Ignacio Aguirregoicoa Benito nació en Placencia en 1923. Tenía un maestro republicano, Ramiro Munilla, que les hablaba de la ideología socialista y sacó a sus alumnos para que aplaudiesen a Alcalá Zamora cuando visitó la zona. En 1937 fue evacuado de Bilbao con destino a Leningrado.

Tras pasar por la academia de aviación, en julio de 1943 se presentó en su nueva unidad del frente Báltico. La mandaba el as Pokrishev, con 23 victorias en su haber. En algún libro puede leerse que a su superior le llamó la atención su pelo negro y rizado, sus ojos oscuros y ese toque de altanería que el tópico ruso espera del español. Debe de tratarse de una licencia literaria, porque quienes lo conocieron lo recuerdan como un niño muy rubio.

Con el nombre de guerra de Benito Aguirre, al confundir el segundo apellido con el nombre y acortar el impronunciable Aguirregoicoa, combatió 8 meses, bastante más del promedio de supervivencia de un piloto novato en Rusia. El 9 de marzo de 1944 despegó del aeródromo de Gdov, una base avanzada junto al lago Peipus.

Probablemente formaba parte de la escolta de los bombarderos que ese día atacaron Tallin.

La versión oficial es que vio como un caza enemigo se pegaba a la cola de su pareja, Alexander Pristupa, se abalanzó sobre el alemán y logró derribarlo. Pero la maniobra lo puso al alcance del resto de la escuadrilla enemiga, que lo abatió en llamas.

Por esta valerosa acción obtuvo la orden de la Estrella Roja. En realidad sobrevivió al combate, pero perseguido por la policía letona, colaboradora de los nazis, prefirió pegarse un tiro antes de la captura. Tenía 21 años. Enterrado en Mustvee, ciudad del este de Letonia, en 1965 dieron su nombre a una calle de esta ciudad a instancia de las Juventudes Comunistas (...)