INDICE

VII            Prefacio 

1917

1-124    EL ESTADO Y LA REVOLUCION. La doctrina marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución 
3                 Prefacio a la primera edición 
4                 Prefacio a la segunda edición 
5-23      Capitulo I. La sociedad de clases y el Estado 
5                1. El Estado, producto del carácter inconciliable de las contradicciones de clase
8                2. Los destacamentos especiales de hombres armados, las cárceles, etc. 
12              3. El Estado, instrumento de explotación de la clase oprimida 
16              4. La “extinción” del Estado y la revolución violenta
23-36  Capítulo II. El Estado y la revolución. La experiencia de 1848 a 1851 
23              1. En vísperas de la revolución 
27              2. El balance de la revolución 
34              3. Cómo planteaba Marx la cuestión en 1852 
37-58  Capitulo III. El Estado y la revolución. La experiencia de la Comuna de París de 1871. El análisis de Marx 
37              1. ¿En qué consiste el heroísmo de la tentativa de los comuneros? 
41              2. ¿Con qué sustituir la máquina del Estado, una vez destruida? 
46              3. La abolición del parlamentarismo 
52              4. Organización de la unidad de la nación 
56              5. La destrucción del Estado parásito 
58-85   Capitulo IV. Continuación. Aclaraciones complementarias de Engels
58              1. “El problema de la vivienda” 
61              2. La polémica con los anarquistas
65              3. Una carta a Bebel
69              4. Crítica del proyecto de Programa de Erfurt 
76              5. Introducción de 1891 a la Guerra civil, de Marx 
82              6. Engels y la superación de la democracia 
85-105. Capitulo V. Las bases económicas de la extinción del Estado 
86              1. Planteamiento de la cuestión por Marx 
88              2. La transición del capitalismo al comunismo 
94              3. La primera fase de la sociedad comunista 
97              4. La fase superior de la sociedad comunista
105-123 Capitulo VI. El envilecimiento del marxismo por los oportunistas 
106            1. La polémica de Plejánov con los anarquistas 
107            2. La polémica de Kautsky con los oportunistas. . 
114            3. La polémica de Kautsky con Pannekoek 
124         Palabras finales a la primera edición  

MATERIALES PREPARATORIOS
PARA EL LIBRO
“EL ESTADO Y LA REVOLUCION”

127-311 I. EL MARXISMO Y EL ESTADO
130             EL MARXISMO Y EL ESTADO 
132                 Cartas de Marx a Kugelmann 
138                 “El 18 Brumario” 
144                 “Zur Kritik des sozialdemokratischen Programmentwurfes  1891” (Contribución a la crítica del proyecto de programa socialdemócrata de 1891 
162                  Briefe von F. Engels über dic franzósische Arbeiterpartei (Cartas de F. Engels acerca del Partido Obrero Francés)
168                 Carta de Engels a Bebel 
176                 Crítica del Programa de Gotha 
192                 Carta de Engels de 1875 
196                “Elend der Philosophie” (“Miseria de la filosofía”)
198                “Kommunistische Manifest” (“Manifiesto Comunista”)
204                 “Zur Wohnungsfrage ” (“Contribución al problema de la vivienda 
214                 “Der Bürgerkrieg tn Frankreich” (“La guerra civil en Francia) 
238                 Introducción de Engels a “Der Biirgerkrieg” (Introducción de Engels a “La guerra civil”)
252                 Fr. Engels. “Der Ursprung der Familie, des Privateigentums und des Staats”. 6. Auflage, Stuttgart, 1894 (Prefacio a la 4ª edición, del 16.VI. 1891) (F. Engels. “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”. 6ª edición, Stuttgart, 1894)
260                 “Anti-Dühring 
264                 Fr. Engels. “Dell’Autoritá” (F. Engels. “De la autoridad”)
270                 C. Marx acerca del indiferentismo político 
274                 Kautsky. “La revolución social 
282                 Kautsky. “Der Weg zur Macht” (Kautsky. “El camino al poder) 
308                 K. Marx. “Revolution und Konterrevolution in Deutechland”. Stuttgart, 1907, 2. Auflage (C. Marx. “Revolución y contrarrevolución en Alemania”. Stuttgart, 1907, 2ª edición) 
312-332* II. PLANES, GUIONES Y NOTAS PARA EL LIBRO "EL ESTADO Y LA REVOLUCION" 
312                 * 1. PLANES DEL LIBRO 
* Con asterisco se señalan los títulos dados por el Instituto de Marxismo-Leninismo adjunto al CC del PCUS.
319                 * 2. ANOTACIONES PARA EL PLAN DEL LIBRO 
320                 * 3. PLANES DE DISTRIBUCION DEL LIBRO POR CAPITULOS 
322                 * 4. PLAN DEL PREFACIO 
323                 * 5. MATERIALES PARA EL III CAPITULO DEL LIBRO 
323                         * I. Guion de citas de) trabajo de C. Marx “La guerra civil en Francia 
324                         * 2. Primer guion del capítulo III 
324                         * 3. Segundo guion del capítulo III 
325                         * 4. Esbozo del plan del capítulo III 
326                 * 6. MATERIALES PARA EL CAPITULO IV DEL LIBRO 
326                         * 1. Plan del capitulo IV 
326                         * 2. Guion de las citas tomadas del trabajo de F. Engels “Contribución al problema de la vivienda”
327                 * 7. PLANES DELCAPITULO VII (NO ESCRITO)
329                 * 8. EL SUMARIO DEL LIBRO 
333-344* MATERIALES PARA EL ARTICULO "CONTRIBUCION AL PROBLEMA DEL PAPEL DEL ESTADO" QUE NO LLEGO A ESCRIBIRSE 
333                  * 1. OBSERVACIONES PARA EL ARTICULO DE N. I. BUJARIN “CONTRIBUCION A LA TEORIA DEL ESTADO IMPERIALISTA 
335                  * 2. OBSERVACIONES PARA EL ARTICULO DE N. I. BUJARIN “EL BANDIDESCO ESTADO IMPERIALISTA” 
343                 * 3. PLAN DEL ARTICULO “CONTRIBUCION AL PROBLEMA DEL PAPEL DEL ESTADO” 

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347-380   Notas
381-396  Índice de obras y fuentes literarias citadas y mencionadas por Lenin 
397-412  Índice onomástico

  

PREFACIO

 

El tomo 33 de las Obras Completas de V. I. Lenin contiene el libro El Estado y la revolución. La doctrina marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución, escrito en agosto-septiembre de 1917 y editado en 1918, así como los materiales preparatorios para él, titulados por Lenin El marxismo y el Estado.

A comienzos del siglo XX el capitalismo entró en su última fase, la fase imperialista, que Lenin. caracterizó como víspera de la revolución proletaria, socialista. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) agravó extraordinariamente las contradicciones del capitalismo acelerando la maduración de la crisis revolucionaria en varios países imperialistas.

En aquel tiempo los líderes oportunistas de la II Internacional (E. Bernstein, K. Kautsky y otros) se pronunciaban contra los fundamentos del marxismo, contra la revolución socialista y la dictadura del proletariado, contra la sustitución revolucionaria del Estado burgués por el Estado proletario, defendían la teoría de la integración pacífica del capitalismo en el socialismo— Los anarquistas se oponían a cualquier Estado, incluyendo la dictadura del proletariado. Bujarin defendió en varios artículos concepciones antimarxistas y semianarquistas en el problema del Estado.

La época del imperialismo planteó ante el proletariado y sus partidos marxistas la tarea de derribar la dominación de la burguesía y conquistar el poder político por la clase obrera. “Así pues —recalcaba Lenin—, la actitud de la revolución socialista del proletariado ante el Estado adquiere no sólo una importancia política práctica, sino también la mayor actualidad, pues se trata de explicar a las masas lo que deberán hacer para sacudirse, en un porvenir inmediato, el yugo del capital” (en el presente tomo, pág. 4).

La tarea principal que se planteaba ante los marxistas revolucionarios en aquel período era sintetizar de un modo creador la nueva experiencia revolucionaria de lucha del proletariado y, sobre esta base, seguir desarrollando la teoría marxista de la revolución socialista y la doctrina del Estado. Era preciso ante todo restablecer y exponer sistemáticamente las concepciones de los fundadores del comunismo científico acerca del Estado, que habían sido revisadas por los líderes e ideólogos del oportunismo internacional, y desarrollarlas en consonancia con la nueva situación histórica.

Lenin cumplió estas tareas de primordial importancia en el libro El Estado y la revolución, obra eminente del marxismo creador. El trabajo de Lenin, en el que por primera vez se expone sistemáticamente y con la mayor plenitud la doctrina marxista del Estado, constituye una explicación científica de la teoría del Estado insuperada por lo profundo y polifacético, un brillante ejemplo de partidismo en la lucha contra los enemigos del marxismo. En esta obra Lenin mostró cómo se fueron desarrollando las concepciones de Marx y Engels acerca del Estado y recalcó que el Estado es uno de los problemas cardinales del marxismo. Lenin analizó la ligazón del Estado con el carácter clasista de la sociedad, fundamentó la legitimidad e ineluctabilidad de la revolución socialista y de la dictadura del proletariado, reveló la naturaleza y las tareas del Estado proletario y de la democracia proletaria, desarrolló la doctrina marxista del socialismo y el comunismo y clarificó otras cuestiones.

En El Estado y la revolución se asentaron los fundamentos de la teoría del Estado socialista, parte importantísima de la doctrina marxista del Estado, desarrollada posteriormente por Lenin sobre la base de la experiencia del Poder soviético.

La cuestión del origen, la naturaleza y el significado del Estado siempre fue y continúa siendo objeto de la más enconada lucha ideológica. Los representantes de la filosofía, la historia, el derecho, la economía política y el ensayismo burgueses embrollan conscientemente la cuestión del Estado que, como señalaba Lenin, es uno de los problemas teóricos más difíciles. Formulan numerosas teorías del Estado en las que justifican la dominación de las clases explotadoras y velan el carácter clasista del Estado burgués. Distrayendo a los trabajadores de los problemas cardinales de la vida social, los ideólogos burgueses alaban el moderno Estado imperialista, lo presentan como el Estado de la “prosperidad general” situado por encima de las clases y niegan su función reaccionaria en la vida de la sociedad.

Basándose en un profundo análisis de las obras de Marx y Engels, Lenin subrayó en el libro El Estado y la revolución que sólo el marxismo ha dado una respuesta científica y correcta a la pregunta de qué es el Estado, cuándo y sobre qué base apareció, por qué en los distintos períodos históricos el Estado adopta diversas formas y cumple diferente función.

Lenin muestra que el Estado es un fenómeno histórico. Como instrumento de dominación en manos de las clases explotadoras el Estado surgió cuando la sociedad se dividió en clases antagónicas. “El Estado —escribió Lenin— es producto y manifestación de la inconciliabilidad de las contradicciones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en la medida en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente, conciliarse” (pág. 7). Siendo una organización política clasista, el Estado explotador dispone de los instrumentos de poder mediante los cuales la clase dominante mantiene sometidas a las masas trabajadoras que constituyen la mayoría de la población. El Estado, en el sentido estricto de la palabra, como máquina especial que sirve para que una clase reprima a otra, actúa en las formaciones económico-sociales esclavista, feudal y capitalista. En el período de transición del capitalismo al socialismo es históricamente ineluctable la dictadura del proletariado, que utiliza el poder del Estado para reprimir a la minoría de la población, a los explotadores. La dictadura del proletariado es un Estado de transición y se diferencia radicalmente del Estado explotador. En la sociedad socialista el Estado se convierte, de instrumento de dominación clasista, en órgano de expresión de la voluntad de todo el pueblo. (Lomo mostró Lenin, la necesidad del Estado desaparece por completo al edificarse la sociedad comunista.

En el libro El Estado y la revolución ocupan el lugar central los problemas de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, así como la doctrina de las dos fases de la sociedad comunista.

El marxismo-leninismo, revelando las leyes objetivas fundamentales del desarrollo social, señaló que el problema cardinal de toda revolución es el problema del poder del Estado. Lenin muestra en su obra cómo Marx y Engels, sobre la base de la experiencia histórica de las revoluciones democráticas burguesas del siglo XIX y de la Comuna de París de 1871, elaboraron la teoría de la revolución proletaria y de la dictadura del proletariado, formularon importantísimas tesis acerca de la actitud de la revolución socialista ante el Estado burgués. Lenin desarrolla esta doctrina, sintetizando la nueva experiencia histórica de la lucha de clase del proletariado en la época imperialista.

Marx y Engels escribieron ya en el Manifiesto del Partido Comunista que el proletariado no podrá acabar con la explotación capitalista sin conquistar el poder político. En las obras El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, La guerra civil en Francia y Crítica del Programa de Gotha, en la carta de Engels a Bebel del 18-28 de marzo de 1875, en la Introducción de Engels a la tercera edición de la obra de Marx La guerra civil en Francia y en otros trabajos, Marx y Engels concretaron este postulado. Resultado del estudio y la sinte— tización de la experiencia y las enseñanzas de las revoluciones fue la deducción de Marx y Engels de que la clase obrera puede conquistar el poder político e instaurar la dictadura del proletariado sólo mediante la revolución socialista, en el curso de la cual destruye la máquina del Estado burgués y crea un nuevo aparato estatal.

Lenin analizó esta deducción de los fundadores del marxismo, reveló su significación teórica y práctica para la lucharevolucionaria del proletariado en las nuevas condiciones históricas. Mostró que las revoluciones burguesas perfeccionaban y adaptaban a los intereses de las clases explotadoras el Estado burgués, que es, hostil a los intereses de los trabajadores. “Las formas de los Estados burgueses —escribió Lenin— son extraordinariamente diversas, pero su esencia es la misma: todos esos Estados son, de una manera o de otra, pero, en última instancia, necesariamente, una dictadura de la burguesía" (pág. 36).

El reforzamiento de la máquina estatal burguesa y el crecimiento de su aparato burocrático y militar dirigido contra el proletariado y todos los trabajadores son sintomáticos especialmente para el período del imperialismo con sus gigantescos monopolios y la transformación del capitalismo monopolista en capitalismo monopolista de Estado. La formación y el crecimiento de los monopolios llevan a la intervención directa del Estado en la economía, en el proceso de producción capitalista en interés de la oligarquía financiera.

El moderno Estado burgués, instrumento de dominación incompartida de los grandes monopolistas, restringe y destruye en mayor grado cada día la democracia que, en las condiciones del capitalismo, es una democracia falsa y menguada. Lenin reveló la naturaleza reaccionaria y anexionista de los Estados imperialistas (EE.UU., Inglaterra y otros), que saquean y explotan a las masas trabajadoras de sus países y a los pueblos de los países esclavizados. Subrayó que el imperialismo confirma, en escala incomparablemente más amplia que el capitalismo premonopolista, la necesidad de destruir la máquina del Estado burgués mediante la revolución.

El imperialismo intensifica el conflicto entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, agrava y profundiza la contradicción fundamental del capitalismo: la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiación, la contradicción entre la clase obrera y sus explotadores, crea las premisas económicas y políticas del socialismo y hace inevitable la revolución socialista. Bajo el imperialismo, señalaba Lenin, se amplía la base social de la revolución.

Esta última se convierte en una revolución auténticamente popular incorporando al movimiento por la transformación socialista a la verdadera mayoría de la población, los obreros y campesinos explotados por la burguesía. La revolución socialista, después de derribar la dictadura de la burguesía, establece la dictadura del proletariado que vence la encarnizada resistencia de las clases explotadoras apartadas del poder. “Únicamente es marxista —enseñaba Lenin— quien hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado” (pág. 35). — Lenin mostró que la dictadura del proletariado es el contenido cardinal de la revolución socialista, y pertrechó ideológicamente al Partido Comunista y a la clase obrera de Rusia en la lucha por el derrocamiento del poder de la burguesía.

La experiencia de la Unión Soviética y de otros países socialistas ha confirmado convincentemente que la revolución socialista y el establecimiento de la dictadura del proletariado, cuya necesidad fundamentaron teóricamente Marx, Engels y Lenin, son las principales regularidades del tránsito del capitalismo al socialismo inherentes a todos los países que emprenden la vía del socialismo.

Los revisionistas y reformistas de nuestro tiempo contraponen a la concepción marxista-leninista de los problemas del desarrollo mundial contemporáneo opiniones que significan en realidad una capitulación ante la ideología burguesa. Predican la conversión pacífica del capitalismo en socialismo, niegan la necesidad de la transformación revolucionaria de la sociedad, de la revolución socialista y de la dictadura del proletariado. Afirman que el capitalismo monopolista de Estado ya no es capitalismo.

En su obra El Estado y la revolución Lenin mostró la inconsistencia de semejantes afirmaciones. “La afirmación reformista burguesa de que el capitalismo monopolista o monopolista de Estado no es ya capitalismo, que puede llamarse ya ‘socialismo de Estado’, y otras cosas por el estilo —escribió Lenin—, es el error más difundido... La ‘proximidad’ de tal capitalismo al socialismo debe constituir, para los verdaderos representantes del proletariado, un argumento a favor de la cercanía, la facilidad, la viabilidad y la urgencia de la revolución socialista; pero, de ninguna manera, un argumento que justifique la tolerancia con quienes niegan esta revolución y con quienes embellecen el capitalismo, como hacen todos los reformistas” (págs. 69, 70).

Al sintetizar la experiencia de la Comuna de París y de la primera revolución rusa, el carácter y las peculiaridades de ia lucha emancipadora de las masas populares en la época imperialista, Lenin expresó ya en 1916 el importantísimo enunciado teórico sobre la diversidad de las formas políticas de dictadura del proletariado. Lenin volvió a esta cuestión en la segunda edición de El Estado y la revolución, añadiendo al segundo capítulo del libro un nuevo parágrafo dedicado a ia dictadura del proletariado. Subrayó que el paso del capitalismo al socialismo no puede por menos que proporcionar diversas formas de poder estatal de la clase obrera, cuya esencia será ineluctablemente una: la dictadura del proletariado.

El Poder soviético, instaurado en la URSS a raíz de la Gran Revolución Socialista de Octubre, íue la segunda forma de dictadura del proletariado después de la Comuna de París. En varios países de Europa Central y Sudoriental y de Asia surgió una nueva forma de dictadura del proletariado: el régimen de democracia popular. Este régimen reflejó la peculiaridad de) desarrollo de la revolución socialista en condiciones de debilitación del imperialismo y de cambio de la correlación de fuerzas a favor del socialismo, así como las particularidades históricas y nacionales de dichos países.

En su obra Lenin reveló la esencia y las tareas de la dictadura del proletariado, su gran función organizadora en la creación de la nueva sociedad después de la victoria de la revolución socialista. Subrayó el carácter histórico, temporal, de la dictadura del proletariado, que es el Estado del periodo de transición del capitaHsmo al socialismo.

Lenin recalcó con particular vigor el democratismo del Estado proletario, su diferencia radical de la democracia burguesa. La dictadura del proletariado, enseña Lenin, es un nuevo tipo de Estado, “un Estado democrático de manera nueva (para los proletarios y los desposeídos en general) y dictatorial de manera nueva (contra la burguesía)” (pág. 36). El Estado proletario defiende los intereses de los trabajadores. La diferencia radical entre la dictadura del proletariado y el Estado burgués, como mostró Lenin, se manifiesta en las formas de organización estatal y en la función histórica que cumple.

La base de la dictadura del proletariado, su principio supremo que revela la esencia democrática del Estado proletario, es la alianza de la clase obrera con el campesinado, con todos los trabajadores y otros sectores democráticos del pueblo, alianza en la que la clase obrera ejerce el papel dirigente. La base objetiva de esta alianza es la comunidad de los cardinales intereses políticos y económicos de la clase obrera y del campesinado, de todos los trabajadores. “Sin esa alianza —escribió Lenin—, la democracia será precaria, y la transformación socialista, imposible” (pág. 41).

Lenin llamó la dictadura del proletariado “organización de la vanguardia de los oprimidos en clase dominante para reprimir a los .................... [................]

 

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