Jesus LARRAÑAGA (GOIERRI) Cast    

Jesus LARRAÑAGA (GOIERRI) Eusk     

Larrañaga y sus camaradas aprendieron primero a luchar con todas las armas y después a sumar sin sectarismo con todos los que se acercaron a la lucha. También aprendieron a seguir luchando solos, cuando los mediocres abandonaron. Nunca fueron víctimas. Eso hubiera significado llorar sentados en la cuneta del pasado, renunciando a la dura lucha por un mundo nuevo sin dominantes y dominados, una tierra de hombres y mujeres libres.

Aurrera euskotarrak! Hil arte, aurrera! Gure etsaiak zapaldu arte!

Fueron palabras pronunciadas por Jesús Larrañaga, un grito de guerra lanzado a los compañeros de lucha lejos de su Euskal Herria. Era la grabación real de aquel pensamiento que unió a aquellos revolucionarios vascos que vivieron para liberar su patria, para crear un mundo nuevo de hombres, mujeres y pueblos libres sin fronteras.

Liburua: Jesus Larrañaga "Goierri" euskeraz

Libro: Jesús Larrañaga "Goierri" castellano

 

Jesús Larrañaga Churruca, Imanol Asarta Imaz, Jesus Karrera Olaskoaga, Jose Isasa Olaizola, Jesús Monzón Repáraz, Sebastian Zapirain, Luis Zapirain, Clemente Ruiz, Celestino Uriarte Bedia, Asensio Arriolabengoa Ibabe, Cristóbal Errandonea Marcelo Usabiaga, Victorio Vicuña (Oria) Jesús Lekunberri (Otzabiña), Tatxo y Miguel Amilibia.. y así miles de gudaris comunistas, caídos en combate , exilados y vueltos del exilio a la lucha clandestina del interior, detenidos y torturados salvajemente, unos desaparecidos, otros muertos en vida en las cárceles de exterminio y muchos fusilados.

En el maquis, en la Francia invadida por los nazis, muchos comunistas vascos como J Etxeberria, G. Urquiza, Arrondo, Echats Alonso,…procedentes del Campo de Gurs se integraron en las brigadas 10 y 35 del makis en la zona pirenaica occidental, posiblemente el guipuzcoano Vicuña fue su comandante más conocido. Aquellos hombres habían sido de los primeros en iniciar la resistencia armada contra los nazis.

Entre los héroes reconocidos por la URSS, aparecen nombres, como Juanito Goikoetxea (“AKULLU”), que luchó heroicamente en Ucrania pilotando un Mig-3 contra los nazis, Manuel Zarauza, caído en Bakú, Aguirregoikoa y Rubén Ibarruri héroes de Stalingrado junto con Uribe, José Luis Larrañaga, Duarte, Lekunberri, Mukalla…comunistas y héroes, todavía no conocidos en su querida Euskadi (Euskal Herria).

Todos fueron los mejores. Y de muchos de aquellos héroes no conocemos ni los nombres. Hubiéramos querido saber detalles de sus vidas y costumbres, sacrificios y sueños, de sus ilusiones quemadas. Si sabemos, que lo dieron todo. Sabemos poco de la lucha en la clandestinidad, de la existencia de aquellos batallones de gudaris comunistas, de aquellos guerrilleros vascos que en los campos de batalla primero en Euskal Herria, en España y después por toda Europa luchando contra el nazismo; para volver a seguir luchando por la libertad, junto a la casa del padre haciendo Historia.

Aquella fuerte y organizada clase trabajadora forjada en sus orígenes en la Bizkaia de finales del XIX en las huelgas de 1890, 1903, 1917… en la cuenca minera, en los enfrentamientos con la patronal organizada en la “Liga Vizcaína de productores”, de los Chavarri y Cia, los mismos que gestionaban la “Liga Monárquica” con los que en 1918 pactaría Indalecio Prieto para alcanzar su escaño de diputado por Bilbao, para defender la unidad española frente a un pujante aunque dividido nacionalismo vasco.

Ya entonces el “fantasma de la independencia” era vergonzoso motivo para unir la cúpula del socialismo españolista con la “Liga Monárquica”. De aquella clase trabajadora rompieron los primeros comunistas vascos encabezados por Perezagua fundador del socialismo vasco y Bullejos indiscutible dirigente del Sindicato Minero y pronto secretario general de la sección española de la Internacional Comunista.

Aquellos primeros comunistas aprendieron en su lucha contra la patronal vasca que ésta, se había convertido en la fuerza dinamizadora de la España de la Restauración junto con a las desviaciones reformistas de un PSOE ya respetuoso con razones de estado y el nacionalismo de tenderos posibilistas (Comunión Nacionalista) de los Sota, de Engracio Aranzadi…conformes con un bucólico país con peculiaridades respetadas dentro de la unidad de España. Aquellos primeros comunistas vivieron en la Euskal Herria de principios del XX tras la pérdida de bienes comunales y viejas leyes nacidas de la costumbre, vestigio anacrónico de un pasado ancestral. Aquellos baserritarras expulsados de sus tierras por la violencia del ejército “giri” y aquellos emigrantes expulsados también por la crueldad e ignorancia de los terratenientes españoles hicieron realidad aquella frase de k. Marx en el Manifiesto Comunista “Los proletarios no tienen patria” .

Así comenzaron a luchar, para sobrevivir de la miseria y brutales condiciones de vida bajo los capataces cipayos que controlaban militarmente el trabajo el consumo y las vidas, a través de los ranchos mineros. Y todo ello frente a un ejército español que desde el comienzo obedeció a sus dueños frente a las reivindicaciones obreras. Así es como aquel primer proletariado vasco nacido del campesinado pobre y de emigrantes riojanos, leoneses, castellanos…empezaron a creer en la necesidad de una Euskal Herria de los trabajadores. Muy posiblemente nadie, aquí y entonces, conocía la propuesta de Marx (Crítica al Programa de Ghota) de 1875 sobre la necesidad que tiene el proletariado en su lucha de constituirse en clase nacional. Es todo un fundamento para entender que la solidaridad internacionalista se realiza a partir de la liberación del espacio propio. El internacionalismo empieza con la autodeterminación,

Desde los años veinte se van produciendo acciones conjuntas entre los primeros comunistas y el nacionalismo radical de la “Juventud Vasca”, más tarde Jagi-Jagi, que se inician a partir de la solidaridad de los jóvenes independentistas ante detenciones de obreros comunistas , se concita la reivindicación independentista de los nacionalistas radicales con la estrategia leninista de la liberación de los pueblos. No es extraño que el 14 de Abril de 1931, los comunistas salieran a la calle con el grito de ¡¡Muera la República vivan los soviets!!

Hasta 1935 las posición de los comunistas vascos frente al Estatuto fue el de : “No al estatuto de la claudicación, por no ser expresión jurídica de la soberanía del pueblo vasco”. Esta posición no era muy diferente a aquellas consignas de la Internacional Comunista que en carta de su portavoz Manuilsky en Mayo de 1931 plantea “el objetivo del Partido Comunista es el de crear sobre las ruinas del estado español la libre federación ibérica de repúblicas obreras y campesinas de Cataluña, Vasconia, España, Galicia y Portugal”.

Ya en 1933 la “Plataforma Vasco-Navarra” que organiza a los comunistas vascos; formula literalmente la estrategia de “Liberación nacional y social de Euzkadi. Y en Junio de 1935 nace la organización “Partido Comunista de Euzkadi”. El Acta Fundacional (1935) de aquella primera organización comunista vasca, que inicia protocolariamente “La constitución del Partido Comunista de Euskadi, es pues la confirmación de la política de liberación nacional y social de nuestro Partido, hermano de España y de la Internacional Comunista”.

“El Congreso Nacional del Partido Comunista de Euzkadi reconoce plenamente la existencia de la nacionalidad vasca, expresada en la comunidad de idioma, territorio, homogeneidad étnica, cultura y sobre todo, en la voluntad decidida de la mayoría del País, que lucha por sus derechos nacionales frente al imperialismo español que lo sojuzga en combinación con la burguesía vasca y los grandes propietarios de Euskadi”. Y aclarando que: ”El Partido fundamenta su existencia en la lucha por la autodeterminación de Euskadi y muestra su “apoyo y solidaridad con la lucha por la independencia de Cataluña Galicia y Marruecos, pueblos oprimidos por el imperialismo español”.

Mucho sabemos por el testimonio oral de quienes vivieron o vieron sin olvidar aquellos momentos. Y por otro lado algo nos quedó de aquella prensa clandestina como:

-La Internacional Comunista (1919-1938), El Comunista (1920…), Comunismo (11 números) Bandera Roja (1930-1931), Mundo Proletario (1931) Bolchevismo (1932…)

-Boletín int. P.C. (Fed. Vasc. Na.)(1934-1935 ) Boletín int. P.C. Vizc. (1935)

-Euskadi Roja (1933-1937) ( 1946-1948) (1952-1956) Mundo Obrero (1930..) ---Erri (1937) N. Bandera (1937...), Alkartu (1944-1947), Aurrera (1947), Arragoa(1947...

En aquella constitución del partido de los comunistas vascos, en los debates de los años 30 y en sus pasos definitivos; mucho tuvieron que ver Jesús Larrañaga Txurruca, Juan Astigarrabia Andonegi y los tres hermanos Zapirain. Los primeros debates teóricos del colectivo guipuzcoano se conocen en aquellas publicaciones de Euskadi Roja, que será el órgano oficial de los comunistas vascos.

Para nosotros todos fueron Jesús Larrañaga. Aquel que cayó atravesado por las balas del pelotón fascista un 21 de Enero de 1942. El grito de: Gora Euskadi Askatuta!. El mismo que sonó con l fuerza cuando al frente de su batallón, lanzó en las calles de Bilbao frente al Lendakari Agirre, al retorno victorioso de su primera intervención en el frente de Asturias. Junto a él, Imanol Asarta, el donostiarra que le acompañó desde la batalla de Donosti.

Habían sido 39 años, desde su nacimiento en Urretxu hasta el momento final en las paredes del cementerio del Este en Madrid. La vida de Jesús Larrañaga reflejan, reflexión hasta la duda sistemática y audacia sin límite, en un hombre multifacético de actividad inagotable, que llenaba el entorno de alegría, con una sencilla humildad que imprimía naturalidad a las mayores dificultades, hasta la propia muerte. Cumplió con lo prometido al capellán que le había visitado el día anterior. “mañana al amanecer le enseñaré como muere un comunista”. Murió como vivió.

Había sido implacable en la lucha y magnánimo en la victoria, amigo de sus rivales políticos. Fue un revolucionario que vivió todos los frentes de lucha. Su talante libertario le impulsó a sumar fuerzas, fue abertzale y comunista de una pieza. Su identidad es ejemplo de aquel pasado roto, que hoy reaparece para construir la Euskal Herria y el mundo que aún no es.

Atrás quedaban aquellos años de primera militancia en “Juventud Vasca” y más tarde en “jagi jagi” donde junto a Eli Gaiastegi (Gudari) comenzó a luchar por la “independencia de Euzkadi”, con la que fue leal hasta el final de su vida. Se había iniciado sindicalmente en SOV (solidarios vascos, hoy ELA) iniciándose en la CAF de BEASAIN, su pueblo, siendo expulsado al participar en una de las primeras huelgas.

Con motivo de un artículo en solidaridad con los patriotas irlandeses que la Dictadura de Primo Rivera interpretó lucidamente como apología del independentismo vasco tuvo que huir y exilarse en Bokale (junto a Baiona) trabajando en la “fundición del Adur”.

El contacto con los comunistas como Rafael Marin a partir de la coincidencia en las simpatías con la causa irlandesa y a lucha antiimperialista con las aportaciones científicas de Lenin le decide a militar con los comunistas. En 1927 llega junto a Margarita, su madre, para vivir en Donostia entrando en la organización comunista donostiarra junto con Marin, Urondo, Asti y los hermanos Zapirain. La “Conferencia de Pamplona” celebrada en Bilbao en 1930 asume bajo la dirección de Bullejos las posiciones marcadas en el VI Congreso de la Internacional celebrado en 1927señalando a los socialistas “socialfascistas” como primer enemigo a combatir. La política de “clase contra clase” y la actividad sindical marcan los primeros años de militancia comunista.

La dura militancia de los pocos comunistas donostiarras era compatible con su actividad en fiestas de pueblos y sidrerías donde ”Larra” muestra cualidades de bertsolari utilizando su popularidad para la improvisación del mitin político. Su actividad sindical al frente de la Federación Local de Sociedades Obreras (FLSO) y su intervención en piquetes de huelga le lleva por primera vez a la cárcel.

Por aquellos años las contradicciones en el seno de la clase obrera, en parte motivadas por el dirigismo a distancia de la Internacional, crea serios problemas a los militantes vascos arraigados en el sindicalismo unitario, y que son resueltos gracias a su estrecha relación con el movimiento obrero. Larra fue elegido como presidente de la FLSO en 1931 y Asti como representante de “La Unión” sindicato de marineros y obreros portuarios de Pasaia, en su mayoría procedentes de CNT. Fueron momentos de profunda actividad Sindical y revolucionaria.

En Mayo de 1931 , llega la ”democracia republicana”. Rotas las conversaciones entre trabajadores y patrones del puerto de Pasaia reunidos el día 12 de Mayo con el Director General de Navegación ; los trabajadores organizados en el sindicato “La Unión” se lanzan a la calle el 27 del mismo mes en manifestación. Fueron 2000 personas. Allí estarán Zapirain, Astigarrabía y Larrañaga. Al pasar del Alto de Miracruz la Guardia civil disparó sobre trabajadores y familiares causando numerosas bajas. Hubo 6 muertos: José Carnés, Manuel Pérez, José Novo, Antonio Barro, Julián Zurro y Jesús Camposoto. El comité de Huelga formado por representantes de los pescadores de Donostia y Pasajes, el PC y la CNT, convocó huelga general. El Gobierno decretó el estado de guerra en Guipúzcoa.

La reivindicación económica se convierte en política. Se había producido un salto cualitativo. Las 300 ptas. de salario mensual reivindicadas por arrantzales y obreros portuarios habían movilizado toda la comarca portuaria. Los poderes fácticos habían enseñado su verdadera cara. Se había llegado al estado de guerra. Aquel pequeño grupo de comunistas empezaron a estar en el punto de mira de todo el país. Los nombres de Zapirain Astigarrabia y Larrañaga sonaron hasta en los púlpitos.

Cuando la ola de la crisis de 1928 alcanza nuestro país, se produce a partir de 1930 la caída en picado de la economía vasca. El número de parados se dispara. En esos momentos, Larrañaga empezando con los parados de la CAF inicia el primer movimiento de parados que se extiende por todo el herrialde. Se inician formas nuevas de protesta haciéndose detener numerosas veces. Se consigue victorias parciales consiguiendo utilizar los poderes municipales para contrataciones de trabajo públicas.

El peso de los comunistas en Gipuzkoa, Bizkaia así como en Nafarroa empezaba a ser cualitativamente muy superior al marcado en aquellas elecciones de 1933 en cuyas candidaturas figuraban Bullejos, Larrañaga, Asti, Zapirain y Aranaga entre otros. El programa de aquellas elecciones planteaba” instaurar el Gobierno Obrero y Campesino sobre la base de los Soviets, confiscación de tierras de la Iglesia y terratenientes, nacionalización de gran industria, banca, transporte y comunicación, jornada laboral de 7 horas, supresión de ejército permanente y fuerzas de orden público y liberación nacional de los pueblos oprimidos de Vasconia, Cataluña, Galicia y Marruecos…”

En Octubre del 34 se dan fuertes movilizaciones gran parte de Gipuzkoa y Bizkaia produciéndose 1500 detenciones. Se proclamó el estado de guerra, y muchos militantes obreros se ven obligados a escapar. Los comunistas vascos inician los primeros grupos insurreccionales que concluirán en las MAOC. Larrañaga interviene como mugalari junto con Cristóbal Errandonea pasando a numerosos huidos de la represión. Poco antes se le había escuchado dando mítines con André Moine al otro lado del Pirineo.

Aquellos comunistas se habían hecho en las huelgas, manifestaciones, debates, mítines, fiestas populares…, pero fundamentalmente en el trabajo y lucha común con el movimiento popular junto con anarquistas y nacionalistas radicales. Aprendieron a luchar sumando. Y cuando se producen las condiciones para avanzar en un proceso unitario tras la represión de 1934, que se da con la progresiva radicalización de los socialistas en Asturias, es cuando aquellos hombres asumen definitivamente la creación del Frente Único. En Guipúzcoa surgen en el Movimiento obrero las Alianzas Obreras, a partir de la unidad en las luchas del 1934. Los comunistas amplían su política unitaria con nacionalistas progresistas, Jagi Jagi, ANV además de anarquistas y socialistas.

Los comunistas vascos, liderados por Pepe Díaz, inician la nueva época de unidad popular llamando a todos los partidos antifascistas a la unidad siendo reivindicaciones básicas; amnistía, autodeterminación de pueblos oprimidos, reparto de tierras…Y en 1935 nace el Partido de los comunistas vascos. Se plantea la autodeterminación como reivindicación primera y entendida como independencia pero se asume definitivamente el estatuto de autonomía, que será plataforma común con los futuros partidos del frente popular. Junto a ello se pide la “expulsión de Euzkadi de las fuerzas de ocupación española”.

Resulta significativa la intervención de Jesús Larrañaga en el mitin organizado por el Frente Popular en Diciembre de 1935 en el frontón Urumea de Donosti. El diputado y dirigente derechista (Renovación española) Calvo Sotelo había afirmado en el Parlamento español: “Prefiero una España roja que una España rota “alentando el fantasma del nacionalismo periférico. La respuesta de Jesús es inmediata “Se equivoca el Sr. Calvo Sotelo….porque una España roja será una España rota. Y Cataluña será libre. Y Galicia será libre. Y Euzkadi será libre”. Coincidía plenamente con la propuesta de la Internacional comunista enviada por su portavoz Manuilski en Mayo de 1931, con motivo del advenimiento de la República española.

Cuando llega 1936, aquel reducido núcleo de comunistas vascos ha crecido exponencialmente, por su lucha consecuente y por su capacidad unitaria y por su inmediata puesta a punto que le supone la anexión de sectores nacionalistas de izquierda, anarquistas y de toda la juventud socialista. En los momentos iniciales de “Eusko gudarostea” es la fuerza que pone en pie de guerra más militantes (cerca de 100.000).

En el transcurso de la guerra conformarán los comunistas 17 batallones de gudaris; uno de ellos será el “Batallón Larrañaga” Ya en las primeras horas nos encontramos a Jesús con los comunistas donostiarras en el asalto a las posiciones tomadas por la guardia de asalto en el Hotel Cristina, donde caerá el hermano de Imanol Asarta, en el Casino en donde morirá Carro al lanzarse con un camión de gasolina contra las puertas, y en la toma de los Cuarteles de Loyola. Las fuerzas populares eligen a Larrañaga como comisario de Guipúzcoa.

Los primeros momentos en Donostia son de iniciativa anarquista y comunista. Jesús, una vez normalizada la liberación de la capital guipuzcoana, es nombrado por consenso de todas las fuerzas como Comisario Jefe. Más tarde, en la caída de Irún, Jesús intervendrá con fuerzas similares y con una participación novedosa de voluntarios internacionales (belgas y franceses) junto a Erandonea, Gerendiain y Usabiaga en pasar el puente de Endarlaza.

A partir de estos momentos formados los primeros batallones , Columna Tahelman, Rosa Luxenburgo, MAOC…, Jesús, al frente de su batallón que, contra su voluntad se llamará “Larrañaga”, intervendrá en todos los puntos estratégicos. Arrasate, los Intxortas, defensa feroz del Bizkargi junto con los comunistas de Arrasate ( batallón Dragones ), Otxandio, Elorrio, Durango, Asturias (1ª fase) y Bilbao. El “Larrañaga”, junto con el R. Luxenburgo y otros batallones, fueron fuerzas de élite que continuarán la guerra hasta el final, más allá de la traición de Santoña, más allá de Asturias. Y posteriormente organizando las milicias vascas en Barcelona, Madrid y Valencia. Jesús a partir de la formación de Eusko Gudarostea, con recelos del PNV, será Comisario Jefe del Ejército del Norte hasta su destitución por Indalecio Prieto. El motivo fue la posición crítica de Larra, que tras intentar volar los Altos Hornos con su batallón, llegando al enfrentamiento armado con batallones nacionalistas (Gordexola), que obedecían la consigna de mantener intacta la maquinaria industrial de Bizkaia.

Despidió Bizkaia en el último momento con su discurso de Trucios, en el que se criticaba el abandonismo del Gobierno Vasco. Posiblemente tenía información de las negociaciones unilaterales de paz entre el PNV y los fascistas italianos, la trágica traición de Santoña. Resulta extraña la desaparición de los archivos de la FIM (PCE) del Informe de Jesús Larrañaga al Comité Central.

En pocos días las tropas franquistas habían conseguido quedarse con toda la industria de guerra localizada en Bizkaia. Y la rendición de los batallones nacionalistas en Santoña dio al traste con la mitad del ejército vasco. Es posible que Agirre y un sector del nacionalismo jelkide, se sintieran engañados por los burócratas pactistas (Ajuriaguerra , Onaindia…) de su partido.

Larrañaga siguió luchando con su batallón junto con otros batallones comunistas, anarquistas, socialistas, de ANV, y algunos nacionalistas. Siguieron luchando en Santander, donde cayó herido Jesús. En Asturias estando herido acudió parando el avance enemigo, haciéndolo heroicamente en el Mazuco al mando de 2 batallones vascos que fueron condecorados, el uno comunista y el otro anarquista. Todo ello no impidió que aquella marea de burocratismo dirigista; nacida tras el XVII Congreso del PCUS en 1937, contagiase a los mandos comunistas españoles que, tras la expulsión de Asti, acusado de plegarse a las posiciones de Agirre, acusaron a Larrañaga de haber sido contemporizador con Bullejos en los primeros años 30, así como de degeneración nacionalista.

La dirección de los comunistas españoles no había aprendido aquella lección de Lenin que en plena guerra contra el ejército blanco, había conseguido el apoyo internacionalistas de aquellas repúblicas que consiguieron su independencia con la Revolución de Octubre. Tampoco se acordaban de las últimas recomendaciones de la Internacional a través del portavoz Dimitri Manuilski. La dirección del PCE confundió la unidad en la lucha con aquel dirigismo político e ideológico que más tarde se convertiría en la liquidación política y física de muchos de sus mejores militantes, entre ellos la dirección clandestina de los comunistas vascos. Fue el reverso de la moneda. La generosidad de miles de luchadores tuvo su maldita sombra, en la mediocridad e ignorancia de burócratas que llegaron a destrozar, pasados los años, aquellas organizaciones que quedaron vacías de contenido.

En los últimos momentos de la guerra “una vez más” los socialistas, apoyados por anarquistas, respaldan el golpe del coronel Casado, atacando a los comunistas para conseguir una favorable negociación con Franco. Un paso más de los históricos social-reformistas (PSOE), que ya en 1918 vendían sus ideas para comprar razones de estado, que les dieron la primera acta de diputado en persona de Indalecio Prieto.

Años más tarde en plena guerra fría y tras la 1ª Huelga General contra la dictadura de Franco; convocada por el gobierno vasco en 1947, fueron los representantes del PSOE quienes solicitaron y decidieron, apoyados por el PNV, la expulsión de los comunistas del Gobierno vasco en el exilio. El anticomunismo USA unía a socialistas y jelkides. La historia deja fluir a través de los tiempos lo mejor, y también lo peor de las corrientes que la protagonizan.

Hablamos de “Larra” seguramente la mejor foto que hemos tenido de todos aquellos comunistas vascos fieles a su identidad de trabajadores y vascos, de hombres libres, que superaron luchando las miserias del mundo, las de su clase, las de su pueblo y las de su partido . Aquella identidad ha permanecido; en quienes han seguido luchando por Euskal Herria, en el pueblo trabajador vasco que quiere un mundo nuevo para sus hijos.

Hablamos de Larra como también lo hicieron con cariño compañeros y rivales como Chiapuso y Likiniano, Aguirre e Irujo, Ciutat, Gorief, Ormazabal, Errandonea, Vicuña y quienes vivieron en la lucha; y junto al cariño de los suyos ,la admiración de rivales y enemigos. Y cuando recordamos a Larrañaga lo hacemos con todos aquellos luchadores, trabajadores y vascos, los leales de ayer y quienes como Xabi, Txiki, Argala, Arriaran y muchos más, han cogido el relevo de comunistas y patriotas consecuentes.

Larra y sus camaradas primero aprendieron a luchar con todas las armas y aprendieron a sumar sin sectarismo con todos quienes se acercaron a la lucha, aprendieron a seguir luchando solos, cuando los mediocres abandonaron. Nunca aprendieron a ser víctimas. Hubiera sido llorar sentados en la cuneta del pasado, renunciando a la dura lucha por un mundo nuevo sin dominantes y dominados, una tierra de hombres y mujeres libres.

Salieron de cada derrota aprendiendo y luchando con aquel espíritu de Rosa la Roja (de Luxenburgo), a quien Jesús quiso recordar con el nombre de su querida .

 

 

 

DATOS BIOGRAFICOS DE JESUS LARRAÑAGA CHURRUCA

Nacido en Villarreal de Urretxua, Guipúzcoa, en la región llamada Goierri (de donde venía su apodo “Goyerri”). Su padre era contratista de obras y su madre planchadora. Durante varios años fue educado por los jesuitas (tenía dos hermanos jesuitas en el seminario de Javier, cerca de Pamplona) de donde salió de mala forma por su rebeldía. Ello explica en parte la amplia cultura general que tenia Larra, conocía el latín y griego.

Salido del seminario se ganó la vida como obrero metalúrgico sin llegar a especializarse, era un peón calificado. En su juventud perteneció a la juventud Nacionalista Vasca y a Solidaridad de Trabajadores Vascos. Trabajó en la fábrica de Vagones de Beasain (2.000 obreros). Allí durante la Dictadura organizó una huelga reivindicativa, como consecuencia de la cual fue despedido. Ya en San Sebastián, formó en las corrientes que dentro del movimiento nacionalista, particularmente en la juventud, se levantaban contra la dirección del P.N.V. por su acomodamiento a la Dictadura de Primo de Rivera.

Perseguido por la organización y la acción clandestina contra la Dictadura, allá por el año 26, hubo de emigrar a Francia, donde permaneció algún tiempo, en el pueblo tradicionalmente comunista de Le Boucau (Bajos Pirineos). El ambiente netamente obrero (industria pesada) y comunista de esta localidad, inician en Larra sus inquietudes de clase y comunistas.

De vuelta a Euzkadi en el año 27, se incorpora al movimiento obrero clasista rompiendo con el nacionalismo. En San Sebastián donde los sindicatos de la U.G.T. no se habían escindido, existe la Federación Local de Sociedades Obreras en la que se incluyen las tendencias comunistas y socialistas. Larra ingresa en la Federación al incorporarse al Sindicato Metalúrgico, y se da de alta en el Partido Comunista, conociendo paralelamente al gran militante Marín, muerto aquel mismo año, pero cuya personalidad cautiva a Larra.

Muy rápidamente Larra es elevado a cargos directivos en el Sindicato Metalúrgico y es llevado al Comité Provincial de Guipúzcoa de P.C. Consecuencia de sus actividades contra la Dictadura y en relación con las luchas reivindicativas de aquel período es repetidamente encarcelado. Detenido preventivamente días antes del movimiento de Jaca (1.930), sale en Febrero del 31, al restablecerse las garantías constitucionales.

Proclamada la República, los socialistas escinden la Federación Local, pero la fuerte vinculación del P. con la clase obrera hace que aquellos queden en minoría, y sean ellos quienes tienen que salir de la Federación que queda bajo la dirección de nuestros camaradas. Larra, es nombrado Secretario de la Federación.

En su calidad de tal Larra, animado de su característica combatividad y con tacto inteligente, está al frente de las innumerables huelgas que en ese período se producen en San Sebastián y en Guipúzcoa entera. La popularidad de Larra crece vertiginosamente. La más importante de esas huelgas, la de los pescadores de Pasajes, termina en la matanza del alto de Atagorrieta. Larra con los dirigentes del P. y de los sindicatos está al frente de la manifestación cuando la Guardia Civil dispara a bocajarro.

Perseguido, tiene que pasar a la clandestinidad y tras de un breve período en Vizcaya, vuelve a San Sebastián.

Participa en las discusiones sobre el grupo Bullejos, y en el Congreso del P. en Sevilla y luego va a la URSS. Era miembro del C.C. del P.C. de España, “pero ignoro si nombrado en el Congreso o ulteriormente”. Como dirigente del Partido y en su calidad de Secretario de la Federación Local de Sociedades Obreras de  San Sebastián, lleva los trabajos iniciales del movimiento de Unidad Sindical que se lanzó desde San Sebastián en razón de la situación favorable que ofrecía el movimiento sindical en esta capital. (Esto Antonio lo conoce mejor, años 33 y 34?).

Reintegradas al unidad de ugetistas y autónomos, Larra siguió teniendo cargos directivos en la Federación Local y siguió al frente del movimiento huelguístico muy intenso en aquella época en San  Sebastián y Guipúzcoa. Algunas de las huelgas más importantes de aquella época, son: 1.933- 1.934. La de pescadores de San Sebastián, que destaca por su enorme tenacidad ya que duró once meses sin que lograran quebrar la unidad de los pescadores en lucha, gracias a la dirección firme y al gran movimiento de solidaridad impulsado por la Federación; tanto en la dirección de la huelga como en la de la solidaridad Larra participaba muy directa y decisivamente, y era el  ídolo de los pescadores (arrantzales). Huelgas generales de Irún, Pasajes y Eibar (1.934) eminentemente populares y en las que participaban todo el pueblo por ser debidas a problemas que afectaban a toda la población, incluso a la pequeña burguesía y a la burguesía, originados por el proceso de fascistación del Estado. (Centralización de la aduana-Irún y Pasajes-, desviación del tráfico marítimo a Bilbao-Pasajes, proyecto de centralización de la fabricación armera-Éibar). Estos problemas bien orientados en su carácter político también como atentados a los intereses vitales de estos pueblos y de Guipúzcoa entera, dieron lugar a magníficas huelgas generales, antifascistas primero en el plano local, para llevar en su culminación a la huelga en Guipúzcoa y a un intento de huelga general en  Euzkadi que, naturalmente, socialistas y prietistas en Vizcaya impidieron. Larra llevó las conversaciones en Vizcaya. De todas formas en Guipúzcoa, donde se hizo retroceder en parte al Gobierno Lerroux Gil Robles, este movimiento fue una considerable preparación a la ulterior formación del Frente Popular.

Larra es fundador y animador de Euzkadi Roja en San Sebastián en 1.933. Escribe, participa en la impresión y luego sale a la venta en la calle que semanalmente es una batalla campal contra los falangistas. San Sebastián, particularmente en verano, es un foco muy activo de la Falange. Las escaramuzas en la calle son constantes. Empiezan a caer de un lado y otro. Cae Carrión, jefe local de la Falange. Cae Andrés, republicano de Azaña. La Falange sistematiza los intentos de asesino y se le cogen unas listas de presuntas víctimas, entre las que figuraba Manolo Andrés. En cabeza de la lista está Larra.

En Octubre de 1.934, Larra que ha dirigido la formación de las Alianzas en la provincia, está, naturalmente, al frente de la huelga general en Guipúzcoa. Perseguido, pasa a Vizcaya, donde en la clandestinidad forma parte de la dirección del Partido.

En 1.935, participa en el Congreso ilegal de constitución del Partido Comunista de Euzkadi, siendo nombrado para el Comité Central y su Buro. Más tarde, pero antes de Febrero del 36, pasa, siempre en la clandestinidad a Guipúzcoa como secretario general del P. en la provincia. Impulsa la formación del Frente Popular y es candidato del Partido a Diputado por Guipúzcoa.

Con la insurrección, Larra es Comisario de Guerra de Guipúzcoa y está al frente de cuanto interesa la lucha armada. Da muestras de gran decisión, audacia y energía. Él imprime vigor a todas las acciones y también al castigo de la 5ª columna que, en  Guipúzcoa, si no es muy metódica, es ciertamente enérgica pese a los esfuerzos de los dirigentes nacionalistas. La reacción distingue a Larra con un odio particular. Como ya anteriormente, Larra en la lucha armada da muestras de un gran valor personal y arrojo, y su popularidad crece más y más. Larra junto a Cristóbal está en los últimos grupos que se retiran de Irún, cubre todas las retiradas y perdido San Sebastián, toma el mando de los Batallones al que los combatientes han puesto su nombre, y a su frente combate hasta que los frentes de Guipúzcoa se estabilizan temporalmente en la línea de Éibar.

Al frente de estos batallones, Larra participa en las batallas de Oviedo, acude la Columna gallega que rompe el cerco. A las fuerzas de Larra les toca quebrar esta columna y restablecer el cerco, lo que consiguen brillantemente. (Un detalle interesante en el orden político es que en esta ocasión, en la dirección nacionalista donde se conspira con los franquistas, hay fuertes corrientes que quieren hacer su “Ejército de  Euzkadi” para combatir exclusivamente “en Euzkadi” y tratan de impedir el envío de fuerzas vascas a Asturias. En ese sentido desmoralizan a los combatientes vascos. Larra es expresión del sano espíritu republicano y de los intereses del proletariado y del pueblo vasco).

Posteriormente y ya constituido el Gobierno vasco y algo organizadas las fuerzas, Larra fue Comisario General del Ejército en Euzkadi, desde cuyo puesto hubo de oponerse constantemente a la política de guerra de los dirigentes nacionales. Esta oposición culminó con el ataque y pérdida de Bilbao. Al tener que retirarse, Larra intenta inutilizar la industria pesada que iba a caer en manos del franquismo. En Altos Hornos, donde horas antes un enviado nacionalista había parlamentado con un jefe italiano venido de la otra orilla de la ría para convenir el mutuo respeto de las instalaciones industriales y el traspaso de estas, las fuerzas de Larra que van a inutilizar los hornos, son recibidas con fuego de ametralladora por el Batallón nacionalista “GORDEXOLA”, (mandado por un empleado de la Empresa Altos Hornos?). Lo mismo sucede más tarde en el casco de Bilbao, donde Larra al frente de sus fuerzas salta los puentes venciendo la resistencia del Batallón de fuerzas escogidas que los nacionalistas han dejado “para mantener el orden” hasta la llegada de los franquistas y hacerles el traspaso de la Villa.

Perdido Bilbao, Larra continúa junto a las fuerzas vascas –la mayoría aplastante comunistas y algunas ugetistas y cenetistas; los nacionalistas se han rendido a los italianos en Santoña después de pactar con ellos traicionando la República y rompiendo su frente que queda abierto al enemigo- en la difícil resistencia de Santander y Asturias. En esta lucha desigual y difícil, Larra demuestra un valor temerario; es herido cerca de Santander.

Tras de la evacuación de Asturias y ya en el centro, el Buró encargó a Larra durante algún tiempo el trabajo en la zona enemiga, trabajo al que en aplicación de las medidas acordadas en un Pleno -1938?- se trataba de dar mayores vuelos que hasta entonces.

Cuando se agravó la situación del frente en Cataluña, Larra es enviado a los frentes en relación con el trabajo y la organización del Partido. Creo –no estoy seguro- que fue de los  que de Francia acudieron a Levante tras de perderse Cataluña. En todo caso con el golpe de Casado, Larra está en Valencia. Y allí queda encargado por el Buró cuando este evacúa, de dirigir el P. en los momentos finales, de salvar la mayor cantidad de cuadros que sea posible, y de sentar las primeras bases y organizaciones para la clandestinidad que se inicia. Al frente de la Comisión que el Buró ha encargado de esta tarea, Larra cumple con honor hasta el último momento. Ya se sabe la labor por la que salvaron centenares y centenares de cuadros.

Los franquistas entran en Valencia y Larra se traslada a Alicante. En el puerto continúan los esfuerzos hasta el último momento. Larra sale del puerto cuando las fuerzas de la División Littorio que han cercado el puerto y emplazado una batería de artillería y ametralladores, tras de un ultimátum para evacuar, abren fuego de ametralladora.

Es concentrado con otros cinco mil antifranquistas en Albatera. Se reorganiza la Dirección del Partido y esta sigue salvando cuadros por docenas y docenas. La situación de Larra es dificilísima; la policía y la Falange le busca sañudamente en el campo donde sabe que está; vienen coroneles y fascistas de San Sebastián a exigir del mando del campo que le descubra; la Falange mete en el campo soldados y paisanos vascos que “en plan de amigos” quieren saber de Larra. Este tiene que apartarse de la dirección y ocultarse rigurosamente. Al fin logra salir del campo, atravesar toda España hasta la frontera y pasar ésta clandestinamente. Aunque esto no sea quizás oportuno, hay que consignar que aquí trabaja muy activamente, en particular cuando las cosas se ponen feas, lo que le vale una detención, de la que con mucho trabajo y en el último momento la Dirección logra sacarle justo para salir rumbo a América..

 Conozco poco de América, aunque sé que siempre en el trabajo de cara al país. Repetidos intentos de embarque. En uno de ellos detención –creo- y vuelta a Cuba. Finalmente llagada a Portugal y detención definitiva allí.

Larra tenía una personalidad muy acusada. Los rasgos más salientes eran su honradez, valentía, audacia, firmeza frente al enemigo y en sus convicciones. Lo que él creía verdad lo defendía consecuente y siempre ardientemente, incluso agresivamente. A lo largo de años, la reacción en San Sebastián le tendió el cerco del hambre, particularmente desde el 31 al 35, en que no había manera para él de encontrar trabajo; el hambre para él y su familia fue crónica en este período, hasta quebrarle seriamente la salud –sufría del estómago-.

De amplia cultura como se ha dicho antes (detalle no muy conocido de él que huía presumir de ello), era escritor y orador muy brillante, de una gran elegancia y sobre todo, ardiente y popular, tanto en castellano como en vasco, que seguramente era uno de los que en Euzkadi mejor lo hablaba, y más aún, lo escribía. Costó mucho hacerle salir a la tribuna y subió a ella muy tarde. Pero algunos grandes mítines en que participó (frontón Euzkalduna en Bilbao antes de las elecciones de Febrero por ejemplo), constituyeron éxitos clamorosos del  Partido.

Rasgo muy característico era su particular simpatía, su don de gentes que le hacía ser querido de cuantos le trataban. Era hombre de masas muy querido, particularmente en Guipúzcoa donde era más conocido y donde era uno de nuestros dirigentes me mayor ascendiente en las masas. En todas las masas, pero es más de destacar su ascendiente en las masas nacionalistas que obligaba incluso a la dirección reaccionaria del P.N.V. a tratarle con gran respeto.

Rasgo suyo era la combatividad incontenible frente al enemigo. Una combatividad agresiva, mordiente cuando más empeñada era la lucha, o cuanto más difícil era su situación como lo demostró en el proceso y en el fusilamiento mismo. Antes había dado innumerables pruebas de ello.

Rasgo suyo era la fidelidad y el cariño a la clase obrera, manifestada, claro es, en sus acción política y general como militante y dirigente del P. Pero manifestada también en el trato personal, en el cariño directo para con los obreros individualmente. Estos gustaban de ir a charlar personalmente con él a la Federación o a la tasca de al lado; de plantearle sus problemas, los del trabajo y hasta los de casa; y Larra disfrutaba chiquiteando con ellos, era amigo de todos, todos le conocían y nada le costaba regalarles entre chiquito y chiquito con su magnífica voz, famosa en la Parte Vieja de San Sebastián.

Rasgo suyo era su fidelidad y absoluta abnegación por el Partido.

Durante los años de la guerra nacional-revolucionaria española mandó unidades vascas, distinguiéndose especialmente en la defensa de los Inchortas durante la ofensiva de abril de 1937 frente a las divisiones italianas y las tropas de los insurgentes. Después de la pérdida del Norte, J. Larrañaga pasó a Cataluña y más tarde a la Zona centro-sur, tomando parte en las labores de dirección de P.C. de España. Integró la dirección del P. creada en los últimos días de la República. Participó en los trabajos de evacuación de republicanos en el Puerto de Alicante, declarado zona internacional. El 30 de marzo de 1936, el puerto fue ocupado y desalojado por las tropas italianas, internando en el campo de concentración de Albatera (Alicante) a 25.000 personas –entre las que se encontraba J. Larrañaga- allí congregadas para intentar salvar del terror fascista. Del campo de Albatera logró evadirse con el salvoconducto personal cedido por un comunista. Después de atravesar las provincias de Alicante, Valencia, Zaragoza y Navarra consiguió llegar a Francia. Mas tarde retornó clandestinamente a España para ayudar a la reorganización del Partido, siendo detenido y juzgado por un tribunal militar. J. Larrañaga se comportó como un gran patriota vasco ante sus jueces. 

Fue condenado a la última pena y fusilado en la madrugada del 21 de enero de 1942, junto con cinco destacados dirigentes del Partido Comunista de España.

JESUS LARRAÑAGA, nuestro “Goyerrri”, auténtico hijo del Pueblo Vasco. La figura más popular y querida de Guipúzcoa. Comisario del Ejército Vasco, hasta la pérdida de Bilbao. Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Euzkadi y del Comité Central del Partido Comunista de España.