INDICE

INTRODUCCIÓN

Capítulo I. EL PARTIDO BOLCHEVIQUE EN LA LUCHA CONTRA EL TROTSKISMO EN EL PERIODO DE LAS NEGOCIACIONES DE PAZ EN BREST-LITOVSK
Desenmascaramiento de la posición antileninista de Trotski en cuanto a la teoría y la táctica de la revolución socialista.
La lucha del partido por la concertación de la paz de Brest-Litovsk

Capítulo II. LA LUCHA DEL PARTIDO CONTRA EL TROTSKISMO EN EL PERIODO DE PASO DE LA GUERRA A LA EDIFICACION ECONOMICA PACIFICA (1920-1921)
El partido desenmascara la actividad fraccional de los trotskistas y otros grupos oposicionistas. La discusión acerca de los sindicatos
Lenin critica las concepciones antimarxistas de los trotskistas en los problemas del Estado de la dictadura del proletariado

Capítulo III. LA LUCHA DEL PARTIDO BOLCHEVIQUE POR EL LENINISMO, CONTRA EL TROTSKISMO (otoño de 1923-enero de 1925)
El partido desenmascara la revisión trotskista del leninismo en lo concerniente a la democracia interna del partido y a la política económica
Robustecimiento de la unidad del partido sobre la base de las resoluciones de la XIII Conferencia y del XIII Congreso del PC(b) de Rusia
Derrota ideológica del trotskismo en la discusión en el seno del partido a finales de 1924. Fracaso de los intentos de Trotski para suplantar el leninismo con el trotskismo

Capítulo IV. LA DERROTA DEL BLOQUE ANTIPARTIDO TROTSKISTA-ZINOVIEVISTA
El trotskismo, principal peligro en el partido durante el paso la industrialización socialista del país
La negación de la posibilidad de la victoria del socialismo en un solo país, idea principal de la plataforma del bloque antipartido trotskista-zinovievista.
Desenmascaramiento de la plataforma del bloque oposicionista respecto a los problemas de la política interior del partido
La lucha del partido contra la plataforma aventurera del bloque trotskista-zionovievista ante los problemas de la situación internacional y de la política exterior de la URSS
Etapas fundamentales de la lucha del partido contra el bloque trotskista-zinovievista. Su derrota en el terreno de la ideología, de la política y de la organización.

CONCLUSIÓN

 

 INTRODUCCION

 

El Partido Comunista de la Unión Soviética viene desplegando en el transcurso de decenios una aguda e intransigente lucha contra el Trotskismo. Como es sabido, esa lucha comenzó en 1903, en el II Congreso del partido[1], donde L. Trotski (Bronshtéin) sometió a crítica las tesis esenciales del Programa y los Estatutos del partido. Trató de llevar a la clase obrera de Rusia y a su vanguardia por la trillada senda de los partidos socialdemócratas de Europa Occidental, en 6s que a la sazón predominaban los oportunistas[2].  Trotski actuaba abiertamente como enemigo encarnizo del leninismo. La tendencia encabezada por él sin perder su carácter menchevique, era la variante rusa del centrismo internacional.

En la época del imperialismo, en un clima de enconada lucha de clases, el centrismo trataba de evitar que los obreros socialdemócratas desengañados de la conducta de los lideres oportunistas de sus partidos, se pasaran al lado de los marxistas revolucionarios. Para impedir que los obreros se apartaran de los mencheviques, los centristas recurrían a frases ultra-revolucionarias, apelaban a Carlos Marx y a Federico Engels y explotaban la noble tendencia de los obreros a la unidad de su clase, a la unidad del partido sobre la base de los principios del marxismo-leninismo.

Los trotskistas, representantes de la variedad rusa del centrismo, se marcaron el objetivo de unir en un mismo partido a bolcheviques y mencheviques, subordinando los revolucionarios a los oportunistas, de hecho eso hubiera significado la liquidación de los bolcheviques como partido de nuevo tipo. Así pues, Trotski y sus partidarios actuaban como escindidores del partido, amalgamando, en oposición a él, un contubernio de elementos oportunistas. Posteriormente, cuando el país se hubo establecido la dictadura del proletariado, los trotskistas se aganaron de nuevo por liquidar el Partido Bolchevique, sin cuya dirección hubiera sido imposible mantener y consolidar la dictadura de la clase obrera, construir el socialismo y el comunismo. Los trotskistas exigían la libertad de fracciones y grupos, lo que suponía la muerte del partido.

Este libro examina la lucha del Partido Comunista contra el trotskismo en el período posterior a la Revolución de Octubre, hasta 1927, año en que Trotski fue expulsado del partido y ocupó definitivamente posiciones antisoviéticas y el trotskismo se convirtió en secuaz de la burguesía contrarrevolucionaria. Trotski había ingresado en el partido sin haber dejado de ser un menchevique, que negaba la posibilidad de la victoria del socialismo en la URSS y quería llevar al país por el camino de desarrollo burgués parlamentario.

La lucha del partido contra el trotskismo adquirió el más agudo y encarnizado carácter después de la victoria dela Gran Revolución Socialista de Octubre cando a las divergencias teóricas en torno a la posibilidad de la edificación del socialismo, primero, en un solo país se añadieron discrepancias esenciales en cuanto a la apreciación de la línea política del partido, orientada a la construcción del socialismo. Los trotskistas siempre encubrían sus ataques al partido con palabras altisonantes acerca de los intereses de la revolución proletaria mundial y el socialismo, acusando al Partido Bolchevique de limitación nacional y de olvidar o traicionar los intereses del proletariado internacional. En realidad, compartían plenamente los puntos de vista de los líderes reformistas de la socialdemocracia internacional, que habían renunciado a la lucha por la dictadura del proletariado y el socialismo. Trotski y sus partidarios se afanaban por sembrar entre la clase obrera del País de los Soviets la desconfianza en el éxito de la edificación socialista, por minimizar ante el proletariado internacional el gran papel liberador de la Unión Soviética. En esto les prestaron considerable ayuda los grupos de partidarios suyos que Trotski había amalgamado en los partidos comunistas de los países capitalistas, grupos que actuaban como pergeñadores de anticomunismo y de calumnias antisoviéticas.

Cada día, la prensa socialdemócrata europeo-occidental los periódicos y revistas de los renegados del comunismo vertían torrentes de lodo sobre el Partido Comunista y la Unión Soviética y ponían por las nubes los méritos de Trotski como “luchador por la causa de la clase obrera". Había que desenmascarar hasta el fin esa falsedad, demostrar que el trotskismo no tenía nada de común con el marxismo-leninismo, con los intereses de la clase obrera y los objetivos de su lucha emancipadora; que, a pesar de su sutil disfraz, estaba orientado contra la revolución socialista y era una apología del capitalismo.

La activación de los distintos elementos antipartido, comprendida la oposición trotskista, producíase por lo común en los períodos cruciales del desarrollo de la revolución y de la edificación del socialismo, cuando el Partido Comunista tropezaba en su camino con numerosas dificultades. En esos momentos, los elementos vacilantes, bajo la presión de las capas pequeñoburguesas, privadas del espíritu de organización, la firmeza y la disciplina proletarios, carentes de temple marxista-leninista, de formación política, comienzan a oscilar, a expresar dudas respecto a la justeza de la política del partido. Baste recordar que en los diez primeros años de existencia del Poder soviético el partido tuvo que. sostener con los trotskistas toda una serie de discusiones acerca de problemas de cuya solución dependía la suerte del país.

Después de la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, la cuestión más aguda, de cuya solución no sólo dependía la existencia de la joven República Soviética, sino también la suerte de la revolución proletaria mundial, fue la de la firma inmediata de la paz con Alemania y sus aliados[3]. La consigna “¡Ni guerra ni paz!”, lanzada en aquellos días por Trotski, de hecho llevaba el agua al molino de los imperialistas alemanes, que buscaban pretexto para estrangular el Poder soviético. La posición de Trotski y sus partidarios en cuanto al problema de la firma del tratado de paz era contraria a la voluntad de las vastas masas populares y en primer lugar de los campesinos, terriblemente cansados de la prolongada guerra imperialista.

A fines de 1920 y comienzos de 1921, en el partido se desplegó la discusión acerca de los sindicatos, impuesta por los trotskistas. Coincidió con la honda crisis económica, social y política por que atravesaba el País de los Soviets en el período de paso del comunismo de guerra a la Nueva política económica (NEP). Por el entonces se planteaba con particular agudeza la necesidad de mantener la unidad del partido y de fortalecer la alianza entre la clase obrera y los campesinos. De hecho, como decía la resolución del Pleno de enero de 1925 del CC y de la CCC del Partido Comunista (b) de Rusia, se trataba “de la actitud hacia los campesinos, que iban alzándose contra el comunismo de guerra, de la actitud hacia la masa de obreros sin partido y, en general, de la actitud del partido hacia las masas en la fase en que ya había terminado la guerra civil”[4].

La siguiente discusión con los trotskistas tuvo lugar en el otoño de 1923, cuando se tropezó de nuevo con grandes dificultades económicas, cuando surgieron las “tijeras”, que se expresaban en la enorme diferencia entre los precios de los artículos industriales y los de los productos agropecuarios. Los precios de los artículos industriales, extraordinariamente altos, hicieron que los campesinos dejaran de comprar producción industrial. Los campesinos medios comenzaron a manifestar su descontento ante tal situación. Fue precisamente entonces cuando Trotski y sus partidarios impusieron al partido la discusión acerca del “aparato del partido”, el “plan”, la “desviación campesina” del CC y la “lucha de las generaciones”. De hecho se trataba de nuevo de la alianza del proletariado y los campesinos, de la política de precios, de la reforma monetaria, del mantenimiento del papel dirigente del partido en la edificación económica y en los organismos estatales, de la lucha contra la libertad de fracciones y grupos, resumiendo, del mantenimiento de la línea leninista del partido en el período de la NEP.

El origen de los ataques de Trotski a la línea general del partido en los años 1918-1924 era una apreciación semi-menchevique de la posición del proletariado ante las capas trabajadoras no proletarias y semiproletarias, la minimización del papel del partido en la revolución y en la edificación del socialismo y la negación de la necesidad de una verdadera unidad ideológica y orgánica de las filas del partido.

La discusión, que tuvo lugar en el otoño de 1924, puso de manifiesto divergencias más graves que nunca entre los trotskistas y el Partido Bolchevique. Dio motivo para la discusión el calumnioso artículo de Trotski Las enseñanzas de la Revolución de Octubre, prefacio a su libro 1917. El artículo negaba completamente la doctrina de Lenin acerca de las fuerzas motrices de la revolución rusa. En oposición al enjuiciamiento leninista de la Revolución de Octubre, Trotski expresó su vieja teoría de la “revolución permanente”, a pesar de que había sido refutada, sin dejar lugar a dudas, por la experiencia de las tres revoluciones rusas. Al mismo tiempo, Trotski quiso persuadir ai partido de que, ya antes del establecimiento de la dictadura del proletariado, el bolchevismo se “había reequipado ideológicamente”, es decir, había tomado el camino del trotskismo incluyendo en su arsenal teórico la idea de la “revolución permanente”.

Trotski tergiversaba la historia de los preparativos y de la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre, negaba el papel dirigente desempeñado en ella por el Partido Bolchevique y por su Comité Central, con Lenin a la cabeza, y se atribuía a sí mismo un papel especial en dicha revolución. En la resolución del Pleno de enero de 1925 del CC y de la CCC del PC (b) de la URSS, este artículo de Trotski se calificó de revisión del bolchevismo. “En esencia, el trotskismo contemporáneo es una falsificación del comunismo en el espíritu de acercamiento a los modelos “europeos” de seudo-marxismo, es decir, en resumidas cuentas, en el espíritu de la socialdemocracia “europea”, decía la resolución.

Todas las cuatro discusiones impuestas al partido por Trotski evidenciaron que sus divergencias con el partido eran cada vez más hondas y afectaban a cuestiones esenciales de la concepción del mundo marxista-leninista, a la política y la táctica del partido y a sus principios de organización. Debido a su esencia menchevique, las ideuchas trotskistas fueron jaleadas por los líderes oportunistas de los partidos socialdemócratas de la II Internacional y por los renegados del comunismo, que trataban de desacreditar el leninismo, la revolución rusa y la Internacional Comunista ante las masas obreras de Europa y atar éstas al carro de la burguesía. Precisamente con ese fin, el renegado P. Levi editó en alemán Las enseñanzas de la Revolución de Octubre de Trotski, con un prefacio suyo, y la dirección del Partido Socialdemócrata Alemán se encargó de la difusión del artículo,

Al analizar detalladamente la lucha del partido contra el trotskismo en el período soviético, los autores desenmascaran las ideas y acciones de Trotski y sus partidarios, erróneas y dañinas para la dictadura de la clase obrera. Leyendo el libro se puede ver que, en 1925-1927, los trotskistas rompieron ya definitivamente con el marxismo-leninismo, rodaron a las posiciones del antisovietismo, emprendieron la organización de un partido antisoviético y se pasaron al campo de la contrarrevolución.

Basándose en gran copia de datos, los autores muestran que la lucha de Trotski y sus compinches contra el Partido Bolchevique no era consecuencia de errores y equivocaciones temporales, sino una actividad enemiga consciente, y que su paso al campo de la contrarrevolución fue lógico.

El Partido Comunista puso de manifiesto una gran fidelidad a los principios e intransigencia en la lucha contra el trotskismo. Estaba en juego la existencia misma de la joven República Soviética, la suerte del País de los Soviets y de toda la humanidad. Se trataba de problemas esenciales de la ideología marxista-leninista, del programa, la estrategia, la táctica y los principios de organización del partido de nuevo tipo. En estas condiciones, el Comité Central del Partido no sólo defendió la doctrina leninista contra la revisión trotskista, sino que la desarrolló, defendió la línea orientada a la victoria del socialismo y aseguró su aplicación.

El estudio científico de la historia de la lucha del Partido Comunista contra el trotskismo tiene también gran importancia en nuestros días. Los falsificadores de la historia burgueses no escatiman esfuerzo para poner a Trotski por las nubes, afanándose por galvanizar el descompuesto cadáver del trotskismo. En las condicione actuales la burguesía considera al trotskismo su defensor en la lucha contra el marxismo revolucionario. Sus ideólogos intentan endosarlo al movimiento obrero y comunista bajo un aspecto “renovado”, intentan rehabilitar el trotskismo a los ojos de los luchadores contra el imperialismo. Al trotskismo se le reserva el papel de “quinta columna" en el movimiento revolucionario, en la lucha contra el comunismo

Los trotskistas de hoy día siguen los pasos de su maestro. Lo mismo que el, traicionan los intereses de la clase obrera actúan como agentes del imperialismo en el movimiento obrero. Por eso estudiar la experiencia de la lucha del Partido Comunista contra el trotskismo, desenmascarar las calumnias de los actuales seguidores de Trotski en distintos países y hacer ver a las masas sus acciones divisionistas en el movimiento obrero es una tarea de una importancia y una actualidad enormes.

 

Capítulo I

EL PARTIDO BOLCHEVIQUE EN LA LUCHA CONTRA EL TROTSKISMO EN EL PERIODO DE LAS NEGOCIACIONES DE PAZ EN BREST-LITOVSK

Desenmascaramiento de la posición antileninista de Trotski en cuanto a la teoría y la táctica de la revolución socialista

El establecimiento de la dictadura del proletariado en Rusia hizo cambiar la correlación de las fuerzas de las clases en el mundo y abrió vastas perspectivas para ahondar y desarrollar el movimiento antiimperialista. En relación con ello, surgió la necesidad de analizar profundamente los cambios que se habían producido en la vida económico-social y política y de trazar las vías y las tarcas concretas de la edificación del socialismo en el País de los Soviets.

Sintetizando la experiencia histórica universal de la Revolución de Octubre, Lenin mostró que la contradicción fundamental había pasado a ser la contradicción entre el socialismo y el capitalismo, contradicción que determinaba el carácter y el contenido de la nueva época en la historia del mundo. Decía que todos los acontecimientos de la política mundial giraban en torno a un punto central; la lucha del imperialismo contra la República Soviética[5].

La premisa decisiva para comprender acertadamente los procesos que se operaban en el mundo era calar en el carácter de la Revolución de Octubre, en su importancia internacional, en el lugar y el papel de la Rusia Soviética en la lucha emancipadora de los pueblos de todos los países. Como es sabido, Lenin, basándose en el análisis de las peculiaridades .............................................

 

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