El Movimiento liberador de los pueblos oprimidos

y la revolución proletaria

 

En la solución de la cuestión nacional, el leninismo parte de las tesis siguientes:

a) El mundo está dividido en dos campos: de un lado, una ínfima minoría de naciones civilizadas que detentan la casi totalidad del capital financiero y explotan al resto de la población del globo; de otro lado, los pueblos explotados de las colonias y países oprimidos, que forman la mayoría de la población.

b) Las colonias y países oprimidos y explotados por el capital financiero constituyen una inmensa reserva de fuerzas para el imperialismo.

c) los pueblos oprimidos de los países coloniales y dependientes no podrán liberarse del yugo y explotación más que por la lucha revolucionaria contra el imperialismo.

d) Los principales pueblos oprimidos han entrado ya en la vía del movimiento libertador nacional, que debe infaliblemente provocar la crisis del capitalismo mundial.

e) Los intereses del movimiento proletario en los países avanzados y del movimiento nacional en las colonias exigen que estos dos movimientos revolucionarios formen un frente único contra el enemigo común, el imperialismo.

f) La victoria de la clase obrera en los países avanzados y la liberación de los pueblos oprimidos por el imperialismo son imposibles sin la formación y consolidación de un frente revolucionario común.

g) La formación de un frente revolucionario común no es posible más que si el proletariado de los países opresores sostiene directa y resueltamente el movimiento de independencia de los pueblos oprimidos contra el imperialismo de la metrópoli, pues “un pueblo oprime a otros no puede ser libre”. (Marx)

h) Este sostén consiste en la defensa, en la aplicación del principio del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, a constituirse en Estados independientes.

i) Sin la aplicación de este principio, es imposible realizar la unión de las naciones en una economía mundial única, base material de la victoria socialista.

j) Esta unión ha de ser voluntaria, ha de fundarse en una confianza mutua, y en las relaciones fraternales de los diferentes pueblos.

De ahí, dos tendencias en la cuestión nacional: la tendencia a la emancipación política del yugo del imperialismo y a la creación de Estados nacionales, independientes, tendencia que tiene su origen en una reacción contra la opresión imperialista y la explotación colonial, y la tendencia a la aproximación económica de las naciones, tendencia determinada por la formación de un mercado mundial y una economía mundial.

 

“La historia del capitalismo nos muestra dos tendencias en la cuestión nacional. La primera es el despertar de la vida nacional y de los movimientos nacionales, la lucha contra toda opresión nacional, la creación de Estados nacionales. La segunda es el desenvolvimiento de toda suerte de relaciones entre las naciones, la destrucción de las barreras nacionales, la creación de la unidad internacional del capital, de la unidad económica, política, científica, etc. Estas dos tendencias constituyen la ley mundial del capitalismo. La primera predomina al principio de su desenvolvimiento; la segunda caracteriza la madurez del capitalismo que marcha hacia su transformación en sociedad socialista.” (Lenin: “Notas críticas”.)

 

Para el imperialismo, estas dos tendencias representan contradicciones irreductibles, pues el imperialismo no puede vivir sin explotar las colonias, sin mantenerlas por la fuerza en el cuadro de un “todo único”, no puede aproximar a las naciones sino merced a anexiones y extensiones coloniales, sin las cuales no podría concebirse.

Para el comunismo, por el contrario, estas tendencias no son más que las fases de un mismo proceso: el de la emancipación de los pueblos oprimidos del yugo del imperialismo. Sabemos en efecto que la fusión económica universal no es posible sino a base de la confianza mutua y en virtud de un acuerdo libremente consentido, que la formación de una unión voluntaria de pueblos debe ir precedidas de la separación de las colonias del “todo” imperialista “único”, de la transformación de dichas colonias en Estados independientes.

De ahí la necesidad de una lucha incesante, encarnizada contra el patrioterismo de los “socialistas” de las grandes potencias, Inglaterra, Francia, América, Italia, Japón, etc., que no quieren combatir contra sus Gobiernos imperialistas, ni sostener la lucha de las colonias oprimidas por su liberación, por su separación de la metrópoli.

Sin esta lucha, es imposible educar a la clase obrera de las naciones dominantes con arreglo al espíritu del internacionalismo verdadero, acercaría a las masas laboriosas de las colonias y países oprimidos, prepararla a la revolución proletaria. La revolución no habría triunfado en Rusia, ni habrían sido vencidos Koltchak y Denikin si el proletariado ruso no se hubiese ganado la simpatía y apoyo de los pueblos oprimidos por el antiguo imperio zarista. Mas, para obtener su apoyo y simpatía, tuvo primero que romper sus cadenas, que libertarles del yugo del imperialismo ruso. Sin ello, habría sido imposible asentar sólidamente el poder sovietista, implantar el internacionalismo verdadero y crear esta notable organización de colaboración de pueblos que se llama Unión de República Soviéticas y que representa el prototipo de la unión futura de los pueblos en una economía mundial única.

De ahí la necesidad de combatir en los países oprimidos la estrechez de los socialistas que no ven sino sus intereses nacionales directos, se encierran en su acción local, y no quieren comprender la concomitancia del movimiento de liberación de su país con el movimiento proletario de los países dominantes.

De otra manera, imposible mantener la solidaridad de la clase del proletariado de las naciones oprimidas con el de los países dominantes en su lucha contra el enemigo común, el imperialismo, de otro modo, imposible realizar el internacionalismo.

Tal es el camino a seguir para la educación de las masas laboriosas de las naciones oprimidas y de las naciones dominantes conforme al espíritu del internacionalismo revolucionario.

He aquí lo que dice Lenin acerca de esta educación:

 

“¿Puede ser idéntica esta educación en las grandes naciones que oprimen a otras y en las pequeñas naciones que oprimen a otras y en las pequeñas naciones oprimidas, en los países que anexionan y en los anexionados? Evidentemente, no. La marcha hacia un fin único, la igualdad completa, la aproximación interna, la fusión de todas las naciones, puede seguir diferentes caminos. Así, para llegar a un punto situado en el centro de una página, puede partirse el borde izquierdo o derecho de esa página. Sí, predicando la fusión de los pueblos, el socialista de un gran país opresor olvida que Nicolás II, Jorge V. Poincaré y demás son también partidarios de la “fusión” con las pequeñas naciones (por medio de la anexión), que Nicolás II desea la “fusión” con Bélgica, etcétera, no será más que un doctrinario ridículo en teoría y un auxiliar del imperialismo en la práctica.

El centro de gravedad de la educación internacionalista de los obreros en los países opresores debe residir en la propaganda y sostén efectivo del derecho de los pueblos oprimidos a separarse de la metrópoli. Sin esto no hay internacionalismo posible. Podemos y debemos tratar de imperialista y sinvergüenza a todo socialista de un Estado opresor que no haga esta propaganda. El derecho de separación de la metrópoli es una reivindicación indispensable, aunque esta separación no sea posible sino en un caso, de mil, antes del advenimiento del socialismo.

Por el contrario, el socialista de una pequeña nación debe transferir en centro de gravedad de su agitación a la segunda parte de nuestra fórmula: “unión voluntaria” de las naciones. Sin faltar a sus deberes de internacionalista, puede defender la independencia política de su nación y su inclusión en un Estado vecino cualquiera. Pero, en todo caso, debe luchar contra la estrechez nacional, no encerrarse en su movimiento, considerar el conjunto del movimiento y comprender que hay que subordinar el interés particular al interés general.

Las gentes que no han profundizado la cuestión ven una “contradicción” en el hecho de que los socialistas de los Estados opresores deban reclamar la “libertad de separación” y los socialistas de las naciones oprimidas la “libertad de unión” con otro pueblo. Pero basta un poco de reflexión para ver que no hay otra vía hacia el internacionalismo y la fusión de las naciones que la que indicamos en nuestra tesis.”

(Lenin: “El balance de la discusión”.)

 

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (SE de IC)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año I, San Sebastián, 15 Abril 1933  nº 4

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