INDICE

 

5  Nota introductoria.  

7  John HARRISON

Economía política del trabajo doméstico

47  Wally SECCOMBE

El trabajo doméstico en el modo de producción capitalista

91  Post-scriptum

101  Jean GARDINER

El papel del trabajo doméstico

 

NOTA INTRODUCTORIA 

Los movimientos de liberación de la mujer, que han conseguido atraer en los últimos tiempos la atención del espectador curioso, han provocado las tomas de posición de aquellas(os) que se han considerado directamente implicadas(os). Los ejemplos a citar cubren numerosas variantes: desde el desprecio machista que intentando ridiculizar se ridiculiza, hasta las posiciones marxistas más serias y coherentes, pasando por una cautelosa y prudente corriente de opinión que sólo apoya reformas jurídicas y mejoras muy parciales de la cuestión femenina.

Estas corrientes, en España bastante soterradas, ocupan en el exterior el primer plano de los medios de comunicación. Autores de prestigio opinan sobre el tema, y se abren ruidosas polémicas, no ya sobre la propia estrategia a seguir por los movimientos de liberación de la mujer, sino también acerca de la metodología empleada en sus análisis. Poco a poco, toda esta problemática va filtrándose en nuestra sociedad. Por ello, parece oportuno traducir al castellano algunos de los textos polémicos de más resonancia sobre la mujer y el trabajo doméstico. Textos que, si bien difieren entre sí por sus conclusiones, tienen un origen común que nos descubre su orientación básica: todos los autores han buscado en El Capital —a falta de un corpas marxista plenamente desarrollado sobre la cuestión femenina— la clave de bóveda de sus argumentaciones.

El estudio de la economía política, entendida como relación entre los hombres a través de las cosas, parece fundamental para descubrir la relación alienante que se produce entre capital y sector privado, entre el mundo de los negocios y el trabajo doméstico. La economía política nos brinda también la base necesaria para discutir el trabajo doméstico como productivo o improductivo, para entender el salario y la plusvalía en relación con el mismo, para reflexionar sobre el forzado aislamiento del trabajo de la mujer en el hogar. Pero, además, nos pone de manifiesto aspectos poco estudiados de la función del ama de casa: agente directo de la reproducción de la fuerza de trabajo y «compensadora», mediante su trabajo doméstico, del descenso del salario real en aras a seguir manteniendo un presupuesto familiar equilibrado.

De estas cuestiones, básicamente, se ocupan los textos reunidos en este cuaderno. La función aparentemente 'Simple de la mujer en la familia y en la sociedad es estudiada con todo detalle. El resultado de la lectura nos descubre la importancia de la mujer en el mundo capitalista. Al margen de las divergencias, cobran nuevo relieve las posibilidades y alcance de aquel «zoon politikon» al cual machista y arteramente se le da en nuestros días la parcial traducción de «hombre político»...

 

 

JOHN HARRISON 

ECONOMIA POLITICA DEL TRABAJO DOMESTICO[1]

 

El trabajador doméstico no produce plusvalía: está en una condición diferente de la del obrero al que se le roba la plusvalía que produce. Yo quiero saber exactamente cuál es la relación entre los trabajos que ambos realizan. De ella debería depender la estrategia global de la lucha de la mujer.

(Simone de Beauvoir, en una entrevista

aparecida en Seven Days, 8 marzo 1972.)

 

Este artículo es un intento de contestar la pregunta de Simone de Beauvoir. Su propósito primero y principal es aportar un análisis de la apropiación del trabajo excedente realizado en el ámbito doméstico; esto es, situar los grupos o clases beneficiarios de este trabajo excedente y aislar el mecanismo por el cual el trabajo es apropiado.

El debate en torno a la apropiación del trabajo doméstico excedente ha tropezado con muchos de los mismos problemas, y está plagado de muchas de las mismas confusiones que también invaden el debate en torno a la naturaleza y causas del subdesarrollo en el imperialismo. Esta es la razón por la que hay polémicas similares acerca de si la producción en los países periféricos y en el hogar es de carácter feudal o capitalista, y de si el capitalismo puede sobrevivir sin mantener el trabajo doméstico o el hemisferio Sur. Del mismo modo, algunos sectores «tercermundistas» y feministas sostienen que los hombres pertenecientes a la clase obrera de la metrópoli han dejado de ser una fuerza revolucionaria porque están viviendo del trabajo de negros y mujeres.

Este desarrollo paralelo, extraño a primera vista, ha ocurrido fundamentalmente por dos razones inter-relacionadas. La primera de ellas consiste en que las dos áreas de estudio tienen un objeto central de análisis similar en lo esencial: la apropiación del trabajo excedente que no se realiza bajo relaciones de producción capitalistas. La segunda razón es que, frecuentemente, los participantes en estos debates han olvidado reconocer, y por tanto especificar claramente este objeto. Concretamente, han confundido repetidas veces la cuestión de si el trabajo se realiza o no dentro del sistema del mundo capitalista con la cuestión de si se realiza bajo relaciones de producción capitalistas. En otras palabras, no han sabido distinguir el modo de producción capitalista del capitalismo como sistema socio-económico mundial en el que el modo de producción capitalista es el dominante, pero no el único.

Así pues, la primera parte de este artículo está dedicada a la discusión del concepto de modo de producción y las relaciones de los modos de producción dentro de un sistema económico. En ella se sostiene que el trabajo doméstico es un modo de producción distinto, aunque subordinado. Las partes segunda y tercera explican las condiciones bajo las cuales se realiza un trabajo excedente dentro del trabajo doméstico, los posibles beneficiarios de este trabajo excedente, y los mecanismos de apropiación. La última parte apunta algunas implicaciones políticas del análisis.

 

1. El trabajo doméstico como modo de producción

 

  1. a) El concepto de modo de producción

El concepto de modo de producción, que es central para el materialismo histórico y su formulación, constituye uno de los logros más importantes de Marx. Definido de la forma más general es la manera en que hombres y mujeres producen objetos útiles, o, más precisamente, las relaciones sociales bajo las que tiene lugar la producción de valores de uso.

Un modo de producción se compone de dos esferas o niveles distintos. Uno es el nivel del proceso de trabajo en sí mismo. Es decir, la manera en que se realiza la producción física de valores de uso, o el modo de transformación de la naturaleza. El otro nivel es el de la distribución de los valores de uso producidos, o el modo de apropiación del producto. Estos dos niveles son relativamente autónomos; esto es, que ninguno de los dos puede ser reducido al otro, o deducido del otro.

Estos dos niveles frecuentemente se confunden con las fuerzas y relaciones de producción. Las fuerzas de producción, interpretadas en sentido restringido comprenden únicamente el conjunto de maquinaria y «técnica científica» —excluyendo, por tanto, las relaciones sociales—, y a menudo se consideran equivalentes al nivel de transformación de la naturaleza. Así pues, las relaciones sociales se consideran implicadas solamente en el nivel de la apropiación del producto. Este es un grave error en la comprensión del análisis de Marx.

Ambos niveles del modo de producción implican relaciones sociales y la explicitación de las características esenciales de un modo de producción implica, o mejor dicho significa, la explicitación de estas relaciones. Las relaciones sociales al nivel de la apropiación del producto son relaciones de propiedad. Los productores directos pueden ser propietarios de los medios de producción o bien pueden estar separados de la propiedad .................

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