PREFACIO.
Componen el duodécimo tomo de las Obras de J. V. Stalin los trabajos escritos de abril de 1929 a junio de 1930.
El Partido Bolchevique, en esto período, despliega la ofensiva general del socialismo en todo el frente, moviliza a la clase obrera y a las masas trabajadoras del campesinado para la lucha por la reestructuración de toda la economía nacional sobre la base del socialismo, para la lucha por el cumplimiento del primer plan quinquenal. El Partido Bolchevique imprime un viraje decisivo a la política: el paso de la política de restricción de las tendencias explotadoras de los kulaks a la política de liquidación de los kulaks como clase, sobre la base de la colectivización total. El Partido resuelve el problema histórico más difícil de la revolución proletaria después de la toma del Poder: el paso de millones de haciendas campesinas individuales a la vía de los koljóses, a la vía del socialismo.
En el discurso ante el Pleno de abril del C.C. y de la Comisión Central de Control del P.C.(b) de la U.R.S.S. (1929) “Sobre la desviación derechista en el P.C.(b) de la U.R.S.S.”, que se publica por primera vez completo en el presente tomo, J. V. Stalin hace un análisis de los cambios operados en las relaciones de clase en la U. R.S.S. y en los países capitalistas, señala la intensa ofensiva del socialismo, emprendida en nuestro país contra los elementos capitalistas de la ciudad y del campo, y, como consecuencia, la agudización de la lucha de clases. J. V. Stalin examina cómo se quebranta la estabilización parcial del capitalismo, el ascenso de los elementos de auge revolucionario en los países capitalistas y explica la necesidad. de reforzar la lucha contra los elementos de derecha dentro de los Partidos Comunistas.
V. Stalin denuncia la actividad fraccional antipartido del grupo de Bujarin, su doblez, sus cambalaches entre bastidores con los trotskistas para— organizar un bloque contra el Partido.
V. Stalin subraya que la desviación de de techa y la actitud conciliadora hacia ella son el peligro principal en aquel período, denuncia a los capituladores de derecha como enemigos del leninismo y agentes de los kulaks, pone de relieve la esencia liberal burguesa y antirrevoluoionarla de la “teoría” oportunista de derecha de la integración pacífica de los kulaks en el socialismo. En la lucha contra la oposición bujarinista, J. V. Stalin desarrolla la tesis leninista acerca de la destrucción de las clases explotadoras mediante una encarnizada lucha de clase del proletariado. J. V. Stalin muestra que la línea oportunista de los capituladores de derecha en lo relativo a la lucha de clases está ligada a los errores antileninistas de Bujarin respecto de la teoría del Estado.
En la lucha con los oportunistas de derecha,' J. V. Stalin defiende y desarrolla la doctrina marxista— leninista del Estado y de la dictadura del proletariado.
En el artículo “La emulación y el entusiasmo de las masas en el trabajo”, J. V. Stalin define la emulación socialista como método comunista de edificación del socialismo, como la palanca con qué los trabajadores están llamados a levantar — toda la vida' económica y cultural del país sobre la base del socialismo.
En el articulo “El año del gran viraje”, J. V. Stalin califica el año 1929 de año de grandes realizaciones 'en todos los frentes de la edificación socialista: en el rendimiento del trabajo y en el fomento de la industria y de la agricultura. Al señalar los éxitos del movimiento koljósiano, J. V. Stalin indica que a los koljóses acudía la masa fundamental de los campesinos, el campesinado medio; demuestra cómo, con el paso de la hacienda campesina individual a la vía del socialismo, son destruidas dentro del país las últimas fuentes de restauración del capitalismo.
Tomando como base el plan de cooperación de 1. Lenin, J. V. Stalin desarrolla la teoría de la colectivización de la agricultura e indica las vías prácticas para realizarla.
En el discurso “En torno a las cuestiones de la política agraria de la U.R.S.S.”, J. V. Stalin denuncia las teorías burguesas y oportunistas de derecha del· “equilibrio” y de la “espontaneidad”, en la edificación socialista, de la “estabilidad” de la pequeña hacienda campesina, y muestra la superioridad de la gran hacienda colectiva en la agricultura. J. V. Stalin define la naturaleza del koljós como forma socialista de economía y fundamenta el viraje que supone el paso de la política de restricción y desplazamiento de los elementos capitalistas del campo a la política de liquidación de los kulaks como clase, sobre la base de la colectivización total.
En “Los éxitos se nos suben a la cabeza”, “Respuesta a los camaradas koljósianos” y otros trabajos, J. V. Stalin denuncia las deformaciones “izquierdistas, de la línea del Partido en la organización de los koljóses, traza la vía para corregidas y señala que el eslabón fundamental y principal del movimiento koljósiano, en esta etapa, es el artel agrícola.
El tomo incluye el “Informe político del Comité Central ante el XVI Congreso del P.C.(b) de la U.R.S.S.”, en el que J. V. Stalin hace un profundo análisis de la crisis del capitalismo mundial y pone de manifiesto la agudización de las contradicciones del sistema capitalista. Al ocuparse de las relaciones entre la U.R.S.S. y los Estados capitalistas, .J. V. Stalin define la política exterior del Estado soviético como política consecuente de paz. J. V. Stalin muestra el creciente ascenso de la economía nacional de la U.R.S.S., la superioridad del sistema socialista de economía respecto al sistema capitalista y determina la esencia y las tareas de la ofensiva socialista desplegada en todo el frente. J. V. Stalin moviliza al Partido para la lucha contra las desviaciones en la cuestión nacional y muestra que el período de dictadura del proletariado y de edificación del socialismo en la U.R.S.S. es un período de florecimiento de las culturas nacionales, socialistas por el contenido y nacionales por la forma.
En el tomo se publican por primera vez cartas de J. V. Stalin a Félix Kon, a A. M. Gorki ya los camaradas Bezimenski y RafaíI.
Instituto Marx-Engels-Lenin, anejo al C.C. del P.C.(b) de la U.R.S.S.
SOBRE LA DESVIACIÓN DERECHISTA EN EL P.C.(b) DE LA U.R.S.S.
Discurso en el Pleno del C.C. y de la C.C.C. del P.C.(b) de la U.R.S.S. en abril de 1929[1].*
* En el discurso se incluyen más de 30 páginas de texto no publicadas en su tiempo en la prensa. (N. de la Red.)
(Texto taquigráfico)
Camaradas: No voy a referirme al factor personal, aunque en los discursos de ciertos camaradas del grupo de Bujarin es cosa que ha jugado un papel bastante impresionante. No me referiré a él, porque el factor personal es una minucia y las minucias no merecen la pena de que nos paremos en ellas. Bujarin hablaba de su correspondencia personal conmigo. Ha leído varias cartas, de las que se desprende que nosotros, ayer todavía amigos personales, discrepamos ahora en política. Las mismas notas han sonado en los discursos de Uglánov y Tomski. Cómo es eso, vienen a decir: somos viejos bolcheviques y de repente nos hablan de discrepancias entre nosotros; no sabemos respetarnos.
Creo que todas estas jeremiadas y lamentaciones no valen un comino. No somos una tertulia familiar, no somos una peña de amigos personales, sino el partido político de la clase obrera. No se debe permitir que los intereses de la amistad personal se coloquen por encima de los intereses de la causa.
Si por lo único que nos llamamos viejos bolcheviques es por ser viejos, mal van nuestras cosas, camaradas. Los viejos bolcheviques no gozan de respeto por ser viejos, sino porque, al mismo tiempo, son revolucionarios siempre nuevos, que nunca envejecen. Si el viejo bolchevique se desvía de la revolución o se abandona y se apaga en el sentido político, podrá tener aunque sea cien años, pero no estará autorizado a llamarse viejo bolchevique, no tendrá derecho a pedir al Partido que se le respete.
Además, los problemas de la amistad personal no pueden colocarse en un mismo plano con los problemas de la política; pues, como suele decirse, una cosa es la amistad y otra cosa es el deber. Todos nosotros estamos al servicio de la clase obrera, y si los intereses de la amistad personal divergen de los intereses de la revolución, la amistad personal debe pasar a un segundo plano. De otro modo no podemos plantear el problema como bolcheviques.
No me referiré tampoco a las alusiones y acusaciones embozadas de carácter personal que salpican los discursos de los camaradas de la oposición bujarinista. Al parecer, estos camaradas quieren encubrir con insidias y equívocos las razones políticas de nuestras discrepancias. Quieren suplantar la política por la politiquería. En este sentido, es particularmente característico el discurso de Tomski, discurso típico de un politicastro tradeunionista que trata de suplantar la política por la politiquería. Pero no les saldrá este número.
Y ahora al grano.
I. ¿Una línea o dos líneas?
El problema fundamental, camaradas, es si en nuestro Partido existe una línea general común o si tenemos dos líneas.
Rykov decía aquí, en su discurso, que tenemos una sola línea general, y que si existen ciertas discrepancias “de poca monta”, es porque hay “matices” en la manera de concebir la línea general.
¿Es cierto eso? Por desgracia, no lo es. Y no sólo no es cierto, sino que es todo lo contrario de la verdad. En efecto, si tenemos una sola línea y entre nosotros existen únicamente cuestiones de matiz, ¿por qué Bujarin ha acudido a los trotskistas de ayer, que acaudilla Kámenev, tratando de formar con ellos un bloque fraccional contra el C.C. y su Buró Político? ¿No es, acaso, un hecho que Bujarin dijo allí que la línea del C.C. era “catastrófica” y habló de discrepancias de principio de Bujarin, Tomski y Rykov con el C.C. del Partido y de la necesidad de cambiar radicalmente el Buró Político del C.C.?
Si la línea es una, ¿por qué conspiraba Bujarin con los trotskistas de ayer contra el C.C. y por qué Rykov y Tomski le apoyaron en este asunto?
Si la línea general es una, ¿cómo se puede admitir que una parte del Buró Político, si se atiene a esa línea general común única, haga una labor de zapa contra otra parte del Buró Político, que se atiene a la misma línea general?
¿Acaso puede admitirse esa política de tránsfugas cuando existe una línea general común?
Si la línea es una, ¿cómo puede concebirse la declaración de Bujarin del 30 de enero, dirigida toda, ella contra el C.C. y su línea general?
Si la línea es una, ¿cómo puede concebirse la declaración de los tres (Bujarin, Rykov y Tomski) del 9 de febrero, acusando descarada, grosera y calumniosamente al Partido: a) de seguir una política de explotación militar-feudal del campesinado, b) de seguir una política de fomento del burocratismo y c) de seguir una política de descomposición de la Internacional Comunista?
¿Han desaparecido, acaso, estas declaraciones? ¿Acaso se las considera ahora erróneas? ¿Acaso Rykov, Bujarin y Tomski están conformes con retirar esas declaraciones, erróneas y antipartido a todas luces? Que nos lo digan, pues, sincera y honradamente. Todo el mundo verá entonces claro que nuestra línea es una y que entre nosotros no hay sino insignificantes diferencias de matiz. Pero no han querido hacerlo así, según se desprende de los discursos de Bujarin, Rykov y Tomski. Y además de negarse a hacerlo, no tienen el propósito de renunciar en el futuro a esas declaraciones, pues insisten en que siguen manteniendo los puntos de vista expuestos en ellas.
¿Dónde está, pues, la línea general común?
Si la línea es una, y la línea del Partido consiste, según el grupo de Bujarin, en seguir una política de explotación militar-feudal del campesinado, ¿acaso Bujarin, Rykov y Tomski quieren aplicar juntamente con nosotros esa política catastrófica en vez de combatirla? Resulta una estupidez.
Si la línea es una, y la línea del Partido consiste, según la oposición bujarinista, en fomentar el burocratismo, ¿acaso Rykov, Bujarin y Tomski quieren fomentar con nosotros el burocratismo en el Partido en vez de combatirlo? Resulta un despropósito.
Si la línea es una, y la línea del Partido consiste, según la oposición bujarinista, en descomponer la Internacional Comunista, ¿acaso Rykov, Bujarin y Tomski quieren descomponer con nosotros la Internacional Comunista en vez de luchar contra esa política? ¿Cómo es posible creer ese absurdo?
No, camaradas, hay algo anómalo en la afirmación de Rykov de que nuestra línea es común. Como queráis, pero no resulta eso de la línea común y única, si se tiene en cuenta los hechos que acabo de exponer acerca de las declaraciones y la conducta del grupo de Bujarin.
Si la línea es una, ¿a qué obedece la política de dimisiones de Bujarin, Rykov y Tomski? ¿Acaso es concebible que, existiendo una línea general común, cierta parte del Buró Político se niegue sistemáticamente a cumplir repetidas disposiciones del C.C. y durante medio año venga saboteando el trabajo del Partido? ¿A qué viene esta desorganizadora política de dimisiones, practicada concienzudamente por una parte del Buró Político, si es que, en efecto, tenemos una línea general común?
La historia de nuestro Partido conoce casos de una política de dimisiones. Se sabe, por ejemplo, que, al día siguiente de la Revolución de Octubre, algunos camaradas, capitaneados por Kámenev y Zinóviev, se negaron a aceptar los puestos que se les ofrecían, planteando que se modificase la política del Partido. Como es sabido, la política de dimisiones era explicada entonces con la exigencia de que se crease un gobierno de coalición con los mencheviques y los eseristas, contrariamente al C.C. de nuestro Partido, el cual mantenía la política de formación de un gobierno puramente bolchevique. Pero entonces la política de dimisiones tenía una explicación, pues se basaba en la existencia de dos líneas diferentes, una de las cuales consistía en formar un gobierno puramente bolchevique y la otra en formar un gobierno de coalición con los mencheviques y los eseristas. Eso era claro y comprensible. Pero no hay ninguna lógica, absolutamente ninguna, cuando la oposición bujarinista proclama, por una parte, la unidad de la línea general, mientras que, por otra parte, practica una política de dimisiones copiada de la de Zinóviev y Kámenev en el período de la Revolución de Octubre.
Una de dos: o la línea es una, y entonces la política de dimisiones de Bujarin y sus amigos no se comprende ni puede explicarse; o tenemos dos líneas, y entonces la política de dimisiones se puede comprender y explicar perfectamente.
Si la línea es una, ¿cómo es posible que tres miembros del Buró Político, Rykov, Bujarin y Tomski, estimasen oportuno abstenerse al ser votadas en el Buró Político las tesis fundamentales relativas al plan quinquenal y a la cuestión campesina? ¿Acaso es corriente que la línea general sea una y que parte de los camaradas se abstenga al ponerse a votación cuestiones fundamentales de la política económica? No, camaradas, milagros como ése no se dan en el mundo.
Finalmente, si la línea es una y sólo se trata de cuestiones de matiz, ¿por qué los camaradas de la oposición bujarinista, Bujarin, Rykov y Tomski, no aceptaron el compromiso que la comisión del Buró Político les proponía el 7 de febrero del año en curso? ¿No es, acaso, cierto que este compromiso brindaba al grupo de Bujarin una salida perfectamente aceptable del atolladero en que él mismo se había metido?
He aquí el compromiso que la mayoría del C.C. propuso el 7 de febrero último:
“El cambio de impresiones en la comisión ha puesto de relieve que:
1) Bujarin reconoce que las negociaciones con Kámenev fueron un error político;
2) Bujarin reconoce que todas las afirmaciones de su “declaración” del 30 de enero de 1929 acerca de que el C.C. sigue en la práctica una política de “explotación militar-feudal del campesinado”, de que el C.C. descompone la Internacional Comunista y de que fomenta el burocratismo en el Partido, las hizo acaloradamente en el ardor de la polémica, asegura que no mantiene ya estas afirmaciones y considera que no tiene discrepancias con el C.C. sobre este particular;
3) en virtud de ello, Bujarin reconoce que la labor acorde en el Buró Político es posible y necesaria;
4) Bujarin retira las dimisiones, tanto de su cargo en “Pravda” como en la Internacional Comunista;
5) Bujarin retira, en vista de ello, su declaración del 30 de enero.
Considerando lo expuesto, la comisión estima posible no presentar a la reunión conjunta del Buró Político y del Presídium de la C.C.C. su proyecto de resolución, en que se enjuicia políticamente los errores de Bujarin, y propone a la reunión conjunta del Buró Político y del Presídium de la C.C.C. que se retire de la circulación todos los documentos existentes (el texto taquigráfico de los discursos, etc.).
La comisión invita al Buró Político y al Presídium de la C.C.C. a garantizar a Bujarin todas las condiciones necesarias para la normalidad de su trabajo en los puestos de director de “Pravda” y de secretario del C.E. de la I.C.”.
¿Por qué Bujarin y sus amigos rechazaron este compromiso, ................................
[1] El Pleno del C.C. y de la Comisión Central de Control del P.C. (b) de la U.R.S.S. se celebró del 16 al 23 de abril de 1929 y examinó las siguientes cuestiones: 1) asuntos internos del Partido; 2) cuestiones de la XVI Conferencia del P.C.(b) de la U.R.S.S.; 3) la depuración del Partido. El Pleno aprobó la resolución de la reunión conjunta del Buró Político del C.C. y del Presídium de la C.C.C. acerca de los asuntos internos del Partido, del 9 de febrero de 1929, y en una resolución especial condenó la actividad oportunista de derecha de Bujarin, Rykov y Tomski. El Pleno aprobó y dispuso que se sometiesen al examen de la XVI Conferencia del Partido las tesis presentadas por el Buró Político acerca del plan quinquenal de fomento de la economía nacional, de las vías para el ascenso de la agricultura y la rebaja de los impuestos que gravaban a los campesinos medios, y acerca del balance y las tareas inmediatas de la lucha contra el burocratismo. El Pleno dispuso, asimismo, pasar al examen de la XVI Conferencia las tesis, aprobadas en líneas generales, sobre la depuración de los miembros y candidatos a miembro del P.C.(b) de la U.R.S.S. J. V. Stalin pronunció, en la reunión del Pleno del 22 de abril, el discurso “Sobre la desviación derechista en el P.C.(b) de la U.R.S.S.”. (V. las resoluciones del Pleno del C.C. y de la C.C.C. del P.C.(b) de la U.R.S.S. en “El P.C.U.S. en las resoluciones y acuerdos de los Congresos y Conferencias y de los Plenos del C.C.”, parte II, págs. 429-447, ed. en ruso, 1953.)
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