ZUTIK! 52. Por una izquierda socialista revolucionaria vasca

ETA-Berri.

1969?.

 

CONTENIDO

Presentación

  1. A) Principios
  2. B) Estrategia
  3. C) Premisas a una lucha revolucionaria en Euzkadi-Sur
  4. D) Eta como necesidad
  5. E) Acción revolucionaria de base. Perspectivas
  6. F) Problemas funcionales

Conclusión

Apéndice 1: Breves notas sobre la reciente evolución de las clases sociales en Euzkadi-Sur.

Apéndice 2: Crisis en el activismo.

Apéndice 3: Tres observaciones y cinco tesis sobre el problema del euskera.

Apéndice 4: Seis tesis sobre Euskadi-Norte.

 

PRESENTACION

Militante:

Aunque algunos hayan visto en las últimas publicaciones y actuaciones de nuestro movimiento una "nueva línea ETA", es evidente que esa "nueva linea" no lo es tal. Para los militantes más informados, las actuales posiciones de la Organización son el resultado de la aplicación en la práctica de dos de las conclusiones más importantes de la Asamblea anterior. Del hecho de declararnos movimiento socialista-revolucionario vasco y del postulado siguiente: "Los llamados `problema nacional' y 'problema social' de Euzkadi no son para nosotros sino aspectos de la misma realidad". (De las conclusiones de la IV Asamblea, II, A), 3.)

Estas innovaciones teóricas (puestas de manifiesto en todos los ZUTIK y, mayormente, en la Carta a los intelectuales) se han visto acompañadas por algunas modificaciones (correcciones y ampliaciones) de los postulados tácticos (desarrollados en los números 42 y 43 de ZUTIK, en el "Catecismo de la Acción Sindical", en "Acción Sindical en la Empresa" y en "Acción democrática en el Barrio").

Como quiera que esta evolución ha despertado, a la vez, fuertes criticas y grandes entusiasmos, considerarnos urgente que, antes de que unos y otros se enfrenten, se conozca con más exactitud lo que ETA viene a aportar. Los documentos que presentamos han de permitir (a pesar de sus deficiencias) adoptar una postura crítica y racional a todos los militantes.

El primer documento de este escrito es un esbozo de principios. A estos principios que, a nuestro entender, tienen una importancia fundamental, se les pueden añadir otros puntos complementarios. En cualquier caso, insistimos en ello, se trata de un proyecto inicial. No olvidemos, no obstante, que los documentos ulteriores se fundan y proceden precisamente de estos principios.

El resto no necesita presentación. Para una mayor eficacia en las discusiones nos hemos permitido numerar las tesis. En cualquier comunicación que se nos envíe, rogamos se adjunte la letra del documento y el número de la tesis a la que se refiere.

 

Principios

¿QUE ES ETA?

ETA es un movimiento socialista revolucionario vasco independiente de todo grupo o partido.

¿QUE OBJETIVOS PERSIGUE?

Persigue la liberación nacional y social del Pueblo Vasco situado en las siete provincias vascas: Laburdi, Zuberoa, Benabarra (en el Estado francés), y Navarra, Alava, Vizcaya y Guipúzcoa (en el Estado español).

Desde un punto de vista popular estas dos liberaciones son inseparables, no pueden ser consideradas como dos fases de un mismo proceso, sino como dos componentes complementarios de una misma realidad histórica: la Revolución socialista en Euzkadi.

¿EN QUE CONSISTE LA REVOLUCION SOCIALISTA EN EUZKADI?

Consiste en la apropiación por parte de las clases populares vascas de los instrumentos sociales, culturales, políticos y económicos que constituyen la nación.

¿COMO SERA LA EUZKADI POR LA QUE LUCHAMOS?

Será una democracia socialista caracterizada por la independencia real del pueblo trabajador vasco respecto a cualquier fuerza opresora nacional o extranjera, por la instauración de un nuevo orden de prioridades al servicio de las necesidades humanas de nuestro pueblo, por el desarrollo de una cultura obrera y popular, por la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, por la implantación de un régimen de autogobierno popular (democracia integral) en el que los centros de decisión de la sociedad vasca vayan reposando de un modo progresivamente más directo sobre el Pueblo Vasco.

¿QUIEN HARIA LA REVOLUCION SOCIALISTA VASCA?

La clase trabajadora (en la que englobamos a todos aquellos hombres o mujeres que no siendo dueños de los medios de producción se ven obligados a vender su trabajo por un salario) es la única clase que al reivindicar una sociedad en la que se satisfagan sus necesidades humanas está reivindicando el socialismo.

Pero para realizar el socialismo la clase trabajadora debe estar unida, organizada y ser consciente de sus necesidades y de su fuerza.

Nuestro movimiento considera desempeñar una función auxiliar en la creación de la unidad obrera organizada y una misión motor en la orientación y concienciación de la clase revolucionaria. Nuestro movimiento se justifica históricamente en la medida en que sea un auténtico servidor de la clase obrera en Euzkadi (ver Apéndice 1).

Estrategia

  1. Solamente cuando existe una situación de miseria absoluta las cepas de la población más afectadas combaten por el socialismo aun sin conocerlo.
  2. En Euzkadi, al no existir esta miseria, y al no ser absolutamente insoportable el centralismo fascista, el genocidio cultural-lingüístico, la falta de democracia, el capitalismo totalitario. las fuerzas de represión hispanas y francesas, etc., el socialismo no ha de ser una "salida" gratuita, que se logre sin esfuerzo. Para construir el socialismo es preciso que, antes, convenzamos de su necesidad al pueblo vasco, con palabras y con hechos.
  3. ¿Debemos esperar, entonces, a que el pueblo esté convencido para empezar a realizar el socialismo? No; no debemos confundir Revolución con toma de poder político. La Revolución socialista ha comenzado ya. La toma del poder político sólo se producirá cuando diferentes poderes (políticos, económicos, sociales y culturales) hayan sido conquistados por las clases populares. La culminación de la Revolución viene precedida por diferentes reformas de tipo revolucionario. Estas reformas —realizaciones socialistas parciales— son, a la vez, posiciones tácticas sólidamente cimentadas que tendrán una importancia decisiva en posteriores enfrentamientos contra los poderes burgueses y demostraciones indiscutibles de la validez y necesidad del socialismo, exposiciones vivas de la sociedad socialista.
  4. La lucha por el socialismo en Euzkadi es, pues, un combate prolongado, consciente y voluntario. Es una batalla "progresiva". Es una lucha en todos los frentes.
  5. Estas reformas se realizan frente a un sistema capitalista y dentro de él. De ahí se desprende un peligro inevitable, por ello debemos estar alertas. El peligro es inevitable, pero sólo si los corremos podremos vencer; lo que no podemos hacer es renunciar a hacer reformas revolucionarias, a construir realizaciones socialistas parciales, amparándonos en un proyecto revolucionario que, de no venir precedido por estas reformas, nunca será realidad.
  6. Para salvar ese peligro —el peligro de subordinar las reformas a las posibilidades que ofrece el sistema capitalista español o francés— debemos seguir lúcidamente un principio fundamental en todas nuestras acciones:

— Al realizar cada reforma, deberemos comprobar que cumpla dos condiciones esenciales:

  1. Ha de suponer una pérdida real de poder para las clases explotadoras y opresoras.
  2. Ha de comportar un aumento de poder real de la clase trabajadora y de las masas trabajadoras.

A estas reformas "autónomas" podemos llamarlas revolucionarias. Reformas reformistas serían aquellas que se subordinan al sistema.

  1. Esta estrategia, sin descartar ninguna de las formas de acción anteriormente utilizadas con cierto éxito, viene a completarlas y a ser, en cierta forma, su razón de ser. Con esto queremos decir que esta lucha por la conquista progresiva del poder no excluyen en modo alguno el uso de la violencia limitada como elemento conciliador y como manifestación de fuerza ante los poderes constituidos. Esta violencia limitada debe cumplir, para ser eficaz, tres condiciones inexcusables:
  2. Que sea realmente limitada (emisiones piratas, sabotajes, requisas, castigos ejemplares, manifestaciones, etc.), pues la violencia ilimitada (la que se dirige a la destrucción de vidas humanas) sólo se justifica en la primera fase de la insurrección armada, cuando haya garantías de que el proceso armado que se comienza puede ser continuado hasta el final.
  3. Que esta violencia tenga un carácter popular, que se sitúe de lleno dentro de las condiciones subjetivas de la clase trabajadora, que no sea obra de una minoría activista desgajada de la realidad de la conciencia popular.
  4. Que el ejercicio de esta violencia no aliene a la organización que no la polarice, que sea una actividad entre otras.

Que permanezca, en todo momento, siendo un medio al servicio de los fines de la revolución socialista en Euzkadi.

  1. Finalmente, esta estrategia no puede ser llevada a la práctica por un grupo político solo, ni por todos los que existen juntos. Ha de hacerse una realidad en manos de la clase obrera en su lucha diaria, en la fábrica, en el barrio, en el cine, en las ikastolas, en los municipios, en las manifestaciones, en la huelga... La liberación del pueblo vasco (que no es otra cosa que la apropiación de la nación vasca) es obra de la clase trabajadora.

Premisas a una lucha revolucionaria en Euzkadi Sur

(Teniendo en cuenta que, salvo raras excepciones, la lucha de nuestro movimiento se ha desarrollado en su totalidad en E. S. y que las condiciones objetivas y subjetivas poseen, con respecto al Norte, peculiaridades muy acentuadas, es preciso atacar las cuestiones más prácticas por separado.)

  1. El espacio de acción popular directa se extiende desde los enfrentamientos abiertos a las reformas políticas del capitalismo hispano hasta los enfrentamientos cotidianos, amplios y profundos, dirigidos por la base popular contra los poderes constituidos en todos los terrenos.
  2. Aun en el caso, hoy hipotético, de que los partidos encontraran unos cauces legal-administrativos en los que poder desarrollar su acción, su función seguiría siendo subsidiaria y no directora. Puesto que las posibilidades para un partido político de alterar el reparto de fuerzas, de controlar los centros de decisión de la sociedad neocapitalista, son prácticamente inexistentes. La conquista del poder ya no puede ser obra de minorías organizadas.

Sólo las masas populares son capaces de transformar la sociedad. Y los partidos serán útiles a esta lucha en la medida que comprendan que su papel es subsidiario, de ayuda de coordinación, de esclarecimiento, y orientación; nunca de dirección y monopolio político.

  1. Ahora bien, la lucha por la base para ser eficaz ha de ser una lucha política. Es decir, ha de ser una lucha orientada no a la defensa de los intereses económicos de la clase trabajadora (aunque también lo sea así), sino a la transformación total del sistema. Para ello hace falta que las clases populares vayan desarrollando una lucha política independiente de la de los partidos políticos, eludiendo siempre el compromiso con tal o cual formalización democrática. La clase trabajadora ha de comprometerse con el socialismo, pero no con la democracia burguesa. Y ha de comprometerse con el socialismo, pero no con cualquier partido sea socialista o no.
  2. Sentado ya el principio de que en toda sociedad moderna en la que el pluripartidismo se hace inevitable (y hasta conveniente frente al bipartidismo), y en la que el socialismo no puede ser obra de unos pocos sino de la clase obrera unida, organizada y consciente, el movimiento obrero debe permanecer independiente a lis partidos políticos (a los de derechas y a los de izquierda); solamente nos queda definir el espacio político que nuestro movimiento está llegando a ocupar.

Para hacerlo con mayor precisión es conveniente que despleguemos brevemente la gama de posibilidades —en este caso de tipos de programas—, que se nos ofrecen como modos de acción revolucionaria. Estos posibles programas pueden englobarse en dos apartados:

a)Aquellos que suponen en si mismos una realización democrática burguesa. Son programas objetivamente burgueses que en una coyuntura determinada pueden tener un carácter progresista ante realidades más reaccionarias. Estos programas (que han proliferado como consecuencia de la opresión fascista hispana) se dirigen a las "fuerzas de signo democrático", con el fin de acumularlas y enfrentarlas a la oligarquía fascista del Estado español. Los componentes del programa suelen ser dos reivindicaciones fundamentales: Estatuto de Autonomía para Euzkadi y aplicación de una democracia burguesa con cierto control popular (no siempre bien especificado). Como vemos se trata de un programa mínimo político formal que difiere cuantitativa y cualitativamente del programa máximo socialista.

b)Existe un segundo tipo de programa que considera el fascismo hispano como una forma política del neocapitalismo totalitario incipiente en el Estado español. Ante él no se puede proponer el ideal de la democracia burguesa, pues la alta burguesía ya está en el poder y la pequeña burguesía ya no puede dirigir ninguna revolución. Las conquistas democrático burguesas que se arranquen al fascismo habrán de ser consideradas, pues, no como acciones revolucionarias, sino como meras ampliaciones del espacio operacional táctico de la clase obrera en su lucha frente a la burguesía. El centro de la lucha revolucionaria debe reposar en la propia clase obrera que no puede ser distraída (en este caso enajenada) por programas exógenos extraños a ella.

  1. Se trata desde este punto de vista de elaborar programas mínimo —no uno, sino varios—: uno en cada terreno que sean socialistas, que se dirijan a la realización del socialismo ya desde ahora. Se busca en fin hacer programas que difieran cuantitativamente del programa máximo socialista, pero no cualitativamente.
  2. Ante estas dos posibilidades generales, los distintos grupos izquierdistas que existen en el país han adoptado una postura similar: ninguno ha aceptado "recluirse" en el primer apartado, tampoco se ha "renunciado" al primero y "limitado" al segundo. Todos los grupos han simultaneado su política, "parlamentario-electoral", con la política "en la base". La consecuencia directa de ello ha sido una esclerosis sorprendente en los planteamientos político-formales de "sustitución" del franquismo y, por otro lado, "en la base" una feroz competencia partidista, un abandono de posturas revolucionarias, una obstaculización de la lucha de clases, una subordinación de la acción obrera a la política de "proposiciones democráticas y nacionales", y sobre todo una consecuente división de la clase trabajadora de Euzkadi.
  3. Nuestra organización en la medida en que ha ido comprendiendo su función de movimiento popular y revolucionario ha ido renunciando a proponer "formas" de transición. Ha ido al mismo tiempo exigiendo contenidos socialistas para el pueblo vasco. Esto quiere decir que, poco a poco, ante las enseñanzas de la práctica revolucionaria nuestro movimiento se ha ido situando en el segundo apartado del punto 5.
  4. ¿Es esta una limitación? La respuesta es doble —la simultaneidad—, si queremos seguir considerándonos socialistas revolucionarios vascos es una puerta cerrada. Ya hemos visto en el punto (...) (en la realidad de cada día) a lo que conduce.

Desde el punto de vista de la eficacia socialista parece más conveniente que nos afirmemos como movimiento popular que como partido político. A un mismo tiempo podemos ser un poderoso elemento concienciador (sin concesiones de ningún tipo), organizador (con un aparato al servicio de la clase obrera) y unificador (sin intereses electorales, sin afanes competitivos...) y podemos influir sobre los partidos políticos. Nuestra influencia sobre sus proposiciones ha de ser mayor si nos situamos fuera de su juego competitivo. Llegado el momento nuestro movimiento concederá su apoyo —el voto o lo que haga falta— a aquel partido que mejor represente los intereses de la clase obrera vasca (I). Bien entendido que en todo momento permaneceremos independientes a cualquier partido, incluso a aquél al que se decida apoyar. Mientras tanto, mientras unos y otros discuten el futuro de Euskadi, nosotros, apoyándonos en nuestra fuerza popular, iremos realizándola en función de las necesidades del pueblo trabajador vasco.

  1. Esta postura —que puede parecer un tanto original— resulta la más adecuada a las necesidades de la lucha revolucionaria en el momento actual. No es necesario advertir que se exige de nosotros una gran flexibilidad para revisar en todas las coyunturas esta y otras posturas.

COMO NECESIDAD hasta aquí hemos ido acercándonos con precisiones cada vez más concretas a lo que ETA debe ser y que en parte ya lo está siendo. Antes de seguir adelante es preciso que nos detengamos brevemente para tratar de comprender de un modo general la misión histórica que nuestro movimiento debe cumplir (que coincide con la necesidad que existe de un movimiento que se someta a las características que pasamos a enumerar).

  1. UN MOVIMIENTO VASCO: Porque sólo un movimiento vasco puede comprender y defender los intereses de las clases populares de Euzkadi. El pueblo vasco y sus organizaciones revolucionarias deben dialogar con las fuerzas progresistas de los Estados español y francés. Tratar de conjugar sus esfuerzos, pero siempre tras el reconocimiento de la multinacionalidad objetiva de ambos Estados Y en aplicación de un estricto régimen de igualdad y cooperación nacidas de solidaridad obrera. Ha de ser, pues, un movimiento vasco en su formación, en su acción presente y en sus objetivos. Un movimiento que encauce el patriotismo popular en sentido progresista.
  2. UN MOVIMIENTO AL SERVICIO DE LA CLASE TRABAJADORA: Consciente de su condición subsidiaria de que no es él, sino la clase a la que sirve, la protagonista de la revolución socialista. Mientras esto no se entienda y no se aplique con el máximo rigor y honestidad —por mucha fraseología revolucionaria que se emplee, no nos encontramos ante un movimiento socialista revolucionario. Un movimiento así ha de elaborar en todo momento programas obreros, presentar soluciones obreras, defender los intereses de la clase trabajadora, y no los intereses de la pequeña burguesía ante la clase obrera, como ocurre en diversos grupos y partidos que se dicen socialistas y que no pasan de ser quintacolumnistas de la reacción. El papel de este movimiento seria trabajar por la unidad, organización y concienciación de la clase obrera y permanecer a su servicio siempre incondicionalmente.
  3. UN MOVIMIENTO SOCIALISTA REVOLUCIONARIO que no acepte el juego fácil del socialismo orgánico stalinista, ni las tentaciones del reformismo social demócrata. Es decir, que luche no por reformar el orden existente dentro del mismo sistema, sino por transformar el sistema de arriba a abajo, que comprenda que el capitalismo es una cosa y el socialismo la contraria, que luche por la abolición de la propiedad privada, de los medios colectivos de producción, que sepa ver que el socialismo es algo más que un sistema económico político, que comporta la instauración de un nuevo orden de prioridades, de unas nuevas relaciones humanas que supone una lucha permanente contra todas las alienaciones que sufre nuestro pueblo.
  4. UN MOVIMIENTO DEMOCRATICO: a) Por sus objetivos: Para el que socialismo y democracia de base son la misma cosa. b) Por su funcionamiento: Ello significa con una estructura interna que posibilite e impulse la democracia interior en este sentido; habrá que luchar fuertemente contra la centralización y la burocratización del aparato. Habrá que imponer una democracia directa de hecho en el interior de la organización, y si bien es cierto que la clandestinidad nos obliga a limitar el alcance del ejercicio democrático, habremos de superarnos en la búsqueda de nuevas fórmulas de participación, control y, en cierto modo, dirección de la base sobre la cabeza. Deberemos esforzarnos por combinar las medidas de seguridad —que nos obligan a construir una pirámide jerárquica desde arriba— con un control riguroso de la base desde ahora o ir ampliando cuanto sea posible el número de participantes en la toma de las decisiones.
  5. UN MOVIMIENTO DE UNIFICACION IZQUIERDISTA VASCA, que —renunciando a competir con las izquierdas más politizadas, más formalistas— esté mejor situado para coordinar sus esfuerzos, para animar la lucha de base con apertura y conciencia unificadora. Que no pretenda nunca que la unidad se logre mediante una suma de siglas y un acuerdo por "las alturas"; por el contrario, que eluda las "formalidades unitaristas", que favorecen el pluralismo izquierdista (fuente de riqueza teórica y práctica), pero que, al mismo tiempo, luche por comunicar a las "bases" de uno y otro grupo, por abrir cauces de diálogo, por la elaboración de programas mínimos socialistas inmediatas que abran paso a la colaboración en la acción.
  6. UN MOVIMIENTO POPULAR que sepa recoger y representar las aspiraciones populares, que no se reduzca a uno u otro terreno, sino que sepa estar en todos ellos, que no sea un grupo político más (esto es fácil de notar al comprobar el poder de convocatoria), que no caiga en las tentaciones izquierdistas que alejen a ciertos sectores revolucionarios, pero que tampoco renuncie en ningún momento a las reivindicaciones revolucionarias... la explotación y la opresión que sufre nuestro pueblo permite (y hace necesaria) la existencia de un movimiento de este tipo, que quizá nosotros sepamos construir.

Acción revolucionaria de base: perspectivas

La lucha de la clase obrera —y la nuestra como movimiento— es y debe ser una lucha de base. Sus objetivos son conquistar progresivamente a partir de esta base humana los poderes culturales, sociales, políticos y económicos. Es decir, que toda lucha de base se desarrolla a un doble nivel (estructural y superestructural).

Se trata, pues, de una escalada hacia la autogestión democrática hacia el autogobierno del pueblo vasco. Esta lucha en todos los frentes es un proceso revolucionario de democratización permanente; así, la misma lucha es vivida como emancipación, como humanización.

En esta tarea de la construcción de una Euzkadi popular todos los medios deben ser utilizados en función de su eficacia al servicio de los fines del socialismo revolucionario. Lo que viene a continuación es una panorámica de la posible acción de base que se nos ofrece como clase y como movimiento.

Acción de masas

  1. Aberri Eguna 68, a pesar de sus defectos formales, debe constituir un acto irreversible. El A. E. obrero es ya una realidad. Es necesario mantenerlo todos los años. Es preciso que cada año tenga una mayor fuerza y que sea realmente obrero. Que sea un acto revolucionario de reivindicación nacional independiente de la burguesía. Es igualmente imprescindible que cada año tenga unos objetivos mínimos junto a los objetivos máximos. Estos objetivos —unos y otros— son los que han de movilizar.
  2. Manifestaciones en general. Es preciso forzar el número de ellas, siempre de un modo justificado y nunca gratuitamente. Suponen un elemento de politización excepcional y ya no exigen un gran costo como hace unos años.
  3. 1 de mayo requiere una fuerte participación de nuestro movimiento. Hemos de trabajar este día en el sentido de acercarlo por su contenido a un A. E. obrero. Debe de ser un día del trabajador vasco en el que se luche por la resolución de todos los problemas obreros, no sólo de algunos de ellos.
  4. Fiestas vascas, concentraciones montañeras. Hasta ahora nos hemos dedicado a agitar en estas ocasiones. Debemos pasar a una politización efectiva y definida en una determinada dirección: la dirección socialista. (En el doc.. F nos referimos con más precisión a la labor y el activismo propio del movimiento y a la orientación de la propaganda política.)
  5. Huelgas, paros, etc., es muy positivo que se produzcan ataques a la patronal por razones políticas. De estas acciones hablamos. Lo único que hay que añadir es que estos actos deben producirse: a) de un modo popular activo, b) a poder ser de un modo coordinado con otros lugares y sectores, c) sin sacrificar la organización de base.

La lucha cultural

  1. Hemos de sentar las bases para la impulsión de una cultura obrera popular de Euzkadi que corresponda a las necesidades del pueblo trabajador vasco de hoy, que sustituya la vieja "cultura vasca" pre industrial y aburguesada que permita un fuerte enfrentamiento cultural entre la burguesía vasquista y la clase obrera vasca.
  2. La lucha euskaldun ha de ser una responsabilidad obrera. En el apéndice 3 que acompaña a estos documentos, se sostienen unas tesis básicas que a nuestro entender han de ser asumidas por la organización. En este apartado indicaremos simplemente la eficacia que pueden suponer los comités populares de euskerización que no son difíciles de crear y que deben estar en estrecha relación con las comisiones de trabajadores y los comités de barrios.
  3. Y en estrecha relación con ellos deben crearse e impulsar nuevos canales de cultura popular, una red de cultura popular, extendida por todo el país que se caracteriza por su progresismo (al servicio de la clase obrera y frente a la burguesía) y por su coordinación. Esta red debe abarcar todos los terrenos artísticos-culturales (asociaciones, teatro, cine-clubs, bertsolaris, poesía, exposiciones, música popular, etc.). A esta labor hay que dedicar un gran esfuerzo.
  4. Otro objetivo importante es la lucha por la implantación de contra-poderes culturales obreros. Esto significa luchar denodadamente por el control de los centros de decisión cultural de nuestra sociedad para desde estas posiciones enfrentarse a los monopolios de comercialización cultural. Las "casas municipales de cultura" que existen en algunos pueblos, por ejemplo, han de pasar a un régimen de autogestión popular. Los barrios —a través de sus comisiones—pueden emprender la creación de cooperativas de consumo cultural (cine, salas de audiciones, bibliotecas...); donde la iniciativa privada no ha llegado todavía, debemos llegar nosotros antes; donde ya ha llegado, hemos de desplazarla.
  5. Dentro de este apartado hay que hablar de las "escuelas sociales", que constituyen una experiencia revolucionaria que ha entrado en el país rápidamente. Algunas de ellas van en camino de convertirse en auténticas "universidades del pueblo". Las limitaciones de espacio nos impiden aquí la importancia que merecen. Procuraremos elaborar una monografía especialmente dedicada a ellas.
  6. Es importante aplicar un plan táctico bien especificado dirigido a la intervención de las clases populares en la gestión de las escuelas primarias y secundarias (de la universidad hablaremos luego). Así como al control de los programas de las escuelas de formación profesional por parte de las comisiones obreras, para lograr la inmediata enseñanza del euskera y la inclusión en la materia de formación de una completa serie de estudios orientados a la preparación humana y obrera integral del estudiante.
  7. La universidad ha de ser atacada por dos lados. Por una parte las comisiones obreras han "de abrir" sitio en ellas para que un porcentaje cada vez mayor de hijos de obreros y también de obreros puedan acudir a ella. Por otra parte, los sindicatos democráticos de estudiantes (o en su caso y ocasionalmente las APE) han de dirigirse al logro de un objetivo importante: conseguir la autogestión de la Universidad por los universitarios. (Ha de superarse la vieja concepción "politicista" de la Universidad que no veía en ella más que un centro de agitación —de ruido— y una fuente de cuadros: estas dos funciones sigue cumpliéndolas la Universidad —y cada vez mejor—, pero no puede limitarse a ellas.) (Para mayor ampliación ver el documento "Papel de la Universidad en la lucha revolucionaria de Euzkadi".) Es conveniente insistir en la necesidad en que todos los militantes apoyemos las reformas que parcialmente comportan la consecución de nuestros objetivos. (En el doc. F nos referiremos a ciertas cuestiones orgánicas relacionadas con la Universidad)

Las comisiones obreras

  1. La postura de la Organización respecto a las comisiones obreras ha quedado suficientemente clara en el nº 43 de Zutik. Respecto a la dirección que a nuestro modo de ver han de seguir para que su labor sea realmente revolucionaria, ha sido definida al las páginas del "catecismo de la acción sindical".
  2. Hemos de decir aún que las comisiones como única organización representativa de la clase trabajadora, están llamadas a cumplir un papel básico en la construcción del socialismo en todas sus fases (ahora en la toma de poder, y posteriormente) con la base de la democracia socialista. Toda la atención que se les dedique ha de hacer falta.
  3. Los problemas tácticos que se plantean a las comisiones a nivel de empresa se estudian en el cuaderno “Acción sindical en la empresa" que todos los militantes deben conocer, estudiar y discutir en equipo.
  4. Para que la lucha a través de las comisiones sea eficaz, debemos dedicarnos a ellas con conciencia de unidad y de servicio. Asimismo, procuraremos apoyar su existencia comprometiendo a los partidos y a los grupos sindicales con un programa sindical mínimo que, teniendo un carácter revolucionario, sirva de lazo de unión entre unos y otros y se pueda así combatir el sectarismo de algunos y mantener la unidad.
  5. ETA ha de luchar en todo momento por la creación de una central sindical de Euzkadi, que ha de nacer de abajo hacia arriba, como expresión de la lucha unida del movimiento obrero vasco.
  6. ETA ha de renunciar a tener un movimiento sindical propio. Ha de ser consciente de su condición de servidor y no de director de la clase obrera. La unidad obrera ha de ser antepuesta a los objetivos particulares.
  7. ETA ha de comprometerse a impulsar la conciencia revolucionaria de la clase obrera vasca. 

Realizaciones cívicas

  1. La lucha en el terreno cívico político conduce a la creación de poderes políticos autónomos en manos de las clases populares. Podemos resumirlo en dos palabras: descentralización y autonomización. De esta manera hacemos posible unos regímenes políticos (relativos y limitados localmente) de autogestión popular.

La lucha municipal dentro de la superestructura legal-administrativa vigente resulta muy limitada. No obstante, allí donde haya efectivos suficientes y donde el apoyo popular a los concejales honestos exista, hemos de preocuparnos de que en el ayuntamiento haya alguien de confianza. No conviene desde luego que ocupemos a los militantes en esos asuntos, pero no puede ser difícil encontrar alguien (honesto, jatorra) que acceda a comprometerse con un programa, en cualquier caso siempre será una excelente fuente de información.

El programa municipal ha de componerse en términos de descentralización administrativa de gestión popular de los "fondos sociales", de concesión de la gestión cultural a comités populares, de colaboración con las comisiones de vecinos o similar de concesión de control de los proyectos urbanísticos a dichas comisiones, de lucha contra los monopolios (construcción, transportes, terrenos, etc.).

Las comisiones de vecinos son una realidad vieja que últimamente van adquiriendo un notable carácter revolucionario. Las posibilidades de acción en el barrio han sido expuestas en el cuaderno titulado "Acción democrática del barrio" de reciente difusión. Ello nos excusa de relegar este documento.

El cuaderno de proposiciones prácticas de lucha que acabamos de exponer no resulta ni con mucho completa. Hemos descrito algunas posibilidades que sin duda alguna sensibilizarán a los militantes en la búsqueda de nuevos terrenos de acción y en la orientación de ésta en cualquier parte. La práctica ha de proporcionarnos nuevos caminos que nos permitirán hacer del socialismo en Euzkadi una realidad duramente conquistada. Una advertencia final en este documento sobre lo que nos hemos dedicado a definir zonas de actuación inmediatas. La ocupación de estas zonas nos obligará a trasladarnos a nuevas zonas aplicando nuevas modalidades de lucha. En cualquier caso esas futuras acciones quedan condicionadas a los resultados actuales. De esto se trata: de empezar ahora.

 

PROBLEMAS FUNCIONALES

La exposición siguiente trata de influir activamente en la actualización del aparato orgánico. A nuestro entender es fundamental que nos esforcemos por:

  1. a) descentralizar el aparato (para
ello autonomizar a la base);
  2. b) crear corrientes de discusión interior que permitan participar en la elaboración ideológica a todos los militantes.
  3. c) aplicar las reformas que se detallan a continuación.
  4. Respecto a la ESTRUCTURA consideramos imprescindible la instauración real del sistema de zonas pequeñas (creadas alrededor de los efectivos existentes) que permitan una autonomía (en todos los órdenes) que la división por errialdes impide. Es lógico que los errialdes, no obstante, sigan existiendo; lo que se busca es que el centro de las decisiones no esté en la mesa de Errrialde (esto tiene una mayor aplicación para OPA que para Act. evidentemente).
  5. Que el COMITE EJECUTIVO esté compuesto por un miembro de OPA de cada Errialde, por el responsable de Activismo y por un representante que la Oficina Política (con esto se pretende, obviamente, "horizontalizar" la Organización).
  6. Que INFORMACION deje de ser una sección para pasar a ser una responsabilidad de todos los militantes. (Exigiendo informes a todos los responsables).
  7. Que desaparezca la SECCION MILITAR como tal sección. Es decir, que dejen de haber elementos cuya única misión es militar. Para sustituirlos es imprescindible la preparación de especialistas militares. Estos dependerán directamente del Ejecutivo a través del responsable de Activismo. El ser especialistas no les permitirá dejar de militar en cualquier otra sección de la organización. Serán ellos los que se responsabilicen de montar cualquier operación que requiera su ayuda así como de dar los cursillos de formación político-militar por los que deberán pasar el mayor número posible de militantes.
  8. Cada año ha de celebrarse la ASAMBLEA ordinaria a la que deben acudir representantes de todos los militantes en número proporcional a los representados. Sólo esta ASAMBLEA podrá alterar los principios del Movimiento.
  9. Es urgente una revisión a fondo del ACTIVISMO, de su organización interna, de la composición humana, de su preparación y, sobre todo, de su actividad. (Ver el Apéndice n.° 2: "Crisis en el Activismo".
  10. a) Es necesario descubrir nuevos campos de acción al activista (desde acción directa "activista" hasta acción de base, obrera).

b)Hace falta una mayor agilidad, una más rápida relación entre el activismo y el resto de la organización.

  1. c) Hay que coordinar OPA y Activismo (de un modo indirecto y con garantías de seguridad) de tal forma que se puedan aplicar los efectivos en la misma lucha.
  2. d) Hay que hacer un esfuerzo por obtener activistas especializados.
  3. e) Activismo está deshumanizado, aislado y sin preparación.
  4. f) Activismo debe ser entendido como una fase en la vida del militante más deseoso de acción o mejor preparado para ella. Ha de ser una especie de servicio periódico (de un año, más o menos. Al cabo del cual se incorporaría definitivamente a otras secciones).
  5. OPA ha de constituirse en centro de la Organización.
  6. a) Debe mantenerse una estricta separación entre OPA quemada y OPA sin quemar.
  7. b) OPA quemada ha de ser, realmente, una punta de lanza que rompa los limites de la oposición clandestina. Ha de ser un puente entre el pueblo y el movimiento.
  8. c) Debe estar compuesta por células relativamente amplias (mayores de cinco). El hirurko en esas labores no es suficientemente eficaz.
  9. d) Es imprescindible que se constituyan mesas de OPA con gran capacidad de decisión, apoyadas incluso por servicios especiales (Oficina Política y Activismo) que les permita funcionar como pequeñas organizaciones autónomas.
  10. e) Las mesas de OPA deben responsabilizarse de la dirección de la acción de base. Activismo está para apoyarlas y la Oficina Política para asesorarlas respetando siempre su independencia.
  11. La OFICINA POLITICA ha de conservar su carácter de oficina. Se debe limitar a asesorar, a redactar proyectos de programas, a cubrir las demandas de sus servicios que se soliciten; la OP debe organizar la vida ideológica de la Organización pero nunca controlarla.
  12. El esfuerzo en la confección de material de formación debe ser grande. Para ello es necesario que se creen grupos de estudio: estrategia, euskera, sociología, economía, productividad, legislación laboral, etc. (estas secciones constituirían la OP).
  13. El que haya una OP (o una en cada núcleo importante) no excluye que cada mesa de OPA organice por su cuenta un servicio de estudios y redacción para su zona.
  14. Respecto a los militantes universitarios conviene que apliquemos dos principios importantes:

— una organización de base no puede asimilar por norma elementos universitarios.

— una organización de base no puede como tal intervenir en la lucha universitaria.

Por tanto, los militantes universitarios, así como aquellos estudiantes que se sientan cerca del programa de ETA, han de constituir organización universitaria socialista-revolucionaria autónoma. En la actualidad, en algunas partes de Euzkadi esta organización (sin nombre) ya existe.

Antes de concluir tenemos que indicar algunas deficiencias ocasionales en la marcha de la organización.

  1. a) El relajamiento de la policía en los últimos meses ha conseguido que nos despreocupáramos un poco en la aplicación de las medidas de seguridad. No hay motivo para que no aprovechemos todos los huecos que se abren pero conservando siempre la seguridad que no siempre es clandestinidad. Debemos experimentar las acciones cubiertas y mantener siempre, naturalmente, una parte de la organización (activismo fundamentalmente) en la más rigurosa clandestinidad.
  2. b) La recaudación de cuotas y de donaciones, en general, ha descendido notablemente en loa últimos tiempos. Cuando se ha hecho un esfuerzo los donativos han vuelto; se trata de hacer, pues, un esfuerzo mantenido.
  3. c) No ha funcionado como debiera la asistencia a los presos. Debemos trabajar por convertir la cárcel en un centro de formación.
  4. d) La propaganda no llega a todo el país. Allí donde no haya militantes deberemos aplicar un reparto dirigido. Es urgente que se den responsabilidades para hacer llegar las publicaciones a todos los sitios y sobre todo a donde más nos interesa, que son las fábricas.

 

CONCLUSION

Este escrito no pretende ser sino una base de discusión que llegue a todos los militantes para que todos puedan responsabilizarse. Las numerosas lagunas que se pueden observar en las páginas precedentes son el resultado de las prisas con que han ido redactadas. La discusión en equipo nos permitirá descubrirlas así como corregir aquellos planteamientos equivocados aquí vertidos.

Os pedimos con interés que enviéis vuestras consideraciones por escrito al más breve plazo.

Os rogamos también que consideréis con atención este escrito por la labor de síntesis que supone.

Esperamos que del diálogo democrático surja una organización revolucionaria cuya necesidad se hace sentir fuertemente. ETA puede ser esa organización. De nosotros depende.

Euzkadi 10/66

 

APÉNDICE 1. Breve nota sobre la
reciente evolución de las
clases sociales en
Euskadi-Sur

En estas líneas no se pretende investigar —ni siquiera exponer— lo que son las clases en Euzkadi Sur. Se pretende sencillamente llamar la atención sobre ciertas alteraciones de las clases (de su composición, de su papel y de su fuerza) acontecidas en los últimos años. Es fundamental tener en cuenta estas realidades para poder situarnos como fuerza política.

Pero antes de seguir adelante habremos de sentar dos supuestos no siempre serenamente admitidos:

  1. Euzkadi-Sur es dos Euzkadis. Una Guipúzcoa-Vizcaya, la otra Álava-Navarra. Esta clasificación simplista —sin duda— o incompleta nos permitirá comprender lo relativo de las afirmaciones posteriores: no se pueden deducir conclusiones globales absolutas para Euzkadi-Sur en cuanto que en ella vemos dos zonas (las dichas) que se diferencian claramente por sus condiciones infraestructurales, estructurales y superestructurales.
  2. Euzkadi-Sur es una realidad objetiva y subjetivamente binacional. Es un lugar de encuentro de la nacionalidad vasca y la española. En ocasiones predomina una, en ocasiones la otra. A veces se mezclan y resulta difícil distinguirlas.

Dicho esto podemos pasar al objeto de este apéndice.

El Plan de Estabilización (1959) ha producido unos efectos fundamentales sobre las clases sociales del Estado español en general y sobre las de Euzkadi-Sur en particular. Nos detendremos un poco en ello.

Las medidas estabilizadoras provocaron la casi inmediata aniquilación de la pequeña burguesía capitalista, atomizada, anárquica y liberal que ha sucumbido —aunque no en su totalidad— ante el empuje del Gran Capital. Esta pequeña burguesía ha perdido así la iniciativa política que consiguió en el primer tercio del siglo XX y que culminó políticamente con la aparición en la escena política del PNV y de su éxito electoral final. De ser el centro de la vida política ha pasado a ser una clase dependiente de la alta burguesía y sobrevive gracias a los intereses de ésta (en la medida en que es utilizada como clase-contención pues no olvidemos que si esta clase es ya marginal en el Estado español, la gran burguesía lo es en el marco "occidental") pero que tiene sus días contados. Esta clase (pequeños rentistas, tecnócratas, especuladores, aspirantes a capitalistas, etc.) está en crisis. No encuentra salida. En el terreno político carece de órganos propios ya que el PNV ha dejado de sostener posturas políticas militantes y se limita a la mistificación nacionalista. Algunos grupos "izquierdistas" son hoy un reducto de la pequeña burguesía nacionalista que trata de repetir el programa del PNV del 36 apoyándose en la clase obrera. ETA, reconozcámoslo, en su aparición no fue mucho más que la expresión de la crisis de la conciencia pequeño-burguesa vasca. De una clase que era desplazada de la historia (1).

(1) La situación política de la pequeña burguesía es muy delicada. No renunciará a unir al proletariado a sus proyectos, pero nosotros dudamos que lo consiga con cierta eficacia. Al mismo tiempo intentará no ser abandonada por la gran burguesía. ¿Cabe la posibilidad de que algún día se una a un programa obrero vasco? Como clase podemos afirmar que no, puesto que en la Euzkadi Popular por la que luchamos no hay sitio para tal clase. Como personas, en la medida en que renuncien a sus intereses de clase, entiendan que pueblo vasco es una totalidad social, cultural, política y económica, y se adscriban al socialismo, si.

No en vano hemos comenzado con esa clase. Señalada su posición podemos permitirnos pasar directamente a hacer ciertas indicaciones sobre las dos clases que hoy protagonizan la lucha de clases en Euzkadi-Sur: la burguesía capitalista y las clases asalariadas.

La burguesía vasca posee una situación de privilegio en el Estado Español. Ha extendido su poder por toda la península, posee banca propia y se ha ido ligando estrechamente (hasta el extremo de que es imposible distinguirlas) con las burguesías hispanas de las que es la mayor y más poderosa. Sus intereses están en el Estado español actual, en un Estado que está dando los primeros pasos por la senda del Neocapitalismo. Gracias a la coincidencia personal entre aquellos que en el 36 estaban con el Gobierno Vasco y los que luego se han beneficiado de la "pax de Franco" ha sido posible, por un lado, la acumulación de los instrumentos políticos vasquistas y su reducción a folklorismo romántico y, por otro, la "reconciliación" —por arriba— de aquellas fuerzas (de algunas de ellas, de las burguesas) que en el 36 cometieron la torpeza de empezar a tiros. De este modo la burguesía vasca controla los aparatos democráticos burgueses vascos y está estrechamente ligada a las oligarquías hispanas y a sus instrumentos políticos. La superestructura ideológica en la que se vehicula ante el pueblo es una mistificación de chovinismo y religión. La nueva derecha política ha de venir por ahí (ya se han efectuado algunos intentos de elaboración de la democracia cristiana vasca (2).

(2) En Álava y Navarra la caciquearía semi-feudal está dando magníficas pruebas de adaptación al neocapitalismo. Al no estar hipotecados pro propiedades latifundistas no se puede producir la oposición entre oligarquía terrateniente y burguesía industrial que existen en Castilla y Andalucía. (Oposición que van resolviendo como buenos hermanos.)

La clase obrera vasca ha de ser definida fundamentalmente como una realidad profundamente varia. Objetivamente, existen grandes distancias en los niveles de vida de unas zonas a otras, diferencias salariales, y, sobre todo, la barrera lingüística. Subjetivamente, la conciencia nacional de unos y otros es diferente, en otros existe conciencia "navarra" (¡), en otros... (La conciencia nacional —española o vasca— mayormente suele tener en los trabajadores una expresión burguesa (es decir, formalista, parcializadora, "diferencialista", etc.). Esto no tiene nada de extraño si consideramos que las reivindicaciones nacionales han sido llevadas a cabo por organizaciones burguesas. Las posibilidades de desalienar a los obreros vascos y españoles en este sentido son grandes en la medida en que implantamos (o restituyamos) los conceptos obreros sobre la nación, el nacionalismo, etc.).

La clase obrera vasca pues es una clase varia. La variedad es buena pero no la división que de una variedad subjetiva importada de la burguesía se desprende. Unir a la clase obrera vasca es una tarea difícil pero imprescindible; por ello hay que luchar.

El pequeño campesinado, los arrantzales y los braceros que trabajan por estación, son pequeñas clases que existen en el país. De ellas solamente los arrantzales merecen nuestra atención directa debido al proceso de constante proletarización que viven. Los pequeños campesinos (clase en descomposición galopante) no constituyen una clase revolucionaria como tal clase. Las soluciones cooperativistas a sus problemas van manteniendo unas pequeñas explotaciones que, de no ser así, desaparecerían rápidamente. Con ser una clase conservadora, minoritaria y atomizada, de ella han salido y salen excelentes revolucionarios.

 

APÉNDICE 2. Crisis en el activismo

  1. De dónde procede la actual crisis

No parece demasiado difícil llegar a las causas que han provocado la actual crisis en el activismo. Basta con recordar los postulados y principios que ha venido utilizando la organización en su tarea de captación, movilizando a la juventud de nuestro pueblo a base de mitos, de pureza "nacionalista", una movilización que se explicaba a sí misma, en donde la acción por la acción justificaba el compromiso. La falta de solidez ideológica en los militantes, que la organización no sabía llenar, conducía en unos casos a un desfondamiento de los activistas al apagarse el primer impulso sentimental y al conocer por dentro la realidad del mito que nuestra organización es; en otros casos una radicalización nacionalista, una intransigencia, unos principios absolutos suplían la falta de preparación, completado con una actividad que los mantenía en movimiento. Durante mucho tiempo el activismo ha sido para muchos una alienación por la acción.

Pero además el militante activista sin una preparación técnica carente de recursos, estaba limitado a realizar una serie de acciones tales como pintadas y colocación de ikurriñas, de donde no veía la posibilidad de salir; acciones que lógicamente llegan a cansar.

En estas condiciones, la aparición de lo que algunos activistas, con acierto, han llamado "hombre brocha" es una consecuencia natural. Militantes que no saben por qué luchan, por qué están en la organización, militantes "muy dispuestos" sin saber para qué, existen en la organización principalmente en activismo. Incluso, cuando en alguna ocasión han recibido algún cursillo (1965), han salido dispuestos a todo, incluso a darse la cabeza contra la primera pared que encontraran, pero sin saber por qué.

Existen también causas de orden estructural que han influido decisivamente en la crisis del activismo. Los hirurkos o grupos de activismo relacionados a través de un enlace, liberado generalmente, no participan, no están integrados en su pueblo, en su fábrica. Por un malentendido de seguridad se aíslan, se encierran en si mismos, lo que produce como consecuencia principal el alejarse de la realidad en que viven, y mal podemos influir en esa realidad si vivimos apartados de ella. Las frustraciones, los complejos, los desequilibrios, el desprecio por todo lo que no viene de uno mismo o de la organización son otros resultados graves de ese aislamiento.

No es pues de extrañar que se haya producido la crisis actual y que cuando el CE ha ordenado realizar algunas campañas nacionales, esa sección de la organización no haya respondido. El tomar conciencia de esa realidad es ya un paso positivo que puede ponernos en condiciones de resolver esa crisis.

  1. Necesidad de abrir nuevas perspectivas al militante activista

No quiere decir eso que pensamos en una supresión del activismo, ni mucho menos. Lo que nos estamos planteando es la necesidad de buscar una salida al activismo, partiendo de la base de que es totalmente necesaria su existencia. Una salida de acuerdo con los planteamientos socialistas humanos, que propugnamos.

En primer lugar debemos considerar el activismo como un elemento dentro de una sociedad determinada, a la cual trata de cambiar. El activista, sin perjuicio de que realice las labores propias del activismo, debe de buscar nuevos terrenos de lucha. Un militante obrero perteneciente a la sección de activismo no debe desentenderse de los problemas propios de su clase, lo cual quiere decir que debe entrar en la lucha obrera revolucionaria que exista o que pueda existir en su fábrica. Al igual que, de vuelta de su trabajo, se va a integrar en un pueblo, en un barrio, con unas necesidades especificas, desde ikastolas hasta problema de vivienda, dentro de las cuales debe saber desenvolverse y apoyar o propugnar la constitución de núcleos de vecinos que son los que actúan de grupo motor para la resolución de esas necesidades. El militante activista, sin dejar de serlo, que pertenece a la Joc, a un grupo montañero, a una sociedad cultural debe de comprender que ese también es su terreno, que no es ningún abandono de la lucha ni de los objetivos revolucionarios el estar presente en esos centros y participar.

No debe de ser ningún obstáculo para ello el pensar que "eso puede ser caer en la legalidad", en cuanto que no quiere decir nada. Antes al contrario, quienes eso dicen no demuestran sino una esclerosis mental y una incapacidad manifiesta para nuevas líneas de actuación, montar una nueva estrategia revolucionaria y dar consistencia a los aspectos ideológicos.

También creemos necesario el practicar ya desde ahora en el seno de organización la democracia directa el mayor grado posible. Lo que quiere decir que hemos de ampliar las atribuciones de los grupos activistas, tanto para la propaganda, como para acciones concretas de una fiesta vasca, de las fiestas del pueblo, de una concentración montañera, etc. Los grupos de base deben tener una amplia autonomía e iniciativa en su actuación, para huir precisamente del dirigismo, del paternalismo. Una organización es la suma de todos sus elementos, o no es nada. Bien es cierto que los órganos de dirección del movimiento deben de marcar orientaciones, campañas nacionales, coordinar la lucha, etc., pero lo que decimos es que hay que acabar con la total dependencia que se observa de los grupos hacia sus enlaces o dirigentes. Estos tienen sentido y razón de ser, en la medida de que gozan de una representatividad delegada en todo momento y para toda circunstancia.

Para que todo esto pueda ser llevado a la práctica es necesario que se produzca una especialización en los grupos de activistas o en elementos sueltos de la sección de activismo. Hoy no contamos en la organización no ya con un técnico en radio y televisión, sino tan siquiera con simples especialistas que puedan resolver mil pegas diarias que se producen en el seno de la organización. Ello quiere decir que hemos de huir del sentido clásico que ha tomado activismo, porque activismo es cortes en la televisión, emisiones piratas, imprenta clandestina, etc., además de lo que se sabe: pintadas, octavillas, ikurriñas.

  1. Por una nueva organización del activismo

Hace falta por tanto una nueva concepción y organización del activismo. Su necesidad se nos aparece clara, siempre que vaya llenando los huecos que vamos presentando y superando sus deficiencias.

No nos parece acertado ni honrado arrinconar a los militantes en esa actividad para siempre. Porque naturalmente siempre estará sujeto a las presiones de la clandestinidad que limitarán sus posibilidades de trabajo y a una tensión mayor que el resto de los militantes. Esto nos hace pensar que el activismo debe de ser un período en la vida del militante (y no de todos los militantes); un periodo de tiempo limitado, un año por ejemplo, al cabo del cual pasa a efectuar otra serie de trabajos en la organización.

A un militante nuevo, con ganas de trabajo, de "acción", puede y debe destinársele a las tareas de activismo específicas, durante ese periodo de tiempo limitado que hemos dicho puede ser un año. Esto no tiene nada de inhumano ni de abuso, en cuanto que al acabar ese período pasará a otras actividades tan principales o más que el activismo. Ese período servirá tanto de prueba como de preparación y especialización del militante. Sus deseos de "hacer" podrán ser satisfechos, al mismo tiempo que va recibiendo una formación integral: ideológica, cultural, estratégica, etc. Si es posible, si el militante tiene cualidades, debe de especializársele en un trabajo concreto: chófer de camión, mecánico, impresor, sanidad, electrónica, comunicaciones, química, etc., de tal forma que la organización vaya pudiendo disponer de un personal especializado en futuras ocasiones, y no tener que improvisar nada cuando llegue la ocasión.

Es decir, el sentido de activismo se modifica totalmente, pudiéndose considerar como el período de prueba y de formación, a la vez, del militante, una vez acabado el cual pasara a otras secciones de la organización.

En cuanto a la estructura que creemos conveniente para esta sección así concebida, pensamos que debe ir por zonas pequeñas, por pueblos mejor, y que debe tener una posibilidad de contacto con otras secciones de la organización que actúen en la misma zona o pueblo. Parece evidente que si en un pueblo existen grupos de activismo y militantes de OPA, por ejemplo, tengan un medio de establecer una acción común dentro de ese pueblo, salvando, de la forma conveniente, la seguridad y el incógnito. Aunque no se conozcan como militantes, pueden trabajar en el mismo sentido.

  1. Activismo: una responsabilidad de todos los militantes

Sin perjuicio de todo lo anterior, sección de activismo, pensamos que a través de ella todos los militantes deben de recibir una preparación. Y que es una responsabilidad que recae sobre todos nosotros. Unos cursillos. también periódicos, especializados, a los cuales deben asistir todos los militantes, estén donde estén, son necesarios. De esta forma todos los militantes sufrirán durante un tiempo de cada año un entrenamiento físico, un adiestramiento, unos conocimientos prácticos indispensables para todo militante revolucionario. De esta forma, también las responsabilidades del activismo serán compartidas por toda la organización, sin que suceda, como hasta el presente, que se hacia recaer exclusivamente esa responsabilidad sobre una parte de la organización, y a la cual no se le había facilitado ni los conocimientos intelectuales, ni los medios materiales para realizar la misión que se le había encomendado.

* * *

Creemos haber dejado expuesto con cierta claridad y precisión las causas que han conducido hasta la actual crisis en el activismo. Causas que no son de ahora ni de hace un año tan siquiera, sino que vienen gestándose desde hace más tiempo. Una juventud llena de ganas de acción, con un espíritu formidable, pero con muy poca formación, con una gran irracionalidad en sus posturas, es lógico que llegue a pararse al cabo de cierto tiempo en la organización, no habiéndolo hecho hasta ahora, por lo menos de una forma metódica, es lógico que se encuentre con un alto, una "rebeldía de sus activistas". Ellos están tratando de buscar contestaciones a sus preguntas, y esperan que la organización se las facilite. Hoy es aún tiempo de rectificar los errores cometidos y de no volver a caer en ellos. Los abusos que se han hecho con esos militantes son ciertos, y graves. Es lógico que los activistas exijan respuesta a sus preguntas y que no acepten las salidas que hasta ahora se les ha ofrecido.        

APÉNDICE 3. Tres observaciones y cinco tesis sobre el problema de euskera

  1. a) El euskera sólo es hablado por el pueblo vasco. El euskera no es la única lengua que habla el pueblo vasco. b) El euskera es lengua viva en la que piensan y se expresan amplias capas populares vascas. c) El euskera está en situación de absoluta inferioridad con respecto al español y francés. Oprimido por los poderes políticos y abandonado y mitificado por la burguesía está retrocediendo rápidamente geográfica y humanamente.
  2. Hay que combatir la opresión lingüística que sufrimos por parte de los poderes constituidos en el Estado español y en el francés. Hay que combatir el practicismo de los que consideran el euskera una lengua "poco útil", hay que combatir el purismo de la burguesía vasca, que trata de hacer del euskera una lengua para la vitrina de un museo. Hay que combatir el "racismo lingüístico" de ciertos sectores burgueses vascos que ven en el euskera un idioma "mejor" (1). Hay que combatir toda explicación esencialista del problema del euskera.
  3. Todo programa socialista vasco habrá de comprender la lucha por la apropiación popular del euskera
  4. No se puede esperar a la toma del poder por la clase trabajadora para comenzar a obtener victorias parciales en el terreno del euskera. En este sentido sería importante que utilizáramos nuestros recursos en el logro de una igualdad de derechos y de hecho para todas las lenguas que se hablan en Euzkadi. Ese es un objetivo inmediato.
  5. No se trata únicamente de recuperar el euskera, se trata fundamentalmente de socializar el euskera. De popularizarlo, de actualizarlo, de desmitificarlo, de impurificarlo, de ponerlo al alcance de los que no lo conocen... Se trata de hacer que el euskera pueda ser para el pueblo vasco. Que el euskera sea una propiedad popular.
  6. Del logro de los objetivos apuntados en las 4 tesis precedentes depende en gran parte la realización de la unidad obrera de Euzkadi

APÉNDICE 4. 6 tesis sobre Euzkadi Norte

En la IV Asamblea se acordó mantenerse a la expectativa en Euzkadi Norte, pensando que las corrientes progresistas de Enbata conseguirían imponerse. Se concedería nuestro apoyo a esas tendencias y en el caso de que los resultados nos fueran favorables se pasaría a considerar E. N. como un herrialde más.

  1. Enbata ha permanecido siendo un movimiento pequeño-burgués. Su actitud ante el último Aberri Eguna y sus publicaciones en general lo demuestran palpablemente.
  2. Nuestro movimiento no puede depender de las fluctuaciones de ninguna organización.
  3. En E. N. se hace necesario un movimiento vasco socialista revolucionario. Es fundamental que se estudien las posibilidades no de "exportar" ETA al otro lado del Bidasoa, sino de que nuestros principios sirvan de base para la creación de una organización allí.
  4. Esa organización (se llame ETA o no) ha de ser una creación de socialistas vascos del Norte que acepten nuestros principios. Es obvio que en el terreno estratégico y táctico la autonomía o no respecto a los herriales del Sur sería total.
  5. La organización del Norte y la del Sur (consideradas como dos organizaciones confederadas en un mismo movimiento) buscarían terrenos de colaboración sin apriorismos "unitaristas" (parece conveniente por ejemplo que cada organización celebrara sus propias Asambleas y poseyera su propio ejecutivo). Una vez definidos los terrenos de acción conjunta, se podrían celebrar juntas coordinadoras.
  6. Si estos intentos fracasan será preciso elaborar un plan de promoción socialista en E. N.