¡Proletarios de todos los países, uníos!
Sobre el Centralismo Democrático
Mao Tsetung. 30 de enero de 1962
Discurso ante una conferencia ampliada de trabajo convocada por el Comité Central del PCCh [1]
Índice
- El método seguido en la realización de esta conferencia
- El problema del Centralismo Democrático
- ¿Con qué clases debemos unirnos?
- Sobre el conocimiento del mundo objetivo
- El movimiento comunista internacional
- Debemos unir todo el partido y todo el pueblo
Camaradas: Quiero plantear algunos puntos (aplausos entusiastas). En total hay seis puntos sobre los que quiero hablar. La esencia de lo que voy a exponer es la cuestión del centralismo democrático, pero al mismo tiempo quiero hablar sobre algunos asuntos adicionales.
1. El método seguido en la realización de esta conferencia
Esta conferencia ampliada de trabajo reúne a más de 7.000 personas. Al comienzo de la conferencia el camarada Liu Shao-chi y varios camaradas más prepararon un informe preliminar. Antes de que este informe fuera discutido por el Buró Político, les sugerí que en vez de primero celebrar una reunión del Buró Político para discutirlo, deberíamos más bien darlo a conocer inmediatamente a los camaradas que están participando en esta conferencia, para que de esta manera todos pudieran comentarlo y hacer observaciones. Camaradas, entre ustedes hay personas que provienen de diversos frentes y lugares, de diversos comités provinciales, distritales y prefecturales y de los comités del partido de diversas empresas. Hay gente de diversos departamentos dependientes del Comité Central. La mayoría de ustedes tienen más contacto con las bases y deben poseer una mejor comprensión de los problemas y de la situación que la que podemos tener nosotros en el Comité Permanente, el Buró Político y el Secretariado. Además, ya que todos ustedes ocupan diferentes posiciones, pueden plantear problemas desde diferentes ángulos. Por esta razón los hemos invitado a exponer sus ideas y dimos a conocer el informe preliminar. El resultado ha sido una animada discusión en la que se han expuesto muchas ideas, no todas ellas siguiendo la política básica del Comité Central. Posteriormente el camarada Shao-chi presidió una comisión de redacción de 21 personas que incluía miembros responsables de varias oficinas centrales. Después de ocho días de discusión produjeron un segundo informe escrito. Debe quedar claro que en este segundo informe el Comité Central ha podido reunir y sintetizar los resultados de una discusión de más de 7.000 personas. Sin las ideas de ustedes este segundo informe no hubiera podido escribirse; contiene tanto en su primera como en su segunda parte numerosas modificaciones. Esto se debe a los esfuerzos de ustedes. He oído que todos ustedes tienen opiniones favorables a este segundo informe, considerándolo mejor que el primero. Si no hubiéramos empleado este método y a cambio se hubiera conducido esta conferencia a la manera usual, hubiéramos tenido que escuchar primero el informe, realizar posteriormente la discusión y todos lo hubiéramos aprobado y no hubiéramos hecho las cosas tan bien.
Esto es cuestión de cómo celebrar las reuniones. Primero que todo se distribuyen los informes preliminares y los asistentes son invitados a presentar sus ideas y enmiendas. Luego se elabora un nuevo informe. Al momento de su presentación este segundo informe no debe ser leído al pie de la letra, sino que algunas ideas deben exponerse en detalle y se deben explicar los cambios que se han introducido. De esta forma podemos promover una democracia más completa, acopiar la sabiduría de todos y comparar los diferentes puntos de vista. También serán más animadas nuestras reuniones. El propósito de esta conferencia es sintetizar la experiencia de trabajo de los últimos doce años y especialmente la de los últimos cuatro años. Existen muchos problemas, de tal manera que debe haber muchas ideas por plantear, creando así condiciones favorables para este tipo de conferencia. ¿Es posible que todas las reuniones sigan este método? No, no es posible. El uso de este método exige disponer de bastante tiempo. Podemos utilizar algunas veces este método en nuestras Asambleas Populares. Camaradas de los comités provinciales, comités de distrito y comités prefecturales del partido, cuando convoquen reuniones en el futuro, también deben adoptar este método si las condiciones lo permiten. Naturalmente que cuando se está muy atareado no se puede emplear mucho tiempo en reuniones. Pero cuando las condiciones lo permitan, ¿por qué no ensayar?
¿Qué tipo de método es éste? Es un método centralista democrático; un método de línea de masas. Primero la democracia, después el centralismo, partiendo de las masas, para volver a las masas; la unidad de la dirección y de las masas. Este es el primer punto que quería tratar.
2. El problema del Centralismo Democrático
Por lo visto, algunos camaradas no entienden aún el centralismo democrático del que hablaron Marx y Lenin. Algunos de estos camaradas son ya revolucionarios veteranos con un "estilo de tres y ocho"[2] o algún otro estilo; sin embargo, han sido miembros del partido por varias décadas y aún no comprenden este problema. Temen a las masas, temen que las masas hablen de ellos, temen la crítica de las masas. ¿Hay alguna razón para que un marxista-leninista tema a las masas? Cuando esos camaradas han cometido errores no hablan de sí mismos y temen que las masas hablen de ellos. Entre más teman más los acosará ese fantasma. En mi opinión, no se tener ese miedo. ¿De qué hay que tener miedo? Nuestra actitud es perseverar en la verdad y estar dispuestos, en todo momento, a corregir nuestros errores. La cuestión de lo justo y lo errado, de lo correcto y lo incorrecto en nuestro trabajo tiene que ver con las contradicciones en el seno del pueblo. Para resolver las contradicciones en el seno del pueblo no podemos recurrir a insultos ni a puños y menos aún a fusiles o cuchillos. Sólo podemos usar el método de discusión, de razonamiento, de crítica y autocrítica. En resumen, sólo podemos utilizar el método democrático, el método de dejar hablar a las masas.
Tanto al interior como fuera del partido debe existir una vida plenamente democrática, lo que quiere decir poner en práctica el centralismo democrático de forma concienzuda. Debemos exponer los problemas abiertamente y permitir hablar a las masas. Incluso a riesgo de ser insultados debemos dejarles hablar. El resultado de sus ataques será, en el peor de los casos, que seamos degradados o transferidos y no podamos continuar en el mismo tipo de trabajo. ¿Y qué tiene esto de inaceptable? ¿Por qué una persona sólo puede subir y subir y nunca caer? ¿Por qué debe uno trabajar solamente en un lugar y no ser nunca transferido a otro? Pienso que la destitución y el traslado independientemente de que sean justos o no, hacen bien a la gente. Por este medio fortalecen su voluntad revolucionaria, pueden investigar y estudiar una variedad de condiciones nuevas y aumentar los conocimientos útiles. Yo mismo he tenido experiencia a este respecto y he obtenido muchísimo provecho. Y si ustedes no me creen, ¿por qué no lo averiguan por si mismos? Ssu-ma Chien dijo:
Wen Wang fue apresado y el resultado fue el desarrollo del Chou I; Confucio estuvo en terribles dificultades y así compiló los Anales de la Primavera y el Otoño; Chu Yuan fue deportado y así escribió el Li Sao; Tso Chiu quedó ciego y entonces escribió el Kuo-yu; A Sun Tzu[3] le mutilaron las rótulas y se hizo maestro en estrategia militar; Lu Puwei fue desterrado al reino de Shu y así pudo el mundo leer su obra; Han Fei fue encarcelado en el reino de Chin y se hizo escritor pues no pudo guardar su angustia para sí mismo. De los cientos de poemas y obras en prosa del Libro de las Odas, la mayoría fueron hechos por hombres de virtud y sabiduría acicateados por la adversidad[4].
En los tiempos modernos hay quienes cuestionan la veracidad de estas afirmaciones, sobre Wen Wang desarrollando el Chou Iy Confucio compilando los Anales de la Primavera y el Otoño; pero no nos preocupemos por eso, ¡dejemos a los especialistas estudiar estos problemas! Ssu-ma Chien las consideraba verídicas y es un hecho que Wen Wang fue apresado y que Confucio soportó terribles dificultades. Los ejemplos que Ssu-ma Chien menciona, excepto el de la pérdida de la vista de Tso Chiu, todos hacen referencia al tratamiento incorrecto que padecieron estos hombres a manos de los más altos dirigentes de su tiempo. En el pasado nosotros también hemos tratado incorrectamente a algunos cuadros. No importa qué tan equivocados fueron estos tratos, si nuestros errores fueron parciales o totales, debemos verificar sus casos y rehabilitarlos de acuerdo con las circunstancias específicas. Pero, hablando en términos generales, este tratamiento incorrecto -la destitución, la remoción- ayuda a templar la voluntad revolucionaria y permite recibir muchos conocimientos nuevos de parte de las masas.
Debo aclarar que no estoy abogando por un tratamiento indiscriminado o injusto para con nuestros cuadros, nuestros camaradas o cualquiera otra persona a la manera como fue apresado Wen Wang, se le hizo padecer hambre a Confucio, fue deportado Chu Yuan, o mutilado Sun Tzu. No estoy a favor de hacer las cosas de este modo, me opongo a tales métodos. Lo que estoy diciendo es que en todas las épocas de la historia de la humanidad han existido estos tratamientos injustos. En las sociedades de clases esos casos son numerosos y aún en una sociedad socialista tales cosas no pueden evitarse por completo, sea que se esté en un período en que prevalece de una línea correcta o en el que predomina una línea incorrecta. Existe, sin embargo, una diferencia: que durante un período en el cual domina una línea correcta, tan pronto como se descubre que han existido tratamientos injustos la gente puede ser eximida de culpa y rehabilitada, se puede hablar ampliamente a su favor y pueden llegar a sentirse tranquilos y llevar de nuevo la frente en alto. Pero cuando la dirección sigue una línea incorrecta, esta forma de hacer las cosas se torna imposible. Entonces la única alternativa para quienes representan una línea correcta es buscar el momento oportuno para emplear los métodos del centralismo democrático, ganar la iniciativa y corregir los errores. En cuanto a quienes han cometido errores, después de que tales errores han sido criticados por sus camaradas y que sus casos han sido evaluados por los niveles superiores y han recibido el tratamiento correcto, entonces, si son destituidos o transferidos, sobra decir que esta destitución o traslado puede ser provechoso para que corrijan sus errores y adquieran nuevos conocimientos.
Actualmente hay algunos camaradas que temen que las masas inicien la discusión y planteen ideas que difieran de las de los líderes y organizaciones dirigentes. Cada vez que se discute un problema, ellos reprimen la iniciativa de las masas y no les permiten hablar. Esta es una pésima actitud. El centralismo democrático está consagrado en nuestra Constitución y en los estatutos de nuestro partido, pero ellos se resisten a aplicarlo. Camaradas: a lo que estamos dedicados es a la revolución. Si hemos realmente cometido errores que hayan perjudicado la causa del pueblo debemos pedir las opiniones de las masas y de los camaradas, y llevar a cabo una autocrítica. Este tipo de autocrítica puede en algunos casos repetirse varias veces. Si una primera vez no basta y la gente no está satisfecha, entonces será preciso realizarla por segunda vez y si aún no es suficiente, realizarlo por tercera vez hasta que ninguno tenga más críticas para hacer. Algunos comités provinciales del partido han procedido así. Algunas provincias están ganando en iniciativa y permitiendo a todos hablar. Los primeros que iniciaron la autocrítica primero lo hicieron en 1959. Los últimos lo hicieron en 1961. Algunos comités provinciales del partido tuvieron que ser forzados para hacer la autocrítica como sucedió con Honán, Kansú y Chinghai. Según algunos informes existen otras provincias que sólo ahora empiezan la autocrítica. No importa si uno tomó la iniciativa para hacer la autocrítica o fue forzado a ella. Tampoco importa si uno empezó antes o más tarde con tal que pueda mirar con honradez sus propios errores y esté dispuesto a admitirlos y corregirlos y esté dispuesto a que lo critiquen: con tal de que adopte este tipo de actitud será bienvenida.
La crítica y autocrítica constituyen un método. Es un método de resolver las contradicciones en el seno del pueblo y es el único. No hay otro método. Pero si no tenemos una vida ampliamente democrática, si no ponemos en práctica verdaderamente el centralismo democrático, no se podrá aplicar el método de crítica y autocrítica.
¿No enfrentamos acaso muchas dificultades? A menos que nos apoyemos en las masas y pongamos en juego su entusiasmo y el de los cuadros, no podremos superar estas dificultades. Pero si no se explica la situación a las masas y a los cuadros, si no les somos sinceros y no les permitimos expresar sus propias opiniones, entonces ellas permanecerán temerosas y no se atreverán a hablar. Entonces sería imposible poner en juego su entusiasmo. En 1957 dije que era necesario lograr "un clima político en el que haya tanto centralismo como democracia, tanto disciplina como libertad, tanto unidad de propósito como satisfacción individual y en el que haya vivacidad". Debemos tener tal clima político tanto al interior como fuera del partido. Sin este clima político no puede ponerse en juego el entusiasmo de las masas. No podremos superar las dificultades sin democracia. Naturalmente, esto es aún menos posible[5] sin centralismo, pero si no hay democracia no habrá ningún centralismo.
Sin democracia no puede haber ningún centralismo correcto porque la divergencia de opiniones y la falta de una comprensión unificada hacen imposible establecer el centralismo. ¿Qué significa centralismo? Ante todo, es una centralización de las ideas correctas a partir de la cual puede lograrse unidad de comprensión, unidad política, de planes, de mando y de acción. Esto se llama unificación centralizada. Si la gente aún no entiende los problemas, si no ha expresado sus puntos de vista, ni ha dado rienda suelta a su ira represada, ¿cómo puede establecerse la unificación centralizada? Sin democracia no hay posibilidad de sintetizar correctamente la experiencia. Si no hay democracia, si las ideas no provienen de las masas, es imposible establecer una línea correcta, buenos métodos y una buena política general y específica. Nuestros organismos dirigentes tienen simplemente el papel de una planta de procesamiento en la construcción de una línea correcta y de buenos métodos y políticas generales y específicas. Todo el mundo sabe que si una fábrica carece de materia prima no puede efectuar ningún procesamiento. Si la materia prima no es suficiente en cantidad y no es adecuada en calidad, no se podrán elaborar buenos productos finales. Sin democracia no se puede comprender lo que está sucediendo en la base; la situación será confusa; no se podrán recoger suficientes opiniones de todos lados; no podrá haber comunicación entre los niveles superiores y la base; los órganos superiores de liderato dependerán de un material unilateral e incorrecto para decidir los asuntos, de modo que será difícil evitar el subjetivismo; será imposible alcanzar una unidad de comprensión y de acción e imposible el logro de un verdadero centralismo. ¿Acaso el tema principal de esta sesión de nuestra conferencia no es la oposición al dispersionismo y el fortalecimiento de la unificación centralizada? Si no promovemos la democracia en toda su extensión, ¿este centralismo y esta unificación serán verdaderos o falsos? ¿Serán reales o vacíos? ¿Serán correctos o incorrectos? Por supuesto que serán falsos, vacíos e incorrectos.
El nuestro es un centralismo que se basa en la democracia; el centralismo proletario se basa en una amplia democracia. Los comités del partido a todos los niveles son organismos que ejercen la dirección centralizada. Pero la dirección de los comités del partido es una dirección colectiva. Los asuntos no pueden decidirse arbitrariamente por voluntad exclusiva del primer secretario. Dentro de los comités del partido el centralismo democrático es el único método que debe emplearse. La relación entre el primer secretario y los demás secretarios y miembros del comité debe regirse por la subordinación de la minoría a la mayoría. Por ejemplo, en el Comité Permanente y en el Buró Político del Comité Central, ocurre con frecuencia que me someto a los demás cuando desaprueban mis opiniones, sean correctas o no, ya que ellos son la mayoría. Se dice que en algunos comités provinciales, prefecturales o distritales, se dan casos en los que en todos los asuntos se hace todo lo que dice el primer secretario. Esto es un craso error. Es absurdo que un solo individuo lo decida todo. A lo que me refiero es a los asuntos importantes, y no al trabajo cotidiano que ha de realizarse después de tomadas las decisiones. Siempre que se trate de un asunto importante, es necesario discutirlo en forma colectiva, escuchar seriamente los distintos juicios y analizar de manera concienzuda las circunstancias complejas y las más variadas opiniones. Hay que tener en cuenta los diferentes giros que puedan tomar las cosas y considerar los diversos aspectos de la situación: lo bueno y lo malo, lo favorable y lo adverso, lo que es lo posible y que no lo es. Hay que proceder lo más cautelosamente posible, con la mayor minuciosidad que se pueda. De otro modo se tendría la tiranía de una sola persona. Tales primeros secretarios deben llamarse tiranos y no "jefes de escuadra" como deberían portarse según el centralismo democrático. Hubo una vez un tal Siang Yu que fue llamado el tirano del Chu occidental. Odiaba escuchar las opiniones que diferían de las suyas. Tenía a su servicio a un hombre llamado Fan Tseng, que le daba algunos consejos, pero Siang Yu no lo escuchaba. Había otro hombre llamado Liu Pang que llegó a ser el emperador Kaotsu de la dinastía Jan y que era bastante receptivo a las opiniones diferentes a las suyas. Un intelectual llamado Li Yi- chi fue a ver a Liu Pang y se anunció como un estudioso de la escuela de Confucio. Liu Pang dijo: "En tiempos de guerra no estoy para recibir intelectuales". Li Yi-chi montó en cólera y regañó al portero: "¡Usted desgraciado, bien puede anunciarme como un borracho de Kao-yang que no tiene nada de intelectual!". Y el portero lo anunció como él había dicho. Liu Pang dijo: "Bien, hágalo seguir", y el portero lo invitó a pasar. Liu Pang se estaba lavando los pies en ese momento pero se puso rápidamente de pie para darle la bienvenida. Sin embargo Li Yi-chi estaba todavía furioso porque Liu Pang se había rehusado a recibir a un intelectual, y lo criticó de lo lindo: "¿quiere o no quiere conquistar todo el país? ¿Por qué desdeña a sus mayores?" Por entonces Li Yi-chi tenía más de sesenta años y Liu Pang era menor que él, de manera que Li se contó a sí mismo entre "sus mayores". Ante estas palabras Liu Pang se disculpó y no vaciló en aceptar el plan de Li Yi-chi para conquistar el distrito de Chenliu. Este episodio consta en las biografías de Li Yi-chi y Chu Chien en el Shi-chi[6].
Liu Pang fue un héroe a quien los historiadores del período feudal han descrito como "un hombre sincero y receptivo, capaz de acoger consejos contrariantes con la misma naturalidad con que fluyen las aguas de un rio". Liu Pang combatió contra Siang Yu durante muchos años y al final Liu Pang resultó vencedor. Esto no fue por casualidad. Ahora algunos primeros secretarios nuestros se hallan incluso por debajo de Liu Pang, hombre del período feudal, y se parecen más bien a Siang Yu. Si estos camaradas se niegan a cambiar de conducta, terminarán por caer. Todos ustedes conocen la pieza llamada El Tirano Se Despide de su Dama[7]; si estos camaradas se resisten a cambiar su conducta, llegará seguramente el día en que ellos también tengan que decir adiós a sus damas (risas). ¿Por qué hablo en términos tan duros? Es que he querido hablar en forma algo picante para mortificar un poco a algunos camaradas, a fin de que se pongan a meditar seriamente. No sería malo que perdieran el sueño por un par de noches. No me gustaría que durmieran bien, ya que significaría que no se han sentido suficientemente mortificados.
Hay algunos camaradas que no soportan oír ideas contrarias a las de ellos y que no aceptan ser criticados. Esto es muy incorrecto. Durante esta conferencia, los camaradas de cierta provincia realizaron una reunión que empezó muy animada, pero tan pronto como el secretario del Comité Provincial del partido se hizo presente, todos callaron y se hizo un silencio absoluto. Camarada secretario de ese Comité Provincial del partido: ¿cuál es el propósito de su asistencia a las reuniones? ¿Por qué no se quedarse en su habitación, reflexionar sobre los problemas y dejar que todos los demás tomen parte en la discusión? Cuando se ha creado este tipo de atmósfera en que la gente no se atreve a hablar en su presencia, entonces debería retirarse. Si ha cometido errores es un deber realizar autocrítica, dejar hablar a los demás, dejar que lo critiquen. El 12 de junio del año pasado, último día de la anterior conferencia de trabajo convocada en Pekín por el Comité Central, hablé de mis propias deficiencias y errores. Pedí en esa ocasión a los camaradas que transmitieran mis palabras a las diversas provincias y localidades. Supe posteriormente que en muchos lugares no se hizo, como si los errores por ser míos se pudieran ocultar y debieran ocultarse. Camaradas, mis errores no deben ocultarse. Los errores cometidos por el Centro deben ser mi directa responsabilidad e indirectamente también tengo una parte de culpa por ser el Presidente del Comité Central. No quiero que otras personas eludan su responsabilidad. Hay otros camaradas que también tienen responsabilidad, pero la persona principalmente responsable debo ser yo. Todos ustedes que son nuestros secretarios de los comités provinciales, de los comités distritales, de los comités locales, de los comités de barrio del partido y otros secretarios, secretarios de los comités de empresa y de los comités del partido en las comunas, ya que han asumido la función de primeros secretarios, deben aceptar la responsabilidad por los errores y las insuficiencias en el trabajo.
Diez de cada diez de los que eluden su responsabilidad o que temen asumir responsabilidad, los que no dejan hablar a la gente, los que piensan que son tigres y que creen que nadie es capaz de tocarles el trasero, todo el que tenga esta actitud fracasará irremediablemente. De todos modos, la gente hablará. ¿En verdad creen que nadie se atreverá a tocarle el trasero a tigres como ustedes? ¡Se lo tocarán, quiéranlo o no!
A menos que pongamos en pleno juego la democracia popular y la democracia al interior del partido en nuestro país, y a menos que implantemos plenamente la democracia proletaria, será imposible lograr un verdadero centralismo proletario. Sin un alto grado de democracia, no podrá haber un alto grado de centralismo, y sin un alto grado de centralismo, es imposible establecer una economía socialista. ¿A qué tipo de situación llegaremos si nuestro país no establece una economía socialista? Nos convertiremos en un país como Yugoeslavia, un país que, en realidad, se ha convertido en un país burgués; la dictadura del proletariado se transformará en dictadura de la burguesía, en una dictadura reaccionaria de tipo fascista. Este es un problema que exige la máxima vigilancia y espero que los camaradas reflexionen seriamente sobre él.
Sin el sistema del centralismo democrático, no podrá consolidarse la dictadura del proletariado. Practicar la democracia en el seno del pueblo y ejercer la dictadura sobre los enemigos del pueblo son dos aspectos inseparables. Cuando se combinan estos dos aspectos, tenemos entonces la dictadura del proletariado, que también podemos llamar dictadura democrática popular. Nuestra consigna es: "Dictadura democrática popular, dirigida por el proletariado y basada en la alianza obrero-campesina". ¿Cómo ejerce el proletariado la dirección? A través del Partido Comunista. El Partido Comunista es la vanguardia del proletariado. El proletariado agrupa en torno suyo a todas las clases y capas sociales que aceptan y apoyan la revolución y la construcción socialistas y participan en éstas, y ejerce la dictadura sobre las clases reaccionarias o los vestigios de éstas. En nuestro país, ya ha sido eliminado el sistema de explotación del hombre por el hombre. Ha sido eliminada la base económica de la clase terrateniente y de la burguesía. Las clases reaccionarias ya no son tan fuertes como antes. Por ejemplo ellos ya no son tan fuertes como en 1949 cuando fue fundada la República Popular, ni tan fuertes como en 1957, cuando los derechistas burgueses nos atacaron tan furiosamente[8]. Por eso decimos que son vestigios de las clases reaccionarias. Pero de ninguna manera podemos menospreciarlos. Debemos continuar la lucha contra ellos. Las clases reaccionarias que han sido derrocadas aún planean una restauración. En la sociedad socialista todavía pueden engendrarse nuevos elementos burgueses. A lo largo de toda la etapa socialista todavía existen las clases y la lucha de clases, y esta lucha de clases es prolongada, compleja y algunas veces incluso violenta. No debemos debilitar nuestros instrumentos de dictadura, por el contrario, debemos fortalecerlos. Nuestro sistema de seguridad está en manos de camaradas que siguen una línea correcta. Es posible que en algunos lugares los departamentos de seguridad estén en manos de elementos nocivos. También hay algunos camaradas dedicados al trabajo de seguridad que no se apoyan en las masas ni en el partido; en el trabajo de depurar los contrarrevolucionarios, no siguen la línea de hacerlo con la ayuda de las masas y bajo el liderazgo del comité del partido; se apoyan solamente en el trabajo secreto, en el llamado trabajo especializado. El trabajo especializado es necesario; es completamente
indispensable emplear métodos de detección y de interrogatorio para tratar a los elementos contrarrevolucionarios; pero lo más importante es aplicar la línea de masas bajo el liderazgo del comité del partido. Cuando se trata de ejercer la dictadura sobre el conjunto de las clases reaccionarias se hace especialmente importante apoyarse en las masas y en el partido. Ejercer la dictadura sobre las clases reaccionarias no significa que debamos eliminar completamente a los elementos reaccionarios, sino más bien que debemos eliminar las clases a las que ellos pertenecen. Debemos hacer uso de métodos adecuados para reeducarlos y transformarlos en hombres nuevos. Sin una amplia democracia popular, no se podrá consolidar la dictadura del proletariado y el poder político será inestable. Sin democracia, sin la movilización de las masas y sin la supervisión de las masas, será imposible ejercer eficazmente la dictadura sobre los reaccionarios y los elementos nocivos, y será imposible reeducarlos de manera eficaz; así ellos continuarán creando problemas y podrían incluso organizar una restauración. Este problema exige vigilancia y espero camaradas que reflexionen detenidamente sobre el particular.
3. ¿Con qué clases debemos unirnos?
¿Con qué clases debemos unirnos? ¿Qué clases debemos reprimir? Esta es una cuestión que tiene que ver con nuestra posición fundamental.
La clase obrera debe unirse con el campesinado, la pequeña burguesía urbana, y la burguesía nacional patriótica; pero en primer lugar debe unirse con el campesinado. Los intelectuales como, por ejemplo, los científicos, ingenieros y técnicos, profesores, escritores, artistas, actores, trabajadores médicos y periodistas, no constituyen una clase; son apéndices o de la burguesía o del proletariado. En cuanto a los intelectuales, ¿nos unimos sólo con aquellos que son revolucionarios? No. Mientras sean patriotas nos uniremos con ellos y los dejaremos seguir con su trabajo. Los obreros, campesinos, elementos de la pequeña burguesía urbana, intelectuales patriotas, capitalistas patriotas y demás patriotas constituyen más del 95% de la población total del país. Bajo nuestra dictadura democrática popular, todos ellos están incluidos en la clasificación de pueblo. Y en el seno del pueblo debemos practicar la democracia.
A quienes la dictadura democrática popular debe reprimir es a los terratenientes, los campesinos ricos, los elementos contrarrevolucionarios, los elementos nocivos y los derechistas anticomunistas. Los contrarrevolucionarios, los elementos nocivos y los derechistas anticomunistas representan a la clase terrateniente y a la burguesía reaccionaria. Estas clases y elementos nocivos constituyen cerca del 4 o 5% de la población. Esta es la gente que debemos obligar a reformarse. Esta es la gente contra la que está dirigida la dictadura democrática popular.
¿De qué lado nos ponemos nosotros? ¿Nos ponemos del lado de las masas populares, que constituyen más del 95% de la población total del país? ¿O nos ponemos del lado de los terratenientes, campesinos ricos, elementos contrarrevolucionarios, elementos malos y derechistas que constituyen el 4 o 5% de la población total del país? Debemos tomar partido por las masas populares y de ninguna manera debemos ponernos del lado de los enemigos del pueblo; ésta es la posición fundamental de un marxista-leninista.
Esto es cierto tanto dentro de nuestro país como en el plano internacional. Los pueblos de todos los países, las grandes masas populares que constituyen más del 95% de la población [mundial] sin duda quieren la revolución, realmente apoyarán al marxismo-leninismo y no apoyarán el revisionismo. Algunos pueden apoyar el revisionismo temporalmente, pero finalmente lo rechazarán. Todos ellos despertarán gradualmente y se opondrán al imperialismo y a los reaccionarios de todos los países; se opondrán al revisionismo. Un verdadero marxista- leninista debe ponerse resueltamente del lado de las masas populares, que representan más del 95% de la población mundial.
4. Sobre el conocimiento del mundo objetivo
Para adquirir una comprensión del mundo objetivo, para dar un salto del reino de la necesidad al reino de la libertad, el hombre tiene que pasar por todo un proceso. Se necesitaron más de 24 años, de la fundación del partido en 1921 al VII Congreso en 1945, antes de que la comprensión de nuestro partido alcanzara la unidad completa respecto a cómo realizar la revolución democrática en China. En este período tuvimos la experiencia del Movimiento de Rectificación a escala de todo el partido que duró tres años y medio, de la primavera de 1942 al verano de 1945. Fue un movimiento muy completo que adoptó el método de la democracia, lo que quiere decir que no importa quién haya cometido errores, con tal que los reconozca y los corrija, las cosas marcharán bien y todo el mundo le ayudará a adquirir conciencia de sus errores y a corregirlos. Esto se llama: "Sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro; tratar la enfermedad para salvar al paciente", y "partir del deseo de unidad, distinguir entre lo correcto y lo erróneo a través de la crítica o la lucha y alcanzar una nueva unidad sobre una nueva base". La fórmula "unidad-critica-unidad" tuvo su origen en esa época. El Movimiento de Rectificación ayudó a los camaradas de todo el partido a alcanzar la unidad de comprensión. En esa época y especialmente después del Movimiento de Rectificación, fue que se resolvió cabalmente la cuestión de cómo llevar a cabo la revolución democrática, de cómo concebir la línea del partido y las diversas políticas concretas.
Entre la fundación del partido y la Guerra de Resistencia contra el Japón se llevaron a cabo la Guerra de Expedición al Norte y la Guerra Revolucionaria Agraria de diez años, en las que experimentamos dos victorias y dos derrotas. Logramos victorias en la Guerra de Expedición al Norte, pero en 1927 la revolución fué derrotada. En la Guerra Revolucionaria Agraria logramos grandes victorias. El Ejército Rojo creció hasta alcanzar 300 mil miembros pero posteriormente volvimos a sufrir derrotas y después de la Gran Marcha esos 300 mil se vieron reducidos a algo más de 20 mil. Después de nuestro arribo al norte de Shensí, las cifras aumentaron un poco pero aún no llegaban a los 30 mil; esto quiere decir que eran aún menos de la décima parte de los 300 mil originales. En última instancia ¿cuál era el más poderoso: el ejército de 300 mil o el ejército de menos de 30 mil? Al haber sufrido tales grandes derrotas y haber encontrado tales dificultades nos habíamos templado, habíamos adquirido experiencia, habíamos corregido la línea incorrecta y restaurado la línea correcta. Por lo tanto, el ejército de menos de 30 mil era más poderoso que el anterior ejército de 300 mil. El camarada Liu Shao-chi decía en su informe que en los últimos cuatro años nuestra línea era correcta y que nuestros logros eran la característica principal; cometimos algunos errores en nuestro trabajo práctico y padecimos algunas dificultades, pero ganamos experiencia; por lo tanto, a cambio de habernos debilitado, somos más fuertes que antes. Así es como están actualmente las cosas. Durante el período de la revolución democrática, sólo después de experimentar primero la victoria y después la derrota, de nuevo la victoria y de nuevo la derrota, y después de comparar las dos (victorias y derrotas), fue que vine a comprender este mundo objetivo de China. En vísperas de la Guerra de Resistencia contra el Japón y durante esa guerra escribí varios artículos tales como: "Problemas Estratégicos de la Guerra Revolucionaria de China", "Sobre la Guerra Prolongada", "Sobre la Nueva Democracia", "Con Motivo de la Aparición de El Comunista", y redacté varios documentos sobre política y estrategia para el Comité Central. Todos estos sirvieron para sintetizar la experiencia revolucionaria. Estos artículos y documentos sólo podían haber sido escritos en ese momento y no antes, porque hasta no haber atravesado por estas grandes tormentas y haber podido comparar nuestras dos victorias con nuestras dos derrotas, no tenía aún experiencia suficiente y no podía entender completamente las leyes de la revolución china.
Generalmente hablando, somos nosotros los chinos quienes hemos alcanzado la comprensión del mundo objetivo de China y no los camaradas de la Internacional Comunista encargados de los asuntos de China. Estos camaradas de la Internacional Comunista simplemente no entendían, o podríamos decir que fracasaron por completo en comprender[9] la sociedad china, la nación china y la revolución china. Durante un largo tiempo, ni siquiera nosotros tuvimos una clara comprensión del mundo objetivo de China y mucho menos los camaradas extranjeros.
Fue sólo en el período de la Resistencia contra el Japón cuando llegamos a formular una línea general para el partido y una serie completa de políticas específicas que se ajustaban a la situación real. En esa época ya llevábamos más de 20 años haciendo revolución. Previamente habíamos trabajado a ciegas por muchos. Si alguien afirmara que tal o cual camarada, por ejemplo algún miembro del Comité Central o yo mismo comprendía completamente las leyes de la revolución china desde el comienzo, entonces ese camarada estaría diciendo disparates. Definitivamente no se le debería dar crédito. Así no sucedieron las cosas. En el pasado y especialmente al comienzo, todas nuestras energías estaban dedicadas a la revolución, pero, por un largo tiempo, no habíamos entendido claramente o, podría decirse que no habíamos entendido por completo, cuestiones tales como: cómo hacer la revolución, qué queríamos cambiar, qué debía hacerse primero y qué después y qué debería esperar hasta una etapa posterior.
Cuando me remonto a cómo nuestro Partido Comunista de China, durante el período de la revolución democrática, llegó a entender, después de muchas dificultades, las leyes de la revolución china, mi objetivo al traer a cuento estos hechos históricos es ayudar a nuestros camaradas a apreciar una cosa: que la comprensión de las leyes de la construcción del socialismo debe seguir todo un proceso. Debe tener a la práctica como su punto de partida, pasando de no tener experiencia a tener alguna experiencia; de tener poca experiencia a tener más experiencia; de la construcción del socialismo, en ese desconocido reino de la necesidad, a la superación gradual de nuestra ceguera y a la comprensión de las leyes objetivas, obteniendo por lo tanto la libertad, logrando un salto en nuestro conocimiento y alcanzando el reino de la libertad.
En cuanto a la construcción del socialismo, aún nos falta experiencia. He discutido este problema con delegaciones de los partidos hermanos de un buen número de países y les he dicho que nosotros no tenemos experiencia en la construcción de una economía socialista.
También he discutido este problema con periodistas de varios países capitalistas, entre ellos un norteamericano, Edgar Snow. Por largo tiempo él había deseado venir a China y lo invitamos en 1960. Tuve una conversación con él en la que le dije: "Como usted sabe, hemos acumulado una serie de experiencias, una serie de políticas generales y específicas y métodos sobre asuntos políticos, militares y lucha de clases; pero en cuanto a la construcción socialista no hemos hecho nada semejante en el pasado y aún no tenemos experiencia. Usted puede decir "¿Acaso no llevan once años en eso?" Sí, lo hemos hecho durante once años y aún carecemos conocimiento y experiencia. Aunque empezamos a tener algo, ésta aún no es mucha". Snow quería que le dijera algo acerca de los planes a largo plazo para la construcción de China. Le dije: "No tengo idea". Entonces dijo: "Está siendo demasiado prudente". Le repliqué: "No es asunto de ser prudente. Realmente no tengo idea, no hemos tenido ninguna experiencia, eso es todo". Camaradas, es verdad que no tenemos idea; realmente carecemos de experiencia y es un hecho que no tenemos tal plan a largo plazo. 1960 fue el año en que sufrimos muchos tropiezos. En una conversación que sostuve con Montgomery en 1961, hablamos de nuevo acerca de estas ideas: Me dijo: "En cincuenta años más ustedes serán tremendos". Lo que quiso decir fue que al cabo de cincuenta años podríamos llegar a ser poderosos e "invadir" a otros países, pero no durante esos cincuenta años. Ese punto de vista me lo había expuesto ya cuando vino a China en 1960. Yo le dije: "Nosotros somos marxista-leninistas, nuestro Estado es un Estado socialista, no un Estado capitalista, por lo tanto nosotros no invadiríamos a otras naciones ni dentro cien años, ni siquiera dentro de diez mil años. En cuanto a la construcción de una poderosa economía socialista, en China no bastarán cincuenta años; se pueden requerir cien años o aún más. En su país el desarrollo del capitalismo requirió varios centenares de años. No contaremos el siglo XVI que forma parte de la Edad Media. Del siglo XVII hasta hoy han transcurrido unos 360 años. En nuestro país, la construcción de una economía socialista grande y poderosa considero que requerirá más de cien años". ¿Qué época fue el siglo XVII? Fue el fin de la dinastía Ming y el comienzo de la Ching en China. Un siglo después, en la primera mitad del siglo XVIII fue el período de Chien-lung de la dinastía Ching. Tsao Hsueh-chin autor de El Sueño del Pabellón Rojo, vivió en ese período. Fue el período que produjo el personaje Chia Pao-yu quien era inconforme con el sistema feudal. En China, en el período de Chien-lung ya existían brotes de relaciones de producción capitalistas, pero era aún una sociedad feudal. Este es el trasfondo social de los personajes que aparecen en el Jardín del Gran Panorama[10] Antes de esto, en el siglo XVII, varios países europeos estaban ya en el proceso de desarrollo del capitalismo. Se han requerido más de 300 años para que las fuerzas productivas capitalistas se desarrollaran en el grado en que lo están hoy. El socialismo es superior al capitalismo en muchos aspectos y el desarrollo económico de nuestro país puede ser mucho más rápido que el de los países capitalistas. Pero China tiene una población inmensa, nuestros recursos son escasos y nuestra economía atrasada de modo que en mi opinión, será imposible desarrollar nuestro poder productivo tan rápidamente como para alcanzar y sobrepasar a los países capitalistas más desarrollados en un término inferior a los cien años. Si esto requiere sólo unas cuantas décadas, por ejemplo solamente cincuenta años, como algunos han conjeturado, entonces sería algo espléndido y digno de todo elogio. Pero yo aconsejaría, camaradas, que es mejor pensar más en las dificultades y de este modo considerar que toma un período más largo. Construir una economía capitalista grande y poderosa tomó de 300 a 400 años; ¿qué habría de malo en construir una economía socialista grande y poderosa en nuestro país en los próximos cincuenta o cien años? Los próximos cincuenta o cien años serán un período épico de cambios fundamentales en el sistema social del mundo, un período de grandes consecuencias que no se puede comparar con ninguna otra época del pasado. Viviendo en tal período debemos estar preparados para librar grandes batallas de manera diferente, en muchos aspectos, a las formas de lucha de los períodos anteriores. A fin de llevar a cabo esta tarea debemos luchar por combinar la verdad universal del marxismo-leninismo con la realidad concreta de la construcción socialista de China y con la realidad concreta de la futura revolución mundial, y mediante la práctica llegar a comprender gradualmente las leyes objetivas de la lucha. Debemos estar preparados para sufrir muchas derrotas y reveses como resultado de nuestra ceguera, obteniendo con ellos experiencia para lograr la victoria final. Cuando vemos las cosas desde esta perspectiva, entonces hay muchas ventajas en pensar que el proceso tomará un largo período, a su vez; sería perjudicial considerarlo un período corto.
En gran medida aún estamos actuando ciegamente en nuestro trabajo de construcción socialista. Para nosotros la economía socialista está en muchos aspectos en el reino de la necesidad no entendido aún. Tómenme como un ejemplo: hay muchos problemas en el trabajo de la construcción económica que aun no entiendo. No he logrado mucha comprensión de la industria y el comercio. Entiendo algo sobre agricultura, pero esto sólo hablando relativamente -aún no entiendo mucho. A fin de lograr una comprensión más profunda de la agricultura uno debería entender de edafología, botánica, cultivos, química agrícola, mecanización de la agricultura, etc. Hay también formas diferentes de producción agrícola tales como granos alimenticios, algodón, aceite, cáñamo, seda, té, azúcar, legumbres, tabaco, frutas, hierbas medicinales y cosechas varias de cereales. Hay además cría de animales y silvicultura. Yo creo en la edafología de Vilensky. Vilensky abogaba en sus trabajos de edafología por combinar los cultivos con bosques y con la cría de animales. Pienso que debemos tener esta triple combinación o de lo contrario la agricultura sufrirá. Yo les recomiendo camaradas que, cuando tengan algún tiempo libre después de su trabajo, por favor estudien seriamente estos problemas de la producción agrícola. A mí también me gustaría estudiar más. Sin embargo, hasta ahora, mi conocimiento de estos asuntos ha sido muy limitado. Le he prestado más atención a los problemas que tienen que ver con el sistema, con las relaciones de producción. En cuanto a las fuerzas productivas, conozco muy poco. En cuanto al partido en su conjunto, nuestro conocimiento acerca de la construcción del socialismo es bastante inadecuado. Deberíamos, de ahora en adelante, dedicar un período de tiempo a sintetizar nuestras experiencias y en riguroso estudio, y en el curso de la práctica profundizar gradualmente nuestra comprensión de ellas mediante la aclaración de sus leyes. Debemos dedicar a esto mucho trabajo y hacer investigaciones a fondo. Debemos ir al campo y vincularnos de forma específica. Debemos ir y meternos a las brigadas y equipos de producción, e ir a las fábricas y talleres. En cuanto a hacer investigaciones y estudios, acostumbrábamos a hacerlos bastante bien, pero desde que nos vinimos a las ciudades ya no los hemos tomado muy seriamente. En 1961 propugnamos otra vez por ellos y ahora ya se han hecho algunos cambios. Pero entre los cuadros dirigentes, especialmente los de más alto nivel, algunos distritos, departamentos y empresas, no han adoptado aún este sistema. Hay algunos secretarios provinciales de partido que aún no se han vinculado al campo. Si los secretarios provinciales de partido no lo hacen, ¿cómo pueden pedir que lo hagan los secretarios de partido de distrito o los secretarios de condado? Esto no es bueno y debe ser cambiado.
Han pasado doce años desde la fundación de la República Popular China. Estos doce años se pueden dividir en un primer período de ocho años y un segundo período de cuatro años. Los primeros ocho años comprenden desde 1950 hasta fines de 1957; los cuatro años siguientes van de 1958 hasta el presente. En esta conferencia hemos sintetizado ya, inicialmente, las experiencias de nuestro trabajo pasado, principalmente las experiencias del segundo período de cuatro años. Esta síntesis se refleja en el informe del camarada Liu Shao chi. Ya hemos formulado, o estamos formulando, o formularemos, políticas concretas en varios campos. Entre lo que hemos formulado ya hay cosas como las sesenta regulaciones para el trabajo en el campo, setenta regulaciones para las empresas industriales, sesenta regulaciones sobre educación superior y cuarenta regulaciones sobre investigación científica. Todos estos borradores de regulaciones han sido ya implementadas o se está experimentando con ellas; serán revisadas en el futuro -y algunas tal vez tengan que ser modificadas en forma apreciable. Entre las regulaciones que están en proceso de formulación están las regulaciones sobre comercio. Entre las regulaciones que serán formuladas en el futuro están las regulaciones sobre educación media y primaria[11]. También debemos formular algunas regulaciones sobre el trabajo de nuestro partido, el gobierno y las organizaciones de masas. El ejército ya ha formulado algunas regulaciones. En resumen, debemos sintetizar en forma apropiada las experiencias y formular un completo conjunto de políticas generales y específicas y de métodos adaptados a nuestras condiciones, en relación con la industria, la agricultura, el comercio, la educación, el ejército, el gobierno y el partido, de modo que estos siete aspectos puedan progresar siguiendo las líneas correctas.
No basta con tener una línea general; es también necesario que, bajo el liderazgo de la línea general, exista un conjunto completo de políticas generales y específicas y de métodos adaptados a nuestras condiciones, para los campos de la industria, la agricultura, el comercio, la educación, el ejército, el gobierno y el partido. Sólo entonces es posible persuadir a las masas y a los cuadros. Deberíamos usar éstos como materiales de enseñanza para educarlos a fin de que puedan unirse en la comprensión y en la acción. Sólo entonces será posible lograr la victoria en la tarea de la revolución y la construcción; de otra manera es imposible. Sobre este punto teníamos ya de tiempo atrás, desde la Guerra de Resistencia al Japón, una comprensión profunda. En ese tiempo actuamos de esta manera y, por tanto, los cuadros y las masas tenían una comprensión unificada del conjunto completo de políticas generales y específicas y de métodos del período democrático revolucionario; había así una acción unificada y por lo tanto logramos la victoria en la tarea revolucionaria democrática de ese período. Esto lo sabe todo el mundo. En el período de la revolución y construcción socialistas, nuestras tareas revolucionarias durante los primeros cinco años fueron: en el campo, completar la reforma del sistema feudal de tenencia de la tierra y luego implementar la cooperativización agrícola; en las ciudades implementar la transformación socialista de las empresas capitalistas industriales y comerciales. En el campo de la construcción económica, nuestra tarea era entonces rehabilitar la economía e implementar el primer plan quinquenal. Tanto para la revolución como para la construcción teníamos entonces una línea general que era adecuada a las condiciones objetivas y tenía un gran poder persuasivo. También teníamos un conjunto completo de políticas generales y específicas y de métodos bajo el liderazgo de la línea general. Así podíamos educar a los cuadros y a las masas, unificar su comprensión, y el trabajo fue realizado relativamente bien. Esto también lo sabe todo el mundo. Pero en esos días la situación fue tal que, como no teníamos experiencia en la construcción económica, no tuvimos otra alternativa que copiar a la Unión Soviética. En el campo de la industria pesada, principalmente, copiamos casi todo de la Unión Soviética y tuvimos muy poca creatividad. En ese momento fue absolutamente necesario actuar así, pero al mismo tiempo también fue una debilidad -una falta de creatividad y una falta de habilidad para sostenernos sobre nuestros propios pies. Naturalmente, ésta no podía ser nuestra estrategia a largo plazo. Desde 1958 decidimos hacer de "contar-con-nuestras-propios- esfuerzos" la principal política y hacer de la ayuda extranjera un recurso secundario. En la II Sesión del VIII Congreso del Partido en 1958, adoptamos la línea general de "poner en tensión todas las fuerzas y pugnar por alcanzar resultados mayores, más rápidos, mejores y más económicos en la construcción del socialismo"[12]. En ese mismo año también se establecieron las comunas populares y se promulgó la consigna de un "Gran Salto Adelante". Por algún tiempo después de la promulgación de la línea general de la construcción socialista, no habíamos tenido aún el tiempo ni la posibilidad de formular un conjunto completo de políticas generales y específicas concretas y de métodos apropiados a las condiciones, ya que nuestra experiencia no era aún suficiente. En estas circunstancias los cuadros y las masas no tenían aún un conjunto completo de materiales de enseñanza, no habían recibido ninguna educación sistemática sobre política y así, no era posible tener genuinamente unificadas la comprensión y la acción. Esto sólo fue posible con el transcurso del tiempo, con las experiencias de los reveses y las dificultades y con la adquisición de experiencias tanto positivas como negativas. Ahora está bien, ya tenemos estas cosas o las estamos formulando. Así, podemos ahora llevar a cabo la revolución y construcción socialistas de forma más sensata. A fin de formular un conjunto completo de políticas generales y específicas concretas y de métodos bajo la orientación de la línea general, es necesario permitir que lleguen las ideas de las masas y adoptar el método de investigación y estudio sistemáticos a fondo y examinar históricamente las experiencias tanto exitosas como no exitosas en nuestro trabajo. Sólo entonces podremos descubrir las leyes inherentes a las cosas objetivas y no creadas por las imaginaciones subjetivas de la gente; y sólo entonces estaremos en capacidad de formular diversas regulaciones que sean apropiadas a las circunstancias. Este es un asunto muy importante. Por favor camaradas, presten atención a este punto.
En la industria, la agricultura, el comercio, la educación, los asuntos militares, el gobierno y el partido, en todos estos siete campos, el partido lo orienta todo. El partido tiene que dirigir la industria, la agricultura, el comercio, la cultura, la educación, el ejército y el gobierno. En términos generales, nuestro partido es muy bueno. Nuestro partido está conformado principalmente por obreros y campesinos pobres. La gran mayoría de nuestros cuadros son buenos, todos trabajan laboriosamente, pero debemos también ver que en nuestro partido existen aún algunos problemas; no debemos imaginar que todo en nuestro partido es bueno. Actualmente tenemos más de 17 millones de miembros del partido, y entre éstos casi el 80% se hicieron miembros después de la fundación de nuestro Estado: se afiliaron al partido en la década del cincuenta. Sólo el 20% se afilió antes de la fundación del Estado y de este 20% de nuestros miembros, un poco más de 800 se había afiliado antes de 1930, es decir, en la década del veinte, según estimativos de hace unos 8 años. Algunos de éstos han muerto en los dos últimos años, por eso ahora me temo que sólo quedan un poco más de 700. Tanto entre los miembros viejos como entre los miembros nuevos del partido, pero especialmente entre los nuevos, hay siempre algunos individuos con caracteres y estilos de trabajo incorrectos. Son personas individualistas, burócratas, subjetivistas: algunos incluso se han convertido en elementos degenerados. Hay algunas personas que adoptan la apariencia de miembros del Partido Comunista, pero de ninguna manera representan a la clase trabajadora; en cambio representan a la burguesía. No todo es puro dentro del partido. Debemos ver este punto, de otra manera sufriremos.
El anterior es mi cuarto punto. Nuestra comprensión del mundo objetivo debe pasar por un proceso. Primero que todo, nosotros no entendemos, o no entendemos en forma completa ese proceso, pero después de una práctica repetida y después de haber obtenido resultados por medio de la práctica, cuando hemos tenido victorias pero también hemos tenido caídas y reveses, podemos comparar nuestras victorias y nuestras derrotas. Sólo entonces hay posibilidad de desarrollo hasta el punto de lograr una comprensión completa o relativamente completa. En ese momento podríamos entonces tener más iniciativa, seríamos más libres y nos haríamos más inteligentes. Libertad significa el reconocimiento de la necesidad y significa la transformación del mundo objetivo. Sólo sobre la base del reconocimiento de la necesidad el hombre puede disfrutar de la libertad de actividad; ésta es la ley dialéctica de libertad y necesidad. Lo que llamamos necesidad es una ley que existe objetivamente. Si no la reconocemos nuestro comportamiento no puede ser consciente; tiene elementos de ceguera. En este momento somos estúpidos; ¿no hemos cometido muchos disparates estúpidos en los últimos años?
5. El movimiento comunista internacional
Sobre este punto sólo voy a decir unas pocas frases sencillas. No importa si a largo plazo, en China o en otros países del mundo, más del 90% de la gente apoyará el marxismo-leninismo. Actualmente aún hay en este mundo muchas personas que están siendo engañadas por partidos socialdemócratas, por los revisionistas, los imperialistas, o por los elementos reaccionarios de varios países quienes aún no han despertado. Pero a la larga y poco a poco ellos despertarán, ellos apoyarán el marxismo-leninismo. El marxismo-leninismo es verdadero; no se le puede detener. Las masas quieren la revolución; la revolución mundial será finalmente victoriosa. Quienes impiden la revolución, como los personajes en el libro de Lu Sin, el señor Chao, el señor Chien y el Falso Demonio Extranjero, quienes no permitían a A Q hacer la revolución, serán finalmente derrotados.
La Unión Soviética fue el primer país socialista y el partido comunista soviético fue el partido creado por Lenin. Aunque el partido y la dirección del Estado en la Unión Soviética han sido usurpados por los revisionistas, yo recomiendo a nuestros camaradas creer firmemente en que las amplias masas, los numerosos miembros y cuadros del partido de la Unión Soviética son buenos, que ellos quieren la revolución y que el dominio de los revisionistas no durará mucho. No importa cuándo; ahora, en el futuro, en nuestra generación o en la de nuestros descendientes, todos debemos aprender de la Unión Soviética y estudiar las experiencias de la Unión Soviética. Si no aprendemos de la Unión Soviética, cometeremos errores. La gente se puede preguntar: ¿estando la Unión Soviética bajo el dominio de los revisionistas, deberíamos aún aprender de ellos? Lo que debemos aprender es acerca de la gente buena, de las cosas buenas de la Unión Soviética, de las experiencias buenas del Partido Comunista de la Unión Soviética. En cuanto a la gente y las cosas malas de la Unión Soviética y los revisionistas soviéticos, deberíamos tratarlos como maestros por el ejemplo negativo y aprender de ellos las lecciones.
Deberíamos mantener siempre el principio de unidad del internacionalismo proletario. Siempre aconsejamos que los países socialistas y el movimiento comunista mundial se unan firmemente sobre la base del marxismo-leninismo. Los revisionistas internacionales nos están atacando sin cesar. Nuestra actitud es: dejemos que renieguen de nosotros. Cuando sea necesario, podremos darles las respuestas apropiadas. Nuestro partido se ha acostumbrado a ser denigrado. Dejando de lado a quienes nos atacaron en el pasado, y ¿qué hay en cuanto al presente? En el exterior, los imperialistas nos atacan, los nacionalistas reaccionarios nos atacan, los revisionistas nos atacan; en nuestro país Chiang Kai-shek nos ataca, los terratenientes, los campesinos ricos, los reacccionarios, los malos elementos y los derechistas nos atacan. Siempre lo han hecho... ¿Estamos aislados? Yo no me siento aislado. Sólo en este cuarto hay más de 7.000 personas; ¿cómo podemos sentirnos aislados con más de 7.000 personas? Las masas populares de todos los países del mundo están ya de pie, o se van a levantar, junto con nosotros. ¿Podemos sentirnos aislados?
6. Debemos unir todo el partido y todo el pueblo
Debemos unir los elementos progresistas y los elementos activos dentro y fuera del partido, y unir los elementos medios a fin de hacer avanzar a los rezagados. Sólo de esta manera podemos unir todo el partido y todo el país; sólo confiando en tal unidad podemos llevar a cabo nuestro trabajo, superar las dificultades y construir adecuadamente a China. Hablar de unir todo el partido y todo el pueblo no significa sugerir que no tengamos definida nuestra propia orientación. Algunas personas dicen que el Partido Comunista es un "partido de todo el pueblo", pero nosotros no vemos así las cosas. Nuestro partido es un partido proletario; es la vanguardia del proletariado; es una fuerza combativa, armada con el marxismo-leninismo. Estamos del lado de las masas populares que representan más del 95% de la población total. Definitivamente no estamos del lado de los terratenientes, los campesinos ricos, los reaccionarios, los malos elementos y los derechistas, quienes constituyen 4 o 5% de la población total. En la esfera internacional sucede lo mismo, hablamos de unidad con todos los marxista-leninistas, con todos los camaradas revolucionarios, con todo el pueblo. Definitivamente no hablamos de unidad con los anticomunistas, con los imperialistas antipopulares, con los reaccionarios de diferentes países. En cuanto sea posible, también queremos establecer relaciones diplomáticas con estos pueblos, y buscar mantener una coexistencia pacífica con ellos sobre la base de los cinco principios. Pero estos asuntos pertenecen a una categoría diferente de la de la cuestión de la unidad con los pueblos de todos los países. A fin de unir todo el partido y todo el pueblo es necesario promover la democracia y dejar que la gente hable. Así debería ser dentro del partido; así debería ser también fuera del partido. Los camaradas de los comités provinciales del partido, los camaradas de los comités de distrito del partido, y los camaradas de los comités de condado del partido, cuando regresen, deben definitivamente dejar que la gente hable. Tanto ustedes aquí presentes, al igual que quienes no lo están, deben actuar así. Todos los miembros dirigentes dentro del partido deben promover la democracia y dejar que la gente se exprese. ¿Cuáles son los límites? Uno es que debemos observar la disciplina del partido, la minoría debe obedecer a la mayoría y el todo el partido debe obedecer al centro.
Otro límite es la prohibición de organizar fracciones secretas. No tememos a los grupos de oposición abierta, sólo le tememos a los grupos de oposición secreta. Esa gente no dice la verdad de frente; lo que dicen de frente es engaño y falsedad. No expresan sus verdaderos objetivos. Pero, mientra no rompan la disciplina, mientras no lleven a cabo actividades secretas de fracción, debemos permitirles siempre hablar y aún cuando digan cosas incorrectas no debemos castigarlos. Si la gente dice cosas erróneas puede ser criticada, pero debemos utilizar la razón para convencerlos. ¿Qué debemos hacer si los persuadimos pero ellos no están convencidos? Podemos dejarlos que mantengan sus opiniones. Se le puede permitir a la minoría que mantenga sus opiniones en cuanto se obedezcan las resoluciones y las decisiones tomadas por la mayoría. Tanto dentro como fuera del partido es ventajoso permitirle a la minoría que mantenga sus opiniones. Si tienen opiniones incorrectas pueden mantenerlas temporalmente y en el futuro ellos cambiarán sus ideas. Con frecuencia las ideas de la minoría demostrarán ser correctas. En la historia abundan tales casos. Al comienzo la verdad no está en manos de la mayoría de la gente sino en manos de una minoría. Marx y Engels tenían la verdad en sus manos, pero al comienzo estaban en minoría. Durante un largo tiempo Lenin estuvo también en minoría. Tenemos este tipo de experiencias en nuestro propio partido. Tanto bajo el dominio de Chen Tu-hsiu como durante el período de dominio de la línea "izquierdista", la verdad no estaba en manos de la mayoría en los órganos de dirección sino más bien en manos de la minoría. La historia nos enseña que las doctrinas de científicos naturales como Copérnico, Galileo y Darwin, durante largo tiempo no fueron reconocidas por la mayoría de la gente, sino que en cambio fueron consideradas incorrectas. En su tiempo ellos estaban en minoría. Cuando nuestro partido fue fundado en 1921, éramos sólo unas cuantas decenas de miembros; también nosotros éramos una minoría, pero estos pocos representábamos la verdad y representábamos el destino de China.
También quiero decir algo sobre el problema de los arrestos y las ejecuciones. Actualmente, sólo unos doce años después de la victoria de la Revolución, en tanto que los elementos de las clases reaccionarias derrocadas no han sido reformados aún, y en tanto aún hay personas buscando la restauración del viejo orden, es necesario arrestar y ejecutar unas pocas personas; de otra manera no será posible aplacar la ira del pueblo y consolidar la dictadura del proletariado. Pero no debemos arrestar gente a la ligera, y menos ejecutar gente a la ligera. Hay alguna gente mala, elementos malos y gente degenerada que se han infiltrado en nuestras filas, y elementos degenerados que se sientan en las cabezas del pueblo y se orinan y ensucian sobre ellas, comportándose de forma depravada y sin control, desobedeciendo seriamente las leyes y la disciplina. Estas personas son miserables Chiang Kai-sheks. Debemos encontrar una forma de manejar este tipo de gente, arrestar algunos y ejecutar unos pocos de los peores que hayan cometido los crímenes más grandes y los peores males, porque si no arrestamos o ejecutamos a algunos de ese tipo de gente no podremos aplacar la ira del pueblo. A esto es a lo que me refiero cuando digo: "No podemos abstenernos de arrestarlos, no podemos abstenernos de ejecutarlos". Pero no debemos pensar en arrestar demasiados o en ejecutar demasiados. Tenemos que resolver no arrestar o no ejecutar a todos aquellos que podrían ser arrestados pero que no es necesario arrestar, o que podrían ser ejecutados pero no es necesario ejecutarlos. Hubo un hombre llamado Pan Han-nien, que alguna vez fue vicealcalde de Shangai. En el pasado se había entregado secretamente al Kuomintang. Era un hombre de la Camarilla CC[13] .
Actualmente está detenido bajo custodia; no lo hemos ejecutado. Si matamos a una persona como Pan Han-nien y rompemos así la prohibición de las ejecuciones, entonces tendríamos que ejecutar a todas las personas como él. Hubo otro hombre llamado Wang Shí-wei, que trabajaba para el Kuomintang como agente secreto. Cuando estuvo en Yenán escribió un libro titulado El Lirio Salvaje, en el que atacaba a la revolución y denigraba del Partido Comunista[14]. Más tarde fue arrestado y ejecutado. Ese incidente sucedió cuando el ejército estaba en marcha y los mismos órganos de seguridad tomaron la decisión de ejecutarlo; la decisión no partió del Centro. Nosotros habíamos hecho críticas frecuentes sobre este mismo asunto; pensamos que él no debería haber sido ejecutado. Si era un agente secreto y escribió artículos para atacarnos y se negó a cambiar hasta su muerte. ¿Por qué no dejarlo allí o dejarlo ir y hacer trabajo? No es bueno matar a la gente. Deberíamos arrestar y matar lo menos posible. Si arrestáramos y ejecutáramos gente por cualquier cosa el resultado final sería que todo el mundo temería por su propia vida y nadie se atrevería a hablar. En tal atmósfera no habría mucha democracia.
Tampoco debemos lanzar epítetos indiscriminadamente a la gente. Algunos de nuestros camaradas tienen el hábito de acosar a la gente con epítetos. Tan pronto como abren la boca los epítetos salen volando; atemorizan tanto a la gente que no se atreve a hablar. Por supuesto, no se pueden evitar del todo los epítetos. ¿No hay varios epítetos en el informe presentado por el camarada Liu Shao-chi? ¿Acaso "dispersionismo" no es un epíteto? Pero no debemos ponerle epítetos a la gente sin la debida consideración, de modo que a todo fulano, zutano y mengano se les ponga la etiqueta de "dispersionismo". Es mejor que los epítetos se los ponga la misma gente para que se acomoden a quien los lleve, en vez de que sean otros quienes se los asignen. Si la gente se pone a sí misma algunos epítetos y los demás no están de acuerdo en que ellos lleven esos epítetos, entonces deberán quitárselos. Esto contribuirá a una buena atmósfera democrática. Aconsejamos no aferrarse a las faltas de otros, no darle epítetos a la gente, que no florezca el gran garrote. El objetivo es que la gente no tema y que se atreva a expresar sus opiniones.
Debemos adoptar una actitud de ayuda bien intencionada para con quienes han cometido errores y para con aquellos que no dejan a la gente expresar sus opiniones. No debemos crear el tipo de atmósfera en la cual la gente siente que no puede permitirse el lujo de cometer errores y que tendría terribles consecuencias el que cometiera un error, y que si alguna vez cometieran un error no podrían nunca levantar de nuevo la cabeza. Cuando una persona ha cometido errores, en cuanto desee sinceramente enmendarse, en cuanto haya hecho realmente una autocrítica, entonces debemos mostrar que la aceptamos. Cuando la gente hace su autocrítica por primera o segunda vez, no debemos pedir demasiado de ellos. No importa si su autoanálisis no es aún completo, debemos permitirles pensar de nuevo y darles una ayuda bien intencionada. La gente necesita ayuda de otros; debemos ayudar a los camaradas que han cometido errores a entender sus errores. Si la gente lleva a cabo una autocrítica sincera y están dispuestos a corregir sus errores, entonces deberíamos perdonarlos y adoptar una política indulgente hacia ellos. Mientras sus logros sean aún importantes, mientras sean competentes, se les puede permitir continuar en sus posiciones.
En esta charla he criticado algunos fenómenos y he criticado a algunos camaradas, pero no los he nombrado. No he indicado quienes son fulano, zutano y mengano. Ustedes mismos deben tener alguna idea (risas). Por las deficiencias y errores cometidos en los últimos años, la principal responsabilidad debe ser asumida por el Comité Central; en el Comité Central la responsabilidad primaria es mía; luego la responsabilidad corresponde a los comités provinciales, a los comités municipales y a los comités del partido de regiones autónomas; y en tercer lugar, a nivel de comité regional; cuarto, a nivel de comité de condado, y quinto, a los comités de partido en las empresas y a los comités del partido en las comunas. En síntesis, todo el mundo tiene su parte de responsabilidad.
Camaradas, cuando regresen deben construir el centralismo democrático. Los camaradas de los comités del condado deben orientar a los comités de comuna a construir y fortalecer el centralismo democrático. Primero que todo debemos establecer y fortalecer el liderazgo colectivo y no practicar el tipo de liderazgo que ha sido diagnosticado por largo tiempo como "dispersionismo". Bajo este método los secretarios y los miembros de comité del partido y los miembros ayudan en lo que pueden separadamente; así, no pueden tener verdaderas discusiones colectivas, ni pueden tener verdadero liderazgo colectivo.
Si hemos de promover la democracia debemos animar a otros a criticarnos y escuchar sus críticas. Para ser capaces de soportar la crítica debemos primero tomar medidas para llevar a cabo la autocrítica. Debemos examinar cuanto necesite ser examinado por una hora o a lo sumo dos horas. Si todo sale a la superficie requerirá ese tiempo. Si otros consideran que no hemos hecho lo suficiente, permitámosle decirlo. Si lo que dicen es correcto, aceptaremos su opinión. ¿Cuando dejamos a otros hablar, nuestra actitud debe ser activa o pasiva? Por supuesto es mejor que sea activa. ¿Qué podemos hacer si somos obligados a estar a la defensiva? En el pasado no éramos democráticos y entonces nos vimos en la defensiva. No importa. Dejemos que todos nos critiquen. En cuanto a mí, no saldré durante el día; no iré al teatro en la noche. Por favor, vengan y critíquenme día y noche (risas). Entonces me sentaré y pensaré cuidadosamente sobre ello, no dormiré por dos o tres noches, pensaré sobre ello hasta que lo comprenda y entonces escribiré un autoexamen sincero. ¿No es ésta la forma de tratar el asunto? En síntesis, dejemos a otros expresarse. El firmamento no se va a caer y ustedes no van a ser arrojados fuera. Si no permiten que otros hablen, entonces con seguridad llegará el día en que serán arrojados fuera.
Hoy me limitaré a los asuntos mencionados arriba. El punto central de lo que he dicho es cómo llevar a cabo el centralismo democrático y cómo promover la democracia dentro y fuera del partido. Camaradas, les recomiendo considerar cuidadosamente este asunto. Algunos camaradas no piensan aún en términos del centralismo democrático. Ahora es el momento de adoptar esta forma de pensar y empezar a adquirir alguna comprensión de este problema. Si ponemos todo nuestro empeño en promover la democracia, entonces podemos movilizar todo el entusiasmo de las masas del pueblo dentro y fuera del partido. Podemos unir las masas populares que representan más del 95% de nuestra población total. Cuando hayamos logrado esto, nuestro trabajo será cada vez mejor y superaremos más rápidamente las dificultades que encontremos. ¡Nuestra causa se desarrollará mucho más favorablemente! (aplausos entusiastas)
[1] Traducido de Chairman Mao Talks to the People, Talks and Letters: 1956-1971 (editado por Stuart Schram, Pantheon Press, Nueva York, 1974); publicado originalmente en Gran Bretaña como Mao Tsetung Unrehearsed (Penguin Books, Londres), del cual hay versión en español: Mao Tsetung Espontáneo, Pláticas y Cartas: 1956-1971 (Universidad Autónoma de Sinaloa, Ediciones Renacimiento, México, 1981). Para la presente edición se ha cotejado la traducción con la versión aparecida en Pekín Informa No. 27, del 12 de julio de 1978. Las notas son tomadas del texto de Schram.
[2] El estilo de trabajo del EPL, fue definido por Mao Tsetung en tres frases, invitando a una firme y justa dirección política; abnegación y sencillez en el trabajo; flexibilidad y agilidad en la estrategia y táctica; y en ocho caracteres (cuatro pares) que significan unidad, dinamismo, seriedad y vivacidad. La utilización de precisamente estas cifras recuerda "las Tres Reglas Cardinales de Disciplina y las Ocho Advertencias", enunciadas por primera vez en 1928 y que guiaron la conducta del Ejército Rojo durante la lucha por el poder, representando así un intento por establecer un vínculo simbólico con el pasado. Para las primeras reglas véase Mao Tsetung, Obras Escogidas, tomo IV, págs. 157-158.
[3] Sun Tzu, quien vivió alrededor del siglo V a.C., es indudablemente, junto con Clausewitz, uno de los dos más célebres escritores militares en la historia mundial. Su libro El Arte de la Guerraha sido traducido a muchos idiomas. (Para una versión en español véase Ed. Fundamentos, Madrid, 1981).
[4] Ssu-ma Chien (c. 145-190 a.C.), fue el primer historiador chino de importancia, quien compiló los Shi-chi (Registros Históricos) que dan cuenta de la historia de China desde sus orígenes hasta su época. El pasaje citado es tomado de su autobiografía que figura como apéndice de dicha obra.
[5] Esta versión, "aún menos posible" (keng pu-hsing), es la del Mao Chu-hsi wen-hsüan y del Mao Tsetung ssu-hsiang wan-sui(¡Viva el Pensamiento Mao Tsetung!, libro publicado en la República Popular China, fechado en abril de 1967) la versión en Wan-sui! (un volúmen más grande, del mismo título, con un prólogo fechado en agosto de 1969) dice simplemente que es "también imposible" (yu pu-hsing) sin centralismo.
[6] En realidad esta historia está relatada en el Shi-chi en las biografías de Li Yi-chi y Chu- Chien y también en la de Liu Pang, fundador de la dinastía Han. Mao ha recurrido a las tres versiones tomando algunos detalles pintorescos (tales como la anotación "soy un borracho") de la biografía de Chu-Chien, que es considerada normalmente como una alteración posterior.
[7] Una ópera de Pekín, basada en el relato del Shi-chi acerca de la despedida de Siang-Yu de su favorita, la concubina Yu, la víspera de su derrota definitiva. Mao aludió con admiración a las dos primeras líneas del poema compuesto por Siang Yu sobre esta ocasión en su primer artículo de 1917: The Political Thought of Mao Tsetung, págs. 157-160.
[8] La referencia es, por supuesto, a la aguda crítica del partido y del régimen en abril y mayo de 1957, ante un llamado a suspender la política de "que se abran cien flores y que compitan cien escuelas de pensamiento".
[9] Esta es la versión del Wen-hsüan. El Wan-Sui (1969) tiene por el contrario "no entendieron muy bien" (pu hen liao-chie en lugar de hen pu liao-chie).
[10] Chia Pao-Yü es el principal personaje masculino en el Sueño del Pabellón Rojo. La crítica de Mao a la interpretación que hace Yü Ping-po de esta novela se refiere precisamente al hecho de que, en su opinión, el libro debe considerarse como una condena de la sociedad feudal en su conjunto y no, como lo sostiene Yü, simplemente como un lamento sobre la desgracia individual. El nuevo jardín fue construído para el uso de la concubina imperial con ocasión de una visita a su familia, y ahí tiene lugar gran parte de la acción subsiguiente.
[11] Para el texto revisado de los sesenta artículos sobre trabajo rural adoptados en el X Pleno en septiembre de 1962, y un resumen de los setenta artículos sobre el trabajo industrial, elaborado en diciembre de 1961, véase Documents of the Chinese Communist Party Central Committes, September 1956-April 1969 (Hong Kong: URI, 1971), págs. 689-725. Para las regulaciones sobre las escuelas de primaria y secundaria elaboradas en 1963, véase el artículo de Susan Shirk en China Quarterly, No. 55, julio-septiembre 1973, págs. 511-46.
[12] La "Línea General" para la construcción de socialismo, simbolizada por los cuatro caracteres to, kuai, hao, y sheng (más, más rápido, mejor y de la forma más económica) había sido planteada por Mao en 1956, y desde entonces se hace referencia a ella, tanto por parte de Mao como por sus oponentes, como la síntesis y la esencia de su enfoque del desarrollo económico. De mediados del 56 a mediados del 58 rara vez se mencionó, aunque no se repudió explícitamente. En 1958 irrumpió de nuevo y se convirtió en una de las "Tres Banderas Rojas" del Gran Salto.
[13] Una fracción reaccionaria del Kuomintang dirigida por los dos hermanos Chen, sobrinos del primer patrón de Chiang Kai-shek, Chen Chi-mei, quien participó en la creación de los semifascistas "camisas azules" en los treinta.
[14] Para detalles sobre Wang Shí-wei, véase Literary Dissent in Communist China, págs. 25-27.