Andrés García Lacalle, que en realidad se llamaba García Calle, nació en Sestao (Vizcaya) el 4 de febrero de 1909.
En 1929, García Calle obtuvo el título de piloto privado tras haber pasado mil y una peripecias en los dos vetustos Avro 504 con que contaba el Aero Club de Ernesto Navarro. Una vez conseguido el título, tras cinco horas de doble mando, doce paradas de motor y una permanencia durante una hora a la insólita cota de 4 000 metros a causa de un defecto en el barómetro, en julio de 1929 García Calle solicitó entrar voluntario en la aviación.
En ese momento se produjo el trueque de su segundo apellido; en efecto, a la hora de rellenar los impresos en la base de Getafe, el cabo encargado del registro y de los destinos sugirió a García Calle que cambiase su segundo apellido por el de Lacalle, ya que siendo éste el de un capitán piloto de Getafe, la coincidencia podría reportar al aspirante innegables ventajas si se le creía sobrino del capitán.
Tras el período de instrucción básica, García "Lacalle" accedió a la Escuela de Vuelos y Combate de Alcalá de Henares, cuyo aeródromo estaba dedicado a los héroes del "Cuatro Vientos", Barberán y Collar, de la que sale destinado, a principios de 1930, con la graduación de cabo, a la Escuela de Transformación de Guadalajara.
Una vez obtenido el título de piloto militar fue destinado al aeródromo de Ahuamara, en Larache, encuadrado en los servicios de instrucción y material. En 1931 regresó a la península y fue asignado en calidad de piloto a la Escuela de observadores de Cuatro Vientos, y posteriormente a la Escuela de tiro y bombardeo de Los Alcázares.
Al cabo de un año fue destinado a la Escuadrilla de reconocimiento y bombardeo, que tenía su base en el sevillano aeródromo de Tablada y estaba equipada con los biplanos Loring R-III; más tarde, pasó a la lª Escuadrilla de Caza, basada también en Tablada y dotada con Nieuport 52. En 1933 fue ascendido a sargento y destinado a la 2ª. Escuadrilla del Grupo 11 de Caza, en la base aérea de Getafe y dotada de Nieuport Ni-52.
El 18 de julio de 1936, cuando estalló la guerra civil, García Lacalle se hallaba en este último destino. Empezó ya a operar el mismo día 18 de julio contra el cuartel de Artillería, cuyas piezas batían el aeródromo, y posteriormente sobrevoló los cuarteles de Campamento.
Cuando finalizó el mes de julio, García Lacalle había volado 82 horas, durante las cuales había intervenido en numerosas operaciones y combates. Lacalle terminó este primer período bélico agotado físicamente, pues había combatido sobre Campamento, Alcalá de Henares, Somosierra, el Alto de los Leones, Sigüenza, Herrera del Duque, Don Benito, Talavera de la Reina, Toledo, Getafe y de nuevo sobre Alcalá de Henares.
El 31 de agosto, sobre el sector Talavera de la Reina-Oropesa, Lacalle, a los mandos de un Hawker Spanish Fury, y en compañía de dos Nieuport 52, consiguió abatir dos Fiat CR. 32 "Chirri", pilotados por los italianos Mónico y Castellani.
El 3 de septiembre, Lacalle fue ascendido a alférez por méritos de guerra, tras su destacada participación en los combates anteriores durante los cuales había pilotado los Nieuport, Fury, Loire 46 y Dewoitine D.371.
En octubre, pasó destinado a la Escuadrilla de «Chatos» que empezó mandando el soviético Pavel Vassiliev Richagov ("Palancar"), con la que combatió en la defensa de Madrid a partir del 4 de noviembre de 1936.
En sus primeros combates a bordo del Chato, Lacalle voló como punta de la patrulla de Ivan Kopets, y cuando a éste se le encomendó el mando de la escuadrilla, tras la partida de Richagov, Lacalle fue nombrado jefe de la segunda patrulla. A finales de enero siguiente, tras haber sido derribado el Jefe de la Escuadrilla y pasar ésta por el mando de su compatriota Ivan Kopets ("Antonio"), la unidad fue puesta bajo la dirección de Andrés García Lacalle, ya ascendido a capitán (febrero 1937), al frente de la cual combatió en las batallas del Jarama (en la que la escuadrilla tuvo una destacada actuación y fuertes pérdidas) y Guadalajara (donde más brillantes y fáciles resultaron las cosas, aunque la escuadrilla tuvo que lamentar dos bajas: un muerto y un prisionero).
Acabada esta batalla a finales de abril Lacalle entregó la Escuadrilla a su compañero Jiménez Brugué, para intentar su paso al frente del norte; y asumió la jefatura de un grupo formado con su propia escuadrilla y otra rusa, pero por poco tiempo, pues en julio fue enviado a Rusia como profesor acompañante de los 20 alumnos integrantes de la segunda promoción de pilotos que realizarían los cursos en la Escuela de Kirovabad.
A su regreso a España, en febrero de 1938, permanece algún tiempo afecto a la Subsecretaría de aviación recibiendo el mando del servicio de defensa de Barcelona y del litoral catalán y es encargado en la primavera de 1.938 de organizar el nuevo Grupo de Asalto n.° 28 integrado por dos Escuadrillas de aviones Grumman GE-23, "Delfín".
El 1 de octubre transfirió el mando de esa unidad a José Riverola para, tras su participación en la batalla del Ebro, fundamentalmente como asesor aéreo de los generales Modesto y Rojo, asumir el cargo de segundo jefe de la Escuadra de Caza, mandada en aquella época por Isidoro Jiménez.
El 30 de noviembre de 1938 fue ascendido a comandante y en diciembre se le confió el mando de la Escuadra de Caza o, dicho de otra manera, de la aviación de caza de la República. El 6 de febrero de 1939 llevó a cabo su última y amarga misión de guerra cuando, cumpliendo directrices superiores, ordenó a las unidades bajo su mando que despegaran del aeródromo gerundense de Vilajuiga y se dirigiesen a la base de Francazal (Toulouse) para impedir que pilotos y aviones cayeran en manos del enemigo.
Al final del conflicto, durante el que había alcanzado 11 victorias aéreas, se exilió en Francia y, posteriormente, en México, donde fijo su residencia, murió en Santo Domingo (Cuba).
Antes había escrito el libro "Mitos y Verdades" que fue publicado en 1973. El 13 de febrero de 1.937, durante la batalla del Jarama se anota el derribo de dos Fiat CR-32.