Josefa Uriz Pi (Badostáin, Eguesibar, 1883 - Berlín Oriental, 1958) fue una maestra, pedagoga y activista política española de Navarra. Era hermana de Elisa Úriz Pi (1893-1979), ambas consideradas precursoras de la Escuela Moderna en España.
Las hermanas Josefa y Elisa Uriz Pi fueron precursoras de la Escuela Moderna en España y defensoras de los derechos de la mujer y de la infancia ante Naciones Unidas. Lucharon por una educación igualitaria entre hombres y mujeres paro lo que se enfrentaron con la iglesia católica. Participaron activamente con la resistencia francesa en París durante la Segunda Guerra Mundial.
Dotadas de una mentalidad progresista y una conciencia crítica fueron defensoras de los valores democráticos, ambas militaron en el Partido Comunista de España y se exiliaron tras la Guerra Civil Española. En junio de 2014 su labor es reconocida y una plaza en Badostáin, población de origen, lleva su nombra al igual que el colegio público del municipio.
Era hija del capitán de Infantería Benito Úriz Erro y de Filomena Pi Céspedes. De 1909 a 1912 estudió en la sección de Ciencias de la Escuela de Magisterio de Madrid, donde fue cercana a la Institución Libre de Enseñanza. En 1914 trabajó como profesora de ciencias y de pedagogía en la Escuela de Maestros de Gerona, de la que fue directora temporalmente en 1919. Fue becada por la Junta de Ampliación de Estudios en Bruselas, donde contactó con Ovide Decroly.1 Debido a su implicación sindical, el 21 de mayo de 1921 fue trasladada y obtuvo la plaza de profesora de Pedagogía en la Escuela Normal de Magisterio femenina de Lérida.
Pronto chocó allí con los métodos tradicionales de la entonces directora, Lilian Heras. Al poco tiempo de ser nombrada, hizo manifestaciones críticas sobre la religión en el aula y propuso a las chicas de cuarto curso la lectura de libros de Margarita Nelken, Ramón Turró y Darder y de Pedro Dorado Montero.2 Esto provocó la denuncia del obispo de Lérida Josep Miralles y Sbert ante el rector de la Universidad y la incoación de un expediente disciplinario. Tuvo mucho eco en la prensa local gracias a la defensa de El Ideal (órgano de la Juventud Republicana de Lérida). Varios intelectuales como Ramón Menéndez Pidal, Santiago Ramón y Cajal, Gabriel Alomar y Julián Besteiro firmaron un manifiesto a favor e incluso el presidente de las Cortes paralizó el proceso, provocando la dimisión del ministro de educación.
Sin embargo, la llegada de la dictadura de Primo de Rivera reabrió el proceso y finalmente en 1925 fue sancionada con un año de destierro a 100 kilómetros de la ciudad sin empleo y sueldo. El 6 de marzo de 1926, una vez cumplida la sanción, se reincorporó a la Escuela.
Después de la Proclamación de la Segunda República Española las Escuelas Normales de mujeres y hombres fueron unificadas en una sola, y en mayo de 1931 Josefa fue nombrada directora de la Escuela unificada. Decidida a modernizar el centro, introdujo los métodos pedagógicos de María Montessori, Célestin Freinet, Ovide Decroly y Jean Piaget. Creó la primera cátedra de estudio del catalán, abrió una residencia laica para que las jóvenes no tuvieran que alojarse en conventos y modernizó la biblioteca de la escuela, con una sala de lectura y gestión de préstamo de libros.
Comprometida políticamente con los sectores obreros de Lérida, colaboró con la CNT y con el Bloque Obrero y Campesino, con la Asociación Ilerda o el Ateneo Popular Lleidatà. También fue una de las fundadoras del Grupo Latido (1930-1936), seguidor de las ideas de Célestin Freinet y editó la revista Escuela desde 1932.4 En 1932 fue nombrada secretaria general de la FETE-UGT en Lérida y participó en misiones pedagógicas en el Valle de Aran. En enero de 1934 fue cesada del cargo de directora de la Escuela Normal y sustituida por Felip Solé y Olivé, lo que provocó una huelga de alumnos de 48 horas dirigida por Dolores Piera y Josefa Reimund.4 El 27 de mayo de 1934 fue nombrada vicepresidenta de la FETE-UGT de Barcelona, y junto con su hermana impulsó la Unión de Mujeres Antifascistas.
Poco antes de comenzar la guerra civil española militaba en el Partido Comunista de Cataluña, y junto con su hermana ingresó en el PSUC. Cuando estalló la guerra fue nombrada nuevamente directora de la Escuela Normal, pero la poco tiempo fue enviada en comisión de servicios en Barcelona, donde en agosto de 1936 fue nombrada secretaria general del sindicato FETE-UGT. Desde el 27 de marzo de 1937 fue presidenta de la ponencia de enseñanza artística en el primer Consejo de la Escuela Nueva Unificada (CENU),5 en el que fue representante de su sindicato y una de las principales teóricas del socialismo en el enseñanza. En enero de 1938 presidió el primer Congreso de FETE en Barcelona, y el 9 de septiembre del mismo año fue nombrada Directora General de Evacuación y Refugiados del gobierno de la República, cargo desde el que trabajó en la protección y la evacuación de niños y niñas afectados por la guerra.
En febrero de 1939 se exilió en Francia con su hermana. Durante la ocupación de Francia por los nazis durante la II Guerra Mundial, las hermanas colaboraron en la Resistencia francesa dentro del grupo de José Miret y Musté y su hermano Conrad hasta que éste fue detenido en 1942. Después se integró a la Unión Nacional Española dirigida por el militante comunista Jesús Monzón Reparaz.6 Durante la guerra trabajó en favor de los maestros internados en campos de concentración.
Al terminar la segunda guerra mundial las autoridades españolas le incoaron un expediente en el Tribunal de Responsabilidades Políticas. Debido a su militancia comunista, en abril de 1951 fue expulsada de Francia con su hermana y tuvo que emigrar al otro lado del telón de acero y se estableció en Berlín oriental, donde trabajó en favor de los exiliados españoles hasta su muerte en 1958. Desde 2014 la escuela pública de Sarriguren (Eguesibar) lleva su nombre.