INDICE

PREFACIO, por JORGE TULA

BIBLIOGRAFÍA

DVERTENCIA A LA EDICION CASTELLANA

 

LA LEY DE LA ACUMULACIÓN Y DEL DERRUMBE DEL SISTEMA CAPITALISTA

Introducción

1. El hundimiento del capitalismo en las exposiciones científicas surgidas hasta la fecha 

I. los puntos en debate, 7; II. la concepción del derrumbe en la literatura precedente, 20; III. Abandono definitivo de la teoría marxiana de la acumulación y del derrumbe por parte de Karl Kautsky, 43

2. La Ley del  Derrumbe

I. ¿Existe en Marx una teoría del derrumbe?, 54; II. Advertencias metodológicas previas. El sistema de coordenadas económicas: la necesidad de los supuestos simplificadores; el supuesto de precios constantes como punto de partida del análisis. (Valor constante del dinero. Situación de equilibrio del mecanismo capitalista, en la que los precios coinciden con los valores. Anulación de la competencia.), 55; III. La teoría del equilibrio de los neoarmonicistas. El esquema de reproducción de Bauer, 67; IV. Las condiciones y la función del análisis del esquema, 71: V. ¿Por qué los clásicos se preocupan por la baja de la tasa de ganancia a pesar del crecimiento de la masa de ganancia?, 74; VI. El futuro del capitalismo visto por los clásicos, 75; VII. La teoría marxiana de la acumulación y del derrumbe, 79 [a) el fracaso de la acumulación como consecuencia de la sobreacumulación, 80; b) el origen del ejército de reserva y del capital improductivo como consecuencia de la sobreacumulación, 85]; VIII. La teoría marxiana del derrumbe es simultáneamente una teoría de las crisis, 92; IX. Un interludio crítico, 95; X. La fundamentación lógica y matemática de la tendencia al derrumbe, 120 [A. Significado de los símbolos (terminología), 122; B. La fórmula, 123; C. Discusión de la fórmula, 124]; XI. Las causas del desconocimiento de la teoría marxiana de la acumulación y del derrumbe, 127; XII. Los factores de la tendencia al derrumbe. El problema de la periodicidad de las crisis. El desarrollo coyuntural y el problema de la determinación de la duración de la fase. La sintomática de los institutos de investigaciones coyunturales. La suspensión transitoria de los créditos. El tiempo de la acumulación de capital (de la expansión) y la magnitud del aumento de la población, 132; XIII. Las crisis y la teoría del subconsumo. La inclusión del crédito en el análisis. El desarrollo cíclico dentro de los "tres mercados”: el estímulo del movimiento alcista dentro de la esfera de la producción (business). La extensión del movimiento ondulatorio de la esfera de la producción al mercado monetario (money), y finalmente a la bolsa (especulación), 149; XIV. La elasticidad de la acumulación. El problema del desarrollo discontinuo y unilateral de las distintas ramas de la producción. La relación entre la dimensión del aparato productivo y la dimensión de la circulación de mercancías, 160; XV. El retraso del desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo, 167; XVI. La doctrina marxiana de la valorización insuficiente como consecuencia de la sobreacumulación y la teoría de Rosa Luxemburg acerca de la imposibilidad de la "realización del plusvalor” en el capitalismo, 182

 

3. Contratendencias modificantes. Verificación del análisis teórico abstracto en los fenómenos concretos de la realidad capitalista

A. El restablecimiento de la rentabilidad por modificaciones estructurales internas en el mecanismo de los estados capitalistas

I. Aumento de la tasa de ganancia a través del desarrollo de las fuerzas productivas y su influencia en la disminución de los costos de) capital constante, 195; II. La disminución de los costos del capital variable a través del desarrollo de la fuerza productiva, 205; III. Reducción del tiempo de rotación y su influencia sobre la tasa de plusvalor y ganancia, 206; IV. El “dinero adicional” necesario para la extensión de la producción, 209; V. La oposición entre valor de uso y valor de cambio y el aumento de la fuerza productiva. (Abaratamiento de los elementos de la producción y aumento de la masa de valor de uso.), 212; VI. El surgimiento de nuevas esferas de la producción con menor composición orgánica del capital, 217; VII. La lucha por la abolición de la renta de la tierra. La reforma burguesa de la tierra desde Quesnay y hasta Henry George y Adolf Damaschke, 222; VIII, La lucha por la eliminación de la ganancia comercial. La función económica de las nuevas “clases medias”, 226; IX. La función económica de las “terceras personas” que no participan en la producción material: funcionarios, militares, profesiones libres, etcétera. El. efecto de los réditos “derivados” sobre el proceso de producción, 231; X. Expansión del volumen de la producción sobre la base de la misma técnica (acumulación simple), 235; XI. La influencia de las desvalorizaciones periódicas del capital-existente sobre el proceso de acumulación. Crisis y guerras como factores debilitantes de la tendencia al derrumbe, 236; XII. El aumento del capital accionario, 241; XIII. Ensanchamiento de la base de la. población por una .tasa, de crecimiento acelerada o por migración. La acumulación de capital y el problema de la población. El temor a la subpoblación, 242; XIV. Una retrospectiva histórica: el problema de la población' en los orígenes del. capitalismo. EL carácter de la política colonial en los orígenes del capitalismo, 256.

 

B. El mercado mundial: el restablecimiento de la rentabilidad a través del dominio del mercado mundial, la función económica del imperialismo 

I. La función del comercio exterior en el-capitalismo, 272 [a) La importancia del comercio exterior para el incremento-de la. variedad de valores de uso, 272; b) La expansión del campo de colocación como medio para disminuir los costos de producción. y circulación, 273; c) El comercio exterior y la venta de mercancías a precios de producción que difieren de sus valores,277; d) ¿La industrialización de los países coloniales agrarios significa el fin del capitalismo? La internacionalidad de los ciclos económicos,-284]; II. El comercio, exterior y la importancia de los monopolios mundiales. La lucha por las materias primas mundiales. La importancia de las ganancias monopólicas, 290; III. La función de la exportación de capital en el capitalismo. La sobreacumulación de capital y la lucha por las esferas de inversión. El papel de la especulación en el capitalismo; 317 [a) La presentación actual del problema, 317; b) Sobreacumulación y exportación de capital según la concepción marxiana, 333; c) Verificación, inductiva, 341; d) El resultado. Exacerbación de la lucha internacional por. las esferas de .inversión lucrativas. Las transformaciones en la relación entre capital dinerario y capital industrial, 263]

 

Consideraciones finales

I. La tendencia al derrumbe y la lucha de clases. La teoría marxiana del salario. Los factores que intervienen en la conformación del salario. Las tendencias históricas de la evolución del nivel de salarios. La lucha de clases y el objetivo final, 374; II. El derrumbe del-capitalismo y el cártel general, 389

ÍNDICE DE NOMBRES

 

PREFACIO

 

 

Henryk Grossmann nació en Cracovia —por ese entonces parte de la Galitzia austríaca— el 14 de abril de 1881. Hijo de un propietario de minas, perteneciente a una adinerada familia judía, luego de asistir a un instituto de enseñanza media de orientación humanística de su ciudad natal, estudió ciencias jurídicas, economía política e historia de la economía en Cracovia y Viena, en esta última ciudad con Eugen Böhrn-Bawerk. Paralelamente al aprendizaje exigido para poder ejercer profesionalmente, entre 1908 y 1914 inició—aleccionado por Carl Grümberg— una amplia investigación respecto de la política económica llevada a cabo por Austria en Galitzia luego de que la ocupara en el transcurso de la primera división de Polonia.

Al contrario de la mayoría de los historiadores polacos, que manifestaban una abierta hostilidad hacia Austria por considerarla responsable del atraso de Galitzia, los resultados de sus investigaciones le permitieron destacar los esfuerzos y las consecuencias que tuvo para el desarrollo del comercio y la industria galitziana la política económica mercantil practicada por Austria.

Después de desempeñarse como oficial de artillería durante los años iniciales de la guerra, pudo, si bien parcialmente, reanudar sus investigaciones, pues el prestigio conseguido con motivo de sus publicaciones le permitió ocupar varios puestos en la-administración austríaca en Lublin hasta que se produjo el colapso del imperio de los Habsburgo en 1918. Al terminar la guerra, una vez reconstituido el estado polaco, y convertido obligatoriamente en ciudadano de ese país, se le pidió a Grossmann la supervisión del primer estudio estadístico de la riqueza nacional y, poco después, en 1921, planificó y dirigió el primer censo de. población que se realizó en la República de Polonia.

Ese mismo año, empero, y ya convertido al socialismo, abandonó la función pública para dedicarse con exclusividad a la actividad científica en la Escuela Superior Libre de Polonia, con sede en Varsovia, donde ocupó inicialmente la cátedra de estadística y, a partir de 1922, la de economía.

Si bien en los años sucesivos se abocó con preferencia a algunos estudios empíricos, simultáneamente, y cada vez con mayor intensidad, Grossmann se orientó, “aparentemente bajo la influencia de los escritos de Marx (alguno de los cuales fueron traducidos y comentados por él), hacia la teoría económica y su historia”.[1] En 1925 fue detenido preventivamente en virtud de sus manifiestas simpatías hacia la Unión Soviética. Y si bien resulta difícil precisar si Grossmann desarrolló o no alguna actividad política partidaria, el hecho de su detención permitiría sospechar que se inclinaba más hacia el partido comunista que hacia la socialdemocracia polaca. Fue precisamente en ese año que su antiguo maestro Grümberg, a la sazón director del recientemente fundado Instituto para la Investigación Social de la Universidad de Frankfurt, le ayudó en su incorporación a dicho instituto, en donde Grossmann iniciará su período más productivo hasta culminar con su famoso tratado sobre el derrumbe del sistema capitalista.

Con la ascensión de los nazis al poder, el 30 de enero de 1933, la suerte de una organización declaradamente marxista, donde trabajaban hombres de ascendencia judía —al menos según los criterios nazis—, tenía que ser obviamente sombría. Grossmann, pues, se vio nuevamente obligado a emigrar. Al igual que los restantes miembros del Instituto, se refugió en París durante 3 años, luego se trasladó a Londres —donde pasó de modo más bien desdichado el año 1937—, hasta que finalmente recaló en Nueva York, hacia fines de ese mismo año.

Si bien siguió perteneciendo al Instituto, Grossmann (a quien Jay describe como "hombre de erudición enorme, con un conocimiento prodigioso de la historia económica” y respecto del cual “muchos de quienes lo conocieron lo recuerdan como la encarnación del académico centroeuropeo: sobrio, meticuloso y caballeresco")[2] no sólo no participó en sus investigaciones colectivas sino que, salvo un comentario al libro de Franz Borkenau sobre el pasaje de la concepción feudal del mundo a la burguesa y algunas otras reseñas ocasionales, su obra dejó de ser publicada en la Zeitschrift für Sozialforschung. Tal vez convenga recordar que con la muerte de Carl Grümberg, en 1930, después de 20 años de publicación regular, con la designación de Max Horkheimer como director del Instituto, el Grümberg’s Archiv —que había servido como vehículo para una diversidad de puntos de vista disímiles tanto dentro como fuera del Instituto, y que mostraba el arraigo de Grümberg en el seno del marxismo austríaco— dejó de aparecer. Fue en esa circunstancia que la Zeitschrift vio la luz, tratando de satisfacer la necesidad de una publicación que fuera más exclusivamente la voz del Instituto.

Último miembro de la generación de Grümberg, Grossmann se fue alejando cada vez más de sus antiguos compañeros, no sólo porque su concepción del marxismo lo tornó cada vez más crítico de la “teoría crítica” sino, posiblemente, molesto por algunas actitudes del Instituto en su vida en el exilio. Es que, con la misma actitud que se observó respecto de Walter Benjamín (el círculo de Alternative afirmó quo la obra de éste fue alterada e incluso censurada en aspectos fundamentales por sus editores de Nueva York), y seguramente como consecuencia de la inseguridad que sentían en su exilio en los Estados Unidos y a los efectos de no poner en peligro la posición del Instituto, en la Zeitschrift se hacía uso de un lenguaje cuando menos esotérico en la creencia que de esa manera se protegían de la persecución política. Así, del título de la obra mayor de Grossmann, La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista, deliberadamente quitaban, cada vez que se la mencionaba, la expresión “del derrumbe”, de la misma manera que en los textos de Benjamín “fascismo” es sustituido por “doctrina totalitaria”, “comunismo” por “fuerzas constructivas de la humanidad” o “guerra imperialista” se convierte en “guerra moderna”.

En la última etapa de su vida Grossmann prestó preferente atención al estudio de los críticos del capitalismo anteriores a Marx, sin abandonar el ámbito de la indagación marxiana. En 1949 abandonó su exilio en los Estados Unidos al aceptar la invitación para ocupar la cátedra de política económica en la Universidad de Leipzig. Si hemos de creer a la secretaria del Instituto, Alice Maier, Grossmann le comunicó su desilusión de Leipzig, en el breve período anterior a su muerte, ocurrida a los 69 años, en noviembre de 1950.

La azarosa vida de Grossamnn, “puede ser dividida —según Hennings— en dos grandes partes, en cuya línea divisoria se coloca como dato exterior el fin de la primera guerra mundial y como dato interior su transformación de insigne historiador austríaco en insigne teórico del marxismo. Casi todos sus trabajos de historia económica pertenecen al primer período; sus investigaciones a propósito de la teoría marxista, sus predecesores y su historia, pertenecen al segundo”.[3]

 

La aparición de Das Akkumulations-und Zusammenbruchsgesetz des kapitalistischen Systems [La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista] coincide con la irrupción de la crisis económica mundial de 1929 y por ese solo hecho adquiere particular relevancia. Hasta el momento de su publicación, la “teoría de las crisis y del derrumbe” había sido objeto de diversas controversias, si bien, como lo hará notar Grossmann, estas distintas posiciones resultarán contradictorias sólo en apariencia. Lo cierto es que desde los últimos años del siglo pasado este tema es ampliamente discutido en el ámbito de la reflexión marxista. Ahora bien, para una mejor comprensión de los términos en que se desarrolló la polémica es más que útil la periodización efectuada por Giacomo Marramao en su magnífico trabajo “Teoría del derrumbe y capitalismo organizado en las discusiones del ‘extremismo histórico’ ”, en donde afirma que "es posible distinguir tres fases de la Ziuammenbruchstheorie". 1] La primera de ellas es la de la teoría del derrumbe que define como “clásica de la II Internacional” y que, desarrollada a partir de la década de 1890, encuentra su mejor expresión en la exposición hecha por Heinrich Cunow en Die Neue Zeit, y en la cual se hace caso omiso de la distinción “entre lado objetivo y lado subjetivo de la exposición marxiana de la crisis, por lo cual no vacila en atribuir a Marx el ingenuo catastrofismo criticado por Bernstein”. 2] La segunda fase comienza en 1905 con el debate respecto de qué papel debe desempeñar la huelga de masas en la “organización proletaria en relación con la dinámica de la crisis imperialista”. Es en este período y en esta circunstancia cuando surge la alternativa “derrumbe o revolución”, o sea la discusión respecto de si es o no compatible una teoría del derrumbe con una perspectiva activista revolucionaria. Esta fase llegaría, según Marramao, hasta alrededor de 1924, es decir hasta la Stabilisierungsperiode [período de estabilización]. no sin antes incluir los comienzos del llamado “marxismo occidental”. 3] Esta última fase, “que coincide con el reflujo y, después, con la derrota del movimiento obrero europeo”, se inicia a mediados de la década del 20 y culmina con el debate “sobre la crisis y sobre el capitalismo de estado que se desarrolla entre los años 20 y los años 30”. De esta fase dice Marramao que “es emblemáticamente expresada por el esclerosamiento de la teoría catastrófica en la Internacional Comunista, por un lado, y por el desarrollo y complementamiento de la teoría del ciclo ‘en el campo burgués’ por el otro” y que se distinguiría de la fase precedente en la “caída (determinada por la débâcle del movimiento de clase) del debate sobre la táctica, que subordinaba la teoría del derrumbe a una contraseña política; de ahí la impresión de una mayor separación de la política, directamente proporcional a la exigencia de un enfoque científico-predictivo de las tendencias de desarrollo del modo de producción capitalista”. En las mejores producciones teóricas y analíticas, termina afirmando Marramao, “esa actitud producirá un enfrentamiento cerrado y fecundo con el pensamiento económico burgués —Keynes en particular— y con la problemática del intervencionismo estatal”.[4]

Ahora, si bien es cierto que la presencia permanente de la alternativa “derrumbe o revolución” durante los distintos momentos del desarrollo del marxismo................. [................]

 

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