IRUN

Cuando acallado el estruendo de las explosiones que nos aturden y disipado el humo en que nos hallamos envueltos, nos sea dado pasar la vista sobre el cúmulo de ruinas amontonadas, valorando toda la intensidad de la tragedia, toda la sublimidad del heroísmo que en estos meses ha vivido nuestra Euzkadi, por sobre todos los demás como sintieses dramática de esta época, veremos elevarse un nombre evocador de una grandiosa epopeya: Irún

Acosados con ferocidad salvaje por fuerzas de una superioridad aplastante, el pueblecito bidasotarra, allá en los confines de la Euzkadi peninsular, resiste con estoicismo ejemplar la lluvia de metralla que sobre él descarga. Son los primeros tiempos de lucha, los días en que flatos de organización, de técnica militar y de elementos bélicos, la patria empieza a conocer las amargueras de la invasión, para cerrar el paso al cual, todas las deficiencias hay que suplieras con una muralla de pechos

Y, de entre la metralla fascista, fundida por el fuego del enemigo va moldeándose en aquella lucha de titanes la recia figura de un hijo del pueblo en quien se personaliza y encarna la inmortal defensa de Irún: es Manuel Cristóbal Errandonea.

Voluntad inquebrantable y temple de acero, sabe suplir la carencia de conocimientos militares con sus sagacidad y con su avisado instinto montaraz de contrabandista que le permite conocer al primer golpe de vista los más insignificantes accidentes de terreno.

Lo demuestra después, cuando forzado a abandonar los atajos y sendero que tantas veces recorriera esquivando la vigilancia aduanera, organiza y dirige la defensa de las montañas guipuzcoanas. En toda las acciones de importancia llevase a cabo desde el Jaizkíbel hasta el Kalamua, aparece magnífica, inconfundible, la figura del comnadante Cristóbal.

Su nombre, sin embargo, adquiere todo el relieve de la gloria cuando junto a él se evoca Puntxa, Saroya, San Marcial, Zublezu. . . Y cuando se recuerda que, Irún, incapaz de prolongar la defensa por carecer de cartuchos, supo, sin embargo, detener la avalancha del invasor, oponiéndose a su paso la barrera ígnea de sus barriadas en llamas. . .

Y e que antes de que lo dijera Dolores con frase gráfica, Cristóbal y su pueblo habían comprendido que, “más vale morir de pie, que vivir de rodillas”.

 

euskadi roja

ORGANO en EUSKADI del PARTIDO COMUNISTA (S.E. de I.C.)   PORTAVOZ de los SINDICATOS REVOLUCIONARIOS

Año II, San Sebastián, 07 Noviembre 1936  nº 55

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