Se significa la situación del proletariado de Euskadi por una gran debilidad en el movimiento sindical (gran desorganización, una enorme división de la organización sindical en diversos matices, y el control preponderante en éstas de los dirigentes reformistas y nacionalistas vascos), y por una escasa participación en el movimiento de luchas de España. El problema del paro tiene unas enormes proporciones, y particularmente en Vizcaya alcanza tal vez la máxima intensidad de las regiones industriales.
El freno de la dirección reformista y nacionalista impide canalizar esta situación de miseria creada por los despidos, las jornadas de trabajo reducidas, y por la rebaja efectiva de salarios producida por el encarecimiento de la vida. La debilidad del movimiento sindical revolucionario y sus escaso trabajo, no consiguen, salvo contados casos, recoger las ansias reivindicativas del proletariado vasco hacia el desencadenamiento de luchas.
¿En qué consiste que, cuando se dan todas las condiciones para que nuestro movimiento sindical juegue en Euskadi un importante papel y ensanche su influencia sobre las masas, nos encontremos con la misma debilidad endémica?
Hay una gran incomprensión en nuestros camaradas sobre la importancia de las luchas económicas. En Vizcaya, donde se consigue organizar formidables luchas políticas, como la desarrollada hace unos meses contra las provocaciones gubernativas, salvo contadas luchas, como la de las fábricas Delta y Firestone, hay un enorme abandono en la organización de las luchas económicas. Y sin embargo, en ramas fundamentales de la industria, como la metalurgia y minería, la situación no puede ser más aguda y las condiciones favorables para la organización de la lucha por los contratos de trabajo, el aumento de la jornada semanal, contra los despidos, etcétera.
Mucha causa de la actual pasividad son los errores habidos en pasadas situaciones. Las huelgas de “El Hoyo” y de “Arland”, han sido serios tropiezos del movimiento sindical revolucionario, pero un buen trabajo que se despliegue en este sentidos, escogiendo para iniciar una fábrica, una industria, pueden darnos una amplia confianza de las masas en el terreno sindical y de dirección de las luchas, pues es indudable que en el político la tenemos considerable.
Otra cuestión fundamental en Euskadi en el aspecto sindical, es el problema de la unidad sindical. Esparcido el proletario, organizado en cinco o seis organizaciones locales similares (S. G. T. U., U. G. T., C. N. T., Solidarios Vascos, católicos y autónomos), sus dificultades son grandes para el planteamiento de las luchas, cuando no hay un buen trabajo de frente único. Por eso la campaña de Unidad Sindical deber ser fuertemente planteada, sobre la base de la lucha por reivindicaciones, llevándola tanto a los Sindicatos como a las fábricas.
Las fuerzas del movimiento sindical rojo han crecido, aunque no en la medida de las posibilidades. Las organizaciones autónomas se San Sebastián, Pasajes e Irún, se encaminan a las filas de la Internacional Sindical Roja. Una vez celebrado el primer Congreso de la C. G. T. U. existe una buena base para construir una sección en Euskadi bastante robusta.
Ella es la que, por una buena aplicación de nuestro programa y táctica de lucha, ha de ponerse a la cabeza de las masas obreras de Euskadi, para tratar de arrancarlas de la dirección de los reformistas y de nacionalistas reaccionarios, y ganarlas para el movimiento sindical revolucionario.
Luis ZAPIRAIN
euskadi roja
ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.) PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS
Año II, San Sebastián, 1 Mayo 1934 nº 58 –especial 1 de Mayo
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