BERNSTEIN Y EL MATERIALISMO

 

El artículo Bernstein y el materialismo es la primera intervención de Plejánov contra el revisionismo que llegó a las prensas. Previamente al resto de los teorizadores de la II Internacional, y resueltamente, Plejánov reaccionó con la apostaba de Bernstein.

El 20 de mayo de 1898 Plejánov escribía a Kautski: ”Si Bernstein tiene razón en sus intentos críticos, entonces podemos plantearnos la pregunta: “¿Qué queda de los principios filosóficos y socialistas de nuestros maestros? ¿Qué queda del socialismo? Y sinceramente habría que contestar: ¡muy poco! O mejor aún: ¡absolutamente nada!” ("Literatúrnoie nasliedie G. B. Plejánov”, sb. V, st. 261), (La herencia literaria de G. V. Plejánov, t. V, pág. 261).

Ese mismo día Plejánov comunicó a Axelrold su decisión de iniciar una polémica. La carta concluye con una exclamación: “¡Muy bien, es la guerra! “¡La guerra! ¡Vive le materialismo!” (“ Literatúrnoe nasliedie Plejánov”, sb. I, str. 263).

El artículo Bernstein y el materialismo fue publicado en alemán en Die Neue Zeit, nº 44, del 30 de julio de 1898, y en ruso apareció por primera vez en 1906, incluido en una antología de Plejánov: Crítica de Nuestros Críticos. Esta fue la única publicación en Rusia en vida del autor. En 1908 el artículo fue traducido al búlgaro e incluido en una antología de Plejánov: La Filosofía Materialista. Después de la Revolución el artículo ha sido reproducido varias veces como uno de los Ensayos Sobre Historia del Materialismo en las seis ediciones de este libro hechas entre 1922 y 1931.

La actual edición sigue el texto publicado en el tomo XI de las Obras de Plejánov, y ha sido cotejado con el original alemán de Die Neue Zei y con el publicado en Crítica de Nuestros Críticos, cuyas correcciones son de la misma mano de Plejánov. Las variantes más notables con el original alemán se indican en nuestras notas.

 

 

 

 

En el número 34 de “Neue Zeit” el señor Bernstein ha publicado la segunda parte de sus “Problemas del socialismo”, y en ellas analiza "en qué medida es realista el socialismo contemporáneo y en qué medida es una ideología” [1]. El método que aplica el autor a esta investigación me parece absolutamente inapropiado. Por tal motivo, me propongo criticar este método en un artículo ulterior. Aquí me interesa tan sólo el llamado del señor Bernstein —la vuelta a Kant “hasta cierto punto”. “Profano en la teoría del conocimiento —dice el señor Bernstein— no pretendo aportar a la cuestión tratada nada más que un pensamiento dé profano. Pero me siento obligado a reconocer que mi interés directo por Kant ha sido suscitado por un artículo de Konrad Schmidt en el erudito apéndice del “Vorwaerts”[2].

Impulsado, pues, y apoyado por la prosa filosófica del señor Konrad Schmidt, Bernstein comunica a los otros profanos que “un materialismo puro o absoluto es exactamente tan espiritualista como un idealismo puro o absoluto. Ambas posiciones se limitan a dar por supuesto, aunque desde puntos de vista diferentes, que el pensamiento y la existencia son idénticos. Al fin de cuentas, estas posiciones sólo se diferencian por sus formas de expresión. Por el contrario, los nuevos materialistas apoyan sus principios tan resueltamente en el punto de vista de Kant como lo han hecho la mayoría de los más grandes investigadores de la naturaleza en nuestros días”.

Estas conclusiones son sumamente interesantes. Pero ¿qué es este “materialismo puro o absoluto”? El señor Bernstein no tiene respuesta a esto; en vez de responder, cita en una nota la definición de uno de los “nuevos” materialistas, que habla totalmente “en el sentido de Kant”: “Sólo creemos en el átomo”[3].

Evidentemente, según la opinión del señor Bernstein, los materialistas “puros o absolutos” no podrían aceptar de ninguna manera el pensamiento que se acaba de citar, y la forma en que se expresa: “¿En qué medida” encuentra un apoyo este concepto de Bernstein en la historia de la filosofía? That is the question. Este es el problema.

¿Dónde debemos situar a Holbach? 4Entre los materialistas “puros” o entre los “nuevos”? Evidentemente, entre los primeros. Pero ¿qué pensaba Holbach sobre la materia?

Las citas siguientes habrán de aclararnos este punto.

“No conocemos la esencia de ningún objeto, si por la palabra esencia entendemos algo que constituye la naturaleza propia de éste; conocemos tan sólo la materia a través de las sensaciones y las ideas que suscita en nosotros; a continuación nosotros la juzgamos, bien o mal, de acuerdo con la constitución de nuestros órganos”[4] (Holbach),

Y más adelante:

“Para nosotros es materia lo que excita de alguna manera nuestros sentidos externos —y las propiedades que atribuimos a las diversas sustancias dependen de las distintas impresiones o cambios que ellas producen en nosotros”[5].

He aquí otra cita breve y característica:

“No conocemos ni la esencia ni la verdadera naturaleza de la materia, aunque estamos en condiciones de definir algunas de sus propiedades y cualidades de acuerdo a la forma en que obra sobre nosotros”[6]

Interroguemos ahora a otro materialista “puro”: Helvecio, ¿Tiene la materia la capacidad de sentir? Helvecio contesta a esta pregunta —de la cual se ocuparon muchos filósofos franceses del siglo XVIII, y a la cual habremos de volver más adelante— de la siguiente manera: “Sobre este punto se ha discutido mucho tiempo. Tan sólo muy tarde se ha llegado a formular la pregunta —(sobre qué se discute exactamente?— y a tener de la palabra “materia” un concepto más exacto. Si en esta discusión se hubiera comenzado por definir exactamente el sentido de la palabra materia, entonces habríamos descubierto que los hombres, por así decirlo, son los creadores de la materia" [7]. Esto me parece mucho más claro que la expresión: “Sólo creemos en el átomo”.

Yo he expuesto las ideas filosóficas de Holbach y Helvecio en mi libro Ensayos Sobre la Historia del Materialismo. Por esta razón no he de ocuparme ahora más detalladamente de tales ideas. Tan sólo habré de observar que para Helvecio la existencia de los cuerpos fuera de nosotros es únicamente verosímil. Helvecio se burla de las “fantasías filosóficas”. En su opinión, debemos marchar junto a la observación y detenernos en el momento en que ésta ya no es posible, teniendo el valor de ignorar lo que aún no se puede conocer .[8]

Robinet, autor del libro De la Nature, señala: “Nosotros, por nuestra naturaleza, no somos capaces de conocer lo que constituye la esencia de un objeto; dada nuestra constitución no contamos con medio alguno para conocerla. El conocimiento de las esencias (des essences) está más allá de nuestras fuerzas”.

En otra parte de la obra citada, Robinet escribe: “Sobre su propia esencia el alma no sabe más que sobre las otras esencias. Tan poco puede penetrar dentro de sí misma como dentro de la masa del cuerpo a ella unido, cuyas fuerzas de crecimiento no siente y no se ve”[9]. (Acaso no está esto dicho plenamente en el sentido de Kant!

Escuchemos ahora a La Mettrie, ese enfant perdu[10] de la filosofía materialista, un hombre que asustaba a los más audaces por su audacia. La Mettrie observa:

“La esencia del alma del hombre y de los animales nos es desconocida y siempre lo será, del mismo modo que la esencia de la materia y del cuerpo... Pero si bien no tenemos ninguna idea de la esencia de la materia, en cambio nos vemos forzados a reconocer las cualidades que descubrimos en la materia con nuestros sentidos externos”[11].

En su Abrégé des Systémes La Mettrie escribe, al hacer una crítica de la filosofía de Spinoza:

“Nuestra alma no llega a conocer los objetos exteriores: tan sólo conoce algunas propiedades aisladas de ellos, totalmente relativas y abstractas. En último término, la mayoría de nuestros sentidos o nuestras ideas dependen hasta tal punto de nuestros órganos que también los primeros cambian cuando los últimos experimentan, por su parte, cambios”[12].

En este punto, uno de los materialistas más “absolutos”, como vemos, habla también plenamente en “el sentido de Kant”. Y ante semejantes declaraciones resulta cómica en sumo grado la proposición “Sólo creemos en el átomo”, que el señor Bernstein cita como algo absolutamente "nuevo”.

¿Es posible que el señor Bernstein imagine que Friedrich Engels no sabía que sólo creemos en el átomo? Hay que suponer que Engels sabía esto perfectamente[13]. Pero esto no le impidió combatir a la filosofía kantiana y escribir las siguientes líneas en su trabajo sobre Feuerbach:

“Y si los neo-kantianos intentan remozar en Alemania la concepción de Kant, y los agnósticos quieren hacer lo mismo con la concepción de Hume en Inglaterra (donde no ha llegado nunca a morir del todo) estos intentos hoy, cuando aquellas doctrinas han sido refutadas en la teoría y en la práctica desde hace tiempo, representan científicamente un retroceso, y prácticamente no son más que una manera de aceptar el materialismo por debajo de cuerda y renegar de él públicamente”[14].

¿Es posible que el señor Bernstein aduzca en contra de esto que el mismo Engels no ha comprendido claramente el punto tratado?........................

 

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