El imperialismo español

II

Frente a estos furiosos embates del imperialismo español, tanto los dirigentes nacionalistas como socialistas, se esfuerzan en fomentar un odio feroz entre los obreros de ambas tendencias que, llevándoles a una división irreconciliable, favorezca los designios del imperialismo allanándole las dificultades que una operación unánime y decidida había de presentarle.

Los dirigentes socialistas proclamen a los cuatro vientos su marcado carácter de clase y su decidido propósito de no establecer ningún contacto con organizaciones —se refieren a Solidarios Vascos y nacionalistas, sin hacer una diferencia entre dirigentes y obreros de base— que no acepten el principio de la lucha de clases, para, tras esta actitud de apariencia izquierdista, ocultar a las masas obreras que les siguen la identidad de sus intereses con los de esos obreros nacionalista a los que constantemente califican de amarillos, impidiéndoles ir a la lucha y facilitando con ello al imperialismo español el más perfecto despojo de las masas laboriosas de Euskadi; despojo que ellos en su período gubernamental prepararon y comenzaron a realizar.

Ellos son los que  ahora, bajo pretexto de tener un carácter nacionalista, se niegan a participar en toda lucha que tienda a impedir que el imperialismo español en vías de fascización, al absorber cuanto aquí supone una fuente de riqueza, no solamente oprima, estruje a Euskadi, sino también que arranque los medios de vida a los trabajadores —vascos y españoles— que los encontraban en esas fuentes, reduciéndoles a la miseria.

Se esfuerzan en ocultar a los trabajadores que todo ataque del Poder central a la economía vasca supone para los trabajadores de Euskadi un ataque a sus condiciones de vida, y les presentan la lucha contra esta absorción del Poder central puesto al servicio  de cuatro monopolistas españoles, no como luchas por la defensa de los intereses inmediatos de todos los trabajadores de Euskadi, sino como luchas políticas de carácter nacionalista AJENAS COMPLETAMENTE A LOS INTERESES DE LOS TRABAJADORES.

Tal es el caso del problema de los postales en Irún, por no referirnos más que a los más inmediatos, cuyas consecuencias tocan  ya obreros afiliados a la U. G. T. —mozos y marchamadoras— y que al ser desarrollado hasta sus últimas consecuencias —establecimiento de la Aduana central— producirá, al mismo tiempo que el descoyuntamiento de la economía irunesa, la ruina y la miseria de los trabajadores de todas las tendencias de Irún.

Idéntico es el caso de la no aplicación del impuesto sobre el lujo por la Gestora. Se habrá conseguido con ello atar con un nuevo lazo Guipúzcoa al Estado español, impidiendo simultáneamente que se dé trabajo a los obreros no solamente vascos, sino a todos los obreros parados de la provincia.

 Los dirigentes socialistas actúan en sostenes del imperialismo español, también juegan una papel parecido los dirigentes que se presentan revestidos de una demagógica etiqueta nacionalista.

En el preciso momento en que el imperialismo español arrebata trozo a trozo el sistema económico de Guipúzcoa, mostrando así su voluntad de centralizarnos cada vez más, los dirigentes del Partido Nacionalista Vasco y Solidaridad Obrera, siguen fomentando una impotencia en los trabajadores —de la que se aprovecha el imperialismo español— por un lado, completando las maniobras de la socialdemocracia, inculcando el odio contra todos los obreros socialistas; por otro lado, manteniendo en la masa las ilusiones de llegar a un arreglo amistoso —concesión de la autonomía— con nuestro enemigo irreconciliable, el imperialismo español, que, día a día por medio de sus ataques desesperados nos demuestra lo antagónico de nuestros intereses. Y mantienen estas esperanzas a sabiendas de que aun en el caso de que la autonomía que ellos piden —autonomía cultural y administrativa— fuera cedida, la situación de los trabajadores seguiría igual, pues no solucionaría ninguno de nuestros problemas, ni el de los postales, ni el armero, ni el de los pescadores, ni evitarían tampoco —por el contrario, lo incrementaría— el cierre artificial y las maniobras a que se libra actualmente el capital español al que alegremente se une el capital indígena.

Son a esta respecto ejemplos recientes y llenos de vida la huelga general de Rentería y las huelgas generales y manifestaciones antifascistas en toda la provincia.

Las maniobras de una empresa extranjera —La Packers— deja en la calle a un crecido número de obreros, entre los que se cuentan bastantes vascos, y esto provoca una huelga general de protesta Pero es suficiente que los dirigentes socialistas, empujados por sus obreros —cuyos intereses son comunes con los de cualquier trabajador sea vasco o español— se vean obligados a salir a la lucha para que la dirección de Solidarios, contra la voluntad de sus obreros que la demuestran no entrando al trabajo, se ponga decididamente enfrente de la huelga.

Igualmente se oponen a las recientes luchas netamente antifascistas y piden a voz en grito —véase “El Día” y “Euskadi”— que se mantenga el orden, EL ORDEN QUE AQUÍ MANTIENE EL IMPERIALISMO ESPAÑOL, en tanto que sus obreros, unidos al resto de los trabajadores, huelgan.

Quieren ocultar a los obreros nacionalistas que toda inclinación a la derecha en la política española, todo avance del fascismo en España, supone para nosotros, los trabajadores de Euskadi, una agravación de la situación económica —los postales, el problema armero, etc.— y que, por lo tanto toda lucha económica o POLÍTICA CONTRA EL ESTADO ESPAÑOL —aunque aquí se altere el orden— es una lucha por la defensa de nuestros intereses más inmediatos.

Eusko Langille.

 

(Continuará)

 

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año II, San Sebastián, 19 Mayo 1934  nº 61

Ver el documento original   3 MB