PAMPLONA. La histórica comunista Dora Serrano Serrano falleció a los 96 años de edad el pasado viernes en Pamplona, ciudad en la que residió la mayor parte de su vida y en la que protagonizó, entre otras actividades, el primer intento de reconstruir el PCE en Navarra tras la guerra civil. La despedida a Dora Serrano tuvo lugar ayer en el cementerio de Pamplona donde, tras un acto civil en el que sus dos hijos, Fernando y Maxi Gómez, leyeron poemas y textos alusivos a la personalidad de su madre, reposarán los restos mortales de esta mujer cuya lucha antifranquista le llevó a la cárcel en dos ocasiones.

 Nacida en Cedillo el Condado (Toledo), fue una de las nueve personas que comparecieron en 1944 ante un Consejo de Guerra por haber protagonizado el primero y el más importante intento de reconstruir el Partido Comunista en Navarra tras la Guerra Civil. Tal y como recoge el periodista Manuel Martorell en el libro Mujeres que la historia no nombró, editado por el Ayuntamiento de Pamplona en 2005, Dora Serrano, que había trabajado en la Subsecretaria de Armamento de la República y se había afiliado al Partido Comunista de España durante la Guerra Civil, llegó a Pamplona en los años 40, cuando salió de la cárcel tras ser detenida en Madrid junto a su padre y otros tres miembros de su familia. Dora Serrano había permanecido encarcelada en la prisión de las Ventas, siendo ésta una de las experiencias más terribles de su vida, relata Martorell, ya que "tenía que vivir con la constante presencia de la muerte, pues muchas mujeres eran sacadas diariamente para llevarlas ante los pelotones de ejecución".

EN PAMPLONA Ella, que tuvo más suerte, permaneció en esta cárcel durante nueve meses. Se estableció en Pamplona, donde vivía una hermana suya, y abrió un pequeño ultramarinos en la calle Descalzos. Ya en la capital navarra se puso en contacto con la incipiente organización del PCE que se estaba gestando, en la que se encontraban, entre otros, Fernando Gómez Urrutia, que acabaría siendo su primer marido (hasta su muerte en 1961), y era cuñado y amigo de Jesús Monzón. El grupo comunista fue detenido el 23 de agosto de 1943 debido a la trampa que le tiende un policía apodado Trilita -según relata Martorell- y fue trasladado a la Dirección General de la Policía de Madrid, donde Dora Serrano "es testigo de la dureza de aquel centro de tortura", relata Martorell.

El Consejo de Guerra, que decretó el fusilamiento de Martín Gil Isturiz (asesinado el 14 de octubre de 1944) e impuso penas de 20, 15 y 10 años de prisión para el resto de integrantes, condenó a seis años de cárcel a Dora Serrano pese que no se pudo demostrar nada en su contra. Tras morir Franco, Dora Serrano volvió a conectar con el PCE, "se convirtió en una de las militantes más activas tras su legalización". Concurrió a las elecciones municipales de Pamplona en 1979 y en 1980 resultó ilesa al explotar una bomba en la sede del PCE de Pamplona. "La fidelidad a sus ideales y la inquebrantable militancia comunista" fueron reconocidos en el homenaje que le dispensaron sus camaradas al cumplirse los 25 años de la legalización del PCE.