INDICE

INTRODUCCIÓN

1. El concepto general de la conciencia
         La esencia de la conciencia y su significado vital
        Psiquismo y conciencia
        ¿Y Pavlov y Séchenov?
        La conciencia y la autoconciencia
        La conciencia individual y social
        El carácter histórico de la conciencia
        El significado del estudio del origen de la conciencia para la comprensión de su esencia
        El papel del trabajo, relaciones sociales y lenguaje en la formación de la conciencia
        Las fuentes del estudio del origen de la conciencia
 

PRIMERA PARTE


LA PREHISTORIA DE LA CONCIENCIA
 1. La génesis y el desarrollo de la imagen sensible y su papel en la conducta de los animales
         LA EXCITABILIDAD
         LA SENSACION Y LA PERCEPCION
        La función cognoscitiva y señaladora de la imagen
2. Los rudimentos del intelecto en los antepasados lejanos del hombre
         Concepto general acerca de los rudimentos del intelecto
         La especificidad y el carácter mediatizado de la conducta de los monos.
         Representaciones
         Análisis, síntesis, abstracción y teneralización
         Adquisición de hábitos complejos y sus transferencias a una situación nueva
         Utilización de objetos en calidad de instrumentos
3. La signalización recíproca fónica y quinestésica
4. El intelecto de los prehomínidos
         Los rudimentos del trabajo
         La forma gregaria de vida
         Los medios de signalización recíproca
         Intelecto elemental
 
LAS CONCIONES DE LA FORMACION DE LA CONCIENCIA GREGARIA DEL HOMBRE PRIMITIVO
1. El surgimiento y el desarrollo del trabajo en el grupo social
         La formación de los hábitos de fabricación de instrumentos
        La actividad laboral del pitecántropo y del sinántropo
         La actividad laboral del hombre de Neanderthal
2. El surgimiento y el desarrollo de la horda humana primitiva
3. El surgimiento y el desarrollo del lenguaje en el grupo social
 
LA CONCIENCIA GREAGARIA
1. El hombre gregario ¿poseía conciencia?
2. La formación de las necesidades del hombre gregario
3. El surgimiento y el desarrollo de la conciencia en los actos del hombre gregario
4. La formación del pensamiento concreto sensible
5. La característica general de la conciencia gregaria
 
CONDICIONES DE LA FORMACION DE LA CONCIENCA DEL HOMBRE RACIONAL
1. El surgimiento y el desarrollo del trabajo social
2. El surgimiento y el desarrollo de la sociedad gentilicia
3. El desarrollo del lenguaje articulado
 
LA CONCIENCIA DEL HOMBRE DE LA SOCIEDAD GENTILICIA
1. La formación de las necesidades específicamente humanas
2. La formación de la actividad específicamente humana orientada hacia un fin determinado
3. Conciencia sensible
4. Formación del pensamiento lógico
         El papel de la lógica de las acciones prácticas y las relaciones sociales de los hombres en la formación de la lógica del pensamiento
         La formación de juicios y conceptos elementales
5. El desarrollo de las operaciones básicas del pensamiento lógico
          Formación del análisis y de la síntesis
          Formación de la generalización
          La formación de la abstracción
 
LA FORMACIÓN DE LA AUTOCONCIENCIA
     1. Las condiciones de formación de la autoconciencia
     2. Los grados de formación de la autoconciencia

 

SEGUNDA PARTE

EL ORIGEN DE LAS FORMAS DE LA CONCIENCIA SOCIAL

EL ORIGEN DE LA FORMA MORAL DE LA CONCIENCIA
     1. Las premisas biológicas de los sentimientos y la naturaleza social de la forma moral de la conciencia
     2. Las condiciones de la formación de la conciencia moral
     3. Formación de las categorías de la ética, valentía, deber y justicia
     4. Carácter de las normas morales de la conciencia del hombre de la sociedad gentilicia
 
EL ORIGEN DE LA FORMA ESTÉTICA DE LA CONCIENCIA. SOBRE EL MATERIAL DE LA CREACIÓN PLÁSTICA
     1. Las condiciones de la formación de la creación plástica
     2. La génesis de la imagen artística
     3. La formación de la actitud estética del hombre hacia la realidad
 
166 EL ORIGEN DE LA FORMA RELIGIOSA DE CONCIENCIA
    1. Las condiciones del desarrollo de la forma religiosa de la conciencia
         Las causas objetivas del surgimiento de la fe en lo sobrenatural
         Las raíces gnoseológicas y psicológicas de la creencia en lo sobrenatural
         El material del que se construían las imágenes de la conciencia religiosa
    2. Los grados iniciales del desarrollo de la forma religiosa de la conciencia
         El grado inicial de la personificación
         Totemismo
         El fetichismo y la magia
         Los grados iniciales del animismo. El surgimiento y el desarrollo de los conceptos del alma
         Mitología
 
EL ORIGEN DE LA FORMA CIENTÍFICA DE LA CONCIENCIA. LA FORMACIÓN DE LAS CATEGORÍAS LÓGICAS
    1. Las condiciones y premisas del surgimiento y desarrollo de la forma científica de la conciencia
         El desarrollo del trabajo y los rudimentos de los conocimientos científicos
         El surgimiento de la agricultura ayudó al conocimiento de las propiedades de los suelos
         El surgimiento de la escritura y su papel en la formación del conocimiento científico
         El desarrollo de las fuerzas impulsivas ideales
    2. La formación de las categorías lógicas
    3. La secuencia en la formación de las categorías lógicas
    4. El origen de la categoría de cualidad
         Las condiciones de formación de la categoría de cualidad
         El grado concreto sensible de la concepción de la cualidad
         La formación de la categoría lógica de cualidad
         Idea de las cualidades esenciales y no esenciales
         El concepto del grado o de la cantidad de la cualidad.
         Sustantivación y personificación de la cualidad
         La categoría de cualidad como objeto de pensamiento
    5. El origen de la categoría de cantidad
         La concepción directa de multiplicidad
         El cómputo directo de los conjuntos de objetos
         El cálculo de conjuntos de objetos ideales
         La ampliación del concepto de la multiplicidad
         Cálculo de grupos
         La formación de la categoría lógica de cantidad
         Categoría de cantidad como objeto del pensamiento
    6. El origen de la categoría de espacio
         Las condiciones de la formación de la categoría de espacio
         Desarrollo de los métodos de medición de la distancia y su papel en la formación de las ideas espaciales
         Formación de la idea de la infinitud del mundo en el espacio
         Génesis de los conceptos de formas espaciales
         Formación de la categoría lógica de espacio
         La categoría de espacio como objeto del pensamiento
    7. El origen de la categoría de tiempo
         Las condiciones de formación de la categoría de tiempo
         La ampliación gradual del ámbito temporal de la vida del hombre y la formación de la idea de la infinitud del tiempo
         El desarrollo de los métodos de medición del tiempo y su papel en la formación de las ideas de tiempo
         Formación de la categoría del tiempo
         La sustantivación y la personificación del tiempo
         La categoría de tiempo como objeto del pensamiento
    8. El origen de la categoría de la causalidad
         Condiciones de formación de la categoría de causalidad
         Los niveles de asimilación de las relaciones causales
    9. El origen de la categoría de finalidad
    10. El origen de la categoría de ley
    CONCLUSIÓN
 
299 INDICE

 

Introducción

 

 

1. El concepto general de la conciencia,

La base de la doctrina dialéctico-materialista de la conciencia es la teoría marxista-leninista del reflejo, los datos de las ciencias referentes a la sociedad y los logros de las ciencias naturales; en primer término la doctrina de Séchenov y Pavlov acerca de la actividad nerviosa superior. El materialismo dialéctico considera la conciencia como el reflejo del mundo objetivo en el cerebro humano.

 

La esencia de la conciencia y su significado vital

 

La conciencia es un proceso reflejo por su base fisiológica y por su tipo de realización. Es una función del cerebro como un todo del único sistema material que representa la suprema forma de la materia organizada en la Tierra. Pero la conciencia no es determinada por el cerebro de por sí. El cerebro no es la fuente, sino el órgano de la conciencia. La causa primaria del funcionamiento del cerebro y del surgimiento de la conciencia está fuera de él, en el mundo objetivo. La conciencia es determinada por el influjo de los objetos y fenómenos del mundo objetivo a través de la actividad práctica social del hombre que es el proceso real de su vida. Por consiguiente, el cerebro es la parte del cuerpo humano en la cual el objeto actuante sobre él se trasforma obteniendo la forma ideal, es decir subjetiva de existencia. Lo ideal mismo es real, ya que existe. La forma real de la existencia de la conciencia es la actividad humana práctica o teórica basada en el lenguaje y dirigida hacia un fin determinado.

La conciencia es la imagen subjetiva del mundo objetivo y la imagen supone, necesariamente, tanto la existencia objetiva de lo reflejado, como la semejanza entre la imagen y lo reflejado. Por eso “aunque la reflexión y la existencia se distinguen la una de la otra, al mismo tiempo se hallan unificadas[1]

La conciencia posee una relativa independencia. Esto significa que el hombre tiene la posibilidad de ligar y desarrollar lógicamente en su conciencia las ideas, de tal manera que éstas resultan no solamente copias de los objetos y vínculos concebidos sino reflejos creadoramente trasformados en los cuales el pensamiento anticipa el curso natural de los acontecimientos. En este sentido la conciencia puede desprenderse de la reflexión directa de la realidad. Esta clase de reflexión, si corresponde a las regularidades del mundo real, es la premisa subjetiva de la actividad práctica trasformadora del hombre. Poniendo en práctica sus proyectos creadores en los productos de su trabajo, el hombre forma a partir de los elementos existentes objetos nuevos que no existían antes en su forma actual, creando de este modo una cultura material e intelectual. El ambiente material que es la condición fundamental de la vida del hombre contemporáneo, es, en su mayor parte, la fuerza del conocimiento materializada.

 

La conciencia es la función superior del cerebro, propia solamente del hombre, cuya esencia consiste en la reflexión de las propiedades y relaciones objetivas de los objetos del mundo exterior, dirigida a un fin determinado; en la estructuración mental previa de los actos y en la previsión de sus resultados; en la correcta regulación y el autocontrol de las interrelaciones del hombre con la realidad natural y social.

 

La conciencia está indisolublemente ligada al lenguaje y tiene desde sus principios carácter social. Su objeto es la naturaleza, la sociedad y la conciencia misma; su órgano es el cerebro humano; su portador es la personalidad concreta histórica, el hombre; su contenido es el sistema de conocimientos históricamente constituidos que se complementan ininterrumpidamente; su estímulo son las necesidades socialmente condicionadas de la persona y los intereses de la sociedad; su papel consiste en la correcta orientación del hombre en el mundo que lo rodea, en la cognición y la trasformación del mundo sobre la base de la práctica social.

La conciencia del hombre contemporáneo es el producto del desarrollo de la actividad cognoscitiva de todas las generaciones precedentes, es el resultado del desarrollo histórico de la práctica social, en cuyo proceso el hombre, trasformando activamente el mundo circundante, ha formado y perfeccionado su conciencia. La conciencia, siendo resultado del desarrollo de la práctica social, es al mismo tiempo la premisa necesaria de su realización y de su movimiento progresivo ulterior.

En la definición de la conciencia habitualmente se subraya que ella es conocimiento. Efectivamente, la conciencia es ante todo el conocimiento. El concepto del “conocimiento”, por el mismo ejercicio de intercomunicación entre la gente, quedó incluido en el término “conciencia”. El conocimiento, siendo el núcleo de la conciencia, no agota sin embargo ni su esencia, ni su significado vital. El conocimiento es sólo una faceta, sólo la resultante de la conciencia. Tampoco se agota la esencia de la conciencia en el proceso de cognición. Las sensaciones, las percepciones, las representaciones y la ideación, siendo hechos constitutivos de diferentes niveles de la conciencia, no agotan su esencia Objetivos razonables, anticipación del porvenir, previsión de los resultados de los acontecimientos y actitudes objetivas emanadas de la reflexión correcta acerca del mundo y de las necesidades e intereses del hombre —esos son el tronco y lo específico de la conciencia—. Precisamente en la actividad creadora constructiva y reguladora, dirigida a la trasformación del mundo y su subordinación a los intereses del hombre y de la sociedad, consiste el sentido vital básico y la necesidad histórica del surgimiento y desarrollo de la conciencia. El objetivo final del hombre no consiste en, el conocimiento en sí ni en la adaptación a la realidad, sino en la actividad práctica trasformada del mundo, respecto a la cual el conocimiento se presenta en calidad de medio necesario.

Las posibilidades del hombre de actuar sobre su existencia material, transformarla con fines determinados, se realizan a través de la correcta reflexión y la elaboración creadora de lo reflejado. La conciencia no sólo refleja el mundo objetivo, sino que sobre la base de la reflexión y a través de su actividad práctica lo crea, es decir “el mundo no satisface al hombre y éste decide cambiarlo con su acción”[2].

Los aspectos cognoscitivo y creador-constructivo de la conciencia se forman y se expresan en el carácter biplano de la actividad laboral: por un lado en la apropiación y asimilación de los objetos por el hombre, y por el otro en su trasformación y formación. La misma trasformación de los objetos supone y al mismo tiempo condiciona su cognición. La naturaleza dual de la actividad práctica ha condicionado también el carácter dual de la conciencia.

 

Psiquismo y conciencia

 

La actividad psíquica del hombre no es idéntica a la conciencia. La conciencia es la forma suprema del psiquismo. El psiquismo puede no alcanzar el nivel de la conciencia o descender más allá de su umbral. Aun Séchenov se pronunciaba contra la identificación de lo psíquico y de lo conciente[3]. A Séchenov le pertenecen descubrimientos trascendentales en la región del estudio de las sensaciones que no llegan a la conciencia o sólo llegan parcialmente. Partiendo del concepto de que la vida psíquica se constituye ante todo de lo conciente, incluyendo al mismo tiempo momentos de lo inconciente, Pavlov demostró que la conciencia está vinculada con el foco de la excitabilidad optimal que surge en la corteza cerebral del hombre, al mismo tiempo que la parte restante de la corteza se encuentra en el estado de excitación disminuida[4]. El sector de la corteza cerebral con actividad optimal se desplaza constantemente por toda la extensión de los grandes hemisferios, debido a lo cual (por la ley de la inducción negativa) cambian también los sectores de la excitabilidad disminuida. Semejante correlación de los procesos nerviosos en la corteza de los grandes hemisferios es la condición fisiológica del surgimiento de diferentes estados psíquicos que poseen ora mayor ora menor grado de relación con la conciencia. En los sectores de la corteza cerebral con la excitabilidad optimal se actualizan los anteriores y se cierran los nuevos vínculos nerviosos mucho más fácilmente. Sobre esta base fisiológica los objetos y procesos productores de la excitación en este sector vienen a ser objetos de la conciencia. En los sectores de excitabilidad disminuida, la actividad psíquica trascurre con menor intensidad. El foco de la excitabilidad optimal se desplaza por la corteza cerebral del hombre según el carácter del excitador y de su significado vital, de su vínculo constituido con las necesidades y tareas de la actividad del hombre como ser social.

 

¿Y Pavlov y Séchenov?

 

El materialismo dialéctico considera la actividad del hombre como dirigida a un fin determinado y por eso conciente y ve en eso su diferencia radical con el comportamiento de los animales. Sólo algunos componentes aislados de las actitudes humanas, algunos movimientos tienen carácter automatizado o se tornan automatizados debido al constante ejercicio.

 

La conciencia y la autoconciencia

 

El hombre posee la capacidad de tener la conciencia no sólo del mundo de las cosas y procesos fuera de él, sino tener también la conciencia de sí mismo y de darse cuenta de su propia relación con estas cosas, procesos y otras personas.

La autoconciencia es el darse cuenta el hombre de sus actos, ideas, sentimientos, rasgos morales, intereses, de su posición en el sistema de la producción social, vale decir, la conciencia de su propia personalidad que es un “Yo” en el ambiente natural y social y se encuentra con éste en un sistema de relaciones históricamente constituido.

Tanto la autoconciencia como la conciencia, siendo la forma específica del reflejo de la personalidad y de su lugar en la vida, son propias únicamente del hombre en un nivel relativamente alto de su desarrollo social, cuando comenzó a individualizarse del medio circundante natural y social y oponerse al medio en calidad de sujeto que trasforma tendiendo a su objetivo y llega a la cognición de la realidad en el curso de la trasformación. El sentido vital y la legalidad histórica del origen de la autoconciencia consisten en el socialmente necesario autocontrol y autocorregulacción del hombre como un ser social.

 

La conciencia individual y social

 

Cada hombre llega al conocimiento del mundo individualmente, por medio de sus sentidos y de su cerebro. Al mismo tiempo, el mundo es conocido por el hombre a través del prisma de sus relaciones sociales y en este sentido la conciencia extrasocial en general no existe. La naturaleza social de la conciencia del individuo consiste en que son fenómenos sociales tanto el proceso de producción, sobre la base del cual se forma la conciencia, como los medios de producción y finalmente el lenguaje. Por eso” incluso cuando el hombre se dedica a la actividad intelectual, la que realiza sin contacto directo con otras personas, actúa, según las palabras de Marx, en forma social, ya que actúa como hombre cuya existencia real es la social. El proceso de cognición del mundo por el individuo es mediatizado por el desarrollo de la cognición del mundo por toda la humanidad, por sus generaciones pasadas y por las contemporáneas.

Aunque social, la conciencia de la persona no es idéntica a las formas de la conciencia social. La conciencia individual posee una cualidad peculiar que expresa los rasgos únicos del camino vital de cada hombre. Precisamente las peculiaridades específicas de la vía del desarrollo individual de la personalidad con las demás condiciones iguales, determinan la diferencia de su mundo psíquico del de las otras personalidades, lo que crea toda la riqueza del colorido de las individualidades humanas. La conciencia no puede ser otra cosa más que la de los individuos concretos históricos y existe en la realidad como una función específica de su cerebro. El pensamiento humano “sólo existe como pensamiento individual de muchos miles de millones de hombres pasados, presentes y futuros”[5].

La percepción del mundo por el hombre presupone el conocimiento, solo en correlación con el cual el objeto puede llegar a la conciencia. Este conocimiento se forma primariamente sobre la base de la experiencia vital de la persona. Pero no es suficiente. El colosal reservorio de donde el individuo extrae el conocimiento es el conjunto de conceptos y representaciones históricamente constituidos que se acumulan ininterrumpidamente y quedan fijados por medio del lenguaje en la ciencia, el arte, la literatura, etc. El conjunto de conocimientos existentes én la sociedad en cada escalón de su desarrollo es mayor que la suma de conocimientos del total de los individuos que constituyen dicha sociedad. La conciencia social es mucho más rica que los conocimientos de los individuos, aun tomados en su totalidad. Pero la sociedad no posee un cerebro individual, por eso tampoco posee una conciencia desvinculada de los individuos Mas aunque vinculadas con los individuos, cobrando vida y desarrollándose solamente a través de ellos, las formas sociales de la conciencia poseen una relativa independencia. En este sentido la conciencia social es una realidad, como la del individuo, poseyendo además su propia especificidad. El contenido y las formas del pensamiento se depositan ante todo en el lenguaje. En él está condensada la experiencia de todas las generaciones humanas. “El lenguaje es tan antiguo como la conciencia; el lenguaje es la conciencia auténtica, práctica, existente para otras personas y sólo por eso también para mí[6]. La interpretación de la conciencia individual y social se realiza a través del lenguaje.

Además de la lengua las formas materiales de la conciencia son, por ejemplo, las obras de arte y otros testimonios de la cultura espiritual y material.

La actitud del hombre frente al mundo es en extremo multilateral, lo que por un lado está condicionado por la multiplicidad de la misma realidad, y por el otro por la riqueza de las inquietudes humanas respecto a la vida y el mundo que lo impulsan a asimilar los diferentes lados de la existencia. Por eso en el proceso del desarrollo histórico de la humanidad se formaron diferentes modos de la asimilación espiritual del mundo, diferentes formas de la conciencia social.

La conciencia individual se desarrolla bajo la potente influencia de la conciencia social históricamente constituida. Pero la conciencia social no podría surgir y existir sin la individual. Los resultados de la actividad cognoscitiva de los individuos a través del lenguaje se incluyen en el sistema de la cognición humana desarrollada históricamente. Esta cognición se presenta para cada individuo como cierta realidad que, salvando los límites de la actividad cognoscitiva de los individuos, goza de relativa independencia. La independencia de las formas sociales de la conciencia es relativa porque sólo respecto a los individuos concretos históricos estas formas tienen el sentido de conciencia, más fuera de esta correlación no hay ni puede haber nada de ideal. Los escritos no descifrados e indescifrables carecen de por sí de contenido mental.

Resumiéndolo vemos que por encima de la conciencia individual existe la masa histórico-universal de cultura espiritual que representa un sistema de conocimiento científicos, artísticos, morales, jurídicos, políticos, etc., en continuo crecimiento y que se van complicando siempre más y más, un sistema en el cual desembocan por el canal del lenguaje los conocimientos adquiridos por los individuos, lo que viene creando la sucesión en la cognición y al fin de cuentas condiciona la trasformación de la suma de los conocimientos individuales en el proceso histórico cognoscitivo de toda la humanidad.

 

El carácter histórico de la conciencia

 

La conciencia del hombre contemporáneo es producto de la historia. Sus peculiaridades no son inmutables. Se han formado históricamente y se han ido trasformando en el proceso del desarrollo histórico. A primera vista parece que la conciencia de nuestros antepasados pasó a la historia sin dejar huellas. Pero, en realidad, todo lo que somos está indisolublemente vinculado a lo histórico. Seguimos adelante en nuestros actos y en la cognición sólo mediante las fuerzas acumuladas por toda la historia anterior. Podemos mentalmente asomarnos al futuro únicamente a través del conocimiento del pasado. Las relaciones que formamos entre los conceptos las formulamos sin mayor dificultad, porque el material menta! y los procedimientos para relacionar o conectarlo fueron sometidos a una elaboración social por toda la historia del desarrollo de la humanidad, por la historia de la ciencia, de la filosofía, del arte, de la técnica, de toda la capacidad creadora humana. Lo creado por cada generación en la práctica o en la actividad es una herencia de enorme valor, cuyo crecimiento es el resultado de lo atesorado por las generaciones precedentes. La herencia espiritual la recibimos como un don, como algo ya surgido y desarrollado, que absorbemos en el curso del desarrollo individual.

Cada hombre de una nueva generación asimila desde la infancia las formas y métodos de la cognición y trasforma las normas de la conciencia social históricamente constituida en las de su conciencia individual. De modo que la conciencia individual es la experiencia acumulada de la historia.

La conciencia del hombre contemporáneo posee una tradición colosal en continuo crecimiento semejante a un torrente cuya fuerza crece tanto más cuando más se aleja de sus fuentes Cada nueva generación asimila las normas constituidas de la conciencia conservando cuidadosamente todo lo verdadero y valioso y desechando todo lo falso, lo erróneo, lo que obstaculiza el curso progresivo del desarrollo de la sociedad. Lo que somos está indisolublemente ligado no sólo con lo perteneciente al pasado, sino también con lo que pertenece al porvenir. El sentido histórico social del trabajo mental en el presente consiste en la continua sucesión de sus resultados, en su orientación hacia el porvenir, sin lo cual estos resultados perderían su auténtico sentido histórico л práctica y la cognición humana son históricas en su esencia y tienen significado realmente vital, tanto para el individuo como para la sociedad en su totalidad, sólo en relación al futuro. El presente no existe sin el pasado y tampoco sin el futuro. En la sociedad en cualquier etapa de su desarrollo, como también en cada individuo, existen tanto los resabios del pasado como gérmenes del futuro que unidos al presente forman el tejido viviente del proceso histórico de la vida de la sociedad y de todos sus componentes.

 

El significado del estudio del origen de la conciencia para la comprensión de su esencia

 

Se dice que el secreto de la cognición de las cosas consiste en la develación del misterio de su origen. El historicismo es la médula del método y de todo el sistema del materialismo dialéctico.

“Todo el espíritu del marxismo, todo su sistema exige que cada situación se consideré: a) históricamente; b) en relación con las demás; c) en relación con la experiencia concreta de la historia”[7]. Esto se refiere a cualquier objeto de la cognición y también a la cognición misma.

En el criterio de la conciencia el historicismo emana ante todo del vínculo de aquella, con la realidad. La realidad en desarrollo no puede reflejarse adecuadamente en la conciencia que no se desarrolla “Si todo se desarrolla, se refiere eso a los más generales conceptos y categorías de pensamiento? Si la respuesta es ‘no’, significaría que el pensamiento no está ligado a la existencia. Si la respuesta es ‘sí’, significa que hay dialéctica de conceptos y dialéctica de cognición que tiene significación objetiva”.[8]

En pocas palabras y con una claridad exhaustiva, V. I. Lenin determinó el camino a seguir en la elaboración de la teoría del Conocimiento y de la dialéctica. Historia de la filosofía, historia de la cognición en general, historia de las ciencias, la del desarrollo mental del niño, de los animales, del lenguaje, psicología, fisiología de los órganos de los sentidos

“... He aquí —dice Lenin— las regiones del conocimiento de las cuales debe constituirse la teoría del conocimiento y de la dialéctica”.[9]

Destacando la necesidad del estudio crítico y de la elaboración dialéctica de la historia del pensamiento humano, de la técnica y ciencia. Lenin, veía en esta elaboración la continuación de la obra de Hegel y de Marx.

Así como el resultado de la historia del desarrollo de la conciencia constituye una parte integral de las actuales normas de la conciencia, también el estudio de la historia de la cognición integra la teoría de aquélla, cuyo aspecto histórico constituye su necesidad lógica

Para comprender profunda y omnilateralmente la esencia de la conciencia humana, develar su papel cognoscitivo y creador, estudiar su aspecto actual, es necesario aclarar la cuestión de cómo llegó a ser lo que es después de recorrer el camino largo y espinoso de su desarrollo histórico. Sin un estudio auténticamente científico de la historia del origen y desarrollo de la conciencia, no puede haber su auténtica teoría, ni puede haber —como enseñaba Lenin— teoría del conocimiento del materialismo dialéctico.

AI afirmar que la génesis de la conciencia da la posibilidad de aclarar la naturaleza de la conciencia ya constituida, es necesario tener presente que este método histórico de investigación de la conciencia necesita un complemento: el pasado de la conciencia se lo puede comprender solamente a partir de su presente. La tesis de Marx acerca ......................

 

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