INDICE GENERAL

 PREFACIO

CAPITULO PRIMERO

Aparición y desarrollo de las primeras formas del pensamiento conceptual

    

CAPITULO II

Leyes del desarrollo de los conceptos en las ciencias sociales y naturales

    Desarrollo de los conceptos en las ciencias sociales.

    Conceptos económicos. Desarrollo del concepto de valor.

    Desarrollo del concepto científico de Estado

    Desarrollo de los conceptos en las ciencias naturales

    Desarrollo de los conceptos matemáticos

 

CAPITULO III

Esencia contradictoria del concepto en cuanto forma del pensamiento

    El concepto en cuanto reflejo de la esencia contradictoria de las cosas

    El proceso dialéctico de la formación del concepto como abstracción científica

    El concepto como unidad de lo universal y lo singular.

    El concepto como unidad de lo concreto y lo abstracto.

  

CAPITULO IV

Papel de los conceptos científicos en el conocimiento del mundo y en la actividad práctica de los hombres.        

    Importancia de los conceptos en las ciencias sociales

    El concepto de capitalismo moderno

    El concepto científico de comunismo

    Importancia de los conceptos en las ciencias naturales y matemáticas

Índice de nombres

 

El presente trabajo ha sido examinado en la Cátedra de Materialismo Dialéctico e Histórico de la Escuela Superior del Partido, adjunta al Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, así como en el Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S., quienes han recomendado su publicación.

 

 

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PREFACIO

 

El problema que se analiza en esta obra es uno de los más importantes de la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico. El concepto científico es el elemento lógico central en la construcción de los sistemas de cada ciencia; como forma del razonamiento lógico, el concepto científico es el reflejo concentrado de las propiedades y nexos internos, esenciales y determinantes, regulados por leyes, entre los objetos del mundo material; al surgir como producto de una labor de abstracción activa del raciocinio humano, el concepto científico pasa a convertirse, en el ulterior desarrollo del conocimiento, en uno de los componentes determinantes del “saber básico”, en el que se funda la creación y progreso de las disciplinas científicas; el concepto científico es la expresión más característica y lógicamente diáfana del papel activo y de la enorme fuerza del raciocinio humano en el conocimiento de la esencia del mundo que nos rodea, lo que determina la extraordinaria importancia de su valor cognoscitivo y práctico; el concepto científico —a causa precisamente de este significado que le es propio— se convierte en uno de los focos de la lucha ideológica en la que se enfrentan ideas y concepciones filosóficas opuestas, que expresan las tendencias y los intereses de las distintas clases sociales.

En este trabajo, el análisis del problema del concepto se apoya en los principios más importantes de la teoría del conocimiento del materialismo dialéctico: 1) el que pone de manifiesto el papel decisivo de la experiencia práctica histórico-social, tomada en toda la diversidad de sus facetas más importantes, en el proceso de la aparición y desarrollo del conocimiento humano; 2) el estudio del carácter dialéctico del proceso de conocimiento del mundo, lo que halla su expresión concreta en las diversas formas cognoscitivas; 3) la generalización de los resultados más importantes del conocimiento científico del mundo a través de las ciencias sociales, naturales y matemáticas. El autor estima que este tercer principio es absolutamente necesario para elaborar los problemas concretos de la teoría del conocimiento del marxismo-leninismo. El análisis de la dialéctica del desarrollo de los conceptos en cada ciencia es de un gran valor. En este aspecto, los trabajos de B. M. Kédrov merecen una atención especial.

Sin embargo, en la teoría del conocimiento es necesario obtener unas conclusiones generales que atañen ex principio a todo el proceso de la cognición, a todas sus esferas. De ahí que, a fin de fundamentar las ideas y tesis generales de la teoría marxista-leninista del conocimiento, el autor considera en el trabajo que se ofrece al lector las leyes del desarrollo de los conceptos, tanto en las ciencias sociales como en las naturales y en las matemáticas. Como es lógico, ello presupone también el análisis de lo que como específico y peculiar se manifiesta en las ideas y principios generales de las diversas ramas del saber.

Este examen del problema del concepto significa, al mismo tiempo, investigar uno de los problemas más importantes de la lógica dialéctica. El autor estima que esta vía concreta, que se deduce de las ideas de Lenin, es la única correcta que permite, a medida que se investigan los problemas aislados más importantes, llegar a una síntesis generalizadora, a la construcción del sistema científico de la lógica dialéctica. Pero no en el sentido del cálculo lógico absoluto de Leibniz y Laplace, sin pararnos ya a mencionar a los modernos autores de los “algoritmos lógicos absolutos”, de los sistemas de la Metalógica, de las Metamatemáticas, del Metalenguaje, etc. La lógica dialéctica ha de responder a un conjunto de ideas, teorías y conceptos que pongan de manifiesto la esencia y las leyes del desarrollo de todas las formas básicas del conocimiento humano, precisamente como proceso continuo de la cognición. En este sentido, puede y debe ser un sistema dinámico que los resultados y las leyes de la totalidad del proceso del conocimiento desarrollan y enriquecen constantemente. En cambio, las tentativas de construir de “golpe”, inmediatamente, “lógicas dialécticas” resultan, inevitablemente, escolásticas e infructuosas. En opinión del autor, de lo que aquí conviene tratar es, precisamente, de los principios más importantes, tal y como se hace en la obra de M. M. Rosental Principios de la lógica dialéctica. En lo que atañe a las “dudas” de ciertos autores sobre la existencia misma de la dialéctica de las formas del pensamiento, su intrascendencia, a la luz de las ideas leninistas, es tal, que no merecen ser tenidas en cuenta.

Apoyándose por completo en las grandes ideas leninistas de la teoría del conocimiento, el autor tiende en todo momento a demostrar su fructífero significado para la ciencia y la experiencia práctica, lo que también viene a probar, al mismo tiempo, la esterilidad de los esquemas y construcciones simplificadas de Stalin, cuya aplicación es inadecuada en la investigación científica.

Para terminar, el autor hace presente su gratitud a los colaboradores de la Cátedra de Materialismo Dialéctico e Histórico de la Escuela Superior del Partido, adjunta al C .C. del P.C. de la U.S., y a la Sección de Materialismo Dialéctico del Instituto de Filosofía de la Academia de Ciencias de la U.R.S.S. por las observaciones críticas formuladas en el proceso preparatorio de la publicación de la obra.

 

 

CAPITULO PRIMERO

 

APARICION Y DESARROLLO DE LAS PRIMERAS FORMAS DEL PENSAMIENTO CONCEPTUAL

 

El contenido principal y determinante de la totalidad de la historia de la sociedad humana consiste en la actividad productora-social y revolucionario-transformadora de las personas, y, a partir de la época de la sociedad esclavista, en la actividad y lucha de determinadas clases sociales. La historia real de la sociedad humana es la historia de los productores de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que juegan el papel principal en el sistema de la producción material, que crean los bienes materiales y aseguran la existencia misma de la sociedad humana.

El trabajo y la lucha de las masas populares de trabajadores determinan el desarrollo de toda la historia humana. Las condiciones materiales de vida de la sociedad y, ante todo, el modo de producción de los bienes materiales, determinan el desarrollo de todas las demás facetas de la vida de las personas: política, ideológica, cultural, etc. De ello se deduce, lógicamente, que la actividad material productora de las personas, la práctica histórico-social del hombre, determina, además, la totalidad del proceso del conocimiento del mundo, lo que halla su expresión en las diversas teorías, ideas, leyes científicas, conceptos, etc. El conocimiento del mundo por el hombre se realiza en el proceso de la propia actividad que modifica y transforma el mundo.

La experiencia práctica del hombre es el punto de partida y la principal fuerza motriz de todo el proceso del conocimiento humano, comenzando por sus primeras y más simples formas y terminando en las formas superiores del pensamiento teórico del individuo, del pensamiento teórico expresado en conceptos.

La práctica es la base de la que surge también todo el desarrollo subsiguiente de los conceptos científicos. La aparición inicial de las nociones viene ya determinada por d desarrollo de la actividad laboral del hombre como ente social.

 "...El fundamento más esencial y más próximo al pensamiento humano es, precisamente, la transformación de la naturaleza por el hombre, y no la naturaleza por sí sola, la naturaleza en cuanto tal, y la inteligencia humana ha ido creciendo en la misma proporción en que el hombre iba aprendiendo a transformar la naturaleza’’[1].

Es éste un rasgo determinante, importantísimo, del pensamiento humano, a diferencia de la actividad consciente elemental de los animales.

La modificación y el dominio de la naturaleza por el hombre tiene lugar durante el proceso y sobre la base de la actividad laboral, la cual determina el desarrollo de las facultades productoras del hombre, el desenvolvimiento de su naturaleza física e intelectual. Progresa y se perfecciona incesantemente la mano del hombre, como órgano más importante de la actividad laboral, que, en el escalón más elevado de su desarrollo, pudo crear los supremos valores materiales de la sociedad, los esplendorosos logros de la pintura, la escultura y la música. El trabajo creó al mismo hombre, precisamente como homo sapiens, como individuo pensante, intelectivo y racional, a diferencia de los demás componentes del mundo animal. En la actualidad todo ello ha sido fundamentado de modo convincente y en todos sus aspectos por la ciencia moderna: por la historia, la arqueología y la antropología. Al mismo tiempo, justo es señalar la extraordinaria y gran aportación hecha por numerosos científicos soviéticos.

Para comprender la naturaleza del hombre como homo sapiens tiene una importancia decisiva, desde el punto de vista del fundamento fisiológico, la doctrina de la actividad nerviosa superior que se basa en la escuela de Séchenov, Vvedienski y Pávlov. La etapa superior de esta escuela se alcanza aquí con la doctrina de I. P. Pávlov sobre la actividad nerviosa superior de los animales y del hombre, que esclarece brillantemente el carácter y las peculiaridades del pensamiento humano. Pávlov aportó también una fundamentación verdaderamente científica y materialista de las facetas generales de la actividad nerviosa superior de los animales y del hombre, puso de manifiesto la diferencia entre el pensamiento propiamente humano y la actividad consciente elemental de los animales superiores[2].

Pávlov parte de una idea profundamente materialista, de la idea de la unidad de toda la naturaleza, de la unidad de todo el mundo animado, de la unidad de los animales y del hombre. Señala, ante todo, la comunidad en los animales y en el hombre de fenómenos como el sueño, la hipnosis y las distintas fases hipnóticas, la neurosis y la psicosis, etc., al tiempo que establece la comunidad de las causas que dan origen a todos estos fenómenos. Dice Pávlov que

“los fundamentos más generales de la actividad nerviosa superior, que se origina en los hemisferios cerebrales, son los mismos tanto en los animales superiores como en las personas, por lo que los fenómenos elementales de esta actividad han de ser los mismos en unos y otros, tanto en los casos normales como en los patológicos”[3].

Como es natural, esta comunidad de los mecanismos fundamentales y elementales no significa, ni mucho menos, su identidad en los animales y en el hombre. Aquí lo principal consiste, según Pávlov, en la idea, consecuentemente mantenida, de la unidad del mundo de la naturaleza, lo que tiene una gran importancia filosófica. Al desarrollar y concretar esta idea, Pávlov demuestra que la educación y el adiestramiento de las personas, las diversas formas de la actividad disciplinada del hombre, todos os hábitos que puedan darse, no son otra cosa que una “larga serie de reflejos condicionados”. Al mantener consecuentemente la idea de la unidad de todo el mundo de la naturaleza, da a conocer un pensamiento profundo e interesante:

“¿No son acaso en esencia fenómenos de un mismo orden el movimiento de las plantas hacia la luz y la búsqueda de la verdad mediante el análisis matemático? ¿No son éstos acaso los últimos eslabones de la cadena casi infinita de adaptaciones que tienen lugar en todo el mundo animado?”[4].

Esta idea profundamente científica de la unidad de todo el mundo material, natural, no excluye, ni mucho menos, sino que, por el contrario, presupone y exige que se establezca la determinación cualitativa de cada graduación en el desarrollo de la naturaleza, en cada uno de los sectores del mundo que nos rodea.

En su gran doctrina, Pávlov dio un paso decisivo para el descubrimiento de la naturaleza cualitativamente especial del pensamiento propiamente humano, a diferencia de los elementos de la actividad consciente de los animales superiores, desde el punto de vista, precisamente, del fundamento fisiológico. Las secciones inferiores del cerebro, señala, son las portadoras o transmisoras de los reflejos no condicionados, innatos, propios tanto del animal como del hombre: “...los reflejos innatos están relacionados con la sección inferior del sistema nervioso central”[5].

Los innúmeros reflejos condicionados, bajo cuyo influjo transcurre la mayor parte de la vida y la actividad tanto del animal como del hombre, tienen su fundamento material en la corteza de los hemisferios cerebrales. La influencia directa del medio ambiente es percibida por el animal como señal, dice Pávlov, “casi exclusivamente por los estímulos y las huellas de éstos en los hemisferios cerebrales, estímulos que llegan directamente a las células específicas de los receptores del organismo: visual, auditivo, etc. Es lo que tenemos en nosotros mismos como impresiones, sensaciones y representaciones del medio exterior...[6] El sistema vinculado a los factores sensoriales directos, mediante el cual el organismo percibe los estímulos del......................

 

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