INDICE
INTRODUCCION
7 El alcance filosófico de “El Capital” de Carlos Marx
CAPITULO I
23 El problema de la ley como conexión interna y necesaria de los fenómenos
CAPITULO II
59 El método histórico aplicado por Marx al análisis del modo burgués de producción y de sus leyes. Las particularidades de las leyes bajo el capitalismo y bajo el socialismo
CAPITULO III
105 La teoría dialéctica del desarrollo. Paso de los cambios cuantitativos a los cambios cualitativos
CAPITULO IV
153 La elaboración de la teoría dialéctica del desarrollo como aparición y superación de las contradicciones
CAPITULO V
235 El análisis materialista-dialéctico de las categorías y de los conceptos económicos
CAPITULO VI
249 La esencia y el fenómeno
CAPITULO VII
281 El papel de las abstracciones científicas en el conocimiento
CAPITULO VIII
321 La elaboración en “El Capital” del método de estudio lógico. El problema de lo abstracto y lo concreto en el conocimiento
CAPITULO IX
369 La correlación entre lo histórico y lo lógico en el proceso del conocimiento
CAPITULO X
387 El papel del análisis y la síntesis, de la inducción y la deducción, en el proceso del conocimiento
CAPITULO XI
411 De la correlación de las categorías de la lógica dialéctica
CONCLUSION
451 El carácter crítico revolucionario y el espíritu de partido del método marxista
INTRODUCCION
EL ALCANCE FILOSOFICO DE "EL CAPITAL" DE CARLOS MARX
“Marx no nos ha dejado una Lógica (con L mayúscula), pero nos ha dejado la lógica de El Capital. Habría que sacar el mayor partido posible de ella para el problema que nos interesa. En El Capital, Marx aplica la lógica, la dialéctica y la teoría del conocimiento del materialismo a una sola ciencia.”
V. I. Lenin
Estas líneas de Lenin caracterizan el alcance filosófico de la gran obra de Marx. Es cierto que Marx no escribió un libro que expusiera en forma metódica la dialéctica, la lógica y la teoría del conocimiento materialistas fundadas por él y por Engels, aunque indicó expresamente que se proponía dedicar un estudio especial al método dialéctico. En una carta a Engels examina los aspectos positivos y negativos de la dialéctica de Hegel, y dice al respecto:
"Si alguna vez llegara a haber tiempo para un trabajo tal, me gustaría muchísimo hacer accesible a la inteligencia humana común, en dos o tres pliegos de imprenta, lo que es racional en el método que descubrió Hegel, pero que al mismo tiempo está envuelto en misticismo...”[1]
Por desgracia, Marx no logró realizar su propósito. Sus obras abundan sin embargo en formulaciones y observaciones acerca de la dialéctica; cada uno de sus escritos es un ejemplo de la aplicación del método dialéctico por él creado al análisis de los problemas concretos de la ciencia y de la práctica revolucionarias. Pero en ese sentido, su obra principal, El Capital, la obra de su vida, reviste una importancia especial.
Aunque El Capital no estudia la filosofía, sino la economía política del capitalismo; aunque arroja luz sobre las leyes del nacimiento, del desarrollo y de la declinación del modo de producción capitalista, ese libro constituye la "ciencia de la lógica” marxista. Es de un valor inestimable para entender el método de Marx, el método sobre el cual descansa la revolución realizada por los fundadores del marxismo en filosofía, en economía política y en la teoría del socialismo.
El alcance filosófico de El Capital no se limita sólo al problema del método dialéctico. Lenin tenía razón cuando decía que la concepción materialista de la historia fue desarrollada del modo más profundo en El Capital. A partir de la publicación de esa obra, escribía Lenin en ¿Quiénes son los "amigos del pueblo” y cómo luchan contra los socialdemócratas?, la concepción materialista de la historia no es ya una hipótesis, sino una tesis científicamente establecida.
Se comprende que El Capital, obra económica, sea al mismo tiempo una gran obra filosófica. La teoría del socialismo científico y su fundamento filosófico, el materialismo dialéctico e histórico, habían sido creados por Marx y Engels mucho antes de la publicación de El Capital y expuestos en obras como el Manifiesto del Partido Comunista, Contribución a la crítica de la economía política, etc. Marx y Engels ya habían demostrado en esos escritos que el socialismo no era un sueño, un anhelo piadoso, sino el resultado necesario e ineluctable del desarrollo del modo de producción capitalista. Al proporcionar en El Manifiesto un breve esbozo de la evolución de la estructura económica del capitalismo, Marx y Engels demostraban que la caída del capitalismo y la victoria del socialismo son la culminación necesaria e inevitable del desarrollo económico y político de la sociedad burguesa.
Para basar científicamente el socialismo, tenía una importancia de primer orden el análisis exhaustivo de las relaciones económicas del capitalismo, del modo de producción capitalista. Si la transformación del régimen social y de toda la superestructura de la sociedad está condicionada por la del modo de producción, no se podía formular una teoría científica del socialismo si no se estudiaba a fondo la economía burguesa. En su prefacio a la Contribución a la critica de la economía política, Marx indica que sus investigaciones de comienzos de la década del 40, es decir, en el período en que elaboró su nueva concepción del mundo, lo habían conducido a la necesidad de un examen minucioso de las relaciones económicas de la sociedad contemporánea.
"Mi investigación desembocaba en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de 'sociedad civil’, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en laeconomía política.”[2]
Por lo tanto, sólo el estudio del régimen económico de la sociedad burguesa permitió transformar el socialismo, hasta entonces utópico, en una ciencia, pertrechar al proletariado con el conocimiento de las leyes de la evolución social, para su lucha contra el capitalismo, y descubrir, según la expresión de Marx, la esencia misma de las cosas.
Mucho antes de la publicación de El Capital, Marx había escrito numerosos estudios económicos notables, como la Miseria de la filosofía, Contribución a la crítica de la economía política, etc. Pero sólo en El Capital resuelve por completo el problema de la anatomía de la sociedad burguesa. Esta obra arrancó los velos que enmascaraban el modo deproducción capitalista y siguió el desarrollo de éste desde su comienzo hasta su inevitable caída.
Antes de Marx el capital constituía en verdad una "cosa en sí”. Los propios Smith y Ricardo, los mejores representantes de la economía política burguesa, no habían podido descubrir, en sus estudios sobre el capitalismo, la naturaleza real del modo de producción capitalista. Cuando tocó a muerto para la economía política burguesa, el escenario fue invadido por el tropel de los economistas vulgares, cuyo papel no consistía en buscar la verdad científica, sino en hacer ostensiblemente la apología del régimen capitalista. Gracias a El Capital, el modo burgués de producción apareció en sus características esenciales. Se asestaba un terrible golpe a la dominación de la burguesía. Según expresión de Marx, fue "el proyectil más temible que haya sido lanzado jamás a la cabeza de los burgueses (incluidos los terratenientes)”.[3] El proletariado adquirió un arma ideológica poderosa para luchar contra sus explotadores, una fuente inagotable de luz que le indicaba el camino de la victoria.
Para escribir El Capital, obra económica, Marx debía resolver numerosos problemas filosóficos. Durante la década del 40, en colaboración con Engels, ya había concebido la filosofía del materialismo dialéctico. Pero no podía limitarse, en el análisis del régimen económico burgués, a una aplicación pura y simple del método dialéctico y de la teoría materialista. La redacción de El Capital lo llevaba a encarar nuevos problemas que implicaban la concreción y el enriquecimiento de todos los aspectos de la filosofía marxista: el método, la teoría del conocimiento, la teoría del desarrollo social.
En primer lugar hacía falta criticar el método metafísico de los economistas burgueses, base de su teoría según la cual el régimen capitalista tendría un carácter eterno e inmutable, y oponerle el método dialéctico, único capaz de llegar a resultados científicos y prácticos. Es evidente en absoluto, que la impotencia de los economistas burgueses, aun de Smith y Ricardo, en lo referente a explicar la naturaleza del capitalismo, se debía principalmente a su apego al régimen burgués, a la clase capitalista, de la cual eran ideólogos. Sin embargo, sus concepciones filosóficas, su teoría metafísica del conocimiento, su concepción social, idealista en su conjunto, habían representado también un papel de importancia. Por eso, la crítica de la economía burguesa debía serlo al mismo tiempo del método, de la lógica y de la teoría del conocimiento metafísicos a los que se vinculaba.
Además, al escribir El Capital, Marx tenía que demostrar la diferencia radical existente entre su método dialéctico y el de Hegel, y precisar su actitud en relación con este último. Él mismo subraya este aspecto de su obra en las palabras finales a la segunda edición del libro primero de El Capital.
"Hace cerca de treinta años, en una época en que todavía estaba de moda aquella filosofía, tuve ya ocasión de criticar todo lo que había de adulteración en la dialéctica hegeliana. Pero, coincidiendo precisamente con los días en que escribía el primer volumen de El Capital, esos gruñones petulantes y mediocres epígonos que hoy sientan cátedra en la Alemania culta dieron en arremeter contra Hegel al modo como el bueno de Moses Mendelssohn arremetía contra Spinoza en tiempos de Lessing: tratándolo como a 'perro muerto’. Esto fue lo que me decidió a declararme abiertamente discípulo de aquel gran pensador, y hasta llegué a coquetear de vez en cuando, por ejemplo, en el capítulo consagrado a la teoría del valor, con su lenguaje peculiar. El hecho de que la dialéctica sufra en manos de Hegel una adulteración no obsta para que este filósofo fuese el primero que supo exponer de un modo amplio y consciente sus formas generales de movimiento. Lo que ocurre es que en él la dialéctica aparece invertida, vuelta al revés. No hay más que darle la vuelta, mejor dicho, enderezarla, y en seguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional.”[4]
Marx indicó en muchas ocasiones la importancia de la dialéctica de Hegel, su médula racional. En una carta a Engels señala que la Lógica de Hegel, que había releído, le había ayudado mucho a elaborar sus materiales referentes a las cuestiones económicas.
Aunque utilizó el "núcleo racional” de la dialéctica hegeliana, Marx la sometió a una crítica profunda y creó el método dialéctico materialista, que se le opone de manera radical. "Mi método dialéctico no sólo es fundamentalmente distinto del método de Hegel, sino que es, en todo y por todo, su reverso.”[5]
Cuando después de eso, Dühring, ese "sujeto impertinente”, "insoportable”, que pretendía ser un revolucionario de la economía política, trató de inducir a error a los lectores de El Capital y de identificar el método dialéctico de Hegel con el de Marx, Engels le replicó en el Anti-Dühring, en tanto que Marx, en una carta a Kugelmann, indicaba al respecto: "Sabe (es decir, Dühring. M. R.) muy bien que mi método de desarrollo no es hegeliano, desde que yo soy materialista y Hegel es idealista.”[6]
El alcance filosófico de El Capital reside en que el análisis concreto de la formación capitalista ilumina y ejemplifica la diferencia............................. [.........................]
[1] C. Marx y F. Engels, Correspondencia, pág. 75, Ed Cartago, Buenos Aires, 1957.
[2] C. Marx, Prólogo de la “Contribución a la critica de ¡a economía política”, en Marx/Engels, Obras Escogidas, t. I, pág. 332, Ed. Lenguas Extranjeras, Moscú, 1951.
[3] C. Marx y F. Engels, Correspondencia acerca de ‘‘El Capital’’, pág. 111, Ed. rusa, Moscú, 1948.
[4] C. Marx, El Capital, t. I, pág. 14, Ed, Cartago, Buenos Aires, 1956.
[5] C. Marx, El Capital, t. I, pág. 14, Ed. cit.
[6] C. Marx y F. Engels, Correspondencia, pág. 161, Ed. cit.