Desde Portugalete 

Ínterin se construye un Asilo-refugio que permita acometer el problema con un sentido social. “Esa gente indeseable no merece la atención de las personas decentes” —piensan algunos conspicuos varones—. Los escrúpulos de los valedores de una nueva moral. ¿Dinero? ¡Sacarlo de donde lo hay!

 

“Esos gitanos no merecen la atención de las personas decentes —piensan algunos conspicuos varones—. Los mendigos, los que vegetan cual perros vagabundos en ese inmundo estercolero, los que se embriagan y arman descomunales broncas y escándalos golpeándose despiadadamente; la mujerzuela celosa y camorrista y el marido borracho y pendenciero; los que dan satisfacción a sus más groseras necesidades ensuciándose en habitaciones y pasillos, los que deparan, en fin, mil escenas grotescas y repugnantes en presencia de sus pequeñuelos, ésos, no merecen la atención y menos la alarma de las personas decentes.”

“Eso es moneda corriente: ya os acostumbraréis” —subrayan los valedores de una moral tan exquisita y sensible, colocándose en una actitud de despectiva inhibición, pretendiendo encubrir de esta guisa una despreocupación casi absoluta por el problema que nos ocupa.

“Las arcas municipales, su potencia económica, no nos permite abordar a fondo el problema” —esta es la eterna cantinela que, cuando abrumamos con nuestros razonamientos a quienes están obligados a ocuparse de esta cuestión.

Y mientras nuestros ediles continúan, sin duda, embargados por preocupaciones de MÁS ENJUNDIA, a esta pobre gente depauperada física y moralmente, tarada en parte por la influencia perniciosa de los detritus de la podrida sociedad capitalista en plena descomposición, pero de la más elevada honradez proletaria, la mayoría sumida en las tinieblas de la más horrible de las indigencias, se le cuelga el sanbenito infamante de unos pecados que consigo llevan la penitencia. Son estas gentes los malditos del moderno Jehová injusto, convencional h hipócrita en el que nos hemos de ciscar cuantas veces sea menester, elevando vigorosamente nuestra voz de protesta.

Hay que redimir a esto hijos de la miseria elevándolos a la condición de seres humanos. ¡Estos no pueden quedar abandonados a su propia suerte!

Sí, señores, hay que habilitar viviendas para las familias del Fuerte de San Roque; pero a la mayor urgencia, sin demora alguna y saltando por encima de todas las barreras legalistas que se opongan a obra tan plausible. Y aunque no se nos oculte que el problema no ha de quedar resuelto total y definitivamente con la habilitación pura y simple de éstas viviendas. Porque bien sabemos que se impone la construcción de un edificio dotado de todos los elementos de higiene necesarios, con personal docente adecuado y en donde se puedan corregir hábitos degradados; porque no se nos oculta tampoco que dejar a estas pobres gentes abandonadas a su libre albedrío, sin disciplinarlas mediante una buena organización en la que ellas participasen directamente, sería tanto como convertir las flamantes viviendas que se habilitasen en pocilgas, como las de “Abisinia”. Esto nos conduciría al mismo resultado. No dudamos, pues, que hay que construir un asilo o refugio, acometiendo así el problema de un hondo sentido social.

¿Soluciones? La reedificación de “la casa de la Inquisición”, aprovechándose los muros y dependencias que han quedado en pie y cuyas obras, según algunos compañeros, no sobrepasarían en mucho la cifra de 40.000 pesetas, lo que daría ocupación temporalmente a los parados.

Se nos argüirá que no hay dinero. Recábese entonces la ayuda de la Diputación y del Estado, y en última instancia, antes que dejar las cosas en su actual abandono, sáquese el dinero de DONDE LO HAYA, pues suprimiéndose ciertas partidas e imponiéndose también ciertos impuestos, aunque NO SE NIVELASE EL PRESUPUESTO, presumimos no sería tan difícil. . .

Pero volvamos a afirmar que es necesario y urgente que se habiliten viviendas de cualquiera de la s formas, sin esperar éstas últimas soluciones. ¡Hay muchos “chalets deshabitados” para perder lastimosamente el tiempo!. . .

Desde Portugalete

 

Al atardecer espléndido y radiante de un día de primavera, hemos subido a las viviendas del Fuerte de San Roque, conocido por  “Abisinia”, en compañía de nuestro camarada Rufino Castaño, gestor provincial de la Diputación de Vizcaya, y el camarada Fuertes, alguacil del Ayuntamiento de Portugalete.

Nuestra segunda visita no tenía más objeto que nuestro camarada Castaños, en su calidad de gestor provincial, realizara una inspección ocular al objeto de comprobar minuciosamente cuanto denunciábamos en nuestra información anterior.

Hemos visto todas las habitaciones. Las mismas mugrientas camas, las mismas pocilgas... En una de las habitaciones hay una criatura con pulmonía. En algunas, sobre la cabecera de la cama, pende un crucifijo. El camarada Castaños comenta irónico:

—Están ustedes bien protegidos...

—La verdad..., con algo teníamos que adornar la habitación. Andaba a vueltas por el suelo. Lo cogí y lo clavé ahí tan fuerte que más tarde, por no tomarme el trabajo de soltarlo, así ha quedado —comenta una de las mujeres.

Entre las habitaciones que hemos visitado podemos citar las de Bernarda, Escola, Martes, Rebollo, Barril, etc., etc. Anunciamos nuestro propósito de impresionar  unas placas. Mientras el fotógrafo prepara el trípode, la noticia corre como un reguero de pólvora entre todas las mujeres. Alguna, coquetamente, ofrecen alguna resistencia, diciendo:

—¿Así, con esta “pinta”, vamos a retratarnos? ¡Espere, que voy a arrogarme un poco”

En estos momentos llegan dos guapas mozas del lavadero. Vienen en traje de faena, como vulgarmente de dice. No obstante su indumentaria, su aspecto aseado y su radiante juventud nos hace considerar con cierta melancolía el destino de estas lozanas flores primaverales condenadas a agostarse prematuramente entre la inmundicia y el dolor...

Entre grandes risotadas suben velozmente las escaleras para ponerse lejos del alcance del fotógrafo. No tardan en convencerse, empero, a pesar de su indumentaria, que la naturaleza les ha dotado de otras galas envidiables que ¡ay! No todas poseen.

Pronto el grupo va formándose entre el alegre bullicio de voces y un concierto de carcajadas. El rostro expresivo de “María la fea” se anima hasta adquirir cierto gracejo. Comenta irónica señalando al fotógrafo:

—¡Qué caray! No soy tan fea cuando no se ha roto el aparato a pesar de que ya me retrataron la vez pasada.

Una bellísima joven, se incorpora apresuradamente al grupo gritando_

—¡Esperen, esperen que vaya yo!

—Yo me pongo junto a mi suegra —dice la nuera de Aurora Oliveros, una simpática joven.

El grupo está ya definitivamente formado. Todas levantan el puño; nunca nos ha parecido tan simbólico el saludo proletario... Esta es la escena que nos imaginamos al entonar las primeras estrofas de “La Internacional”: “Arriba los parias del mundo....”

***

Nos despedimos después de satisfacer su curiosidad comunicándoles que nuestro trabajo es para nuestro valiente semanario EUSKADI ROJA. Nos dicen al marcharnos:

—Lo que hace falta ahora es remediar nuestra situación.

Les respondemos que nos proponemos lograr la construcción de viviendas adecuadas. Nos contesta una de la bellas jóvenes, con ademán resuelto, señalando con su brazo la dirección de suntuosas mansiones señoriales hay deshabitadas.

—Esos, esos “chalets” deber ser ocupados por nuestras familias....

 

 

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año IV, San Sebastián, 16 Mayo 1936  Segunda época  nº 26

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