INDICE 

Prólogo de Langdon Winner
Introducción a la edición de 1963 
Fe de erratas 
objetivos 
capítulo 1. preparación cultural 
     1. Máquinas, estructuras y «la máquina» 
     2. El monasterio y el reloj 
     3. Espacio, distancia, movimiento 
     4. La influencia del capitalismo 
     5. De la fábula al hecho 
     6. El obstáculo del animismo 
     7. El camino de la magia 
     8. Disciplina social 
     9. El universo mecánico 
     10. El deber de inventar 
     11. Anticipaciones prácticas 
capítulo 2. agentes de mecanización 
     1. El perfil de la técnica 
     2. De re metallica 
     3. Minería y capitalismo moderno 
     4. El ingeniero primitivo 
     5. De la caza del animal a la caza del hombre 
     6. Guerra e invención 
     7. Producción militar en masa 
     8. Instrucción militar y degradación 
     9. Marte y Venus 
     10. Atracción del consumo e impulso productivo 
capítulo 3. la fase eotécnica 
     1. Sincretismo técnico 
     2. El complejo tecnológico 
     3. Nuevas fuentes de potencia 
     4. Tronco, plancha y mástil 
     5. A través de un brillante cristal 
     6. El cristal y el ego 
     7. Los inventos esenciales 
     8. Debilidad y fuerza 
capítulo 4. la fase paleotécnica 
     1. La tardía hegemonía inglesa 
     2. La nueva barbarie 
     3. Capitalismo carbonífero 
     4. La máquina de vapor 
     5. Sangre y hierro 
     6. La destrucción del entorno 
     7. La degradación del trabajador 
     8. El empobrecimiento de la vida 
     9. La doctrina del progreso 
     10. La lucha por la existencia 
     11. Clase y nación 
     12. El imperio del desorden 
     13. La energía y el tiempo 
     14. La compensación estética 
     15. Triunfos mecánicos 
     16. La travesía paleotécnica 
capítulo 5. la fase neotécnica 
     1. Los inicios de la neotécnica 
     2. La importancia de la ciencia 
     3. Nuevas fuentes de energía 
     4. La expulsión del proletariado 
     5. Materiales neotécnicos 
     6. Energía y movilidad 
     7. La paradoja de la comunicación 
     8. El nuevo registro permanente 
     9. Luz y vida 
     10. La influencia de la biología 
     11. De la destrucción a la conservación 
     12. La planificación de la población 
     13. El pseudomorfo actual 
capítulo 6. compensaciones y reversiones 
     1. Resumen de reacciones sociales 
     2. La rutina mecánica 
     3. Materialismo sin finalidad: poder superfluo 
     4. Cooperación contra esclavitud 
     5. Ataque directo contra la máquina 
     6. Románticos y utilitaristas 
     7. El culto al pasado 
     8. El retorno a la naturaleza 
     9. Polaridades orgánicas y mecánicas 
     10. El deporte y la «diosa-perra» 
     11. El culto a la muerte 
     12. Los amortiguadores secundarios 
     13. Resistencia y adaptación 
capítulo 7. asimilación de la máquina 
     1. Nuevos valores culturales 
     2. La neutralidad del orden 
     3. La experiencia estética de la máquina 
     4. La fotografía como medio y como símbolo 
     5. El crecimiento del funcionalismo 
     6. La simplificación del entorno 
     7. La personalidad objetiva 
capítulo 8. orientación 
     1. La disolución de «la Máquina» 
     2. Hacia una ideología orgánica 
     3. Los elementos de la energética social 
     4. Aumentar la conversión 
     5. Economizar la producción 
     6. Racionalizar el consumo 
     7. Comunismo elemental 
     8. Socializar la creación 
     9. Trabajo para el autómata y el aficionado 
     10. Control político 
     11. La reducción de la máquina 
     12. Hacia un equilibrio dinámico 
     13. Resumen y perspectivas 

 

 

INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN HARBINGER

 

Technics and Civilization (Técnica y Civilización) se publicó por primera vez en 1934. En aquel tiempo, aunque los estudiosos a menudo caracterizaban el período actual con el nombre de la “edad de la máquina” con todo, buscaban sus comienzos en el siglo XVIII; pues A. J. Toynbee, un pariente del actual historiador, hacia 1880 había aplicado el término “la revolución industrial” a las innovaciones técnicas que entonces habían tenido lugar. Y mientras los antropólogos y arqueólogos dedicaron la debida atención al equipo técnico de los pueblos primitivos, exagerando a veces el efecto formativo de los instrumentos, apenas si se trató de la más amplia influencia de la técnica, sobre las culturas humanas; lo útil y lo práctico aún quedaba fuera del reino de lo bueno, lo verdadero y lo bello.

Technics and Civilization rompió con este descuido tradicional de la tecnología: no solamente resumió por primera vez la historia técnica de los últimos mil años de la civilización occidental, sino que reveló el constante juego recíproco entre el “milieu” social —monasticismo, capitalismo, ciencia, diversión, lujo, guerra— y las realizaciones más específicas del inventor, el industrial y el ingeniero. Mientras Carlos Marx creyó erróneamente que las fuerzas técnicas (el sistema de producción) se desarrollaban de manera automática y determinaban el carácter de las demás instituciones, este nuevo análisis demostró que la relación era recíproca y multilateral: que un juego de niños podía conducir a un nuevo invento, como el cinematógrafo, o que el antiguo sueño de la comunicación instantánea a distancia podía impulsar a Morse a inventar el telégrafo eléctrico.

El tema de este libro fue primeramente tratado en un ensayo llamado “The Drama of the Machines” publicado en la revista “Scribner” agosto 1930. En este ensayo decía yo:

“Si deseamos tener una clara noción acerca de la máquina, debemos pensar en sus orígenes tanto psicológicos como prácticos; y de manera análoga, debemos valorar sus resultados estéticos y éticos. Durante un siglo hemos aislado los triunfos técnicos de la máquina; y nos hemos inclinado ante la obra del inventor y del científico; alternativamente hemos exaltado aquellos nuevos instrumentos por su éxito práctico y los hemos despreciado por la limitación de sus logros.

” Cuando se examina el tema nuevamente, sin embargo, muchas de estas estimaciones resultan trastornadas. Encontramos que en la maquinaria existen valores humanos que no sospechábamos; también encontramos que hay despilfarros, pérdidas y alteraciones de energía que el economista corriente ocultaba cuidadosamente. Los inmensos desplazamientos materiales que la máquina ha realizado en nuestro ambiente físico son quizá, a largo plazo, menos importantes que sus contribuciones espirituales a nuestra cultura.”

 

Las intuiciones que llevaron a este nuevo examen tenían sus raíces en mi experiencia personal. A los doce años, construí mi primer aparato de radio, y pronto me vi escribiendo pequeños artículos para revistas técnicas populares dando cuenta de los perfeccionamientos de mi radio. Este interés me llevó a entrar en la Stuyvesant High School, en donde aprendí los rudimentos de una educación científica y técnica adecuada, y me familiaricé en particular con las herramientas básicas y los procedimientos mecánicos de ebanistería, herrería, con el tornear madera y metal y con el trabajo de fundición. Unos años más tarde, trabajé como ayudante de laboratorio en el de pruebas de cemento de la U. S. Bureau of Standars (Oficina de normas de los Estados Unidos), entonces en Pittsburg, y me vi sumergido en ese clásico ambiente paleotécnico.

Mi “Drama of the Machines” me proporcionó una invitación del profesor R. M. MacIver para dar un curso de ampliación sobre “La Era de la Máquina” en la Universidad de Columbia: que yo sepa el primer curso de esta especie, que trataba de los aspectos de la tecnología tanto económicos como prácticos, que se impartiera en el mundo. La labor preparatoria de este curso proporcionó no solamente los materiales necesarios, sino también el incentivo para escribir este libro; y en 1932 rematé mis estudios anteriores realizando un viaje de estudios exhaustivo a los museos y bibliotecas técnicas de Europa, particularmente los de Viena, Munich, París y Londres. Como resultado de todo ello tanto la bibliografía de Technics and Civilization como la lista de invenciones llegaron a ser más adecuadas que cualquier otra cosa de la que se pudiera disponer entonces, siendo aún útiles hoy día.

La filosofía y el método subyacente a Technics and Civilization desafiaron deliberadamente muchas opiniones corrientes de los estudiosos, en particular los procedimientos estereotipados que impedían al investigador valorar debidamente más de un pequeño segmento aislado de su tema y estimar los productos derivados sociales y culturales de los desarrollos técnicos. Al presentar el desarrollo técnico dentro del marco de una ecología social más general, evité el sesgo corriente de considerarlo como el factor dominante de mayor importancia, como aún hace hoy la gente cuando caracteriza con ingenuidad nuestro período como la Edad del avión de reacción, la Edad nuclear, la Edad del cohete o la Edad espacial. El hecho que este reto a antiguas formas de pensamiento no haya sido aun ampliamente aceptado constituye quizá el mejor motivo para publicar esta nueva edición en su forma original sin modificaciones.

No pido disculpas por no tratar los desarrollos técnicos de los últimos treinta años: incluso los historiadores profesionales especializados escapan aun ante esta formidable tarea. Por una razón diferente no he hecho esfuerzo alguno por corregir el texto original para que correspondiera a conocimientos ulteriores y a mi propia visión más profunda. En cambio, he efectuado revisiones y adiciones a una serie de ensayos y capítulos, publicados algunos en la revista “Technology and Culture”, otros en “Proceedings of the American Philosophical Society”, y otros en mis libros Art and technics (1952) (Arte y Técnica), In the Name of Sanity (1954), y The Transformations of Man (1956) (Las Transformaciones del Hombre). Si la suerte me favorece me propongo llevar a cabo estas nuevas interpretaciones más adelante en otro libro, The Myth of the Machine (El Mito de la Máquina). En dicha obra, examinaré ciertos aspectos negativos de la técnica actual ya visibles en culturas antiguas, y ampliaré mi capítulo sobre “Orientación”, para tomar en cuenta las colosales realizaciones técnicas de la última generación, y los peligros sociales igualmente colosales a que han dado lugar.

Technics and Civilization anunció un cambio de actitud entre los estudiosos tanto respecto de la historia como elemento en la cultura humana como, en menor grado, respecto de la evaluación de sus resultados sociales y culturales, y posiblemente ayudó a originar este nuevo interés, o por lo menos a crear la audiencia que hizo posibles dichos libros. Excepto por lo que se refiere al libro de Ulrich Wendt, Die Technik als Kulturmacht (1906) (La Técnica como impulso de la cultura) y a Men and Machines (1929) (Hombres y Máquinas) de Stuart Chase, todas las obras más generales sobre técnica, como Mechanizations Takes Comand (La Mecanización toma el mando) de Sigfried Giedion y Man the Maker (El Hombre constructor) de R. J. Forbes llegaron después. Por la misma razón A History of Science and Technology in the Sixteenth and Seventeenth Centuries (Una historia de la ciencia y la tecnología en los siglos XVI y XVII), de A. Wulf, no aparece en mi bibliografía. En el momento en que escribí este libro no se disponía de ninguna historia amplia de la técnica. Afortunadamente se ha llenado esta falta ahora con los cinco volúmenes de History of Technology (Historia de la Tecnología) publicado durante los años cincuenta (Oxford University Press), y por la historia más compacta en un volumen, basada en aquélla, realizada por T. K. Derry y T. I. Williams (Oxford, 1961).

Como he dejado el texto principal sin modificarlo, no he tratado de poner ................... [................]

 

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