Tabla de contenido

5 ¿Qué es el comunismo?

9 ¿Qué es el capitalismo?
15 ¿Cómo surgió el capitalismo? 21 ¿Qué es el trabajo?
29 ¿Qué es el mercado?
37 ¿Qué es una crisis?
43 ¿Qué hacer?
43 Intento número 1
49 Intento número 2
55 Intento número 3
63 Intento número 4
69 Intento número 5
73 Intento número 6
79 Epílogo: el deseo de comunismo

 

COMUNISMO PARA NIÑOS

 

¿Qué es el comunismo?

Comunismo es el nombre que recibe la sociedad que se ha librado de todos los males que la gente sufre hoy, en el capitalismo. Hay muchísimas propuestas sobre la forma en que debe ser el comunismo. Pero si el comunismo significa deshacerse de todos los males que la gente sufre en el capitalismo, entonces el mejor tipo de comunismo debe ser el que pueda librarse de la mayoría de los males. Es como curar una enfermedad. Si el capitalismo fuera una enfermedad (aunque no lo es), entonces la mejor medicina sería el tipo de comunismo que pueda curar completamente a la gente, y no solamente curarla a medias o a una tercera parte. Sin embargo, la gente solía estar sana antes de enfermarse y la medicina solo vuelve a ponerla como estaba antes. Pero esto realmente no es verdad con el capitalismo, ya que la gente también sufría muchísimo antes de él, aunque por causas diferentes. Es por eso que la comparación no es tan correcta. E incluso si el comunismo es un buen remedio, no es la cura para todo. Es solamente un remedio para los males causados por el capitalismo. Si tienes tos y fiebre y tomas una píldora para la tos, pues solamente se irá la tos, no la fiebre. El comunismo es algo así: no cura todos los sufrimientos, sino solamente aquellos causados por el capitalismo.

Para entender realmente al comunismo y llegar a comprender cuál propuesta es la mejor, tenemos que empezar por entender que es el capitalismo y cómo hace sufrir a la gente.

 

¿Qué es el capitalismo?

El capitalismo existe hoy en día por todo el mundo y se llama capitalismo porque el capital manda. No es lo mismo que decir que los capitalistas mandan, o que la clase capitalista manda. En el capitalismo hay, ciertamente, gente que tiene más poder que otra, pero no hay una reina que se siente en su trono por encima de toda la sociedad y mande a todo el mundo. Entonces, si la gente ya no gobierna la sociedad, ¿quién lo hace? La respuesta puede sonar un poco extraña: las cosas lo hacen. Por supuesto que esto no significa que manden literalmente, porque las cosas no pueden hacer nada, y mucho menos gobernar a la gente. Después de todo, solamente son cosas. Y no todas las cosas tienen este poder. Solo algunas cosas especiales lo tienen. O para decirlo mejor, solo una forma especial de las cosas lo tiene. Esas cosas especiales no han caído del cielo o han llegado a la Tierra viajando en un OVNI, disparándole a la gente con cañones laser. Son simplemente las cosas que la gente ha creado para hacer su vida más fácil, para servirle. Extrañamente, con el paso del tiempo, la gente olvida que hizo estas cosas, y demasiado pronto, comienzan a ser sus esclavos.

Imagínate esto: una niña se acerca a un escritorio y escribe en un pedazo de papel: “Por favor, bebe un vaso de agua”. Una o dos horas después, ella regresa al escritorio y encuentra el trozo de papel. Cuando empieza a leerlo, ha olvidado que fue ella quien lo escribió y se dice a sí misma que probablemente debería hacer lo que dice. Tal vez sea un poco incrédula al comienzo, así que busca una amiga y le pregunta:

-¿En verdad debo beber un vaso de agua ahora mismo? Ni siquiera tengo sed.

La amiga entonces responde:
-No lo sé. Déjame darle un vistazo.
Ella lee lo que está escrito en el trozo de papel y dice a la niña: -Sí, eso es lo que dice. Tienes que beber un vaso de agua.

Si la niña sigue haciendo lo mismo con frecuencia, muy pronto tendrá un terrible dolor de estómago. Y así es como ella termina siendo gobernada por las cosas y sufriendo.

Seguramente esto suena un poco increíble. ¿Por qué tendría que olvidar tan rápidamente que escribió esta frase? ¿Por qué no podría reconocer su propia escritura? En general, la realidad es un poco más complicada de lo que parece en esta escena. La gente no vive y trabaja sola, sino junta, en sociedad. Analicemos un ejemplo diferente: la tabla güija. Además en esta tabla también está puesto un vaso de vidrio. Para jugar este juego, un grupo de personas se sienta alrededor del tablero y pone el vaso en el centro. Todas las letras del alfabeto están dibujadas en el tablero. Cada uno pone su mano o un dedo sobre el vaso, y como cada uno está temblando inconscientemente un poquito, el vaso empieza a moverse como si fuera empujado por una mano invisible, despacio, desde una letra hasta la otra. La gente no se da cuenta que son ellos mismos los que mueven el vaso, porque sus leves movimientos individuales no hubieran podido hacerlo. Por lo tanto, piensan que hay alguna clase de espíritu canalizando un mensaje a través de ellos.

El tablero de la güija ilustra muy bien cómo es la vida bajo el capitalismo. De hecho, toda la gente que está jugando empuja el vaso que se mueve mágicamente, aunque nadie podría moverlo solo. El vaso solo se mueve porque la gente actúa junta y no separadamente. Pero ellos ni siquiera se dan cuenta de que están cooperando. Su propia cooperación sucede secretamente, como quien dice, a sus espaldas. Sin embargo, si esta gente llegara a pensar colectivamente sobre lo que realmente quisieran escribir, el resultado probablemente sería muy diferente. Por lo menos no

habría ninguna duda sobre quién escribió el texto, con toda seguridad. En la forma en que están las cosas ahora, no obstante, el texto parece que está siendo escrito por una mano invisible. Y como nadie puede explicar cómo es que esto sucede, creen que es un poder externo, como un espíritu o un fantasma.

Como puedes ver, no es cualquier clase de cooperación, cualquier clase de grupo o cualquier clase de trabajo los que le dan a las cosas poderes especiales sobre la gente. Solo es una clase muy especial. El tablero de la güija es un ejemplo que funciona así, pero escribir colectivamente no. Del mismo modo, las cosas no mandan en cualquier sociedad; eso solo sucede en la sociedad capitalista. Solamente en el capitalismo la gente se relaciona con los otros y trabaja junto a ellos de un modo que permite que las cosas manden a las personas. ¿Pero qué es lo que hay de especial en las relaciones entre las personas en el capitalismo? ¿Qué las distingue de las relaciones que entablan las gentes, unas con otras, en sociedades diferentes?

Para responder estas preguntas, primero demos un vistazo al modo en que el capitalismo surgió por primera vez. Cuando lo hagamos, veremos que el capitalismo no ha existido siempre, lo cual ya es una gran ventaja.

 

¿Cómo surgió el capitalismo?

El capitalismo se desarrolló primero en Inglaterra, hace unos quinientos años. En esa época, todavía mandaba el feudalismo, lo que significa que había reinas, princesas y muchas sirvientas. Pero la mayoría de la gente era campesina. Los campesinos trabajaban los campos, en pequeñas comunidades aldeanas, o junto a su familia. Como no tenían máquinas y muy pocos inventos, tenían que trabajar un montón. Aunque trabajaban muchísimo, seguían siendo pobres. Y aún peor, la Iglesia, que por aquel entonces era muy poderosa, reclamaba el décimo del pan que producían los campesinos, ¡y las princesas querían mucho más que eso! Cada cierto tiempo, la gente tenía que ir a la corte de las princesas para trabajar ahí durante varios días. Pero las personas siempre sabían exactamente cuánto les quitaban los gobernantes. Además, también las dejaban bastante solas. Verás, las princesas sabían muy poco sobre trabajar, y por eso realmente no podían decirles a los campesinos cómo cultivar.

En esa época Inglaterra era una gran potencia marítima, que emprendía grandes empresas de comercio por todo el mundo. Muchos barcos mercantes zarpaban todos los días desde los puertos ingleses hacia África, Europa y tierras mucho más lejanas como Asia y América. Como no existían suficientes mercaderes con barcos lo suficientemente grandes y artillería lo suficientemente pesada como para hacer todo esto, aquellos que los tenían hacían muy buenos negocios. Navegaban, por ejemplo, hacia América, donde robaban......................

 

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