Del análisis de la situación política tanto nacional como internacional, la Conferencia comprueba la existencia de un peligro inminente de una nueva y más espantosa conflagración guerrera que abarcará a todos los pueblos del planeta, precedida de una acentuación creciente del proceso de fascización de los respectivos Estado capitalistas, cuyas burguesías se orientan cada vez más hacia la salida de la actual crisis económica y revolucionaria por medio de la contrarrevolución fascista en el interior y de las aventuras imperialistas (especialmente de la guerra de intervención contra la U. R. S. S.) en el exterior.

La acentuación de la crisis económica, que no encuentra ni puede hallar una salida dentro de los cauces de un capitalismo moribundo determina la radicalización creciente de los trabajadores y hallan su expresión en las gigantescas batallas huelguísticas en un sinnúmero de países (EE. UU., Polonia, Holanda, etcétera), así como una más resuelta resistencia contra el fascismo (Australia, Francia, Suiza) y el desmoronamiento de los fascismos existentes (30 de junio en Alemania, 25 de julio en Austria, huelgas en Italia). El ahondamiento de los antagonismos imperialistas como consecuencia de los intentos de los diversos imperialismos de paliar los efectos de la crisis económica a costa de la agravación de las condiciones de vida de las masas trabajadoras en cada país, y por el reparto de las zonas de influencia y de los mercados, especialmente los representados por los países coloniales y semicoloniales y nacionalidades oprimidas, han determinado ya los chispazos iniciales del “nuevo ciclo de guerras y revoluciones” anexión de la Manchuria por el Japón, guerra en el Chaco y en Arabia, revolución cubana, extensión y desarrollo de la revolución china, etc.). Si bien en estas guerras no tienen en la mayoría de los casos participación abierta los grandes imperialismos en pugna (Inglaterra y EE. UU. en Sudamérica, Italia o Inglaterra en el cercano Oriente), sino sus vasallos, es claro que aquéllos se aprestan febrilmente a su entrada en la liza guerrera. Los presupuestos de guerra de las principales potencias imperialistas alcanzan cifras astronómicas, los astilleros y fábricas de guerra trabajan a pleno rendimiento, la prensa capitalista realiza una desaforada propaganda tendente a la preparación ideológica de la misma; grandes movilizaciones y maniobras militares de aire, mar y tierra se llevan a efecto; la juventud es militarizada con los más diversos pretextos y con las etiquetas más diversas vistas a la próxima matanza. Si ella no ha comenzado ya débese ante todo a la política consecuente de paz que la patria del proletariado realiza, la creciente radicalización de las masas explotadas y a los deseos no logrados hasta aquí por parte de los diversos imperialismo de relegar sus contradicciones a un  segundo plano con vistas a unir sus esfuerzos para la lucha contrarrevolucionaria y de rapiña contra la U. R. S. S.

Sólo la U. S. por medio de la gloriosa revolución de octubre y del desarrollo y victorioso del socialismo ha desarraigado de una sexta parte del planeta la explotación capitalista con su obligada secuela de hambre, paro y fascismo. Ella aparece como el único país que ni necesita ni desea aventuras guerreras y como el baluarte más firme de la paz y la más positiva garantía de la revolución mundial. La defensa de la patria del proletariado contra una agresión de los países imperialistas es pues, el fundamental deber de los explotados de todos los países capitalistas.

 

SITUACIÓN EN ESPAÑA

La situación actual de España ha sido caracterizada por el XIII Pleno, y los hechos lo han confirmado, como un momento en que “la revolución y contrarrevolución” se hallan forcejeando para encontrar una salida.

Los resultados de las elecciones de noviembre señalan el punto culminante de la desaparición de la ilusiones democráticas en las masas y el punto de partida de un acelerado desarrollo del proceso de fascización de la República. Los avances de la más negra reacción habían hallado en la anterior política antiobrera del Gobierno republicano-socialista un camino expedito para su manifestación abierta a raíz de las elecciones. Por otra parte, los instrumento legales para aplastar la revolución por medio del desencadenamiento de una feroz represión sin precedentes así como para reducir a un mínimo los derechos políticos y sindicales de las masas, los cuales habían sido conquistados a través de grandes luchas, habían sido confeccionados en la anterior etapa republicano-socialista de manera que al readvenimiento al Poder de las fuerzas represivas de la reacción más negra, éstas no tuvieron más que poner en función, y de forma más intensiva y sistemática que hasta entonces, toda la infernal maquinaria de la actual represión gubernamental.

Pero paralelo al actual desarrollo del ataque del bloque dominante, de los capitalistas y terratenientes, contra las masas, la reacción de éstas se deja sentir con mayor fuerza. Grandes luchas que cada vez adquieren mayor profundidad y extensión estallan de un confín a otro del país. Después de las formidables luchas de diciembre de 1033 la avalancha de huelgas políticas y económicas, en gran parte victoriosas, no ha cesado un momento. Así lo demuestran las formidables huelgas de Madrid, Zaragoza, Elche, Valencia; la huelga política de febrero declarada y dirigida por nuestro Partido en solidaridad con el proletariado austríaco a despecho de la oposición de los dirigentes socialistas de la U. G. T. y anarquistas. Decenas y centenares de miles de obreros en Valencia, Cataluña, Zaragoza, Madrid y recientemente en Gijón conquistan la semana de 44 horas con jornal de 48.

En el campo, después de una gran ola de invasiones de fincas y requisas en masa del ganado y la cosecha desarrollada en diciembre y enero, surge una grandiosa batalla: la huelga general de los obreros agrícolas y campesinos pobres con un millón de participantes huelguistas.

La lucha contra el hambre y por el abaratamiento de las subsistencias toma un carácter especialmente agudo, particularmente en Vizcaya. La actividad de los parados gana en intensidad en todo el país.

Paralelo a todo este desarrollo de la actividad de las masas en origen a sus problemas económicos hay un impulso formidable de la lucha contra el fascismo. Es especialmente a partir de la gloriosa jornada del 20 y 22 de abril contra la provocación de El Escorial, iniciada y dirigida en sus partes fundamentales por nuestro Partido, de donde arranca el actual impulso de la actividad antifascista de las masas trabajadoras.

Esta actividad revolucionaria de las masas y la crisis económicas que sufre la burguesía española desde 1933 y que ha ido ahondándose hasta la fecha, empuja a ésta por la vía del fascismo y la intervención en la próxima aventura guerrera. Para ello, el actual Gobierno prepara de manera más abierta y descarada que los anteriores la entrega del poder a Acción Popular y Renovación Española. La ofensiva patronal emprendida por el Gobierno Lerroux es intensificada actualmente por medio de un ataque brutal a las condiciones de vida de las masas. Detenidos en masa, cierre de fábricas, impuestos sobre los artículos de primera necesidad, aumento de las tarifas ferroviarias, rebaja de salarios, vulneración de los Contratos de trabajo, etc. Empleo a fondo de las leyes represivas, Ley de Vagos, destitución de Ayuntamientos, aumento de las fuerzas represivas, estado de Alarma o Prevención permanente, supresión de la prensa y cierre de locales obreros, ofensiva feroz contra el Partido Comunista y los Sindicatos revolucionarios, Tribunales de Urgencia, la reciente Ley que anula todos los derechos políticos de los jóvenes trabajadores, etc., etc.

Mientras las fuerzas de la contrarrevolución tratan de reagruparse procurando de crear un amplio frente fascista por un lado y una reserva de izquierdas por el otro, las contradicciones internas abren nuevas brechas en los reagrupamientos del bloque burgués terratenientes acusando resquebrajamientos de los mismos, producto del ascenso de la revolución que obligan a chocar entre sí por discrepancias de intereses de grupo, a los diverso partidos representantes del bloque burgués-terrateniente.

La correlación de fuerzas es hoy por hoy favorable a la revolución. Se plantean actualmente las batallas decisivas que han de determinar el desenlace de la actual inestable situación política y social. Por un lado, la solución definitiva por medio de la revolución triunfante. Por el otro, la contrarrevolución fascista como espolique de aventuras imperialistas y una inaudita agravación de las condiciones de existencia de las masas, que si bien no representas más que una salida de momento, puede retrasar durante cierto tiempo la solución definitiva y revolucionaria.

La organización de la revolución para la toma del Poder se plantea ya de una manera abierta para las masas oprimidas. Nuestro Partido ha dado ya la consigna: unidad de acción, frente único, soviets. Él ha interpretado el deseo unánime de las masas que se orientan cada vez más claramente hacia estas consignas. En su camino encuentran el dique de contención de la influencia nefasta de los dirigentes socialistas y anarquistas, que acumulan obstáculos sobre obstáculos a fin de impedir la deseada e imprescindible unificación de las fuerzas revolucionarias.

El Partido Comunista, por medio de su Conferencia, ha demostrado y seguirá demostrando en lo sucesivo, estar dispuesto a hacer las mayores concesiones en orden a este fundamental problema; esto aumenta su influencia y autoridad entre las masas, incluso de afiliados al Partido Socialista de la U. G. T. y C. N. T., que en Granada, Vigo, Badajoz, Pamplona, etc., dan claras muestras de su instinto revolucionario. Es esta orientación claramente revolucionaria de las masas que cada vez más encuentran el eje de sus actividades en las consignas de nuestro Partido, lo que junto a una intensificación ulterior del trabajo del mismo en todos los sentidos hace temblar de miedo a la burguesía y nos puede permitir creer que la revolución en España no ha de pasar por la sangrienta experiencia del fascismo.

 

LA SITUACIÓN EN EUSKADI

Es precisamente en Euskadi donde los efectos de la crisis económica de la burguesía española se dejan sentir con mayor agudeza. Un tercio del censo total del proletariado industrial de Vizcaya se halla condenado al paro. Más de la mitad del resto sienten los efectos de las jornadas reducidas. La casi totalidad se hallan atenazados por una feroz e intensiva explotación racionalizada. En Guipúzcoa y Álava, si bien con un censo industrial más reducido, el hambre y la depauperación entre las masas laboriosas adquiere igualmente un carácter de epidemia crónica.

La ofensiva de la burguesía es manifiesta, está extremadamente beligerante, reducción de salarios por medios directos o indirectos, contra las Bases de trabajo (Rica, S. A.), despidos en masa (Euskalduna), lock-aut, etc. La explotación del proletariado y los campesinos de Euskadi es además agravada por la doble presión que sufren por parte del imperialismo español y de su propia burguesía, la cual ha de sacar de esta explotación de las masas de Euskadi su propios beneficios y el pago al Poder central del derecho a explotar al resto de las masas laboriosas de España.

La actuales discrepancias entre la burguesía de Euskadi y el Poder central reflejan por una parte los deseos del imperialismo español de totalizar en manos del Poder central todos los resortes político-administrativos del país, siguiendo la trayectoria de centralización fascista del Estado español (ofensiva contra los Ayuntamientos) y de la otra su necesidad de ensanchar, acuciado por la crisis económica, sus mercados interiores (ataque al Concierto Económico, Estatuto del Vino, etc.), por medio de una más directa e intensa explotación de las masas de las nacionalidades oprimidas (Cataluña, Euskadi, etc.).

La burguesía de Euskadi, parte integrante del imperialismo español junto con el cual explota a las masas obreras y campesinas de España y Marruecos, defiende en este caso sus intereses de grupo opuesto a compartir en mayores proporciones los beneficios que le reporta la explotación directa de las masas laboriosas de su propio país o, por lo menos, la obtención de otras ventajas que le permitan resarcirse de esta pérdida de sus privilegios. Es, por otra parte, claro que existe una discrepancia, no fundamental, sobre los métodos más o menos lentos o acelerados que ha de emplearse para las fascistización de Euskadi, para la cual el Gobierno Samper-Gil Robles pretenden emplear los mismos métodos expeditivos que en el resto de España, mientras que la burguesía de Euskadi aconseja un ritmo lento y prudente con vistas a no despertar la desconfianza de las masas.

La burguesía de Euskadi que hábilmente sabe especular con los anhelos de liberación nacional y social de los trabajadores del país, eficazmente secundada por dirigentes de A. N. V. y del P. S. y de la U. G. T., trata de desviar la lucha revolucionaria de las masas tratando de aparecer ella como defensora de los intereses de las mismas ante los ataques del Poder central mientras ella misma, en combinación con la burguesía española, prepara un ataque a fondo contra los intereses de las masas laboriosas de su propio país. La labor de clarificación ideológica y el desarrollo de las luchas económicas permitirán a nuestro Partido el desenmascarar el carácter imperialista del actual ataque del imperialismo español y la duplicidad de papeles que juega la burguesía de Euskadi, así como conducir a las masas obreras y campesinas hacia la lucha revolucionaria independiente por sus propias reivindicaciones de carácter nacional y social.

  

SITUACIÓN DE NUESTRO PARTIDO

 Nuestro Partido, que ha sabido desencadenar y dirigir grandes batallas huelguísticas de carácter tanto económico como político (huelgas de Bilbao y San Sebastián), que ha sabido movilizar a los parados; que ha sabido ser el impulsor y orientador del amplio movimiento antifascista (huelga contra Sanchiz, etcétera), no ha sabido, sin embargo, hacer cristalizar en organización y aumento de efectivos su influencia efectiva entre las masas. Existe una gran desproporción entre su influencia  entre las masas y el número de los militantes del mismo.

Las debilidades de organización, especialmente los que se refieren al trabajo de dirección colectiva y las necesarias y constantes relaciones entre los Comités y la falta de iniciativas por parte de la mayoría de nuestros cuadros de dirección y de las propias células; la ignorancia sobre los métodos de centralismo democrático, así como la no debida utilización del trabajo en las organizaciones auxiliares, son las causas fundamentales del actual estancamiento.

Por otra parte, el trabajo fraccional realizado por ciertos elementos bajo la dirección consciente o inconsciente del contrarrevolucionario Iglesias, ha contribuido a distraer la atención del C. R. de otras atenciones para paralizar y desenmascarar a los elementos fraccionistas.

La Conferencia ratifica la expulsión de Iglesias y de Lázaro por solidarizarse, y acuerda proceder con la misma medida, con todos los que se solidaricen, autorizando a la Conferencia Regional para tomar las medidas de organización que crea conveniente para la mejor defensa de la línea política del Partido y de su propia integridad orgánica.

 

TAREAS DE CARÁCTER INMEDIATO

La tarea fundamental que se desprende del análisis de la situación política para nuestro Partido es la organización, orientación, dirección y unificación revolucionaria de las luchas diarias encauzando la actividad diaria de las masas hacia la toma del Poder por medio de la creación de sus órganos de expresión, Comités de fábricas, soviets.

La unidad de acción del proletariado sobre las bases de plataformas de lucha y de reivindicaciones de carácter inmediato debe servir a nuestro Partido como un medio de acelerar el proceso hacia la unificación orgánica de las masas.

La unidad del movimiento sindical, fusión de los Sindicatos y constitución de sindicatos unitarios sobre la base de una plataforma común de acción y de la práctica de una amplia democracia sindical debe ser otro de los aspectos del trabajo de nuestro Partido en orden a la unificación de las fuerzas revolucionarias.

 

LUCHA ANTIFASCISTA

El peligro creciente del fascismo en España y en Euskadi plantea para nuestro Partido la creación de un potente movimiento antifascista y antiimperialista sobre la base de un amplio frente único englobando todas las fuerzas antifascistas: obreros, campesinos, intelectuales, etc.

Llevando la lucha contra el fascismo hay que reforzar la campaña pro liberación de Thaelmann y de todos los antifascistas alemanes.

Los comunistas deben trabajar en el frente antifascista asegurándole una vida propia y activa. Las milicias obreras y campesinas, que bajo la bandera antifascista se estén formando o existan deben transformarse en amplias organizaciones de frente único y organizadas especialmente en los lugares de trabajo.

 

ENTRE LA JUVENTUD Y LAS MUJERES

El Partido deber poner cara a la juventud y asegurar sus núcleos propios en los organismos de la juventud. En toda lucha deben destacarse las reivindicaciones propias de la juventud obrera.

A la juventud le incumbe un papel especialmente grande en la lucha contra el fascismo y la guerra. La juventud solamente podrá cumplir estas tareas así como la conquista de la mayoría de la juventud trabajadora, en la medida que el Partido le preste la máxima ayuda y solamente bajo la dirección de éste podrá la juventud realizar estas tareas.

El trabajo entre las mujeres debe ser considerado como una de las tareas esenciales, donde nuestro Partido debe enderezar su labor. El problema específico de la mujer, liga a todos los problemas de los trabajadores, debe ser abordado en los lugares de trabajo, en las barriadas, en las vecindades, etcétera, elevando al planteamiento de la lucha por la igualdad de salarios al de los hombres e idénticos derechos. Por el abaratamiento de la subsistencias, contra los desahucios, contra la movilización militar, contra la guerra, etc. El ejemplo de las luchas heroicas libradas por la mujer en todo el país, nos da la medida de la debilidad nuestra en el trabajo de la conquista de la mayoría de las mujeres trabajadoras para la revolución y para nuestro Partido.

 

LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN NACIONAL Y SOCIAL

La agudización externa de este problema en la situación actual pone de manifiesto la importancia revolucionaria de este factor de las nacionalidades oprimidas en la revolución española. El esclarecimiento de nuestra posición respecto al problema entre las masas y el desenmascaramiento y lucha constante contra el imperialismo y la propia burguesía del país debe permitirnos el dar una orientación independiente, revolucionaria y clasista a los anhelos de independencia nacional y social de las masas obreras y campesinas de Euskadi.

Teniendo en cuenta el fondo revolucionario del movimiento popular de Euskadi, y la situación del campesino vasco explotado por los grandes banqueros dueños de pueblos enteros (caseríos) y ricos propietarios y la vida de penuria de los pequeños propietarios  de caseríos, es necesario que nuestro Partido penetre en el campo abordando sus problemas en la prensa, en los mítines y demás actos que se realicen en los pueblos donde se planteen, previo esclarecimiento, la necesidad de luchar contra los impuestos y demás cargas fiscales y por las consignas y reivindicaciones señaladas en la plataforma de acción del Partido, por la lucha pro liberación nacional y social de Euskadi. Es de todo punto necesario organizar nuestras fuerzas del Partido en los pueblos agrícolas para impulsar la lucha de los obreros y campesinos y demás capas populares laboriosas.

 

POR UN PARTIDO BOLCHEVIQUE

La existencia de un Partido Bolchevique potente, organizador y dirigente de la revolución, es la condición fundamental de la victoria.

Se hace necesario aumentar nuestros efectivos y extender nuestra influencia por medio de nuestro trabajo en las organizaciones de masas y lugares de trabajo.

El Partido debe asimismo estar preparado para afrontar cualquier golpe de la contrarrevolución. De ahí la necesidad de acoplar todo el Partido desde el C. R. a la base en la nueva estructura de organización de secretariados restringidos y Comisiones auxiliares que, al mismo tiempo, aseguran un trabajo colectivo de dirección y la responsabilidad individual de cada camarada y la colectiva de los respectivos Comités.

Para la fecha de constitución del Partido Comunista de Euskadi, cas Comité e incluso las Células más importantes deben crear su propio aparato de confección y distribución de literatura y aumentar el grado de iniciativa propia con el fin de multiplicar la actividad del Partido y evitar la excesiva centralización burocrática del mismo y el estrecho y pernicioso tutelaje de los organismos superiores.

El cobro de las cotizaciones y el cumplimiento de todas las obligaciones inherentes a la condición de militante comunista, pertenecer a los Sindicatos, constitución de las fracciones en las organizaciones auxiliares, etc., debe ser exigido lo mismo por los Comités superiores que por la base y asegurar su cumplimiento en un plazo prudencial de dos meses a partir de la fecha.

 

 

 

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año II, San Sebastián, 8 Septiembre 1934  nº 77

Ver el documento original   3,2 MB