CÓMO DEBEMOS REORGANIZAR LA INSPECCIÓN OBRERA Y CAMPESINA
(PROPOSICIÓN AL XII CONGRESO DEL PARTIDO)[1]
Está fuera de duda que la Inspección Obrera y Campesina representa para nosotros una enorme dificultad, y que hasta ahora esa dificultad no ha sido superada. Creo que no tienen razón los camaradas que tratan de superar la dificultad negando que la Inspección Obrera y Campesina es útil y necesaria. Pero al mismo tiempo no niego que el problema que nos plantea nuestro aparato estatal y su perfeccionamiento es muy difícil, que dista mucho de estar resuelto y que es al mismo tiempo extraordinariamente urgente.
Nuestro aparato estatal, excepto el Comisariato del Pueblo de Relaciones Exteriores, es en máximo grado una supervivencia del pasado, que ha sufrido en mínimo grado cambios de alguna importancia. Sólo ha sido ligeramente retocado en la superficie, pero en todos los demás aspectos es la más típica reliquia de nuestro viejo aparato estatal. Por lo tanto, pues, creo que para hallar el método de renovarlo realmente_ es preciso recurrir a la experiencia de nuestra guerra civil.
¿Cómo procedimos en los momentos más críticos de la guerra civil?
Concentramos las mejores fuerzas de nuestro partido en el Ejército Rojo, movilizamos a nuestros mejores obreros, buscamos nuevas fuerzas en las raíces más profundas de nuestra dictadura.
Estoy convencido de que debemos ir a la misma fuente para encontrar los medios de reorganizar la Inspección Obrera y Campesina. Recomiendo que nuestro XII Congreso de partido adopte el siguiente plan de reorganización, basado en cierta ampliación de nuestra Comisión Central de Control.
Los plenos del CC de nuestro partido ya han revelado su tendencia a convertirse en una especie de conferencia superior del partido. Tienen lugar por lo general no más de una vez cada dos meses, y el trabajo corriente, como se sabe, está a cargo de nuestro Buró Político, de nuestro Buró de Organización, de nuestro Secretariado, etc., que lo realizan en nombre del Comité Central. Pienso que debemos recorrer hasta el final el camino que hemos emprendido y convertir de manera definitiva los plenos del CC en conferencias superiores del partido, que deben reunirse una vez cada dos meses conjuntamente con la Comisión Central de Control. La CC de Control deberá fusionarse, en las condiciones que se detallan a continuación, con la parte fundamental de la Inspección Obrera y Campesina reorganizada.
Propongo al Congreso que elija de 75 a 100 nuevos miembros para la Comisión Central de Control; éstos deberán ser obreros y campesinos, y deberán pasar por la misma selección partidaria eme los miembros ordinarios del Comité Central, ya que gozarán de los mismos derechos que los miembros del Comité Central.
Por otra parte, el personal de la Inspección Obrera y Campesina debe ser reducido a 300 ó 400 empleados, especialmente escogidos por su honestidad y conocimiento de nuestro aparato estatal. Deben también ser sometidos a una prueba especial en cuanto a su conocimiento de los principios de la organización científica del trabajo en general, y en particular, del trabajo administrativo, de oficina, etc.
En mi opinión esa fusión de la Inspección Obrera y Campesina con la Comisión Central de Control será beneficiosa para ambas instituciones. Por una parte, la Inspección Obrera y Campesina adquirirá así tan alta autoridad que no será sin duda inferior al Comisariato del Pueblo de Relaciones Exteriores. Por otra parte, nuestro CC, junto con la Comisión Central de Control, emprenderá definitivamente el camino de transformarse en la conferencia superior del partido, camino que en los hechos ya ha emprendido, y que recorrerá hasta el fin, a fin de poder cumplir con acierto sus funciones en un doble aspecto: en el que se refiere a su organización y trabajo metódicos, convenientes y sistemáticos, y en el que se refiere a mantener la vinculación con las amplias masas, por intermedio de nuestros mejores obreros y campesinos.
Preveo una objeción, que puede provenir, de modo directo o indirecto, de las esferas causantes de que nuestro aparato sea anticuado, es decir, de los partidarios de mantener nuestro aparato en las condiciones prerrevolucionarias a más no poder, indecorosas, en que está todavía (dicho sea de paso, ahora podemos, cosa bastante rara en la historia, fijar el período necesario para realizar reformas sociales radicales; ahora vemos claramente qué puede hacerse en cinco años, y qué requiere mucho más tiempo).
Esta objeción que preveo es que él cambio que propongo sólo llevará al caos. Los miembros de la Comisión Central de Control deambularán por todas las instituciones sin saber dónde, por qué y a quién dirigirse, produciendo desorganización en todas partes, distrayendo a los empleados de su trabajo habitual, etc., etc.
Creo que el malintencionado origen de esta objeción es tan evidente, que ni siquiera merece' respuesta. Se sobrentiende que tanto el Presidium de la Comisión Central de Control como el Comisariato de la Inspección Obrera y Campesina y su dirección colectiva (y también, en los casos correspondientes, el Secretariado de nuestro CC) necesitarán más de un año de tenaz esfuerzo para organizar con acierto el comisariato y lograr que funcione conjuntamente con el CC de Control. El Comisariato del Pueblo de la Inspección Obrera y Campesina, en mi opinión, puede subsistir (y debe subsistir), lo mismo que toda la dirección colectiva, y dirigir el trabajo de toda la Inspección Obrera y Campesina, comprendido el trabajo de todos los miembros de la Comisión Central de Control, los cuales serán "puestos bajo su dirección". Los 300 ó 400 empleados de la Inspección Obrera y Campesina que deben quedar, según mi plan, deberán desempeñar, por una parte, sólo funciones de secretarios de los otros miembros de la Inspección Obrera y Campesina y de los miembros complementarios de la Comisión Central de Control; por otra parte, deberán poseer una alta capacitación y ser especialmente seleccionados, particularmente seguros y recibir elevadas remuneraciones, de modo que se liberen de su actual situación en verdad lamentable (por no. decir algo peor) de funcionarios de la Inspección Obrera y Campesina.
Estoy seguro de que la reducción del personal al número indicado mejorará muchísimo la eficiencia de los empleados de la Inspección Obrera y Campesina y la calidad de todo su trabajo; permitirá que el comisario del pueblo y los miembros de su dirección colectiva concentren enteramente sus esfuerzos en la organización del trabajo y en el mejoramiento sistemático y constante de la eficiencia de éste, lo cual es absolutamente indispensable para el poder obrero y campesino y para nuestro régimen soviético.
Por otra parte, pienso también que el comisario del pueblo de la Inspección Obrera y Campesina tendrá que ocuparse, en parte de la fusión y en parte de la coordinación de las instituciones superiores para la organización del trabajo, de las que hay en nuestra república no menos de 12 (Instituto Central del Trabajo, Instituto de Organización Científica del Trabajo, etc.) Sería perjudicial una excesiva uniformidad y la consiguiente tendencia a la fusión. Por el contrario, es preciso encontrar un término medio razonable y conveniente entre la fusión de todas estas instituciones en una sola y su delimitación correcta, que permita a cada una de ellas cierta independencia.
No cabe duda de que con esta reorganización nuestro propio CC ganará no menos que la Inspección Obrera y Campesina; ganará porque su vinculación con las masas será mayor y porque la regularidad y eficacia de su trabajo mejorará. Entonces se podrá (y se deberá) implantar un método más severo y de mayor responsabilidad en la preparación de las sesiones del Buró Político, a las que deberá asistir un número determinado de miembros de la Comisión Central de Control, designados por un período dado de tiempo, o de acuerdo con algún plan de organización.
El comisario del pueblo de la Inspección Obrera y Campesina, junto con el Presidium de la Comisión Central de Control, distribuirá el trabajo de los miembros de la Comisión Central de Control en cuanto a la obligación de asistir a las reuniones del Buró Político para verificar todos los documentos que, de una u otra manera llegan al Buró Político para ser estudiados; o bien en cuanto a la obligación de los miembros de la IOC de destinar su tiempo de trabajo al estudio teórico, al estudio de la organización científica del trabajo, o bien en cuanto a la obligación de participar prácticamente en el control y perfeccionamiento de nuestro aparato estatal, desde las instituciones superiores hasta los organismos locales inferiores, etc.
Pienso también que, además de las ventajas políticas provenientes de que los miembros del CC y de la Comisión Central de Control, debido a dicha reforma, estén mucho mejor informados y mejor preparados para las sesiones del Buró Político (todos los documentos relativos al tema que se discutirá en dichas sesiones deben ser enviados a todos los miembros del CC y de la Comisión Central de Control no más tarde que 24 horas antes de la sesión del Buró Político, salvo en los casos absolutamente urgentes, los cuales requieren métodos especiales de información a los miembros del CC y de la Comisión Central de Control y de solución de esos asuntos), también representará una ventaja que disminuya en nuestro CC la influencia de factores puramente personales y fortuitos, lo que reducirá el peligro de una escisión.
Nuestro CC se ha constituido en un grupo rigurosamente centralizado y que goza de alta autoridad, pero las condiciones en que trabaja este grupo no está al nivel de su autoridad. La reforma que recomiendo debe ayudar a eliminar este defecto; los miembros de la Comisión Central de Control, (pie deben participar en número determinado en todas las sesiones del Buró Político, tendrán que formar un grupo unido, que "sin contemplaciones" controlará que ninguna autoridad, sin excepción, ni la del secretario general, ni la de cualquier otro miembro del Comité Central, le impida hacer preguntas, verificar documentos y, en general, estar informado plenamente de todas las cosas y de ejercer el más estricto control del adecuado manejo de los asuntos.
Como es natural, el orden social de nuestra República Soviética se basa en la colaboración de dos clases: los obreros y los campesinos, colaboración en la que ahora se admiten también, con ciertas condiciones, los "nepman", es decir, la burguesía. Si surgieran serias divergencias de clase entre estas clases, la escisión sería inevitable. Pero en nuestro régimen social las causas de esa escisión no son inevitables; y la tarea principal de nuestro CC y de la Comisión Central de Control, así como de todo nuestro partido, es la de vigilar muy atentamente las circunstancias que pudieran originar una escisión y prevenirlas, ya que en fin de cuentas los destinos de nuestra República dependerán de que las masas campesinas marchen unidas con la clase obrera, manteniéndose fieles a la alianza con ésta, o que permitan que los "nepman", es decir, la nueva burguesía, los desunan, los separen. Cuanto mayor sea la claridad con que veamos esta alternativa, cuanto mayor sea la claridad con que la comprendan todos nuestros obreros y campesinos, tanto mayores serán las posibilidades de que ''1 evitemos una escisión, que sería funesta para la República Soviética. 23 de enero de 1923.
Pravda, núm. 16, 25 de enero
de 1923.
Firmado: N. Lenin.
Se publica de acuerdo con la
copia mecanografiada de las notas
del secretario cotejada con el texto d
el periódico.
[1] Cómo debemos reorganizar la Inspección Obrera y Campesina: está directamente vinculado con la Carta al Congreso y desarrolla sus ideas. Lenta comenzó a trabajar en este artículo a comienzos de enero de 1923; dictó el plan del artículo, y luego, el 9 y 13 de enero su primera variante con el título ¿Qué debemos hacer con la Inspección Obrera y Campesina? El 19, 20, 22 y 23 de enero dictó la segunda y definitiva variante del artículo que tituló Cómo debemos reorganizar la Inspección Obrera y Campesina (Proposición al XII Congreso del Partido). El artículo Mejor poco, pero mejor es la continuación directa y el desarrollo de éste.
Partiendo de las indicaciones de Lenta, el CC del PC(b)R elaboró las tesis sobre la reorganización y el mejoramiento del trabajo de las instituciones centrales del partido. El pleno del CC realizado del 21 al 24 de febrero ratificó esas tesis con una serie de modificaciones, y aprobó la resolución de plantear el problema de organización como punto especial de la orden del día del XII Congreso del partido. En las tesis se preveía aumentar el número de miembros del CC, de 27 personas, elegidas en el XI Congreso del PC(b)R, a 40. Se disponía la asistencia,de los miembros del Presidium de la Comisión Central de Control a los plenos del CC, y la asistencia de tres representantes permanentes de la Comisión Central de Control, integrantes de su Presidium, a las reuniones del Buró Polítjco. Se indicaba que debían ponerse a discusión de los plenos del CC todos los problemas fundamentales. El Buró Político debía presentar informes sobre su actividad durante el período trascurrido entre cada pleno del Comité Central.
El pleno de febrero del CC del PC(b)R consideró necesario ampliar la composición, de la Comisión Central de Control y establecer una estrecha vinculación orgánica entre los organismos dirigentes de control de Estado y control de partido. Para el XII Congreso del PC(b)R fue elaborado un proyecto de resolución sobre la reorganización de la Inspección Obrera y Campesina y de la Comisión Central de Control.
Trotski se opuso al plan leninista de reforzar el Comité Central Declaro quezal ampliar el número de miembros del Comité Central se afectaría la estructura y firmeza que necesita", y se podría "perjudicar enormemente la precisión y regularidad del trabajo del CC". Es más, Trotski propuso crear, en contraposición al Comité Central, un Consejó del Partido compuesto de miembros y suplentes del Comité Central, miem- bros de la Comisión Central de Control y veinte o treinta representantes de las regiones y localidades, que sería también elegido por el Congreso del partido y que diese directivas al Comité Central y controlase su trabajo. El Comité Central rechazó decididamente las objeciones de Trotski a la ampliación del Comité Central, su idea de crear en realidad en el Partido un "doble centro", lo cual contradecía radicalmente las normas leninistas de la vida del partido.
El XII Congreso aprobó la resolución elaborada por el Comité Central sobre el problema de organización y "Sobre las tareas de la Inspección Obrera y Campesina y de la Comisión Central de Control". De acuerdo con las proposiciones de Lenta el Congreso amplió el número de miembros del Comité Central y de la Comisión Central de Control y creó un organismo unificado: la Comisión Central de Control y la Inspección Obrera y Campesina. 517.