INFORME TXATARRA
Análisis y critica del españolismo social-chauvinista: elaborado por José Antonio Etxebarrieta.
El trabajo seria conocido coloquialmente como Informe Txatarra. Fue el principal trabajo que se debatió en la asamblea.
Según el informe Txatarra, la oficina Política conducirá al resto de la organización a un camino exclusivamente reformista, por cuanto centraba la intervención en un análisis sobre el franquismo que, a corto medio plazo, desembocaría inevitablemente en el abandono de la lucha armada si, como parecía, el Régimen encontraba su respuesta en unas estructuras de democracia burguesa. Euskal Herria debería llevar, en consecuencia, un camino propio, al margen de las organizaciones antifranquistas, para ejercer su liberación.
En noviembre de 1966, Joxe Etxebarrieta conducido por el “Que hacer” de Lenin, prepara el informe txatarra, en el que destaca su critica al « sindicalismo » que percibe en las posiciones liquidacionistas de la Oficina Política de ETA, así como sus ideas sobre la organización como « vanguardia del proceso revolucionario ». En el informe, Joxe Etxebarrieta destaca que « la vanguardia no debe limitarse a hacer aquello que el pueblo este dispuesto a admitir en un momento dado, sino que debe ir por delante, marcando con audacia los sucesivos pasos ».
Sin embargo, Joxe Etxebarrieta, además de ser implacable contra las tesis «liquidacionistas» de Del Rio e Iturrioz, critica el planteamiento de «guerrilla tercermundista» presente en el trabajo titulado La insurrección en Euskadi, redactado por Julen Madariaga en 1963. Así mismo, en la V Asamblea, los dos hermanos Etxebarrieta ofrecerán batalla a los llamados planteamientos culturalistas que caracterizaron a ETA cuando aún Alvarez Enparantza, Txillardegi, ostentaba cargos de dirección. Idénticamente criticaran los fundamentos del llamado «Frente Nacional», auspiciado por Txillardegi y los hermanos Monzon, estos últimos desde las filas del PNV. Las tesis marxistas de los hermanos Etxebarrieta, Madariaga, Eskubi, Bareño, Bilbao y el recién incorporado Krutwig reducen a algunos representantes de la vieja guardia, que abandonaran, prácticamente al mismo tiempo que los «liquis», la organización, al termino de la V Asamblea.
Según el informe Txatarra, la oficina Política conducirá al resto de la organización a un camino exclusivamente reformista, por cuanto centraba la intervención en un análisis sobre el franquismo que, a corto medio plazo, desembocaría inevitablemente en el abandono de la lucha armada si, como parecía, el Régimen encontraba su respuesta en unas estructuras de democracia burguesa. Euskal Herria debería llevar, en consecuencia, un camino propio, al margen de las organizaciones antifranquistas, para ejercer su liberación.
José Antonio Etxebarrieta ideológicamente se definía marxista-leninista, pero solo ante los mas íntimos. No podía soportar las grandes definiciones en labios de pedantes que utilizaban altisonantes palabras de manual, mal digeridas, como emulando a los próceres del 68. No soportaba el uso de determinada ideología para cargarse las aspiraciones legitimas del pueblo a la independencia.
Documentación sacada de los “DOCUMENTOS Y”.
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Sin embargo, por motivos tácticos — tras una reunión con otros viejos cuadros exiliados de ETA — Txillardegi decide eliminar de sus críticas las dedicadas a la desviación comunista, para centrarse únicamente en lo que considera "españolismo objetivo" de la dirección. Esta táctica se debe a la comprobación de que hay en la organización un sector que, considerándose marxista-leninista, esta no obstante en contra de la línea de los Zutik por otros motivos ("reformismo" sindical, desprecio del Frente Nacional con un contenido democrático-popular, etc.).
- La "corriente nacionalista-revolucionaria”
En el momento en que Txillardegi comienza a enviar sus críticas, se han producido en el exterior significativos cambios. Por una parte, la "vieja guardia" se encuentra dispersada entre Argel, Bruselas, Burdeos y América; por otra, llegan a París jóvenes cuadros que han tenido que exiliarse en 1964-65 que se consideran a sí mismos "comunistas abertzales", y cuyos principales exponentes son José María Escubi, Xabier Barreño, Jesús Mari Bilbao Barrena, Mikel Azurmendi y José Mari Aguirre, entre otros. En el verano de 1966, los tres primeros son enviados por Julen Madariaga y otros viejos dirigentes del interior para estudiar sobre el terreno la táctica a seguir para desbancar a la dirección de Mixel. En Bilbao contactan, en particular, con los hermanos Joshe y Txabi Etxebarrieta, que aportaran, sobre todo el prime-ro, la base doctrinal necesaria para combatir la desviación.
Surge sin embargo una divergencia entre los tres enviados y la "vieja guardia". Mientras que esta era partidaria de la expulsión del equipo de Mixel-Erreka aún a costa de una escisión, Escubi y sus dos compañeros están convencidos de que es posible evitar la escisión, ganando para sus posiciones a toda la militancia.
Para ello preparan, en reunión celebrada en Bruselas, un texto ideológico (conocido como "Informe Verde") en el que tratan de aunar sus convicciones marxistas con un abertzalismo popular de tipo maoísta. En la elaboración del texto participa además de los cinco nuevos cuadros antes citados, Federico Krutwig (autor del libro "Vasconia", tomo III págs. 74-105) que acaba de ser integrado en ETA por Julen Madariaga, que también participa en la elaboración del texto. El "Informe Verde" será posteriormente leído y aprobado en sus líneas generales por algunos otros cuadros de la primera oleada de exiliados como Edur Arregui, Juan José Etxabe y "Pataki" Elósegui.
A fines de septiembre, Escubi, Bareño y Bilbao pasan definitivamente al interior, donde contactan con algunos miembros del ejecutivo que se sienten cada vez más desplazados por el equipo creado por Mixel en la Oficina Política. Joshe Etxebarrieta, antiguo militante de EGI, en cuyo seno ha protagonizado a comienzos de la década una escisión, les lee una historia del nacionalismo vasco que está a punto de concluir. En ella defiende la tesis de que en el seno del nacionalismo han existido —y coexistido— dos corrientes profundamente contrapuestas: la "intervencionista , identificada con sectores de la burguesía vasca y partidaria de una salida negociada al problema vasco que pasaría por la intervención en la política a nivel estatal; y la "abstencionista", de base popular y contraria a todo pacto con fuerzas "estatalistas” . ETA debe, para Etxebarrieta, recoger esta segunda tradición.
Por otra parte, Joshe Etxebarrieta ha leído en el exilio varios libros sobre guerrilla (y, el primero de todos, "La guerre revolutionnaire” , del Coronel del ejercito francés en Argelia Claude Delmas), que le han convencido de la posibilidad de aplicar esa táctica en Euskadi como única vía de conseguir la independencia. Esa táctica implica una línea de Frente Nacional con sectores de la pequeña-burguesía nacionalista.
Desde esta triple perspectiva, Etxebarrieta redacta durante el mes de noviembre una crítica a la línea de los Zutik de la Oficina Política. El texto, tras sucesivas prolongaciones acaba por convertirse en un largo informe que bajo la firma "Txatarra" será leído en la V Asamblea como principal base para justificar la expulsión de la Oficina Política. El Informe Txatarra, desgraciadamente perdido, acusaba a la nueva línea, por lo que podemos recordar, de:
Utópica: en cuanto plantea la lucha obrera en abstracto, prescindiendo de las condiciones concretas de Euskadi en 1966.
Ucronica: en cuanto no distingue las necesarias etapas de la revolución vasca, y en particular la necesidad de una alianza coyuntural con la pequeña burguesía nacionalista.
Anacional: por omisión, en cuanto lejos de potenciar las contradicciones políticas que se derivan de la existencia de la opresión nacional, las considera un obstáculo para la revolución.
Reformista: por plantear la lucha en el terreno exclusivamente sindical, despreciando lo específicamente político. Utópicamente reformista, además, por difundir ilusiones sobre la posibilidad de minar el poder del fascismo y las clases dominantes mediante un proceso de "reformas revolucionarias". La propugnada participación en las elecciones sindicales de la CNS sería la prueba máxima de un reformismo sindicalista.
Antiorganizativa: por pretender diluir a ETA en un vago frente de izquierdas.
Pacifista: por renunciar a una vía de paulatina desaparición del aparato estatal en Euskadi mediante la lucha armada.
Por lo que podemos recordar, Etxebarrieta utilizaba en apoyo de su argumentación tanto tesis de su proyectado libro de historia como abundantes citas del "Que hacer", de Lenin, en quien se apoyaba para la crítica al "reformismo" de la O.P. (6). Aunque no estamos seguros de si en el texto se incluían también citas de Mao, creemos recordar que el tono general de la argumentación podía considerarse maoísta.
Aparte del "Informe Txatarra" y del "Informe Verde", en la primera parte de la V Asamblea había algunas copias de otros tres escritos que no llegaron a ser discutidos:
— "Análisis de la llamada nueva línea ETA", elaborado por un grupo de militantes guipuzcoanos de ELA-berri.
— "Comentario del escrito “Por una izquierda socialista revolucionaria vasca”, del C.E. de ETA", redactado por Federico Krutwig.
— "Ante la actual situación de ETA presentamos la siguiente visión", escrito elaborado por un grupo de militantes de ETA de Donostia con los que conecto Julen Madariaga en vísperas de la Asamblea.
EL DESARROLLO DE LA ASAMBLEA
La dirección había adelantado la fecha del 8 de diciembre como la mas probable para el inicio de la Asamblea. El 28 de noviembre, Julen Madariaga, ante la falta de noticias de los tres enviados, para el interior, con la intención de entrevistarse directamente con un miembro del Ejecutivo (Zaharra), al que considera abertzale y opuesto a la O.P.
Madariaga no puede realizar el contacto por lo que, en San Sebastián se entrevista con "Garai" (Urrestarazu, que fallecería años después) y entre ambos deciden convocar oficialmente la Asamblea para el día 17 de diciembre en el exterior.
Sin embargo, el grupo de Eskubi, con el apoyo de los Etxebarrieta, es partidario de respetar la fecha del día 8, convencido de que su position será mayoritaria. La Asamblea deberá pronunciarse sobre la ratificación o no de la expulsión de Mixel, decisión que será tomada previamente por el Comité Ejecutivo. Así se hace, mientras que Madariaga regresa, a comienzos de diciembre, a Euskadi Norte.
A la Asamblea asisten 43 personas, trece de las cuales pertenecen en principio a la corriente de "Mixel".
Reunidos los asistentes a ultima hora de la noche del 7 de diciembre, el primer tema suscitado por los representantes del sector pro"Mixel" es el de la ausencia de este y otros tres miembros de la Oficina Política de la Asamblea. Proponen que la Asamblea no se constituya como tal hasta que se encuentren presentes, para que puedan defenderse de las acusaciones en que el Comité Ejecutivo basa la decisión de la expulsión. El otro sector exige que para que se discuta esa posibilidad es previa la constitución oficial de la Asamblea como tal. Aceptado este principio se procede a la elección de Presidente, dos secretarios de actas y un Comité de Seguridad.
La elección de presidente da origen a una votación entre los dos candidatos: Txabi Etxebarrieta, al que propone Eskubi, y "Miguel" (Imaz), que se propone a sí mismo. La Asamblea elige al primero (cuyo nombre de guerra era en esta época "Pepe").
A continuación se replantea la cuestión de la presencia de los expulsados, que al no ser aceptada provoca el anuncio por parte de 12 asambleístas de su intención de no participar en el resto de la sesión, para no avalar con su presencia una Asamblea que consideran ilegal. Entre las ilegalidades, aparte de la no presencia de los expulsados, citan la falta de representatividad de algunos delegados. Los doce "disidentes" (como inmediatamente son bautizados por el resto) renuncian a su condición de asambleístas, pero no dimiten de la organización, ni son considerados por los demás como dimitidos o expulsados.
Se instalan en un local contiguo a la sala (en realidad, la cuadra de la casa cural, donde han tenido que ser excavados varios metros cúbicos de tierra) donde prosigue la Asamblea. Las condiciones de seguridad —prohibición de salir de la casa hasta que finalice la Asamblea— son pactadas entre ambos grupos sin especiales problemas, excepto los derivados de la tensión existente. Es falso que se hicieran guardias armadas de los "disidentes" como con insistencia se ha escrito en algunos historias publicadas en los últimos años.
El resto de la Asamblea se dedica a la lectura del informe "Txatarra", la elaboración de un comunicado referente a la situación de los "disidentes" en la organización y la discusión —en ponencia— y aprobación —en pleno— del documento: "Posiciones ideológicas adoptadas en la V Asamblea de ETA". Aparte, se redacta y aprueba el "Agiria", destinado a explicar el desarrollo de la Asamblea, y se elige la nueva dirección provisional.
Ésta, compuesta de un Ejecutivo provisional y una nueva Oficina Política, no llega en realidad a ser elegida por los delegados, sino que simplemente se otorga al Ejecutivo saliente un voto de confianza para que nombre dichos órganos.
P.U.
(1) "Contacto de Jean con el Ejecutivo", julio 1966.
(2) El libro de este autor "Historia y enajenación" sería incluido por Txabi Etxebarrieta en una lista de "libros recomendados" aparecida en un Kemen editado a comienzos de 1967. Otra obra de A. Gorz (seudónimo del escritor marxista Michel Bosquet) titulada "Nueva estrategia obrera y neocapitalismo" seria sin embargo citada en la V Asamblea como inspiradora de las desviaciones de que se acusaba a la Oficina Política.
(3) Los tres números citados fueron publicados entre mayo y septiembre de 1966.
(4) Como conclusión práctica, el Zutik 43 propugnaba la participación en las elecciones convocadas por el sindicato oficial (CNS) a fin de copar los cargos de enlaces y jurados. Esta táctica era también defendida por el PCE y por el FLP, en contra de la posición de UGT, ELA-STV, ELA-berri y los grupos sindicalistas cristianos, que propugnaban la abstención.
(5) En Zutik 40 (Aberri Eguna) y Zutik 42 ("Los tres pilares del internacionalismo obrero").
(6) José Antonio Etxebarrieta, como el conjunto de la organización, a cuya oficina política perteneció entre 1967 y 1969, renunciaría posteriormente a estas posiciones. Se negó por eso a que ETA publicase su libro de historia vasca en 1968-69. Por entonces lo estaba reivindicando enteramente. Parte de sus tesis las recogió sin embargo en el largo documento que presentó en el auto de defensa de Izko en e juicio de Burgos.