INDICE
INTRODUCCIÓN
1. LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE Iakov Roguinski
2. EL CEREBRO Y EL PSIQUISMO Alexandr Luria
3. EL HOMBRE Y LA CULTURA Alexei Leontiev
4. LA CONCEPCIÓN MARXISTA DEL INDIVIDUO Adam Schaff
5. CONOCIMIENTO Y VALORACIÓN DEL HOMBRE C. I. Gouliane
6. DIALÉCTICA DE LA MORAL Y MORAL DE LA DIALÉCTICA Karel Kosik
7. EL HOMBRE Y LA MASA Héctor P. Agosti
8. EL INDIVIDUO Y EL GENERO HUMANO ClaudeNachin
9. EL ESTADO Y EL HOMBRE Zdanek Mlynar
INTRODUCCION
La circunstancia de que millones de seres sustenten actualmente su pensamiento en el método marxista, que numerosos Estados lo hayan adoptado como principio de su organización social, avala la singular gravitación de sus' puntos de vista en el desarrollo de la ciencia y la cultura de nuestros días, indudablemente beneficiada con la confrontación de ideas, la crítica y la discusión. En este sentido debe valorarse, primordialmente, el aporte de este libro, que suma un análisis coherente y rigurosamente científico a la dilucidación del eterno interrogante acerca del hombre, que es preocupación de todas las filosofías. Y por lo mismo que el hombre y sus problemas —no el hombre abstracto ni el hombre en general, sino la persona humana en concreto— constituye el centro del interés de la doctrina marxista materialista dialéctica, la concepción del Hombre que ella formula es fundamental en su concepción general del mundo, y, desde Liego, fundamental también para la elucidación de este tema vital.
No existe campo teórico que no ataña a los problemas que se le plantean al hombre o a propósito del hombre; es éste, en definitiva, quien plantea los problemas y quien los resuelve.
En el marxismo nada hay más esencial que la noción del hombre como parte del mundo, del hombre apegado al mundo merced a sus actividades, del hombre a quien el mundo creó pero sobre el cual actúa integrado al universo. Por consiguiente, en virtud de esa dinámica, este libro no pretende agotar el tema; sólo puede proponer una respuesta parcial a las preguntas que de manera inmediata sugiere su título y que englobarían, en su límite, al conjunto del marxismo. Estas páginas están destinadas, por lo tanto, a procurar algunos hitos acerca del estado actual de la reflexión que los marxistas-leninistas de diversos países se hacen a propósito del hombre, y a alimentar, al mismo tiempo, una discusión y una elaboración siempre actuales y nunca concluidas.
La concepción del hombre expresa para la ciencia del materialismo dialéctico no solamente una teoría original en la que el individuo, como sujeto trasformador, se diferencia del hombre cristiano o del hombre existencial, sino que expresa también la lucha concreta por su humanización. Una lucha que arranca desde la génesis histórica y que revela, como señala el profesor I. Roguinski, la falsedad de las tendencias que consideran las propiedades del hombre como un hecho invariable, y que llega a las condiciones para la humanización en el mundo de nuestros días, es decir —como expone H. P. Agosti—, para remover las causas que impiden la realización del verdadero humanismo, el del trabajo, la desalienación, la libertad y la plenitud.
El estudio de este proceso, que él ser humano ha cumplido, en el curso de su vida, constituye lo medular de este libro. De ahí que considere al hombre en varios niveles de su especificidad. Comienza por el examen de los conocimientos actuales respecto de su génesis histórica a partir de la animalidad y en continuidad con ella. Pasa luego a la génesis ontológica del individuo y a la instalación y consiguiente funcionamiento del psiquismo, rasgo distintivo y capital de la especie, producto y expresión de relaciones sociales definidas. En seguida lo analiza desde distintos ángulos; en primer lugar, en sus relaciones con los demás individuos, con la sociedad y consigo mismo, abriendo un interrogante acerca de la validez y la naturaleza de una antropología filosófica que no limita el mundo a la conciencia humana. Traza después una especie de inventario de los conocimientos y las técnicas de que dispone hoy en día el marxista-leninista para edificar una teoría del individuo y la individuación, para lo cual no se recusa técnica alguna de acercamiento ni ningún conjunto de experiencias —aun cuando sea conveniente una reinterpretación íntegra de sus resultados— pero sí se rechaza toda proposición de reducir el hombre a la idea que éste tiene de sí mismo o a sus relaciones individuales con otros individuos aislados como él. Finalmente, e libro encara, por supuesto, las relaciones entre el hombre y la sociedad, en especial con la formulación de un nuevo examen de las relaciones entre el individuo y el Estado socialista y con el sometimiento de la aproximación marxista de los problemas de moral a una crítica igualmente marxista, que constituye una suerte de autoverificación de la adecuación del método materialista dialéctico.
Importa subrayar que en el desarrollo de estas perspectivas, los diversos capítulos de esta obra profundizan una imagen total del hombre que supera las alternativas metafísicas y esquemáticas en que se enredan las concepciones unilaterales de la filosofía burguesa contemporánea. Y adelantan toda la palpitante investigación que acerca del proceso de socialización y desalienación del hombre promueven los pensadores marxistas, superando a su vez ciertas limitaciones dogmáticas del período del culto a la personalidad que, señala C. I. Gouliane, descuidaron los problemas del hombre como ser concreto, particular, diferenciado, único, cuyo conocimiento no choca con la definición marxista fundamental acerca de la esencia social del hombre, como así también descuidaron profundizar y adecuar los temas del individuo frente a las instituciones del socialismo. Que ello, según A. Schaff, se haya debido a la dedicación a otras urgencias teóricas, o como apunta K. Kosik, a cierta deformación de la dialéctica y fetichización de la historia concebida como proceso natural que aparejaban la eliminación del hombre como hacedor de la historia y creador de sí mismo, son posibilidades ciertas que en lo fundamental no alteran el marco de esas limitaciones. Reexaminadas aquí con la fuerza de penetración critica que es la esencia del marxismo, permiten a esta obra abrir un panorama de amplitud, insospechada, particularmente notorio en el análisis que tanto K. Kosik como Z. Mlynar hacen de las viejas antinomias en la especificidad histórica de las nuevas relaciones socialistas: contradicción entre las morales del “alma bella” y del “comisario”, oposición entre el interés público y el privado, y de las falsas soluciones: la “negación viciosa” de la concepción acerca del hombre-ciudadano, con su barrera de derechos, en nombre del autoritarismo voluntarista que confunde la realización del “ideal” con la acción exterior abusiva. Las investigaciones se orientan más allá de las explicaciones tautológicas, que señalan al fenómeno sin explicarlo realmente, y ponen sobre el tapete, como dice Mlynar, “problemas fundamentales de la dirección política en el actual estadio de nuestra experiencia del socialismo”. Justamente el aporte creador que supone el estudio de las cuestiones suscitadas en torno al hombre en el mundo de nuestros días y en la propia sociedad socialista, no es el mérito menor de esta obra densa, cuyo eje común es liberación marxista del hombre, y que ha de contribuir a la renovación de diversos esquemas “mecanicistas” ya superados por el proceso histórico.
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El problema del hombre no es en modo alguno un problema de teoría pura; por sus obras es como se conoce la concepción marxista del hombre. Dicho de otra manera, lo esencial consiste en saber y comprender qué hacen los hombres marxistas y qué hacen los marxistas de los hombres y por ellos. Sólo bajo esta luz puede ser plenamente comprendido el material de este libro, cuya génesis se debe al consejo de redacción de la reputada revista francesa Recherches internationales, y que inaugura la Colección El Pensamiento Creador de Editorial Arandú, biblioteca cuyo propósito es, justamente, difundir los aportes que al desarrollo de las disciplinas sociales y culturales de nuestra época proporcionan las corrientes progresistas del pensamiento.
Los autores de los diversos capítulos de este libro, estudiosos e investigadores orientados por la ciencia del materialismo dialéctico, tienen acuñada una añeja labor en el esclarecimiento del sentido y significación del humanismo contemporáneo. Ellos son: Iakov Roguinski, profesor de antropología de la Universidad de Moscú; Alexandr Luria, profesor de la Universidad de Moscú; Alexei Leontiev, profesor de la Universidad de Moscú; Adam Schaff, director del Instituto de Filosofía y Sociología anexo a la Academia de Ciencias de Polonia; C. I. Gouliane, director del Instituto de Filosofía y jefe de la cátedra de historia de la filosofía de la Universidad de Bucarest; Karel Kosik, filósofo checoslovaco, de relevante actuación en varios congresos internacionales; Héctor P. Agosti, escritor y ensayista argentino, autor de “Tántalo recobrado". un estudio sobre las condiciones actuales del humanismo; Claude Nachin, médico-jefe de hospitales psiquiátricos de Francia, y Zdenek Mlynar, colaborador científico de la Academia de Ciencias de Praga.
Cada, uno de los trabajos que integran La concepción marxista del hombre adquiere significación como contribución a la teoría general de una actividad social, económica, cultural y política, que brinda las premisas necesarias para, una concepción amplia y dialéctica del hombre. Es útil insistir en que no proponen respuestas definitivas para un tema inagotable sino que abren perspectivas vara una. provechosa controversia esclarecedora de las condiciones actuales del hombre v del. humanismo, sobre todo de aquellas que los concentos dogmáticos. sustentados en una praxis, habían reducido a esquemas “sociologistas". En este sentido, estos trabajos, basados en la práctica social que nutre la filosofía. marxista-leninista, que. evitan el subjetivismo así como la indiferencia hada la vida personal, habrán de constituir para algunos un llamado, vara, otros rtn imvacto. yero en todos los casos servirán, indudablemente. no sólo al desarrollo creador del pensamiento v la. práctica de los marxistas. al enriquecimiento del método materialista dialéctico, sino también al progreso general del espíritu humano.
1. LA EVOLUCION DEL HOMBRE
Iakov Roguinski
I. Los principales estadios
En la actualidad se dispone de datos suficientes para dividir la antropogénesis en estadios distintos y definir las particularidades de cada uno de ellos, así como el paso de uno a otro. Desde el punto de vista de la evolución de los caracteres físicos inherentes al hombre, todo el proceso puede dividirse en cuatro estadios:
1. El estadio del precursor del hombre (australopiteco);
2. El estadio del pitecántropo, el más antiguo hombre o proterántropo;
3. El estadio del hombre de Neanderthal, antiguo hombre o paleoántropo;
4. El estadio del hombre contemporáneo o neoántropo.
El australopiteco
Los australopitecos recibieron en herencia de sus antepasados arborícolas muchos rasgos, los más importantes de los cuales eran la aptitud y la tendencia a manipular los objetos y un gran desarrollo de las relaciones gregarias.
La manipulación, tan característica de los monos, exige, evidentemente, una buena coordinación motriz y un desarrollo notable del tacto y de la vista, pero también todo un complejo específico de propiedades de la actividad nerviosa superior. Estos caracteres particulares de los monos fueron esclarecidos por los trabajos de Pávlov y sus colaboradores (P. Denissov, A. Dolin, E. Vatsuro, M. Shtodin) y de Ladyguina-Kotz, N. Voitonis, G. Roguinski y otros sabios soviéticos.
N. Voitonis, al estudiar el comportamiento de los monos inferiores catarrinos desde el punto de vista de los problemas planteados por la antropogénesis, aplicóse a su actividad “de orientación e investigación”, y a su capacidad para ayudarse con objetos, vale decir, para emplearlos como útiles. Mostró que algunas reacciones de orientación inhabitualmente vivas y variadas conducen, en el caso de los monos, a formas de acción muy ricas sobre los objetos que han atraído su atención. La atención es provocada por la novedad del objeto, o por el cambio de color, o de forma, o de dimensión de un objeto familiar, debido a que se halla a su alcance, a que le es posible manipularlo, actuar sobre él y trasportarlo.
Los rasgos más interesantes de la manipulación en los monos consisten en que ésta puede relacionarse con un objeto cualquiera, sin que exista, de modo obligatorio, una relación con la alimentación, en que no sólo representa un medio de ejercicio motor (como se produce en el caso de los oseznos), sino además en que efectúa una especie de análisis práctico del objeto al distinguir sus detalles y, aunque con mucha menos frecuencia, al realizar una síntesis elemental.
Tales particularidades del comportamiento de los monos se explican por su modo de alimentación en lascondiciones naturales —cosecha de frutos diversos de varias propiedades. La creciente atención que se les concede a los detalles y la descomposición de los objetos complejos en sus elementos es, según Voitonis, la primera etapa en el camino de la utilización de los instrumentos. La segunda etapa está constituida por una actividad de orientación e investigación dirigida, no hacia objetos aislados, sino hacia las ¡relaciones de éstos en el espacio. La actividad de los monos en esta etapa modifica las relaciones entre los objetos, o crea nuevas relaciones. Esta segunda etapa del desarrollo, muy débilmente marcada en los monos dentro de las condiciones naturales, se observa, no obstante, en la experimentación.
Las experiencias muestran con evidencia la relación que existe entre el recurso del empleo de las manos para el tacto, la aprehensión y el desplazamiento de los objetos, por una parte, y el nivel del comportamiento, por la otra. Esta relación también aparece en la comparación del volumen del cerebro de los diversos animales y del índice cerebral E2/S (E representa el peso del cerebro, y S el del cuerpo). Este índice elimina la influencia de la masa del cuerpo sobre el peso del cerebro. Ocurre que entre los mamíferos se encuentra un cerebro voluminoso en los grupos que disponen de un órgano analizador móvil, comparable, en cierta medida, con la mano humana, como la trompa del elefante con su apéndice digitiforme, o la cola prensil del coatí —órgano de apoyo muy sensible para la aprehensión y el tacto—, o las manos de los monos antropomorfos.
La mano, que permite manipular los objetos, y los sectores correspondientes de la corteza cerebral —asientos de las vinculaciones entre las percepciones táctiles, kinestésicas y visuales— constituyen la herencia más importante legada al australopiteco por su antepasado arborícola.
La aptitud de la manipulación en los monos sólo pudo alcanzar un nivel tan elevado gracias al desarrollo de varias estructuras anatómicas del tronco cerebral ligadas a la actividad de la corteza.
LA VIDA GREGARIA . — N. Voitonis y N. Tij se aplicaron a un examen a fondo de la vida gregaria de los zambos (babuinos) hamadríades[1] en las condiciones de relativa libertad que les procuraron en la estación de Sujumi.
“Las relaciones entre los monos, tanto en el grupo como en el rebaño, son complejas —escribe Voitonis—, más variadas y cambiantes que cualesquiera otras dentro del mundo animal. Son sus formas principales: 1) Relaciones sexuales. Los monos se ayuntan todo el año; por consiguiente, los machos están constantemente mezclados con las hembras; 2) Lazos entre madres e hijos. Duran mucho tiempo, porque la infancia es muy larga; 3) Atracción mutua y directa de los monos, vinculada a actividades recíprocas y colectivas para asearse, abrigarse, jugar y defenderse del enemigo; 4) Todas las formas anteriores, como consecuencia de su carácter permanente, de la agilidad del comportamiento de los monos y de la facilidad del establecimiento de relaciones condicionadas, se trasponen de un objeto a otro, adquieren un carácter general y un amplio radio de actividad. Por ejemplo, la hembra adulta proporciona ayuda y protección no sólo a su prole, sino también a todos los pequeños y hasta, de un modo general, a los más débiles del rebaño; se crean algunas inclinaciones y vinculaciones personales; 5) La forma de las relaciones y la estructura de los agrupamientos se determinan en los monos por comportamientos de subordinación. Esta última está condicionada, de ordinario, no por el apremio físico, sino por el aspecto exterior, los modales, los gestos, las mímicas, los sonidos. Por eso, juntamente con la fuerza física efectiva, el carácter general del comportamiento de los monos —su temperamento— desempeña un papel importante; 6) Las relaciones de subordinación se expresan muy rara vez, por discusiones, sino, más a menudo, por actitudes o movimientos de amenaza o de obediencia. Estas relaciones implican, asimismo, la asistencia o socorro por parte del más fuerte y el recurso a esta asistencia por parte del más débil. Antes que desunirlos, estas relaciones unen a los monos; 7) Las relaciones de subordinación son muy inestables; presentan caracteres que varían con las diversas especies de monos y cambian con la composición de los grupos y las condiciones de vida; 8) La acción simultánea de varios impulsos, a veces contradictorios, engendra formas complejas de comportamiento, que se caracterizan por la impulsividad espontánea; 9) Los gritos, las actitudes y demás movimientos y la mímica de los monos, al actuar como señales, despiertan con facilidad en ellos tal tendencia o cual otra, y determinan con frecuencia una actividad colectiva, una ayuda a los jóvenes, a los débiles, a los miembros enfermos del rebaño.”
Las tentativas por estudiar algunos, comportamientos gregarios de los monos antropomorfos en la naturaleza han demostrado ser en extremo difíciles. Se han publicado datos muy interesantes acerca del gorila de las montañas, el chimpancé y el gibón.
He aquí los hechos esenciales acerca del chimpancé que han logrado reunirse (Nissen, 1931). La importancia del rebaño varía de 4 a 14 individuos, siendo el término medio de 8,5; en ambos casos, el efectivo ha sido de 16 y 18 en seguida de una reunión provisoria de algunos grupos. Algunos grupos, en lugar de tener un solo macho adulto (como es el caso corriente), contaban con dos de ellos. En nueve casos se observó más de una hembra adulta. De modo, pues, que la poligamia no está excluida entre los chimpancés. El número de hembras es claramente mayoritario (65/35); los jóvenes son relativamente abundantes: la mitad, entre los animales observados, eran por lo menos dos veces más pequeños que el macho mayor del rebaño. Nunca pudo observarse la participación de más de un animal en la construcción del refugio, ni tampoco la de una hembra adulta en la construcción de un refugio para otro chimpancé adulto. En el rebaño parece que dominara la fuerza. Cuando está en los árboles, los pequeños ceden el paso a los más grandes. De tanto en tanto suele oírse un ruido enorme proveniente del rebaño. No se desecha el desarrollo de frecuentes querellas. Los chimpancés jóvenes manipulan diversos objetos durante horas, imaginando variantes siempre nuevas en su ocupación. Los jóvenes juegan a menudo de a dos, pero los adultos casi nunca juegan. El autor de estas observaciones da cuenta del siguiente ejemplo de socorro: un gran macho volvió en busca de un pequeño cuando el rebaño huyó al advertir una presencia humana.
En un criadero de monos, en Florida, se han efectuado estudios...................................