ORIGINAL

 

 

Introducción: EL CAMINO HACIA EL CAPITAL: UNA PERIODIZACIÓN

 

El resumen que hace Rosdolsky en el primer capítulo de su magnum opus (Rosdolsky,1968, cap. 1:

 

“Cómo nacieron los Grundrisse”) sigue siendo muy adecuado para seguir el recorrido hecho por Marx en su tarea, que le llevó décadas, de estudio de la economía política, especialmente si el lector no siente la necesidad de ampliar su información hasta leer un libro completo sobre el tema (como es el todavía muy adecuado libro de Mandel, 1967).

Sin embargo, por su mayor actualización, por representar una vía intermedia ante el citado dilema, y debido también al cuasi universal desconocimiento en español de la excelente obra de Draper (1985/86), me voy a permitir ajustar el contenido de esta introducción a lo que no va a ser sino una traducción del epígrafe que, con el mismo título, recoge Draper como apéndice de su Enciclopedia (1985, vol. I, pp. 292-7), ampliado para tener en cuenta algunas de las cosas más relevantes que comenta él mismo en los otros dos volúmenes de su obra, a partir de las remisiones que a ellas se hace en este Apéndice. Por tanto, dividiré el recorrido en los mismos quince pasos que señala Draper, y que son los siguientes.

 

 

1. El periodo de París: 1844 y principios de 1845

 

Marx reside en París desde finales de octubre de 1843 hasta febrero de 1845. Entre octubre y noviembre de 1843, Engels escribió un importante artículo sobre economía política que tuvo un gran impacto en Marx: es el célebre Umrisse–conocido en inglés por Outlines, y en español como el Esbozo (o delineación) de una crítica de la economía política–, publicado, firmado (lo que no siempre ocurría), en los Deutsch-Französische Jahrbücher(DFJ, Anuarios Franco-alemanes), en febrero de 1844. Aunque es interesante observar que mucho más tarde, en 1884, Engels se opuso a que se tradujera ese artículo al ruso, por considerarlo viejo y por estar demasiado lleno de errores, la verdad es que ese trabajo fue uno de los principales estímulos para que Marx empezara a leer y extractar a los economistas ingleses (aunque en París lo hizo sobre todo en francés), como James Mill (Éléments d’économie politique), Lauderdale, McCulloch, Ricardo, Smith; y a otros de distintas épocas como Jenofonte, Buret, Destutt de Tracy, List, Osiander, Say, Schüz, Skarbek, así como una colección editada por Daire en 1843, que incluía trabajos de Law y de Boisguillebert. [Según Karl Marx Chronik, Moscú 1934, Marx también leyó entonces a Pecqueur, Schulz y Sismondi; y según Draper, en 1844-7, a Cherbuliez, Sismondi, Cantillon, Child] .

Por esa época, Marx estaba leyendo al mismo tiempo los cuatro volúmenes de las memorias de René Levasseur, un antiguo miembro de la Convención, de las que Marx extractó pasajes sobre las luchas entre los montagnardsy los girondinos, ya que lo que estaba estudiando por entonces, fundamentalmente, era la Revolución Francesa, hasta el punto de planear escribir una historia de la Convención. Pero al empezar a preparar los DFJ, recibió, como director, los dos artículos de Engels que aparecieron en el número de febrero (el número doble, único que se publicó): el citado “Esbozo” y una crítica de un libro de Carlyle,Past and Present, que también se publicó en ese número, junto a los dos artículos de Marx sobre la Cuestión judía y sobre la Introducción a la crítica de Hegel.

Entre marzo y junio de 1844, redacta los extractos del libro de Mill, que será su primera “obra” económica. Entre abril y mayo redacta el primero de los célebres Manuscritos de París, dejando el conjunto inacabado hacia finales de agosto. Entre septiembre y noviembre, escribe, con Engels, La sagrada familia. Justo por esa época comienza también la correspondencia entre Marx y Engels: en octubre, en su primera carta, Engels le habla a Marx de la necesidad de hacer trabajo de propaganda en Alemania, incidiendo muy especialmente en temas de Teoría, y ya le reclama que acabe su proyectado libro sobre economía política. En diciembre de 1844 y enero de 1845, vuelve Marx al estudio de la economía, hasta su expulsión de París el 3 de febrero de 1845. En enero tiene la idea de escribir una crítica de la obra de su compatriota List, y negocia con H. Leske, un editor de Darmstadt que estaba entonces de visita en París, la publicación de este libro. Engels seguía urgiéndole a terminar su “Economía”, como iba a seguir haciéndolo, tantas veces, durante décadas.

El 1 de febrero, firma Marx un contrato con Leske para publicar la Crítica de la política y la economía política[1], en dos volúmenes (por cierto, en julio de 1845, ya en Bruselas, éste le anticipa 1500 francos en concepto de adelanto por los derechos del libro). Al día siguiente se entrevista Marx con Étienne Cabet, y el 3 es expulsado de París (la orden la había recibido el 11 de enero).

En Bruselas, desde febrero a diciembre de 1845, y en su viaje a Manchester (en julio y agosto), Marx llenó diez cuadernos con notas de economía. Como señala Draper, forman tres grupos: el primero, de Bruselas, antes del viaje, con extractos de Chamborant, Louis Say, Sismondi, VilleneuveBargemont, Buret, Senior, Ferrier, Fix, Laborde, Noreau de Jonnès, Ramón de la Sagra y Trioe. En los tres cuadernos escritos en Manchester encontramos extractos de Cooper, Edmonds, Gilbart, Jarrolt, Sadler, Tooke, Anderson, Browning, D’Avenant, Misselden, Petty, Cobbett, North, Senior y Thompson. Y en los dos últimos cuadernos, a la vuelta de su primer viaje inglés: Aikin, Atkinson, Carlyle, Defoe, Eden, Gisborne, McCulloch, Stuart Mill, Wade, Hildich, Greg, Hope y Morse.

 

2. El primer periodo de Bruselas: de 1845 a comienzos de 1847

 

Marx residió en Bruselas desde febrero de 1845 a marzo de 1848, y la división que hace Draper de esta estancia en dos periodos se basa tan sólo en el hecho de que en 1847 (y principios de 1848) cambia un poco su atención hacia asuntos económicos más concretos, como veremos.

En marzo de 1845, escribe, aunque no acaba, una crítica de la economía política de Friedrich List (su libro El sistema nacional de economía política), pensada al parecer para el proyecto de Püttmann: Rheinische Jahrbücher. Por la misma época, concibe con Engels y Hess un proyecto para publicar en la editorial de Leske una serie (“Biblioteca”, como la llamaron) de grandes obras de autores socialistas y comunistas, pero Leske desestima la idea. De hecho, Engels ya había traducido una de Fourier, llamada De trois unités externes, más bien como resumen y paráfrasis de la misma.

A finales de mayo de 1845, Engels publicó en Leipzig su Condición de la clase obrera en Inglaterra (que tuvo una segunda edición en 1848), que ejerció también una influencia decisiva sobre Marx, aunque a veces se pase esto por alto. A mediados de julio, parte con Engels a Londres y Manchester. Su idea es entrar en contacto con el movimiento obrero inglés (allí conocerá a Harney, el líder cartista) y con obreros alemanes como Schapper y Moll; pero, asimismo, estudiar economía política y la situación inglesa en las bibliotecas de este país. En este periodo, conoce a los socialistas ricardianos (Thomas Edmonds, William Thompson). A fines de agosto vuelve a Bruselas, donde sigue leyendo economía hasta que, en noviembre, vuelve a interrumpir este trabajo para escribir, con Engels, La ideología alemana. En octubre de 1845, planea escribir con Engels un trabajo sobre la cuestión arancelaria y los debates entre proteccionistas y librecambistas, y presentan el proyecto al editor Campe.

 

En julio de 1846, después de varias reclamaciones, Leske le pide a Marx la devolución del anticipo monetario que le había hecho si no entregaba inmediatamente la prometida obra de economía; y Marx le responde que le entregará el primer volumen a fines de noviembre (en febrero de 1847, ante la falta de cumplimiento de este compromiso, se produce la ruptura definitiva entre ambos). En realidad sólo vuelve Marx a la economía a partir de septiembre de 1846, y hasta fines de ese año (aunque en La Ideología alemana, donde sólo se trata de economía de pasada, ya aparece como defensor de la teoría del valor-trabajo, en contra de lo que había sido su posición inicial). En diciembre de 1847 Marx leyó el libro de Proudhon (La filosofía de la miseria), y decide responderle directamente con su Miseria de la Filosofía. Otras lecturas económicas de Marx en este periodo fueron Owen, Bray, Parkinson y Quesnay, von Gülich y MacPherson.

 

Tiene interés citar aquí a Rosdolsky, que señala cómo todo este recorrido de Marx hacia su Economía se puede  resumir en tres grandes fases intelectuales de su vida. La segunda es precisamente ésta en la que estamos, cuando su plan era hacer una crítica de la economía a la vez que de la política. Había dejado atrás, por consiguiente, la primera etapa, en la que la crítica era mucho más ambiciosa en lo extensivo, pues “comprendía también una crítica delderecho, de la moral, y sobre todo de la filosofía”; pero todavía no había pasado a la tercera y definitiva, en la que Marx “abandonó su plan anterior de incluir también una ‘crítica de la política’ en su obra, en la medida en que ahora [se refiere a finales de 1851] quería limitarse a un ‘ajuste de cuentas’ con la economía anterior y los sistemas socialistas” (Rosdolsky, 1968, p. 30).

 

3. El segundo periodo de Bruselas: de 1847 a comienzos de 1848

 

Ahora los proyectos de Marx en este campo son más específicos que antes: en primer lugar, su polémica con Proudhon, centrada en cuestiones económicas; posteriormente, el congreso de economistas sobre libre comercio que tiene lugar en septiembre de 1847; finalmente, sus proyectados artículos sobre Salarios y sobre Trabajo asalariado y capital.

A lo largo de la primera mitad del año 1847, Marx escribe su ya citada Miseria de la Filosofía, que termina en junio y se publica inmediatamente en Bruselas (en julio). Poco después, se celebra en Bruselas, entre el 16 y el 18 de septiembre de 1847, un Congreso Internacional de Economistas, que contará con la participación de Marx y Engels. Marx preparó una intervención para este Congreso, pero, llegado el momento, se le impidió hablar. Entonces, se decidió a escribir un texto a partir de las notas que había preparado para esta frustrada intervención oral, y lo publicó finalmente (aunque, al parecer, sólo parcialmente y en francés) en el Atelier Démocratique, de Bruselas: “Los proteccionistas, los librecambistas y la clase obrera”. Más tarde, y ya en forma íntegra, lo publicaría en panfleto con el título de Discours sur la question du libre échange(febrero de 1848, en francés; más tarde, también en 1848, en alemán, editado por su amigo J. Weydemeyer), que había sido el título dado a una conferencia que impartió el 8 de enero de 1848 ante la Asociación Democrática de Bruselas, la cual, por cierto, votó inmediatamente su publicación.

A finales de diciembre de 1847, Marx ofreció nuevas charlas o conferencias sobre economía en la Asociación de Trabajadores Alemanes de Bruselas. En febrero de 1848, las preparó con intención de publicarlas como un artículo llamado “Salarios” (con el editor Callewaert, de Bruselas), pero el estallido de la revolución abortó este proyecto. Posteriormente, en abril de 1849, y en cinco números sucesivos de la Neue Rheinische Zeitung[NRZ: Nueva Gaceta Renana, Colonia] apareció este escrito con el nombre de Trabajo asalariado y capital, aunque no en forma completa. Muchos años más tarde, en 1880, se publicaría como panfleto en Breslau, sin el cocimiento de Marx, y de nuevo en 1884 con un prefacio breve de Engels.

 

4. Colonia: 1849

 

Al declinar la revolución de 1848-49, empieza Marx a comprometerse, además de con su trabajo como director de la NRZ, con el movimiento obrero de Colonia, en especial con el trabajo educativo de la Asociación de Trabajadores de Colonia (en realidad, radicada en el municipio de Mülheim, que hoy es parte de la ciudad de Colonia). A mediados de febrero, Schapper anuncia que habrá una serie de charlas quincenales libres, por parte de Marx, Engels y él mismo, sobre diversos “temas sociales”. En abril, Marx las prepara para su publicación en la NRZ: de ello aparecen cinco entregas, pero se interrumpe la publicación debido a que Marx ha de salir entonces de viaje hacia el noroeste de Alemania (Hamburgo, Bremen, etc.), tanto para llevar a cabo una serie de contactos políticos como para intentar recaudar dinero para la propia NRZ. Aunque este periódico anuncia en sus páginas su continuación futura, ésta no se produce realmente, como es bien sabido.

  

5. El periodo de la NRZ-Revue, en Londres: de 1849 a septiembre de 1850

 

Marx llega a Londres en agosto de 1849 y empieza a trabajar en la fundación de una nueva revista, que se llamaría esta vez la NRZ-Revue, y cuyo primer número se publicó en marzo de 1850. Desde noviembre de 1849 a septiembre de 1850 (con algunas interrupciones), dio charlas sobre economía política y sobre las ideas del Manifiesto comunistaen la GWEA [German Workers Educational Association], pero no consiguió encontrar tiempo suficiente para ponerlas por escrito. Al mismo tiempo, preparó unos cursos más intensivos para activistas de la Liga Comunista, que impartió en su propia casa del Soho.

A partir de 1850, Marx retoma sus lecturas y escritos sobre economía en la Biblioteca del Museo Británico (tras obtener su carnet en junio), sobre todo por haber llegado a la conclusión de que el final de la crisis económica había acarreado el fin de la situación revolucionaria. Piensa entonces que, así como la crisis de 1847 estaba detrás del estallido de 1848, la vuelta a la prosperidad estaba condicionando el retorno de la reacción política típica de aquel momento. En el Museo, se adentra Marx en un estudio sistemático de la historia económica de la década anterior, la historia de los precios y del sistema bancario, y de las crisis en Inglaterra y en Europa. Asimismo, estudia muy concienzudamente los archivos de los anuarios del Economist.

Finalmente, en septiembre de 1850 se cierra una etapa, con la escisión de la Liga de los Comunistas y el fin de la NRZ-Revue (por cierto, que ese mismo mes debió de dejar embarazada a Helene Demuth, ya que Frederick nació el 23-6-1851). El 17 de septiembre, Marx, Engels y 10 seguidores presentan su dimisión a la GWEA, cuya mayoría apoyaba a Willich y Schapper, así como del Comité para los refugiados en el que también había estado trabajando Marx. La suspensión de la revista le permite leer a.

 

6. Los cuadernos de 1850-53.

 

Este periodo abarca hasta el comienzo de la guerra de Crimea. En este periodo de 1851, se conocen al detalle las lecturas que realizó Marx en la Biblioteca del Museo Británico, mes a mes. Este trabajo no se interrumpió hasta el golpe de estado de Luis Napoleón Bonaparte en Francia, y el resultado del mismo son unos 14 cuadernos que llenó en ese tiempo, aunque no tenía entonces ningún editor a la vista. Comenzó a estudiar la cuestión de la renta de la tierra (en enero), y la teoría del dinero (en febrero), centrándose en ambos casos en Ricardo. En abril, le escribe muy optimista a Engels que terminará todo en cinco semanas, y Engels le responde que “por fin, pues ya se estaba arrastrando todo demasiado tiempo”. Marx le pide a Freiligrath y Daniels que le busquen un editor. Contactado al mismo tiempo, el editor Cotta rechaza la idea. Ya a fines de junio, le dice Marx a Weydemeyer que aún necesitará dos meses más, porque el tema se le ramifica continuamente; y Draper comenta que esto no extraña en absoluto, si uno se fija, por ejemplo, en que en julio le pide a su amigo Richard Reinhardt, el secretario particular de Heine, en París, que le envíe un libro que necesitaba para su trabajo ¡sobre la Economía política de los romanos!

En noviembre no acepta la propuesta de un editor de Frankfurt, Löwenthal (defendida por Engels, que al parecer lo que deseaba era que publicara algo cuanto antes), para publicar algo diferente de lo que él tenía pensado. En diciembre, Lassalle propone montar una compañía por acciones en Alemania para financiar la publicación de la obra. Los autores que Marx leyó en 1851 son muchas decenas.

El golpe de estado de Bonaparte ocupó a Marx con su “18 Brumario” hasta marzo de 1852. Y a partir de agosto de 1852 empieza su colaboración con el periódico estadounidense New York Daily Tribune(NYDT), que le sirve por un tiempo como una buena fuente de ingresos pero que lo mantendrá ocupado con temas de los más diversos, y en la mayoría de los casos completamente ajenos a la economía.

Mientras tanto, en enero de 1852, Marx le pide a Weydemeyer que busque un editor en Estados Unidos.

En marzo, el editor Wigand, de Leipzig, también rechaza una nueva propuesta. En agosto quien se niega es Brockhaus, de la misma ciudad. Por último, en diciembre, Marx se convence de que el proceso de Colonia contra los comunistas anula ya toda posibilidad de encontrar un editor para su libro de economía.

En abril de 1853 parece abandonar de factosus estudios de economía, y al desencadenarse en septiembre la Guerra de Crimea parece que, por el momento, ya no piensa en retomarlos.

 

7. Mediados de los cincuenta: 1854-57

 

En estos años, el principal foco de atención de los artículos periodísticos de Marx (el NYDT y ahora también el Neue Oder Zeitung, vía Lassalle) son la Guerra de Crimea, las luchas entre las grandes potencias y las crisis políticas en Europa (por ejemplo, de esta época son sus lecturas y escritos sobre la historia de España, a partir de trabajos de Jovellanos, Toreno, Flórez Estrada, etc.). Una parte de éste se refiere a cuestiones económicas. También trabaja en economía política; en especial, un breve folleto titulado “Dinero, crédito, crisis”, con referencias cruzadas a sus cuadernos de lecturas de Tooke, Thornton, Mill, Fullarton, etc.). De este trabajo, que luego usaría en los Grundrisse y en El capital, dicen los editores de OME 22 lo siguiente: “Sobre las diferentes teorías acerca del curso cambiario reunió Marx un material extraordinariamente rico, examinado y juzgado críticamente por él en un borrador que lleva por título: Geldwesen, Kreditwesen, Krisen, redactado aproximadamente entre noviembre de 1854 y enero de 1855” (p. 181, en el apartado sobre “Dinero como medida de los valores y criterio de los precios. Crítica de las teorías de la unidad de medida del dinero”).

A fines de 1856 y durante 1857, con el surgimiento de una nueva crisis económica, Marx presta mucha atención a esto. En noviembre publica en el NYDT un artículo sobre la crisis financiera, y otro sobre el Crédit Mobilier; y en diciembre, otro sobre la crisis europea. Además, por esa época, y precisamente como consecuencia de la crisis, este periódico le reduce al 50% los honorarios que hasta entonces le venía pagando por sus colaboraciones.

 

8. Los cuadernos de los Grundrisse: 1857-58

 

Al referirse uno a ‘los Grundrisse’, debe tener en cuenta la distinción entre el manuscrito que ha recibido ese título y el volumen publicado que los hizo accesibles. Refiriéndose a la edición alemana de 1953, señala Draper que la sección principal de ese volumen (páginas 1-764) contiene el manuscrito que puede llamarse propiamente los Grundrisse, que se divide en dos partes muy desiguales en tamaño. La primera parte (pp. 1-31) es el manuscrito conocido como la Introducción (Einleitung). Y la segunda parte es un manuscrito encontrado en siete cuadernos (I a VII) que se agrupa en sólo dos capítulos, uno sobre el dinero y otro sobre el capital. La sección de los Grundrisse propiamente dichos se publicó en 1939-41 en Moscú, en dos volúmenes, en una edición rarísima en Occidente, de la cual escribió Rosdolsky en su prólogo que en 1948 “el autor de este trabajo tuvo la fortuna de poder ver uno de los entonces rarísimos ejemplares de los Grundrisse (...)”; y aclara en nota al pie: “Hasta ese momento sólo existían en el mundo occidental unos 3 ó 4 ejemplares de la obra, editada por primera vez en Moscú en 1939. El bibliotecario de la biblioteca Jos. Buttinger de Nueva York, O. Bauer, puso a mi disposición, con la mayor generosidad, uno de dichos ejemplares, por lo cual le manifiesto aquí mi más sincera gratitud” (1968, p. 11).

El resto del volumen de 1953 (que coincide con el segundo volumen de la edición de Moscú) es un suplemento formado por seis documentos diferentes, que suman más de 200 páginas. Podemos nombrarlos tal como aparecen en la edición española de Manuel Sacristán (OME, nº 22), citados como “Apéndices”: 1) “Extractos de la teoría del dinero de Ricardo (diciembre de 1850)”, pp. 285-301; 2) “Apuntes y extractos sobre el sistema de Ricardo (marzo-abril de 1851)”, pp. 303-369; 3) “De los manuscritos de 1857/58”, pp. 371-395; 4) Fragmento del texto primitivo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política(1858)”, pp. 397-481; 5) “Reseñas de mis propios cuadernos de 1857-58” (1859)”, pp. 485-499; 6) “Proyecto de 1869”, pp. 501-509.

Merece la pena citar aquí a otro gran estudioso de los Grundrisse, Enrique Dussel, que escribe que esta obra es “esencial” para entender a Marx: “Y decimos ‘esencial’ en el sentido de que en los Grundrisse el lector no advertido será conducido por Marx mismo, con su propia mano de pedagogo, a sus descubrimientos centrales, fundamentales, con sus propias palabras, conceptos, categorías, y en el orden que él mismo fue descubriendo en su ‘laboratorio’ teórico” (Dussel, 1985, p. 11)[2].

Por otra parte, debo citar aquí el reciente y sugerente libro de Toni Negri, a pesar de no compartir bastantes de las cosas que en él se dicen sobre cómo interpretar esta obra, y cómo el conjunto de la obra de Marx (Negri, 1998). Ya el subtítulo del libro –“Cuaderno de trabajo sobre los Grundrisse”– nos aconseja a mencionarlo aquí, aunque la pregunta central que en él se plantea –“¿Marx más allá de Marx?

¿Los Grundrisse más allá de El capital?”– pueda ser engañosa; o a pesar de que ciertas tesis que en él se plantean, como la de que “en los Grundrisse, el marxismo es una teoría antieconómica”, no nos convenzan en absoluto.[3]

 

9. La primera Crítica de la Economía Política, CCPE: 1858-59

 

Éste es el primer libro que publica Marx sobre economía política: Contribución a la crítica de la economía política(#M181), a partir de los manuscritos de los Grundrisse, que, en cuanto tales, interrumpe en mayo o junio. La Contribución la comenzó en agosto de 1858, y la publicó en junio de 1859 (en Berlín, en una edición de 1000 copias), y se presenta públicamente como el primer volumen, o la primera parte de un trabajo más amplio que va a tratar sobre el capital. Contiene tan sólo dos capítulos (sobre mercancías y dinero), sin tocar la cuestión del capital, que se deja para el siguiente volumen (llamado en el epígrafe 10 CCPE II). De hecho, en enero de 1859 Marx le escribe a Engels una carta donde, tras advertirle “que se agarre”, explica que, a pesar del título del manuscrito que ha mandado a Duncker, el editor (“El capitalen general”), “estos fascículos no contienen nada sobre el capital” sino tan sólo sobre los dos capítulos mencionados.[4]

Cuando finalmente se publica, Marx se queja (en carta a Lassalle) de la “conspiración de silencio” que la prensa alemana había levantado contra su libro. Y su mujer, en carta a Engels, le revela en diciembre que el relativamente escaso eco encontrado por el libro había destruido las “secretas esperanzas” que habían puesto en él. Draper señala que hubo muchas reseñas y comentarios en los periódicos

 

 

 

 

[1]Tiene interés citar aquí a Rosdolsky, que señala cómo todo este recorrido de Marx hacia su Economía se puede resumir en tres grandes fases intelectuales de su vida. La segunda es precisamente ésta en la que estamos, cuando su plan era hacer una crítica de la economía a la vez que de la política. Había dejado atrás, por consiguiente, la primera etapa, en la que la crítica era mucho más ambiciosa en lo extensivo, pues “comprendía también una crítica del derecho, de la moral, y sobre todo de la filosofía”; pero todavía no había pasado a la tercera y definitiva, en la que Marx “abandonó su plan anterior de incluir también una ‘crítica de la política’ en su obra, en la medida en que ahora [se refiere a finales de 1851] quería limitarse a un ‘ajuste de cuentas’ con la economía anterior y los sistemas socialistas” (Rosdolsky, 1968, p. 30).

[2]Tampoco está de más recordar sus palabras sobre cómo leer a Marx y a los marxistas: “Frecuentemente, y en especial en América Latina, muchos estudiantes, profesionales, militantes intentan penetrar el pensamiento de Marx, en un afán de poseer un marco teórico para su acción política o sus investigaciones. Lo que les acontece es que se enfrentan a ‘manuales’ –como los de Politzer o Marta Harnecker, que han cumplido una gran función– que, en realidad, los conducen a ciertas ‘interpretaciones’ del pensar de Marx, pero no a Marx mismo.” (ibidem).

[3]No puedo estar de acuerdo con afirmaciones como la siguiente: “Ahora bien, supongamos que nos hallamos inmersos en una fase de crisis del funcionamiento material de la ley del valor [en realidad, en el libro de Negri no se supone nada así; más bien, se da por descontado que la teoría laboral del valor no es válida como la expuso Marx]. Nuestro método marxista, materialista y dialéctico, deberá cambiar de acuerdo con las modificaciones producidas (...)

¿Los Grundrisse más allá de El Capital? Quizá. Lo que es cierto es que la teoría del plusvalor, dado su carácter central, elimina toda pretensión científica de centralización y de dominio concebida desde el interior de la teoría del valor. Que la teoría del plusvalor multiplica el antagonismo en el terreno de la microfísica del poder. Que la teoría dela composición de clase refunda el problema del poder en una perspectiva que no es la de la unidad, sino la de la multiplicidad, la de las necesidades, la de la libertad.” (ibid., p. 28).

[4]El libro llevaba, tras el título, la indicación Erstes Heft (primera parte), y en el interior, tras el prefacio, una página hablaba de “Libro I: Sobre el capital”, cuyo contenido eran los dos capítulos citados sobre mercancías y dinero.

 

 

 

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