de clases en Euskadi y a los que acusamos como verdugos “cristianísimos” del pueblo vasco.

Aurelio ARANAGA

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año II, San Sebastián, 24 Marzo 1934 nº 53

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